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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

10/12/18

REBELÁNDOSE CONTRA LA EXTINCIÓN



Cuando los gobiernos nos abandonan, debemos dar un paso al frente

Poor George Monbiot, the Guardian el 17 de octubre de 2018 (*)



Resulta difícil creerlo hoy, pero el ethos dominante entre la élite educada fue alguna vez el servicio público. Como documentó el historiador Tondy Judt en Algo va mal (Ill Fares the Land), la principal ambición entre los graduados en los años 50 y 60 era, a través del gobierno o las profesiones liberales, servir al país. Su enfoque podía ser patricio y a menudo estrecho de miras, pero sus intenciones eran principalmente públicas y cívicas, no privadas y monetarias.

Hoy, la idea de servicio público parece tan pintoresca como una oficinal local de correos. Esperamos que quienes nos gobiernan arramblen con lo que puedan, permitiendo que bancos y empresas depredadoras esquilen el ámbito público, y luego cobren su recompensa bajo la forma de lucrativos cargos de dirección. Como revela el informe del Barómetro de Confianza de la Edelman Corporation, la confianza en todas las grandes instituciones se ha hundido en todo el mundo, y se tiene menos confianza en los gobiernos que en cualquier otra.

Por lo que se refiere a la élite económica, a medida que emergen las consecuencias de su propia avaricia y egoísmo, solo busca, como los oligarcas romanos que huían del colapso del Imperio de Occidente, asegurar su supervivencia contra la muchedumbre indignada. Un ensayo de este verano del autor visionario Douglas Rushkoff, documentando su discusión con algunas de las personas más ricas del mundo, revela que su preocupación más urgente es encontrar un refugio seguro ante el desmoronamiento climático y el colapso económico y social. ¿Deberían mudarse a Nueva Zelanda o a Alaska? ¿Cómo pagar a sus guardias de seguridad cuando el dinero sea algo inútil? ¿Podrían cargar sus mentes en supercomputadores? Survival Condo, la empresa que convierte antiguos silos de misiles en Kansas en búnqueres fortificados, hasta ahora ha vendido todas sus unidades completadas.

La confianza, dice Edelman Corporation, "es ahora el factor decisivo para que una sociedad pueda funcionar". Desgraciadamente, nuestra desconfianza está plenamente justificada. Aquellos que han destruído la confianza en los gobiernos explotan su colapso, despotricando contra una élite liberal (con lo que quieren referirse a la gente todavía comprometida en el servicio público) mientras trabajan para la élite real e iliberal. Como señala el economista político Will Davies, "soberanía" se usa como código para rechazar la idea misma de gobierno como "un conjunto de actividades complejo, moderno, basado en hechos, que requiere experiencia técnica y funcionarios permanentes".

En ninguna parte es más obvio el abismo entre intereses públicos y privados que en la respuesta de los gobiernos a la crisis climática. El lunes, la ministra de energía del Reino Unido, Claire Perry, anunció que había pedido a sus consejeros un mapa de ruta para una economía de carbono cero. Ese mismo día, se inició el fracking en Preston New Road en Lancashire, autorizado por el permiso colado en el Parlamento por Perry el último día antes del receso veraniego.

Ella ha justificado el fracking sobre la base de que ayuda al país a realizar una "transición a una economía con menos carbono". Pero el gas del fracking tiene unas emisiones netas similares o peores a las liberadas por la quema de carbón. Como ya estamos saliendo de la era del carbón en el Reino Unido sin esta ayuda, esto es en realidad una transición que nos aleja de las renovables y de vuelta a los combustibles fósiles. El gobierno ha promovido la transición al prohibir de hecho las granjas eólicas en tierra mientras invalida las decisiones locales para imponer el fracking por dictado del centro. Ahora, para impedir que la gente vuelva a ganar el control, intenta conceder un permiso total para que operen los frackers.

Nada de esto tiene sentido hasta que recuerdas la íntima relación entre la industria de los combustibles fósiles, la City (donde Perry hizo su fortuna) y el Partido Conservador, engrasado por las donaciones políticas que fluyen desde ambos sectores a los cofres del partido. Esta gente no sirve al país. Se sirven entre ellos.

En Alemania, el gobierno que proclamaba estar llevando a cabo una gran transición a una energía verdevuelca en cambio dinero público en la industria del carbón, y despliega un ejército de policias para expulsar a quienes protestan en un viejo bosque para evitar que se despeje el terreno para una mina de lignito. En nombre tanto de las empresas eléctricas contaminantes como de la industria automovilística, ha saboteado el intento de la UE de mejorar el objetivo de las emisiones de carbono. Antes de que fuese reelegida, argumenté que Angela Merkel era la líder mundial de los eco-vándalos. También puede ser la vendedora de humo más efectiva del mundo: puede engañar, timar y destruir, y la gente le seguirá llamando Mutti. Desde entonces, ha hecho todo lo posible por mantener su posición como la líder de los delincuentes planetarios. Que se haya deslizado hasta la tercera posición muestra solo que el colapso del ethos del servicio público se ha convertido en un fenómeno global.

Otros gobiernos alardean vergonzosamente de su servicio a los intereses privados, mientras evaden la censura admitiendo su corrupción. Un informe sobre la eficiencia en combustibles publicado por el gobierno de los EEUU en julio, admite, de manera poco usual, que las temperaturas globales probablemente subirán 4 grados este siglo. Luego usa esta previsión para defender que no tiene sentido producir coches más limpios, porque el desastre se producirá de todos modos. En otras partes, cualquier charla dentro del gobierno sobre el colapso climático es censurada. Cualquier agencia que busque evitarlo es capturada y redirigida.

En Australia, el nuevo Primer Ministro, Scott Morrison, ha convertido la quema del carbón en una doctrina sagrada. No me sorprendería que el único pedazo de carbón que ha tenido nunca en sus manos fuese el que ostentó en el parlamento australiano. Pero ensucia cada día sus manos en nombre de la industria. Estos hombres de corazones negros y uñas limpias llevan sus lealtades con orgullo.
Si Jair Bolsonaro gana en Brasil, su jubilosa aniquilación en nombre de los intereses privados parecerá suave en comparación. Él proclama que el colapso climático es una fábula inventada por una "conspiración globalista" y busca retirarse del Acuerdo de París, abolir el ministerio de medio ambiente, colocar al caucus de la carne del congreso (que representa a la asesina y destructiva industria ranchera) a cargo de agricultura, abrir la Cuenca del Amazonas a su desmonte y desmantelar casi todas las protecciones medioambientales e indígenas.

Con la excepción de Costa Rica, ningún gobierno tiene las políticas adecuadas para impedir más de 2ºC de calentamiento global, mucho menos 1,5º. La mayoría, como Reino Unido, Alemania, los EEUU y Australia, empujan hacia el borde en nombre de sus amigos. Así que, ¿qué hacemos, cuando nuestros representantes han abandonado el servicio público para el servicio privado?

El 31 de octubre, hablaré en el lanzamiento de Extinction Rebellion en Parliament Square. Es este un movimiento dedicado a la desobediencia rupturista, no-violenta en protesta contra el colapso ecológico. Los tres héroes encarcelados por intentar detener el fracking, cuyas ultrajantes sentencias se acaban de anular, son probablemente los primeros de cientos. La intención es convertir este alzamiento nacional en uno internacional en marzo.
Esta preparación para el sacrificio, como una larga historia de revueltas políticas y religiosas sugieren, es esencial para motivar y movilizar a la gente para que se una a una lucha existencial. Es entre esta gente que encontrarás el sentido público y cívico que le falta ahora al gobierno. Que tengamos que tomar una acción tan drástica para defender el ámbito de los común muestra hasta que punto hemos sido abandonados.

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