La coartada
Heidegger
“No
dejemos que las teorías y las ideas sean las reglas de nuestro ser. El Führer
mismo y sólo él es la realidad alemana y su ley, hoy y en el futuro”.
“Que
actué o no actué esta voluntad depende de una cosa: que nosotros los alemanes,
un pueblo históricamente espiritual, seamos nosotros mismos la voluntad otra
vez.”
Martin Heidegger.
Ser consecuentes con
nuestro tiempo fue la explicación que dio Heidegger por su entrega febril,
frívola e incondicional al exterminio de millones de personas. Estamos
acostumbrados a que el mal se ejerce como un acto cruel y antisocial con
ciertas características: violencia, criminalidad, el daño evidente en contra
del otro, la devastación social y anímica de las víctimas. Es algo palpable y
detectable. Pero existe el mal de las ideas, ese que ejerció Heidegger y que
desata consecuencias terribles. Su colaboración a la construcción de una
ideología y su genocidio fue dedicarle su filosofía y pensamiento, delatar a
sus alumnos y compañeros académicos judíos para que los enviaran a los campos
de exterminio y motivar a sus alumnos arios a que se inscribieran en la SS o
cualquier grupo militar del partido nazi.