POLÍTICA Y REPÚBLICA.- Jorge
Alvarez Yaguez
ANIMAL POLlTICO : LOGOS Y POLIS : (1)
El
término” politica” (politike)
es referido en Aristóteles al gobierno, organización, orden o constitución de
la polis, de la ciudad o comunidad política (koinomia politike). Es referido pues, a una comunidad especifica, que se
delimita con toda claridad de otras, como la que constituye la casa, la aldea,
aun cuando tenga relaciones con ellas. Aristóteles se toma un especial cuidado
en distinguir esto, por las enormes consecuencias que conlleva. Si
diferenciamos con claridad estos distintos ámbitos de relación, no
confundiremos tampoco el saber que a ellos va ligado, ni lo más importante, la
forma de gobierno, de dirección de las relaciones que en ellos han de
practicarse. Evitaremos las claves tomadas de la comunidad familiar como medio
de entender los supuestos defectos de la polis, o de postular sus objetivos.
Evitaremos el reducir las categorías propias de una comunidad a las de la otra.
Comprenderemos, en definitiva, la categoría propia de lo político.
En efecto, este es el punto capital
por cuanto era frecuente su confusión, y en ella se incurrirá una y otra vez a
lo largo de la historia de la teoría política. No en vano Aristóteles comienza
su Política por ahí, algo que en los estudios habituales es recogido como
un mero gusto por las distinciones analíticas, como una sencilla delimitación
de organizaciones sociales sin mayores consecuencias conceptuales. Aristóteles
empieza diferenciando estas comunidades en
un principio por una especie de orden genérico tipologicamene dirigido.
La casa (oikos) surge naturalmente
impulsada en torno al embrión que forman
la unión de mujer y hombre con el telos
de la generación: a los hijos se les irán asociando sirvientes y esclavos, de
manera que el conjunto cumpla con la
finalidad de cubrir las necesidades de la existencia, de la simple vida: “la comunidad constituida naturalmente para
la satisfacción de las necesidades cotidianas es la casa”, se dice en el
texto (1252b, 13) (2). La aldea (kone) aparece como una comunidad constituida
por varias casas en vista de las necesidades no cotidianas. La ciudad (polis) no seria sino el
resultado posterior de la unión de diversas aldeas; sirve ya a un fin superior
no marcado ya por lo biológico o por el ámbito estricto de la necesidad, o al
menos no en su desarrollo, pues su
suficiencia hace que su telos no sea
y el simple vivir sino el “vivir bien”
(eu zen). Es importante reparar en
esa dimensión de alejamiento de aquellos espacios determinados por lo biológico,
por la necesidad, y la caracterización
del fin como la “buena vida” pues sabemos la carga ideal, de plenitud que conllevan
esos términos en Aristóteles. De suerte, que la comunidad política, la polis,
aparece ya en esa génesis como ámbito de lo plenificante. Esto aparece mas
subrayado si se tiene en cuenta que paa Aristóteles la polis es telos de las comunidades anteriores, y
el fin supone el perfeccionamiento de un ser, la plenitud de su naturaleza. El telos esta connotado no solo como algo
hacia lo cual por naturaleza se dirige,
sino también como lo mejor, como lo bueno para el ser. Por eso Aristóteles
puedes sostener, por una parte, rente a sofistas y cínicos el carácter natural
de la comunidad política, al igual que la casa.” De modo que toda ciudad es por naturaleza (phisey), si lo son las comunidades primeras porque la ciudad es el
fin de ellas y la naturaleza es fin” y,
por otra parte, su superioridad cualitativa ya que “aquello para lo cual existe algo
y el fin es lo mejor, y la suficiencia es un fin y lo mejor” (1253, a , 14).
La Pnix de Atenas. Plataforma para el orador |
Destaquemos esta conclusión: La
comunidad política está unida a la
palabra; es su máxima expresión, su ámbito más pleno, toda vez que, si es la misma naturaleza la que lleva a la casa, ésta no adquiere su lugar
ultimo sino en la polis. Es en el
medio cívico donde el hombre, en dialogo con los otros, modula su sentido de
justicia, perfila su juicio; donde, mas allá de la seguridad privada d elo
sensitivo, alanza a saber que es lo verdaderamente justo., No hay, pues, polis, sin comunicación, sin
conversación, sin dia logos, sin deliberación en torno a lo que juzgamos bueno o malo, justo o injusto.
La naturaleza del ser humano
requiere como su fin a la polis para
encontrar en ella el medio de su realización. De ahí la superioridad ontológica
de la ciudad sobre a casa y sobre el individuo, el que Aristóteles pueda
afirmar: “La ciudad es por naturaleza
anterior a la casa y a caa uno de nosotros, porque el todo es necesariamente
anterior a la parte”. Entendemos aquí el termino anterior, o primero (proteron)
no en el sentido temporal sino ontológico y, por lo tanto, axiológico. Casa e
individuo solo adquiere en su sentido
real dentro de ese todo que es la polis. El
telos representa la realización plena de lo que a él conduce, por
consiguiente, solo en él, los elementos
anteriores encuentran su definitivo acomodo, su verdadera función, su
vida misma. De suerte, que la corrupción de esa entidad superior, e ese todo, significaría
necesariamente el deterioro de sus miembros o partes. Por eso el hombre fuera
de la polis experimentaría la perdida de aquello que lo constituye como tal, el
sentido de lo justo, el pleno empleo de
la palabra, su misma humanidad. En la polis el hombre encuentra la posibilidad
de la excelencia (areté), de su
perfeccionamiento; fuera de ella, su rebajamiento, la conversión en el peor de
los animales, “ Es natural en todos la
tendencia a una comunidad tal, pero el
primero que la estableció fue la causa de los mayores bienes; porque asi como
el hombre perfecto es el mejor de los animales, apartado de la ley y de la
justicia es el peor de todos(…) la justicia, en cambio, es cosa de la ciudad (
1253ª,29-37)
(1)Cap I.2. pag 26-31 de su libro: Política y Republica.-Aristóteles
y Maquiavelo. Biblioteca Nueva Madrid 2012)
(2)
H. Arendt insistirá en este punto. La casa esta dominada por la categoría de la
labor, que remite a los ciclos naturales, a la satisfacción de las necesidades inmediatas; no debe confundirse con la categoría
de trabajo, ni con la de acción (prxis).Solo esta última sería lo propio de la polis.-H.
Arendt,.(La Condición humana).
(3).-El
siempre interesante J.P. Vernant, quien nos ha dejado no hace mucho, acentuaría,
como es sabido, lo que debe el logos ya desplegado en razón filosófica, a la
polis. Refiriéndose a Aristóteles escribía: Si el homo sapiens es a sus ojos
un homo politicus es porque la razón misma, en su esencia, es política.-
(Los orígenes del pensamiento griego.).Un
extraordinariamente sugerente análisis de
la union de logos y polis es el que os ofrece M.Foucault en su estudio sobe la perecía
griega ( discurso, franco, libre, verddero).Vease
el magnifico curso. Le gouvernement de
soi et des autres.Cours au College de rance
1982-83.-Paris. Gallimard Seuil. 208
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