El ostracismo voluntario de GENUCIO CIPO ( VI a.C.)
La sobriedad igualitaria
de PLINIO EL VIEJO ( 23-79 d.C).
Plinio el Viejo,
fue un ejemplo de la frugalidad y sobriedad
en el modo de vida característicos de las antiguas virtudes romanas. En
la mesa, servía el mismo vino y alimentos
a invitados, fuesen libertos o ciudadanos ilustres. Cuando le
preguntaron si al invitar a los libertos
les servía- igualitariamente- el mismo
vino que a los demás, y respondiendo que si, le replicaron que aquello le
costaría mucho. “No”- respondió- “Porque mis libertos no beben el mismo vino que yo sino que yo bebo el mismo vino que mis
libertos”
Los asuntos públicos, es
lo propio de un buen ciudadano . La causa etica en politica y en la vida . CATON DE UTICA, EL JOVEN: ( 46
A .c.)
Relata Plutarco: (Vidas
Paralelas : “ Caton el Joven”
65):
“Al Senado entraba el primero y salía el ultimo y, muchas veces, mientras
llegaban los demas, se estaba sentado, leyendo en voz baja, y cubriendo el
libro con la ropa. Nunca en dia de
Senado salía al campo. Mas adelante , los
de la facción de Pompeyo, al ver que había
de serles un estorbo para sus injustos designios, ya que le encontraban siempre integro e inflexible,
se propusieron entretenerle con
negocios privados, fuese para
defender a amigos, o en compromisos y arbitrios y en otros negocios particulares Pero habiéndose dado cuenta de la acechanza
muy pronto, se negó a todo, e hizo propósito de no atender a ninguna otra cosa
cuando había Senado. Porque consideraba que
no había entrado al manejo de los asuntos públicos por deseo de gloria o
por avaricia, ni casual o fortuitamente- como hacen algunos- sino por elección,
convencido que el tomar parte en el
gobierno era propio de un buen ciudadano, imponiéndose la máxima de que
debía de trabajar por el bien publico mas que las abejas en sus panales”
Se señalan múltiples anécdotas de la forma en que gobernaba
tanto los asuntos publicos como su propia
vida. En la gestión publica su honradez, moralidad y dedicación era compatible con la
administración eficaz, y “demostraba que
la Republica
puede ser rica sin ser injusta”-dice Plutarco
de él. Detestaba a los que tenían
vanidad por el uso del poder: la “ambición
de mando”,- como la llamaba - que “lleva
la Republica
al precipicio” y muchas
expresiones referidas a él se hicieron proverbiales
en Roma. Asi se decía que su pasión por la veracidad era tan fiel que su testimonio
era sinónimo de certeza y se usaba la expresión “Eso no puedo creerlo aunque lo dijese Caton”. De quien hablaba elogiando
la sobriedad y la templanza se decía que
“hablaba como Catón”.
Aquella sobriedad y
honestidad al servicio de la republica
se acompañaba de una necesaria preparación política que cultivaba sin cesar.
( ya hemos visto como aprovechaba el
tiempo libre de espera en las gradas del Senado para leer) . Dice Plutarco de
él que se ejercitaba en la elocuencia y que afirmaba que “así como en una ciudad hay que tener prevenciones para la guerra, convenía
también tener hechos preparativos en la filosofía política”. En esto,
también huía del discurso ocioso. “Se habla. ¡Oh Caton! , y se murmura de tu
silencio.-Muy bien, -respondió,- mientras
no se murmure de mi conducta, porque yo empezaré hablar cuando
no haya de decir nada que fuera mejor no haberlo dicho”
Su muerte voluntaria, tras el fracaso de su causa
republicana, es un ejemplo de rechazo
hasta el final del sometimiento a la injusticia y considerar que no merece vivirse una vida que no sea libre, dirigida por su propia razón y autogobernada por uno mismo. “Nadie puede prohibir que me dirigía por mi
propia razón”, e impedir que “esté
en mi mano morir o vivir”. “Nadie puede violentarme en aquello que no
puede persuadirme”.
Su vida y su muerte fueron un monumento a un paradigma de la ética: que las éticas del
éxito no son sino negación de toda ética, y que toda ética alberga en ella una defensa de las causas perdidas. Es
el paradigma de la defensa de aquellas causas, que, para si mismo o para los
demás, deben emprenderse sencillamente por creerlas justas con independencia de
toda otra consideración, incluida la de
utilidad y victoria. El empeño por la victoria de la causa justa debe de ser tenaz pero sin que ese
empeño nos depare otra compensación que
la de estar actuando de manera digna.
“Causa victrix diis
placuit, sed victa Catoni “: “La cusa
de los victoriosos gustó a los dioses,
la de los vencidos a Caton” ( Lucano.-Farsalia)
L.QUINCIO
CINCINNATO. (455 a .C.).- El oficio de politico en República.
“Esta lección deben apreciarla
aquellos para quienes, ante las riquezas, son despreciables todas las cosas de
la tierra, y que imaginan que las altas dignidades y la virtud no pueden encontrar
puesto mas que en el seno de la opulencia”.
Asi comenta el relato
ejemplar sobre la misión de L.Quincio Cincinnato, el historiador Tito
Livio en su Ab Urbe Condita ( lib
III, 25-27)
L.Quincio, - un ciudadano muy apreciado por todos por que
ya había rendido servicios a la
Repubica - fue estimado, en un momento de extrema gravedad
para la supervivencia de la
Republica , la única esperanza del pueblo romano. El senado
pues, le envió legados para que aceptase la misión política que quería encomendarle.
L.Quincio estaba en el campo cultivando la parcela de tierra que poseía a la
ribera del Tiber y alli le encontraron
con el azadón dicen unos, o detrás de su arado con bueyes, según otros, pero en todo caso, sudando en el
trabajo agrícola. Ls legados le rogaron que se giciese cargo del cargo que le ofrecían.
El, se sorprendió preguntando si habia ocurrido alguna desgracia..Se limpia
el sudor y el polvo y se informa de los legados de la gravedad de
la situación. L. Quincio no lo duda. Toma la toga que le ofrecen y la viste
porque la Republica
le necesita. Es un ciudadano disponible para el bien común y le han dado
poderes extraordinarios por seis meses para arreglar a situación. Quindío
Cincinnato lo hace con extrema eficacia
y al cabo de diez y seis días, terminada
su misión, abdica y vuelve a su campo, a su humilde arado detrás del surco de
los bueyes.
SOLON DE ATENAS ( 594 A .c.).- No se puede vivir
dignamente sino ente iguales.
Solon, uno de los considerados Siete Sabios fue arconte de
Atenas y su legislador mas eminente, fundando las bases primeras del régimen democrático
de la republica (politeia) ateniense.
Su apego a las formas democráticas provenia de sentirlas como
una fma de vida. Rechazó la tiania que se proponía
y marchó al exilio cuando el tirano Pisistrato se hizo con el poder en su
ciudad argumentando que no le atraía hacer las cosas con violencia de la misma manera qe no podia soporar “ que en la tierra fértil de mi
patria tengan igual lote los malos qe
los buenos”. Llamado por el mismo Pisistrato , rogando que volviese porque
ninguna mal podía temer , rehusó alegando que le era imposible vivir si no era
entre iguales.
De igual manera fue invitado por el monarca Creso a vivir en su reino ida lli donde las leyes son
iguales para todos.y de la misma forma no lo aceptó: “Te aprecio por tu amistad hacia mi- le contestó- y ¡Por
Atenea! Si no fuera para mi lo mas importante vivir en democraia hubiera
preferido continuar mi vida en tu reino mas que en Atenas donde reina un tirano.
Sin embargo, me es mas agradable la vida”.
Esta actitud de
vivir y sentir la democracia y la polis
le hacía particularmente clarividente de la relación
que existía entre felicidad privada y bienestar público: “con un buen gobierno, los asuntos humanos son rectos y ecuánimes”. A
la inversa, desentenderse del buen gobierno y retirarse al refugio del hogar no supone ninguna salvación
pues cuando la desgracia toca los
asuntos públicos, penetra igualmente en lo privado, “ invade el hogar de cada uno y las puertas del atrio no pueden frenarla
sino que salta el muro del patio y encuentra incluso a quien se esconde en el cuarto mas remoto” . Los que buscan su propio provecho destruyen la
ciudad y la ambición de los ricos, y la
soberbia e los poderosos que “no saben
dominar el hartazgo” hierre de muerte a la ciudad.
Solon era de los hombres que respondía al lema del poeta
Tirteo de Esparta: ( 640 a .C)
“Exponen de palabra lo bueno y de obra practican lo justo”.
Los hechos referentes a este romano os relata Tito Livio y
de ellos se hace eco Maquialvelo en sus Discorsi.
Quinto Fabio habia sido cónsul el año precedente, pero no
desdeñó estar disponible en las primeras filas de la batalla, como soldado, recibiendo
alli una herida que le provocaría la muerte. Su presencia y aquel incidente
animo a los romanos en la batalla que casi tenían perdida, consiguiendo la victoria.
Sobre este comportamiento de un cónsul que no despreciaba volver a la base del los
combates hace Maquiavelo el comentario siguiente:
“Porque aunque los romanos eran muy
amantes de la gloria, sin embargo no estimaban tarea deshonrosa obedecer a los que una vez habían
mandado, o vivir en aquel ejercito del cual habían sido jefes, costumbre que es
contraria alLa opinión , orden y comportamiento de los ciudadanos de nuestros
dias. Y en Venecia se da incluso este error: que un ciudadano que haya ostentado
un cargo importante se avergüence de aceptar otro de menor rango y que la
ciudad le consienta que puede rehusarlo. Lo cual au el caso de que en el
terreno de lo privado resulte honorable, es del todo inútil en lo publico. Porque una republica debe tener mas esperanzas
y confiar mas en un ciudad que de un puesto alto descienda a gobernar
otrolo inferior, que de otro que de un cargo
pequeño ascienda a gobernar lugares mas
altos. “.
Maquiavelo razona a continuación que aquella virtuosa práctica de los romanos impedía que los cargos públicos se ocupasen por oportunismo como via para dar rienda suelta a la ambición.
Por el contrario se disponía en las bases , de hombres honrados y con
experiencia que ademas de consejeros podían ser cosiderados coo autoridad moral
por los superiores
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