(…) El opúsculo (“La
constitución de los atenienses”, de Pseudojenofonte), contiene la más
antigua y más original “critica de la
democracia “, como sistema opresivo y vacío, pero perfecto a su manera. La noción
Demokratia, nace,
efectivamente, como un término de
ruptura y no de comunidad. Expresa la supremacía de una parte no la participacio0n igual de todos indiscriminadamente en la vida pública de la ciudad ( esto último se expresa mas bien con el termino isonomia, La democracia se origina precisamente según Platón de un
acto de violencia_: “ cuando los pobres, tras conseguir la victoria sobre
los ricos, masacran a uno0s destierran a los demás”, y Platón continua
observando que dicha instauración violenta se lleva a cabo sea por vía de las
armas o por autoexclusión espontánea del partido adverso “ que se retira víctima
del terror” ( Platón .República 557
A).
En principio, demokratia, no contiene en si misma la legitimación
implícita que derive de un concepto de “mayoría”. Artistoteles es muy claro
al respecto: “No debemos definir democracia como algunos autores tienen costumbre
de hacer en nuestros días, como la supremacía del mayor número, ni la
oligarquía como el régimen en el que la autoridad suprema de la Polis esté en
manos de unos pocos hombres. Supongamos, en efecto, que sobre una población
total de mil trescientos ciudadanos, haya mil que sean ricos y que rehúsen
compartir el poder con los trescientos restantes, que son pobres (siendo en
todo caso libres unos y otros); nadie sostendría que se trata de un régimen
democrático. De igual modo si los pobres fuesen minoría pero más poderosos que
los ricos que fuesen más numerosos, nadie calificaría tampoco de oligarquía tal
régimen en el que los restantes ciudadanos por muy ricos que fuesen no tuviesen
participación en los cargos públicos” ( Política IV,1280 a 30-40)-Aristóteles
es muy consciente de descri9bir con el
ejemplo abstracto de los mil trescientos ciudadanos un caso limite,
añadiendo que , en efecto, en realidad, el pueblo “es decir los pobres” es más números que los ricos y es por lo
que concluye “ “
existe democracia cuando los hombres nacidos libres y pobres son mayoría, son dueños
de las magistraturas, y oligarquía cuando los ricos y nobles, que constituyen una minoría ,
gobiernan” ( IV. 1290 18-20). Así
toma el ejemplo limite de3 los mil trescientos ciudadanos lo hace para mostrar
cual es el co0mntenido de la democracia: consiste en la hegemonía de los más
pobres, es decir, “de los que deben
trabajar para vivir”. La terminología
que emplea no contiene equivoco alguno “ser
los más fuertes, ser los amos de las magistraturas”, etc.: se trata de supremacía,
de una definición, por definición totalitaria y exclusiva. Y efectivamente, en
la clkasificacio0n tipológica de sus constituciones. A democracia es para Aristóteles-
como la oligarquía o la tiranía- una
forma inferior que y negativa corresponde al positivo de Politeia. Demokratia significa es esencialmente dominio de un grupo social- el
demos- y no necesariamente de la “mayoría”; y el “demos” son “ los ciudadanos pobres” según
la definición de Jenofonte, o mejor- como lo precisa Aristóteles- “ los agricultores, los artesanos, los
marineros, los jornaleros, los comerciantes” ( Política IV, 1291 b 17-29 ).
Fundadas sobre la dominación y la violencia, la demokratia es también intolerante, como son intolerantes y
violentos sus adversarios tales como, por ejemplo, el oligarca del “carácter”
homónimo que define Teofrasto a quien le gusta repetir: “Es preciso que sean ellos o nosotros los que debemos habitar nuestra
ciudad”. ewxige que ñlos ciudadanos de tendencia oligárquica sean desposeídos de sus derechos y excluidos de la
asamblea ( 15.33).
El autor del citado opúsculo
también piensa poder utilizar este procedimiento cuando la eunomia sea instaurada; entonces los buenos “no permitirán que los locos
ocupen el Consejo ni tengan la palabra en la asamblea” y “finalmente el pueblo volverá a la
servidumbre”. “En ciertas
oligarquías- nos informa Aristóteles-
los oligarcas prestan el juramento siguiente: Seré hostil al pueblo y trataré
de todo el daño del que sea capaz” (
Politica V, 1319 a, 8-10 ), sentimiento poco amistoso que encuentra también una representación figurada
en el famoso monumento funerario de Critias que muestra al oligarca con una
antorcha incendiando a la democracia, y
en recuerdo – decía su leyenda- “ de los
hombres valientes que durante un tiempo
sometieron la insolencia del maldito pueblo”. ( Escolio a Esquines
1.39) (…)
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Luciano Canfora;”La democracia como violencia”
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