Por Carlos
Valmaseda(*)
Los
dos libros posiblemente más conocidos de la filosofía política de la antigüedad
son La república de Platón y La política de Aristóteles. La República es el
nombre con el que se conoce una obra cuyo título original en griego era Ty
Politeia. Vemos pues que ambas obras utilizan unas palabras, política y
politeia, que nos remiten a polis, término que suele traducirse como
ciudad-estado. Es una traducción que puede llevarnos a equívocos, especialmente
si la vemos desde la perspectiva contemporánea. De las polis griegas podríamos
llegar a decir que ni eran propiamente ciudades ni eran estados, al menos según
los patrones actuales. Atenas, la polis
más conocida, abarcaba un territorio relativamente amplio en la región de
Ática. Maratón, por ejemplo, formaba parte de la polis y, como sabemos bien -y
padecemos- los corredores de larga distancia, se encuentra a unos cuarenta
kilómetros del núcleo urbano de Atenas.Más tarde insistiremos sobre ello, pero
podemos destacar ahora que, además, para los griegos, ni el territorio, ni
siquiera el conjunto de ciudadanos eran lo que constituía una polis. El
elemento definidor era su constitución. Es por ello que otra de las obras de
Aristóteles dedicada a la política, La constitución de los atenienses, tiene
como título original Athenaion politeia...