MODERNIDAD.
Las palabras “modernización·
y “modernidad” han sido degradadas
hasta convertirlas en conceptos de moda
con los cuales es posible pensar cualquier cosa. Si uno trata de imaginar que
entienden con el término “modernidad” las personas hoy llamadas “modernizadoras”,
comprobará que es un poco más que la adaptación económica y social a las
supuestas coacciones del mercado global. El concepto de modernidad queda
limitado a categorías puramente económicas
y técnicas. Así, los anglosajones no tienen protecciones jurídicas
contra los despidos de modo que si
queremos ser modernos debemos desprendernos también de neustra protecciones en
ese ámbito. En muchos países, la red de seguridad social ha sido seriamente
reducida, de modo que si queremos ser modernos
también debemos reducirla drásticamente. En muchos países los impuestos
a las empresas han disminuido, para que los empresarios no dejen el país y se
vayan a otra parte, de modo que debemos ser modernos y rebajar también nuestros
impuestos. La modernidad se ha trasformado
simplemente en una palabra para expresar la aceptación de esas coacciones económicas. La cuestión de cómo queremos vivir juntos y
que tipo de sociedad deseamos es hoy completamente
antimoderna y ya no se plantea en absoluto.
(*).- Oskar Lafontaine.- “El
corazón late a la izquierda”.-Paidos 2000
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