El ostracismo voluntario de GENUCIO CIPO ( VI a.C.)
La Puerta Radusculana era uno de los accesos al centro de
la ciudad de Roma y estaba adornada en honor de Genucio Cipo, un juez de instrucción
de los primeros años de la
República romana que partió, en funciones de general, con su
ejecito a la guerra (Siglo VI a C.) Al volver, victorioso, un adivino profetizó- interpretado un sueño
de Genucio en que veía su frente
coronada - que este general derrocaría a la Republica romana a su
regreso, al traspasar aquella puerta de acceso a la capital. Para evitarlo, Genucio se impuso
a si mismo no traspasarla y
marchar el destierro. En dicho destierro
voluntario, por su amor a la República, permaneció
hasta el día de su muerte. Como compensación, el Senado le concedió una tierra
fuera de la ciudad. Relacionado con estos hechos, en la Republica Romana existía una norma preventiva de protección de la Republica que prohibía
el acceso al núcleo de la ciudad (el
pomerium) a generales y gobernadores. El pomeriun estaba marcado con hitos y representaba la zona que fue
delimitada por el arado de Rómulo cuando la fundación de Roma
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