Republicanismo político y
ciudadanía social
Esteban Anchustegui
Igartua (*)
Introducción
El término ciudadano
“apunta a la definición de la identidad de los individuos en el espacio
público” (Thiebaut 1998, 24). En este sentido, la noción de ciudadanía está
asociada a la pertenencia plena a una comunidad política, característica que no
necesariamente es compartida por todos los componentes de una comunidad. Así,
Marshall afirma que “la ciudadanía es aquel estatus que se concede a los
miembros de pleno derecho de una comunidad” (1992, 37). En este sentido, la
ciudadanía resulta ser un estatus formal que, siendo político, tiene
condicionantes o requisitos extrapolíticos (nacimiento, residencia u otros). Así,
el ciudadano se define por oposición al extranjero, al que es ajeno a la
ciudad, y también frente al meteco: aquel que, aun residiendo en la ciudad, no
es considerado un miembro pleno de la misma
.
Modelos de integración
política y ciudadanía
Con todo, ser ciudadano
significa algo más que la mera coincidencia en deberes y derechos con los demás
miembros de una sociedad política. Implica ordinariamente la conciencia de
estar integrado en (“pertenecer a”, en la acepción más común del término) una
comunidad, dotada de una cierta identidad propia, que abarca y engloba a sus
integrantes singulares. Hablaremos, por tanto, de las distintas maneras en las
que el ciudadano se vincula a su comunidad.
Leer más...