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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

26/12/16

REIR


“ hilaritas excessum habere nequit sed Semper bona est”
“El júbilo no puede tener exceso sino que siempre es bueno”

Spinoza.-Etica. proposición XLII)
 
Dicen que quien ve un espectro queda triste para siempre, y ya nunca rie. La leyenda se refiere seguramente a algún espectro de veras, y no esos que tanto pueblan actualmente nuestro mundo y que tanto se aparecen  en programas televisivos y en películas viniendo del otro mundo. De ellos hay tanta cantidad como abundancia de testigos, de guionistas y productores de espectáculos. Tantos hay que los han visto en pantallas o en realidad que si produjesen aquel efecto del que hablo, ya nadie sonreiría por ningún sitio. No, el espectro que produce la tristeza eterna  no puede ser  de esos fantasmones.

Esta era una de las razones por las que ,  antes de empezar a leer a Kant tenia reparos en abordarle y  fui retrasando durante largo tiempo el encuentro con ese que, aunque no fuese espectro, me asustaba por su reconocida radicalidad moral.  Leía a sus comentadores pero no a él por miedo al contagio. Temía me  ocurriese lo que les pasa a los que se topan con un fantasma o bien  lo que les aconteció a  los filósofos estoicos, que eran representados siempre en las caricaturas  , e iconografías romanas, como barburods con caras tristes. Me agradaba la otra iconografía graciosa  de los filósofos siempre con su túnica raída, pero no la  del no reír. Los estoicos habían visto, en efecto, un  espectro, en forma de providencia y sentido de todo el cosmos. Ver a algo que explica todo , es en efecto, impresionante. No se si Hegel reía mucho.

 Siempre he opinado, con Horacio.
 

quamquam ridentem dicere verum, quid vetat?”
Qué impide que quien ríe diga la verdad” (1)

La sorpresa fue que al entrar en Kant, experimente  con lo mismo que   Goethe:

 
“leer una página de Kant produce el mismo efecto que entrar en una sala iluminada

Mejor aún, encontré que Kant  introducía  constantemente chistecitos graciosos  en sus reflexiones que hacían sonreír. No es de extrañar que sus clases se destacasen por la gran afluencia de alumnado, cosa imprescindible en el tiempo en que  los profesores universitarios cobraban de los alumnos y según su cantidad mejoraban sus rentas académicas.  A Schpenhauer, que si que era un filósofo  de muy mal humor, por ejemplo, se le iban todos los alumnos y termino abandonando el mundo  de la catedra porque “primun vivere  deinde philosophari”…in academia.  


 La imagen de un Kant monótono y adusto encerrado en un malhumor y heredando un pietismo de la educación que recibió de su familia,  pronto se me disipó cuando  , estimulado por las primeras lecturas, me acerque a biografías de investigación más fundamentadas (2), y  descubrí un Kant  , lejos de ser el adusto aburrido  profesor maniático, , a un buen vividor, jugador de cartas y de billar,  buen comedor hasta el fin de sus días, bien acompañado de amistades ,  incluso durante un tiempo  frecuentador de actos d vida mundana  de su localidad, ameno  y dinámico conversador, incluso algo provocador y gallito en ciertos temas como su defensa de la Revolución Francesa,  alejado de manera poco habitual en un rector universitario de la religión oficial,  sin beatería alguna,  siempre compartiendo mesa con amigos y conocidos, y  con una mentalidad muy universitaria   bien  al tanto de acontecimientos y opiniones de su época. Ese  Kant al que yo descubría, luminoso, revolucionario   y  hasta divertido en su  obra, se sacudía  , lo que  me parecía más verosímil, ,  en su vida,  oficial , ese sanbenito de piedad  que le fue atribuido. (Quizás por culpa de alguno de su biografos y por el final  de su crítica de la razón práctica) y de tristeza provinciana de  solterón irascible.

Los chistecitos filosóficos de Kant son  muy apreciables, así en Antropología , nos habla de aquel matrimonio tan  unido  que compartía tanto el mismo pensar y el mismo deseo , a saber :  ambos deseaban la perdición del otro.  La misma broma reaparece en la Segunda Critica al poner como ejemplo de acuerdo y coincidencia de ánimos la de  Carlos V y Francisco I, : ambos ambicionaban conquistar Milan. O el retrato de efecto cómico que hace del español henchido del sentido del honor que se pasea con su espada por los campos sin arar y sin dar ni golpe, en su opúsculo sobre lo Bello y lo sublime. En otro lugar se hace Kant eco de aquella broma que se decía de los pietistas providencialistas de que  debían de darse gracias a dios porque en su divina providencia haba previsto la nariz para que pudiesen apoyarse las gafas. 
Pero no es solo es caso kantiano. Los filósofos son, contrariamente a lo que se piensa, gentes muy graciosas. A Diógenes le preguntaron en una ocasión. “

Maestro, dinos ¿a qué hora se debe poner uno a comer?,” Depende,- respondió-  si eres rico puedes comer cuando quieras y, si eres pobre, siempre que puedas” (2)

Sócrates, además de pasar buena parte de su tiempo a banquetear en simposios con sus amigos, parece que era un descarado gracioso.  No sin  razón y por cierto parecido  provocador y  bromista con el cínico ,, Jenofonte relata que  a Diógenes le llamaban un “ Socrates enloquecido”. Cierto día, un rico ateniense encargó a Sócrates la educación de su hijo. El filósofo le pidió por aquel trabajo quinientos dracmas, pero al hombre le pareció un precio excesivo.

Por ese dinero puedo comprarme un asno.

Tienes razón. Te aconsejo que lo compres y así tendrás dos, le respondió el filósofo.. (3)

Otra anécdota confirma que  muchas de las ingeniosas reflexiones  de Sócrates debían de provocar la carcajada.  Le preguntó un joven  seguidor,

“¿maestro, que debo de hacer casarme o seguir soltero?”

a  lo que Sócrates le respondió.        

 Lo que quieras porque hagas lo que hagas lo lamentaras”. /4)
 
Así que no es preciso recoger una más extensa antología de gracias para constatar que la sapiencia no está reñida con la risa, y que no hay que atender a prevenciones como  las que dicen.

“ risus abundat in ore stultorum”,
” La risa abunda en la boca de los tontos”. (5)

          “ Risu inepto res ineoptior nulla est”
No hay cosa mas tonta que la risa a destiempo (6)

 Pero, ¿ quién decide que la risa es a destiempo o es de idiotas o locos? Erasmo denunciaba esos rigores de los que se daban de sapientes que no entendían nada  de lo que es real, y que van  atribuyendo  sentidos secretos a las cosas y los acontecimientos. Entienden, además, que son ellos los que desentrañan esos significados. Por  atribuirse ellos mismos la facultad de poder interpretar ese sentido oculto de las cosas y merecían que todos, incluida la naturaleza se riera a carcajadas de ellos.

“como si tuviesen acceso a los secretos de la naturaleza, arquitecto del mundo, o como si acabaran de bajar del consejo de los dioses. La naturaleza, en tanto, se ríe a carcajadas de ellos y de sus conjeturas. Lo cierto es que no saben nada con certeza, y buena prueba de ello es la interminable contienda entre ellos sobre cualquier tema. No saben nada, aunque proclamen que lo saben todo.”(7)

Es en efecto, la mejor risa, la que demuestra que se sabe la alegría de  vivir y gozar de la vida.
El reírse ha sufrido muchos avatares históricos. En la Grecia antigua, el gelastos, el que reía,  gozaba de buen predicamento. Hasta se contaban casos de filósofos o artistas que murieron de risa y no por ello desmereció su crédito. Así, parece que el filósofo Crisipo murió de un ataque de risa al contemplar como un asno se comía los higos preparados en un plato para su dueño  y, encima,  los asistentes proponían darle vino para acompañar el manjar. El pintor Zeuxis se murió después de pintar la imagen de una vieja  él mismo, tan graciosa que le provocó un ataque mortal.  Morir de risa, debe de reconocerse que no es la peor de las muertes.  . A Demócrito se le representa siempre  riendo.
No sabría si debe contarse entre las cosas buenas o las malas el hecho de morir de alegría  cosa que según dicen los antiguos podía ocurrir, aunque hoy no parezca que esto se considere verosímil. Esta incredulidad de hoy dia acerca de esta causa d e muerte  podría anotarse a una tristeza predominante hoy más que en otras épocas. Así consta en la literatura y en la memoria d e los hombres que a muchos les provocó la muerte un gozo enorme e inspirado,

“ahogada el alma al no poder soportar la violencia de tan intensa emoción!” (8 )
 
Cuenta Aristoteles  que Policrita, una noble señora de la isla de Naxos murió al recibir una  alegría que no esperaba. Se cuenta del comediogr4afo Filipides que murió de alegría al recibir un premio que no esperaba en un certamen  poético.  Se contaba también  la historia del rodio Diagoras cuyos tres hijos  vencieron en una olimpiada, cada uno en su especialidad deportiva, y al  recibir el premio el tercero, cayo el padre fulminado en medio de aquella alegria y por su causa. Existen otras muchas historias y testimonioo0s parecidos en la antigüedad. Los ingleses parecen mas abiertos a esta posibilidad, pues en su lengua existe el termino fatal hilarity que no existe en español , pues el morirse o partirse de risa no tiene ese sentido fatal del inglés.

Lo mismo ocurría en Roma. Se decía de Cicerón, contrariamente a la imagen de severidad que nos llega de él hoy, que era un bromista. La primera antología de chistes es griega, de la época bizantina, un libro denominado Philogelos.  Este libro ha servido de plagio  secreto de muchisimos monologuistas. . Por el contrario, a los filósofos estoicos se les caricaturizaba como gente que no sabia reir, barbudos y ceñudos. De aquella época era el chiste que se ha contado durante largo tiempo sobre  el emperador Augusto. Se dice que el emperador en uno de sus viajes encontró a un hombre que se parecía enormemente a él. Sorprendido, le preguntó su su madre había trabajado durante algún tiempo en el palacio imperial. El hombre, respondió que su madre no pero  que su padre si. Se dice que Augusto reaccionó con  un  buen humor tolerante ante la injuria sobrentendida de la respuesta.    

 Por el contrario, en otras  épocas, fue  mayoritaria  juzgar la risa  con severidad. Ya desde su aparición,  los cristianos en Grecia y  Roma se ganaron una fama de gente adusta , cuyo  fanatismo  era  poco amiga de la risa y de la broma. Las reglas monásticas consideraban el reírse como una gran violación del régimen de vida santo y el reírse  se trataba en  las Reglas de San Benito  en el  importante capítulo VII   el mismo capítulo  en que  se propugnaba meditar sobre la propia indignidad del ser humano y la represión de la voluntad propia. Reírse debía de pertenecer al mismo género de cosas que la dignidad propia y la libertad.

 Hemos vivido durante mucho tiempo en la  concepción judeocristiana del humor —o, mejor dicho, del mal humor- que obligaba a creer que la vida era un valle de lágrimas y reír , por lo tanto, algo inadecuado por ser a destiempo. La naturaleza misma,  esta vez al contrario de la de Erasmo, así lo demostraba.

A  mi parecer más cierta propiedad del hombre es el llorar que el reir, porque lloran en nasciendo, y algunas veces dentro del vientre, y la risa comúnmente no viene hasta los cuarenta días del parto. En las causas naturales de esta risa no me entremeto agora [...](9)

Cuyas versiones modernas muestran hasta qué punto seguimos en aquellas raíces.

“La vida ens dóna penes, ja el nàixer és un gran plor” (10)

 
Así pues, entre San Benito, sensu contrario, y Erasmo en  sentido propio , en lo que llevamos hablando, aprendemos que  el reír tiene que ver con la dignidad y la libertad y que la naturaleza dicta risas y  alegría. Tomemos pus nota de ese primer parentesco de la risa con esas cualidades.
Si abordo el asunto de la risa empezando por los filósofos es porque  encuentro otra relación entre el reír y el saber. Montaigne lo decía muy bien.

La prueba más clara de la sabiduría es una alegría continua. (11).

Otros,  además de los sabios, ente los que cultivan la palabra, y las representaciones  con las que nos desenvolvemos ,  vivimos y sabemos, es decir  los poetas, han entendido que hay una sabiduría necesaria en el reir. Como en el decir de Horacio.
 “ misce stultitiam consiliis brevem, dulce est disipere in loco 
Añade un poco de locura a tu comportamiento, es dulce divertirse un poco (12)

Creo yo que lo veían  así , porque al saber, como al conocimiento se le puede asignar la función de enfrentarse a la desdicha y contribuir a privar de su poder al dolor que acostumbra a visitar a los humanos.
 Anotemos, pues otra serie de  filiaciones familiares de la risa, la que le aproxima a otras dos facultades, la  de conocer y saber. El que ríe sabe, de alguna manera, más  que el que no lo hace. Por eso  es un dicho de prudencia inteligente el que afirma que es mejor burlarse de una tontería que darle respuesta.
 
De la risa se han ocupado muchos desde todos los puntos de vista. De la historia, de la psicología, de la fisiología, de la lingüística, de la antropología, lo  que demuestra que reír es una cosa muy seria. .
Pero basta del reír solo de los que piensan, porque más gracioso es el reír de  los que intentan pensar de manera graciosa, o buscar el significado riente de la cosas. Por ejemplo, como aquellos  que disputaban  de manera  filosóficamente chusca sobre si   el “ cogito ergo sum” de Descartes, había que entenderlo  bien como que alguien  le había “  cogido lo suyo” o  si le habían  “cogido  algo suyo”.

Porque reírse de los filósofos es también otra constante de la buena risa. Asi es conocida la risa de aquella criada tracia que vio c0mo el filoasofo Tales se caía por un pozo  cuando iba andando mirando en sus ensimismaciones astronómicas, mirando las estrellas.  En esto tenemos al soberano de todas las risas, al inigualable  Aristofanes como maestro.

Aristofanes, nos muestra la invención griega de  la risa como acto público,  como comedia, en el teatro.  La risa en la comedia representada en un lugar público. Es una altura inigualable de civilización humana  usar  un espacio  y concebido para que el pueblo se ría de si mismo, como también se destinaba a que el pueblo se enseñase a si mismo, en  la tragedia. Es inigualable la invención del comprender social puesto que de comprender se trata en la comedia al ser todo comprender humano un ponerse en cuestión.

  En el teatro,  es el propio pueblo  el espectáculo más que la construcción material del anfiteatro o la obra o los actores. El protagonismo es, en la comedia, el reír colectivo. Un anfiteatro donde se representa una comedia es  un espacio organizado en el que todos pueden ver simultáneamente la condición de si mismos y compartirlo con risas. La comedia nos descubre por lo tanto  otro de los rasgos  humanos con el que se vincula la risa: con el compartir y organizar y celebrar  una  propuesta. El reír, como la misma palabra, el lenguaje humano , es un  acto proposicional. No es neutro solo juicio  sin contrastar y sustraído a los demás como pensamos sino que ejercitamos  un pensar plural, No existo porque pienso sino porque pensamos  existimos y somos un conjunto de seres distintos de mi que nos hallamos en relación de comunidad(13). Ese conjunto lo  llamamos mundo. La comedia es la mejor representación de ese mundo.

Aristófanes y nuestras risas nos muestran también  que no solamente  ese juicio individual sustraído del juicio de los otros  no es lo propio de la inteligencia humana, sino que sin contradicción de los demás lleva al error. El mundo que hace el hombre es un espacio en que siempre se debe dar la negación para que se dé la posibilidad. La risa es la aceptación, siempre sorprendida, de esa negación existencial y la alegría del nacimiento de esa posibilidad. Recordemos que los mismos dioses se partían de risa  cuando veían a otro dios con limitaciones que ponían en entredicho la divinidad como  cuando  contemplaban la manera de andar  del dios cojo,  Hefestos.

“ y una inextinguible risa se elevó entre los dioses al ver a Hefestos, a través de la morada, jadeando” (14)


Todos tenemos la experiencia de la abundancia de risa en los niños y en efecto vemos que

“ ad vesperam demoratur fletuis et ad matutineum laetitia
el llanto  es para la tarde y la alegría para la mañana” (15)

hasta el punto que nos parece extravagante un niño precozmente serio como uno que conocí yo, hijo de un amigo,  que cuando le preguntaban qué quería ser de mayor, respondía, que registrador de la propiedad, en lugar de soldado, bombero, futbolista, o conductor de trenes. 
Algo  de común debe de tener esto de la risa y la infancia, y a su vez con la inocencia, pues esa risa inocente es la que más apreciamos y nos parece mas pura por estar mas lejos de la que se produce posteriormente, como las de sarcasmo, ironía, burla, critica, que únicamente por afinidad sonora con aquella podríamos llamar risa. La risa más bella es la más lejos de la intención malévola, la menos cercana a la maldad. Por eso nos parecen repelentes y  desnaturalizadas  las risas de los malvados. No puede existir, verdaderamente risa mala porque la risa es un acto siempre público y patente, y las malas intenciones son secretas por naturaleza.  Risa y bondad es otra de las relaciones que podríamos retener en este asunto en el que vamos avanzando.    


(1).- Horacio Satiras.- Lib I, 24
(2).- Recuerdos de Socrates.(Memorabilia).-Jenofonte
(3) Recuerdos de Socrates.(Memorabilia).-Jenofonte
(4).-Diogenes Laercio.-Lib II, 52
(5)-Lucano “Bellum civile” 1674
(6).” Catulo .Epigramas 39,16
(7).- Erasmo de Roterdam.-“Elogio de  la locura”.(“Moriae Encomium”)
(8).-Aulo Gelio “ Nocvhes Sticas”,-Lib III, XV
(9).-Framcisco de Villalobos
(10).- Raimon.-“Al Vent”.
(11).-Michel de Montaigne.-“Ensayos” III,II,782
(12). Horacio Odas XII, 25-28)
(13).- Debo de reprocharme la broma anterior sobre el cogito ergo sum cartesiano para rfecogerlo ahora, y señalar  que esto significa un “ cogito plural” , expresión afortunada que tomo de Paul Ricoeur
(15).-Homero. Iliada. I,599
(15).- .-Salmos 30,6.

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