1.- El voluntarismo
como expresión de la autonomia y autogobierno
Para Maquiavelo,
uno de los componentes de la virtu ciudadana ,- esa cualidad y compromiso
civico , raiz de la moralidad republicana- es la voluntad en
acción política que se enfrenta asi a la Fortuna, siendo capaz de
vencer sus determinismos. Virtud contra Fortuna. En definitiva, apunta una política
no condicionada por la necesidad natural, histórica o económica, de manera que lo
determinante en la praxis política, en ultima instancia ,es una voluntad
autónoma y la movilización ciudadana que logran la liberación de las restricciones
de la experiencia. Peter Hallward señala que este voluntarismo en política ,
que hoy ha pasado a ser poco más que un insulto, era retomado por
Rousseau, ( sin voluntad no hay libertad, autodeterminación o causalidad
moral ) .Es continuado por sus seguidores jacobinos Robespierre (“ quieren ser libres, entonces lo serán").
Insistido por Kant (la causalidad mediante la voluntad, las
personas tienen la capacidad o poder para serla causa y ser los autores de su
propio mejoramiento) Llega, entre otros, hasta Lukacs para quien la decisión,
la voluntad subjetiva, la acción libre tienen una primacía estratégica frente a
los hechos aparentes de una situación. Y se vuelve a afirmar en la fórmula
de Badiou : "tener voluntad es
forzar un punto de imposibilidad de manera que se vuelva posible".
Por el contrario, son herederos de las filosofías y las
culturas contra las que la ilustración se levanta, aquellas concepciones heterónomas por las que la voluntad
libre se condicionada. No son de
extrañar los sarcasmos críticos típicos de
Maquiavelo contra la Iglesia
puesto que es el cristianismo el que
parte de la primacía de las leyes divinas y la ley natural en la determinación del
actuar humano correcto. En la misma fuente beben la necesidad histórica del tipo voluntad de Dios,
providencia y sus equivalentes seculares: la voluntad de las elites con derecho
a gobernar gracias a sus capacidades y privilegios acumulados o sus capacidades
adivinatorias derivadas de la presunta relación necesaria: riqueza-
cultura-sapiencia política. Estas posturas pre-ilustradas vuelven a recordar la
posición antidemocrática de Platón: la política es una techne, reservada al sabio, al filosofo-rey. Desembocan en la
actual y tan reiterada práctica de que la política no es cosa despueblo sino de
los técnicos. Ya Gorgias le do un buen rapapolvo a Sócrates sobre esto en su famoso
diálogo: la virtud debe estar repartida en todos por igual y no reservada a unos
pocos porque de lo contrario se haría imposible la convivencia civilizada humana.
Efectivamente, si en la primacía de la dialéctica
condicionamientos-voluntad libre primase
la primera, sobraría el pueblo y bastaría
dirigirse a la sabiduría de los científicos,
de los adivinos o de los portavoces intérpretes de los designios de los dioses. Normalmente los tres suelen ser
aliados objetivos. Como también reconoce Aristóteles, normalmente, en los pocos, ademas de concurrir la riqueza, se suele situar la posesión de lo que se llama cultura y
conocimientos.
El voluntarismo así concebido no significa no hacer caso
omiso de los obstáculos y las oportunidades. Precisamente es un monotema en
Maquiavelo, que la sabiduría política puede ser llama prudencia, o exitosa ,cuando
sabe adaptarse a esas circunstancias que la “fortuna”, o la situación ofrece,
para hacer de ellas una oportunidad. No se trata por lo tanto de negar esas
circunstancias sino más bien de recordar que los obstáculos aparecen para ser
superados a la luz del proyecto que la libertad plantea siendo en definitiva nosotros quienes creamos
nuestra propia historia incluyendo nuestros propios obstáculos. Conocer y ser
consciente del terreno no cierra el camino por el que priman las formas de determinación
subjetivas sobre las objetivas.
Por supuesto en Maquiavelo no existe ni sombra de que
aquella voluntad política sea la voluntad popular o la voluntad general , revelación
genial de Rousseau y consigna de los jacobinos, pero en su actitud voluntarista se contiene el
fundamento básico de la dialéctica democrática
y republicana del autogobierno libre que señalamos, independiente del dictado
de heteronomias ajenas. Y esto lo hace
con la brillantez característica de sus
sintéticas y breves sentencias que son con las que ilustramos este texto y que
provienen de sus cartas personales.
2.-La política como lugar de humanización:
Por otra parte, en voluntarismo político que revela
Maquiavelo contiene otro de los rasgos de la concepción política que la concepción
republicana hereda de la “antigua” democracia griega. La praxis por la libertad
ya es el uso de la libertad y el ejercicio de nuestra humanidad moral o de nuestra
humanidad tout court. Gracias a ello puede
identificar Hanna Arednt libertad y acción política y distinguir entre libertad
(la praxis política, cuya finalidad
se agota en si misma, en su propio ejercicio) y liberación (la poesis política, el resultado conseguido).
La forma de decirlo en Maquiavelo es lapidaria: “no es vergonzoso ser vencidos sino no haber sabido luchar dignamente”.
“luchar dignamente” es el propio
ejercicio de nuestra humanidad y el uso de nuestra libertad porque el campo de lo publico es lo
genuinamente humano. La libertad existe únicamente
en el peculiar ámbito de la política. Solo en el lugar público el
individuo se humaniza verdaderamente, su
lucha libre merece el calificativo de “dignidad”, el happy end no da mas dignidad
a su condición, ni el ser vencido añade ignominia. “La causa de los vencedores agrada a los dioses, la de los vencidos a
Catón”. La excelencia de la moralidad no está en el resultado sino en la praxis digna de los vencidos. El voluntarismo se hace
así exigencia ética.
Solo de esta manera- desde estas dos consecuencias de una auténtica
dinámica democrática y republicana del voluntarismo podemos librarnos de reducir
la política a una constante externa a la sociedad, y la política y el poder político
como una actividad exclusiva de instancias
diferentes a nosotros mismos o del
Estado.
La interpretación tradicinal de un Maquiavelo perverso por
apartar la política de la ética está olvidando que no es esto lo que hace
Maquiavelo, sino mas bien liberar la política de una carga moral muy peculiar que el cristianismo hacía pesar
sobre la política desvalorizándola, para llevarla a asumir una ética de la
actividad humana libre . Con el cristianismo, la política no es mas que
actividad de adecuación de la conducta humana a las leyes prefijadas por la ley
divina, con Maquiavelo la política recobra su antigua dignidad de conducta de
hombres que creamos nuestro propio orden
esencial político y moral dado que la moralidad se genera en la ley que los
humanos nos imponemos a nosotros mismos,
no dictada por otra causa ni ningún otro determinismo que el determinismo nuestro.
Es, solamente la libertad , “la causalidad de la voluntad” en la conocida
formula de Kant Kant por la cual “somos realmente colegisladores del mundo de la ética”.
Esa construcción moral, esa “patria” es amada por Maquiavelo “mas que a mi alma” ( o “mas que a… ¡Cristo!” en la versión poco
legible y ambigua )
No nos debe llevar a engaño la expresividad lapidaria de formulas
de Maquiavelo en sus epístolas. En nada son superficiales. Maquiavelo es un
convencido consecuente cuya coherencia meditada se revela incluso en la espontaneidad de
escritos dirigidos privadamente a los amigos.
3.- Ilustracion de las cartas privadas de Maquiavelo
Cartas a Francesco Vetori (1527,1513, a Bartolomeo Cavalcani ( 1526) a Francesco Maquiavelli ( 1497)
( Nicolas Maquiavelo.-"Epistolario Privado"-La Esfera de los libros.-Madrid.- 2007
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