En la República Francesa, en 1841 fue reconocido políticamente el concepto de derecho al trabajo y fueron introducidos por primera vez en la legislación las primeras tímidas medidas de limitación del trabajo de los niños en fabricas. Durante muy breve tiempo , tres meses, (marzo-mayo 1848) funcionaron unos talleres nacionales estatales donde se procuró trabajo, se hicieron obras publicas de infraestructuras a cargo del Estado y se impartió formación profesional a un número limitado de obreros y artesanos. ( 115.000 trabajadores).
Aquel acontecimiento levantó una aluvión de reflexiones políticas, jurídicas, ,morales y económicas en los medios de la época
Para los ilustres portavoces del empresariado y de la vida política las medidas fueron “escandalosas” e “ inhumanas” porque “ sustituían la libertad individual de cada trabajador por el despotismo del Estado” según el político , economista y ministro de finanzas, además de comerciante de jabón, Garnier-Pages. Porque “ proveer de trabajo a los obreros es algo que concierne a Dios no al estado” añadía el militar aristócrata Bugeaud. La “ciencia económica ha proclamado con razón que el trabajo es una mercancía” y “ aunque la libertad de industria entraña cierto número de inconvenientes para los obreros, ¡ ay de aquellos que pretendan sustituir la mano de la providencia tratando de remediarlo!”. Toda la intelectualidad mas técnica y distinguida seguía los pasos del antecedente de La Fayette ya afirmaba desde 1830 que su gobierno no aceptaría ninguna “fijación de salario, de duración del trabajo o de la contratación de obreros porque esto se opone a las leyes que consagraban el principio de la libertad de industria” La compañía patronal Liga del Norte, Victor Cousin ( famoso filosofo) y T. Lestiboudois ( prestigioso medico , botánico y político) afirmaban que era de “ gran utilidad moral que los niños tengan la posibilidad de emplearse en las industrias a una temprana edad, y no estén hasta los diez años a sin haber adquirido el habito saludable del trabajo”.
La discriminación que se pretendía limitando el horario de niños trabajadores en las fabricas era además de “ arbitraria” , “ impracticable” para los economistas y los empresarios . El jurista Tallandier afirmaba que el proyecto de limitación del trabajo de los niños es una “ violación de los limites en los que el poder social debe contenerse”. Los empresarios- dice Victor Cousin -se verán obligados a “ no poder emplear a niños” con lo cual “se impedirá a las familias de sacar partido de sus hijos”. Las ventajas del empleo de los niños son reciprocas. El beneficio del empresario y el de la familia es equivalente, dice Gay –Lussac subrayando el carácter benéfico del ciudadano empresario ( lo que hoy se llama su contribución al desarrollo económico), por dar trabajo al obrero. Sobre el control que conlleva la prohibición del trabajo de menores,....”No hay nada mas vejatorio”, según el jurista Tallandier, el sabio Gay Lussac y el filosofo Victor Coussin , porque esto significa “ para un honrado empresario, ver a cada momento que esta bajo el yugo de una inspección peligrosa” que era “ violar el domicilio del empresario” y hacer al empresario “ “responsable de la salud de los niños imponiéndole sacrificios desmesurados de todo tipo”. Por el contrario, el fabricante “ útil y honorable” al emplear a niños menores está “proveyendo a las necesidades de la sociedad, asegurando trabajo a la clase obrera, y haciéndose amar como un verdadero padre de familia”. Los economistas afirmaban en artículos de la Revue de Deux Mondes, la mas prestigiosa revista de la intelectualidad francesa entonces, y desde 1929 , que la regulación del derecho al trabajo “ destruye todo vestigio de confianza en el mundo comercial”, además de “ socavar los fundamentos del orden social” y el económico que debe basarse en la propiedad y el capital puesto que es “el capital lo que distingue a los pueblos civilizados de los salvajes” y es actuar “ contra todo fundamento de hechos”. Esa misma ciencia económica afirmaba que la reglamentación de horas de trabajo eran un “ atentado a la libertad” y ”debilitar la religión de la propiedad” La reglamentación en este ámbito – el inicio de la rama del derecho que luego constituirá el Derecho del Trabajo- conduce a un “Estado socialista donde los trabajadores no trabajan”.
Niños en los telares |
Como vemos, concurren en la argumentación – que se multiplica hasta una abundancia monótona- las reiteradas y viejas razones que siguen sirviendo hoy dia a los herederos de aquella lógica y beneficiarios de los mismos privilegios. La remisión a la necesidad económica de carácter científico comprobado y la evidencia practica de los técnicos experimentados en estos asuntos, la apelación a la libre actividad del capital, de cuyo ejercicio sin obstáculos ni control ni regulación resulta una utilidad para todos particularmente para los propios trabajadores y sus familias , el peligro que para las libertades individuales representa el Estado, la condena del Estado-providencia, y el vicio que ese Estado-providencia fomenta fabricando “vagos” , el carácter natural de ese orden semejante a la sacralidad de la propiedad y el libre mercado , el peligro comunista, la necesidad de no socavar la confianza del mundo empresarial, la ejemplar responsabilidad y cuidado del empresario, el beneficio mutuo dfe todos y en pasrticular para el desarrollo económico y el empleo que se deriva del beneficio y la actividad libre del sacrificado y virtuoso emprendedor,......
Niñas en los telares |
1848 |
Esta salvaje e inhumana condición ha sido el indecente rostro que el capitalismo ha escondido siempre detrás de una retórica ideológica inagotable de moralidad y pretendida racionalidad económica
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