Por Bru Laín i Escandell (*)
La Asamblea General de la
ONU proclamó el 2012 como el Año Internacional de las Cooperativas y resaltó la
contribución de las cooperativas al desarrollo económico y social,
especialmente su impacto en la reducción de la pobreza, la creación de empleos
y la integración social. Este artículo pretende resaltar la relación entre los
principios cooperativos y los de la tradición republicano-democrática. El
programa político-normativo compartido por ambas tradiciones puede entenderse
como una de las herramientas económico-sociales con mayor potencialidad para
articular una verdadera democracia en el siglo XXI.
Se conoce que dentro los
heterogéneos movimientos de las clases populares han existido dos tendencias o
movimientos históricos. Sin entrar en mayor detalle, se puede afirmar que el
primero se caracterizaba por rasgos más políticos y estatistas , mientras que
el segundo la hacía con un asociacionismo más horizontal que no buscaba
necesariamente la conquista del poder
político. La primera corriente se asoció
con el marxismo o socialismo colectivista, más cercano a la disciplina del partido de masas y al sindicato de clase. La
segunda con movimientos de tipo más libertario o comunitario buscando soluciones y articulándose bajo formas de tipo
mutualista. Este artículo pretende
trascender este debate, a veces estéril, poniendo en duda la relevancia que
actualmente pueda tener el hecho de
pretender apropiarse ya sea desde una
vertiente u otra el origen o la esencia del movimiento
cooperativo. Más bien se pretende realizar un análisis sobre la relación entre
este movimiento el cooperativo y la histórica tradición del republicanismo de
corte más democrático o progresista y hacer una breve reflexión sobre aquellas
características específicas de esta tradición que se omparten con las del
cooperativismo, a saber; la cuestión de la libertad y la de la propiedad
La tradición de pensamiento
republicano ha sido algo más que una “tradición de pensamiento”.Al contrario,
ha sido algo socialmente existente, desde la sociedad griega, pasando por la
romana donde tuvieron grandes pensadores en esta línea. Pensamos en
Aristóteles, en Aspasia, en Pericles, también en Cicerón en la época Romana y
entre los siglos XVIII y principios del XIX, en Adam Smith, Thomas Paine,
Maximilien Robespierre, Karl Marx y un largo etcétera. ¿Pero por qué decimos
que ha sido algo socialmente existente? Pues porqué en los diferentes contextos
y momentos históricos en que esta ha aparecido con mayor fuerza, lo ha hecho
siempre acompañando o vistiendo a grandes movimientos populares dentro de
episodios de gran tensión respeto a la situación de la libertad.