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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
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20/7/13

EL REPUBLICANISMO UNA PASIóN POLÍTICA: Entrevista a ANGEL DUARTE

Entrevista a Àngel Duarte Montserrat por Salvador López Arnal

            Magnífico escritor, comprometido activista, una de las almas de Espai Marx, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Girona, republicado de una pieza, colaborador de Ayer, mientras tanto, Historia Social, Revista de Historia das Ideias, Le Mouvement Social, Àngel Duarte Montserrat es un estudioso de la historia social de la política y de la cultura. Entre sus últimos libros, cabe señalar El otoño de un ideal. El republicanismo histórico español y su declive en el exilio de 1939.
            Nuestra conversación se centra básicamente en El republicanismo. Una pasión política (Cátedra, Madrid, 2013).

Salvador Lopez Arnal: Después de felicitarte por tu nuevo libro -¡mil gracias por él!-, te pregunto por tu concepto de republicanismo. ¿Qué es el republicanismo?
Angel Duarte: Me temo, Salvador, que resulta inevitable que empiece contestándote “en pasado” aunque la interrogación sea de presente. Cosas del oficio. El republicanismo –con toda certeza sería más exacto hablar de republicanismos- ha sido una cultura política, un movimiento social y, en este país, casi, casi, un estilo de vida. El horizonte que procuraba ese republicanismo plural dependía, claro está, de los perfiles sociales que lo sustentaban y alimentaban. El republicanismo patricio diseñaba para España un horizonte de modernidad y racionalidad burguesa en el cual, superándose los rasgos arcaicos -pervivencias semi-feudales que sostenía Azaña aún en los años 1930-, sería posible un mañana de progreso material y de cultura liberal, un futuro de democracia estable -para nada dada a las “exageraciones” populares- y de laicización de la esfera pública. Interaccionando con él, se da desde los primeros momentos de las revoluciones burguesas y los procesos industrializadores un republicanismo plebeyo, alzado en defensa del principio de la economía moral de las multitudes -que diría E.P. Thompson-, combativo contra toda exclusión, dispuesto a convertir al cuarto estado, al proletariado o a las clases subalternas –que de todas esas maneras se dijo- en el actor principal de una escena política, social, económica y cultural emancipada.

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