Pedro García-Durán (*)
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Todo esto hace del libro un “casi best seller
filosófico”, en palabras de su traductor francés Dennis Trierweiler1 . Un éxito
aparentemente inexplicable si tenemos en cuenta la extensión, la complejidad
temática, así como el carácter inconcluso de los escritos que lo conforman. Si
bien éstos, con toda seguridad, no nos han llegado en la forma en que un autor
como Hans Blumenberg, dado a la constante reelaboración de sus escritos, los
habría entregado a la imprenta, no podemos decir que se trate de una obra
fragmentaria. Se compone de textos muy extensos, organizados siguiendo los
contenidos de los cursos de antropología que Blumenberg impartiese en Münster
en los años 1977-78 y 1980-81. (Las aclaraciones del editor respecto a la
selección y ordenación de los textos se encuentran en el Posfacio.) El libro no
carece, pues, de coherencia temática ni de completud. Se trata, en definitiva,
de una lectura difícil, cuya dureza se ve compensada por la importancia del
terreno que recorre; ya que lo que se busca través de la “antropología
fenomenológica” es recuperar un terreno y una función para una filosofía
racional en el presente.