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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

1/4/15

"LAS ELECCIONES NO SON DEMOCRACIA"

Entrevista a Jacques Rancière. (1)



La siguiente entrevista que reproduce la Cabaña, se sitúa en las circunstancias políticas concretas de tiempo y de lugar, en la elección presidencial francesa de 2012. No obstante ,la traemos a la Cabaña por lo que tiene de reflexión  aplicable- desprendidas esas particularidades- a la situación actual  en España y sus próximas convocatorias electorales, generales, locales, etc. La consideración sobre el significado del voto en  representación y sustitución de la voluntad popular   y delegación de poder en expertos, y particularmente desde la perspectiva de movimientos que se sitúan – sin organización de extra poderes sociales independientes de la convocatoria electoral- en el juego del sistema representativo, exacerbando la importancia de este juego, creemos que es de máxima actualidad. Sin temas habituales sobre los que el filosofo francés  reflexiona y que proponemos en la oportunidad- o ¿ inoportunidad?  del  momento

Pregunta .:Se presentan generalmente las elecciones presidenciales como el punto culminante de la vida democrática francesa. Vd. no opina así ¿Por qué?.

Jacques Rancière:  En sus principios, como en su origen histórico, la representación es lo contrario de democracia. La democracia se basa sobre la idea de la igual competencia de todos y su modo normal de designación seria el sorteo tal como se practicaba en Atenas, con el fin de impedir el acaparamiento de poder por los que lo desean.

La representación  es un principio oligárquico. Con ella los que se asocian al poder representan, no a la población sino  un  estatus de competencia sobre el que pretenden fundamentar  su autoridad sobre aquella población, sea el  nacimiento, la riqueza, el saber, u otras cosas.

El sistema electoral es un compromiso histórico entre pode oligárquico y poder de todos. Los representantes de los poderes facticos se hacen los representantes del pueblo, e inversamente, el  pueblo  democrático delega su poder en una clase política acreditada por un conocimiento particular de los asuntos comunes y el ejercicio del poder. Los tipos de elección y las circunstancias son los  que hacen inclinar la balanza más o menos hacia cada lado.

La elección  de un presidente como la  encarnación  directa del pueblo fue un invento de 1848 contra el pueblo de las barricadas y de los clubs populares y reinventado por De Gaulle con el fin de dar un “guía” a un pueblo demasiado turbulento. Lejos de constituir la culminación de la vida democrática, no es más que el culmen de la extrema desposesión electoral del poder popular en beneficio  de los representantes de una clase de políticos cuyas facciones opuestas que comparten, cada cual  en su turno, el poder de los “competentes”.
Cuando Francois Hollande promete ser un presidente “ normal”, cuando Nicolas Sarkozy propone “ devolver la palabra al pueblo”,¿ no están  , precisamente, con ello,  levantando acta de las insuficiencias del sistema representativo?

Un presidente “normal”  en la V república es un presidente que concentra un numero anormal d€ poderes. Hollande será quizás un presidente modesto pero  será  la encarnación suprema de un  poder del pueblo legitimado por aplicar programas definidos por pequeños grupos de expertos “ competentes” y una internacional de banqueros y de jefes de estado que representan los intereses y la visión del mundo de las potencias financieras dominantes.

En cuan a Nicolas Sarkozy, su declaración es francamente cómica. En principio, la función presidencial hacer inútil la palabra del pueblo puesto que ése pueblo no hace sino  elegir  silenciosamente, una vez cada cinco años, aquel que va a hablar en su nombre.

Pregunta. ¿Pone Vd. la campaña de Melenchon en el mismo saco?
Jacques Ranciere. La operación Melenchon consiste en ocupar una posición marginal ligada a la lógica del sistema. La de un partido que está a la vez dentro y fuera., Esta posición ha sido durante mucho tiempo la del partido comunista. El  Frente Nacional de Melenchon la ha hecho suya e  intenta recogerla a su vez. Pero en el caso del Partido Comunista Francés  esta posición se apoyaba sobre un sistema efectivo de contrapoderes que le permiten tener una agenda distinta que la de las citas electorales.

En el caso de Melenchon, como en el de Le pen, no se trata más que de aprovechar esta poción  en el marco del juego electoral y de  opinión.  Creo francamente que no hay mucho que esperar. Una autentica campaña de izquierda consistiría en denunciar la función presidencial misma. Una izquierda radical supone la creación de un espacio autónomo, instituciones y formas de duscusion y acción independientes de las agendas oficiales.

Pregunta: Los comentaristas  políticos señalan la proximidad de Marine Le Pen y Melenchon al acusar a ambos de populismo. ¿Tiene fundamento ese paralelismo?
Jacques Ranciere. La noción de populismo  está hecha para amalgamar cualquier forma de política que se oponga al poder de  competencias autoproclamadas y pòr  convertir toda resistencia en una sola imagen. La de un pueblo atrasado e ignorante, incluso torpe y brutal. Se invocan  los progroms , las grandes demostraciones nazis y la psicología de las masas  de Gustave Le Bon para identificar poder del pueblo y desencadenamiento de una masa racista y xenófoba.

Pero, realmente, hoy, las masa en colerizadas ¿se pondrían a destruir los comercios de los marroquíes o perseguir a negros? Si existe xenofobia en Francia, no viene del pueblo sino de un Estado que se obstina en poner a los extranjeros en situación de precariedad. Nos enfrentamos a un racismo  desde arriba.


Pregunta. ¿No existe, por lo tanto, una dimensión democrática  en las elecciones generales que impregnan  la vida de las sociedades  modernas?.
Jacques Ranciere. El sufragio universal es un compromiso entre los principios oligárquicos  y los democráticos. Nuestros regímenes  oligárquicos, tienen a pesar de ellos, necesidad de una justificación igualitaria.  Pero, aunque sea mínimo, este reconocimiento del poder de todos hace que  a veces, el sufragio desemboque en decisiones que van en contra de la lógica  antidemocrática de poder de  los competentes.

En el 2005, el Tratado constitucional europeo fue comentado, analizado, y  se extendió por internet una discusión jurídica de manea que los incompetentes se hicieron  con cierta competencia  y el texto fue rechazado. Pero ya sabemos lo que ocurrió. Finalmente el Tratado fue ratificado sin someterse al pueblo, en nombre de la argumentación de que Europa es un asunto de gente experta cuyo destino no puede dejarse al azar del sufragio universal.

Pregunta. ¿Dónde se sitúa entonces un espacio politico posible tal como Vd, lo concibe?
Jacques Rancière.: El acto político fundamental es la manifestación del poder de los que no poseen título alguno para ejercer el pdoer. Estos últimos tiempos, el movimiento de los “indignados”· y la ocupación de Wall Street han sido, tras la “ primavera árabe” los ejemplos más interesantes.

Estos movimientos han recordado que la democracia esta viva cuando inventa sus propias formas de expresión y que reúne materialmente a un pueblo que no está dividido en opiniones, grupos sociales o corporativismos sino que es el pueblo  de todo el mundo y de cualquiera. Ahí se encurta la diferencia  entre la gestión- que organiza las relaciones sociales donde cada cual ocupa su lugar debido- y la politica  que reconfigura la distribución de lugares.

Es por esto por lo que  el acto político se  acompaña  siempre de ºuna ocupación del espacio que se desvía de su función  social para hacer de él un espacio  político. Ayer era la universidad o la fábrica, hoy la calle, la plaza, la explanada. Por supuesto que esos movimientos  no han conseguido  dar a esa autonomía popular que se manifestaba una forma política capaz de durar. Ni formas de vida, organización y pensamiento en ruptura con el orden dominante. Recuperar la confianza en tales capacidades es un trabajo a largo plazo.

Pregunta. ¿Irá  Vd. a votar?
Jacques Rancière. No soy de los que dicen que la elección no es sino un simulación  y que nunca hay que ir a votar. Hay circunstancias donde el voto tiene sentido de afirmación  del poder “formal”. Pero las elecciones presidenciales son la forma extrema de la confiscación del poder del pueblo en su propio nombre. Pertenezco a una generación  nacida a la política en tiempo de Guy Mollet para quienes la historia de la izquierda es la de una traición  perpetua. Creo que no, no iré a votar.

Fuente "le Nouvel Observateur"  19 abril  2012. Entrevista por Eric Aeschimann
http://bibliobs.nouvelobs.com/tranches-de-campagne/20120418.OBS6504/jacques-ranciere-l-election-ce-n-est-pas-la-democratie.html

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