Peter
Linebaught y Marcus Rediker(*)
El
barco pirata del principios del siglo XVIII fue un “mundo vuelto del revés”
debido al convenio que establecía las normas y costumbres del orden social d e los
piratas: una hidrarquia desde abajo. Los
piratas administraban justicia, elegían a sus oficiales, repatrian el botín a partes iguales y establecieron una disciplina diferente. Limitaron la autoridad del capitán, se resistero a aceptar muchas de las
prácticas de l amarina mercante capitalista y mantuvieron un orden social multicultural,
multirracial y multinacional,
Intentaban demostrar que los barcos no tenía que ser gobernados del modo brutal y
opresivo que reinaba en los buques de la flota mercante y d el armada
real. El dramaturgo John Gay demostró
su conocimiento de este mundo cuando, en
su obra Polly, hizo que Machbeath se pusiera el disfraz de pirata negro llamado
Morano y cantara una canción titulada “ The Wrold´s Turned Upside Dwon”.
El
barco pirata era democrático en una época
no democracita. Ls piratas reconocían a su capitán una autoridad
incuestionable en la caza de navios y en la batalla, pero en los demás casos insistían
en que estuviera sometido al “gobierno de la mayoría”. Como señalaba un observador
“ le permitían ser capitán a condición
de que ellos pudieran ser capitanes por encima de él”. No le concedían la
cantidad extra de comida, ni el rancho exclusivo no el alojamiento especial que
recamaban habitualmente los capitanes d el a marina mercante o de l a flota de guerra.,
Aun mas, si la mayoría l 0de cidia podía
quitarle el puesto y así se destituía a
los capitanes por cobardean, , por crueldad, por “ negarse a saquear navíos
ingleses” e incluso “ por ser demasiado aristocráticos”. Los capitanes que se atrevían
a excederse en su autoridad fueron en algunos casos ejecutados. La mayoría de los piratas “ tras haber
sufrido anteriormente por lo s malos
tratos de lks oficiales vigilaban cuidadosamente para que no volviese a producirse
nuevamente ninguna de estos hechos malvados” una vez que se encontraron en
libertad para organizar el barco a su voluntad. Otras limitaciones el poder del
capitán estaban personificadas en en la
figura dl intendente que era elegido para representanta y proteger los intereses
de la tripulación y en la institución del consejo que era una reunión en la que
participaban todos lo hombres del barco y que constituía la autoridad máxima.
El
barco pirata era una organización igualitaria en una época jerárquica ya que
los piratas repartían su botín a partes iguales nivelando la elaborada estructura
d e las categorías de salario que era común a todo el resto de empleos marítimos. El capitán y el intendente reciban entre una
y media y dos partes del botín; a los oficiales de rango inferior y a los
artesanos se les daba una parte y un cuarto o una parte y media; todos lo semas recibían una parte cada
uno. Este igualitarismo tenía su origen
en hechos fundamentales. Para los
capitanes d el a marina mercante resultaba irritante la situación, y el
comentario al respeto era que “hay tan poco gobierno y subordinación
entre los piratas que en ocasiones todos
son capitanes, todos son lideres”. Mediante la expropiación de un barco
mercante (después de un motín o tras su captura)
los piratas se hacían con los medios d e producido marítima y los declaraban
propiedad común de quienes los trabajaban. En vez de trabajar a sueldo utilizando las
herramientas y la gran maquinaria ( el barco)
que eran propiedad de un capitalista comerciante, los piratas abolieron
el salario y mandaban en el barco como si fuera s propiedad compartiendo a
partes iguales los riesgos d e la empresa común.
Los
piratas tenían conciencia de clase y buscaban la justicia con una actitud revanchista
contra los capitanes de la marina mercante
que tiranizaban a quien era simple marinero y contra los oficiales del
rey que se aferraban a la prerrogativa de
ejercer esta tiranía. De hecho,
la “administración de justicia” era una
practica típica d e los piratas. Después de apresar un navío, los piratas “ administraban
justicia” averiguando como trataba a su tripulación los que mandaban en dicho navío,.
A continuación “ataban a un poste y azotaban”
a aquellos “contra los cuales se habían formulado quejas”. La
tripulación de Bartolomew Roberts llego a considera este asunto tan importante
que designo formalmente a uno de sus hombres- concretamente a George Wilson.
Que sin lugar a dudas era un hombre fiero y fuete- como “administrador d e justicia”. Los piratas apaleaban y ocasionalmente
ejecutaban a los capitanes apresados, unos incluso se jactaban de aplicar una
justicia vengadora, mediante la horca. El capitán pirata Howel Davis afirmaba
que “· el motivo que inducia a los marineros a hacerse piratas era la
posibilidad de vengarse de los mercaderes despreciables asi como d e los capitanes y mandos que actuaban con crueldad
en los barcos”. Sin embargo los piratas no castigaban a los capitanes d e manera
indiscriminada. A menudo recompensaban a los individuos honestos que nunca abusaban
d e lo s marineros” e incluso se ofrecían a que algún capitán decente “volviera
a Londres una gran suma de dinero y desafiara a so comerciantes”. De esta manera los piratas actuaban contra
las brutales injusticias que se cometían en la marina mercante, de tal modo que
un miembro de alguna tripulación llego a afirmar que eran una “especie de Robín
Hoood” (36).
Los
piratas insistían en los derecho a los medios de subsistencias, a saber, lo s
alimentos y la bebida que a menudo se denegaban a bordo de los barcos mercantes
o de l a armada. , la grave escasez que llevo a muchos marineros a ser lo s primeros
en “saltarse las normas”. En 1724 un marinero amotinado a bordo del George Galley respondía a las ordenes de su
capitán de agarrar la sobremesana
diciendo “en un tono fiarme y cierto desdén que
tal como comemos, así trabajamos”. Otros amotinados sostenían simplemente
que “no era su cometido morir” y si, un capitán pensaba que lo era, colgarle seria un mal menor. Muchos observadores d e la vida d e los
piratas señalan el carácter carnavalesco
de ciertas ocasiones- lo s momentos de comer, , beber, tocar el violín,
danzar y divertirse- y algunos consideraban
que tales “ desbordes infinitos” eran enemigos de la dura disciplina en el mar.
Hombres que habían sufrido por las provisiones escasas o en mal estado en otros
empleos marítimos comían y bebían ahora de “un modo desenfrenado y voluptuoso
que se ha convertido en un hábito para ellos”. Dirigían muchos negocios “sobre
un gran recipiente d e ponche” que la
sobriedad hacia a veces que” un hombre cayera bajo la sospechas de participar
en un complot contra el Estado”, es decir, la comunidad naval. La primera
clausula d e las normas de Bartolomew Roberts garantizaban a cada hombre “un
voto en los asuntos importantes W” y el derecho a recibir igual que sus compañeros
provisiones frescas y un licor fuerte. Para algunos que se unieron a los
piratas la bebida, “había sido un motivo mas convincente que el oro” . , y l a mayoría
podía estar de acuerdo con el lema de “no emprender aventura sin antes
apuntalar la panza”. Así pues los piratas del Atlántico luchaban para asegurarse
la salud y la seguridad, es decir por
instinto d e conservación. L a imagen del pirata como un hombre con un parche
en un ojo y una pata d e palo y un gancho que hacia la s veces d emano sugiere
una verdad esencial: el trabajo de marino era
una activad peligrosa. Por consiguiente lo s piratas `ponían una parte
de todo su botín en un fondo común reservado para aquellos que padecían
lesiones de efecto duradero, “ya fuera la perdida d el avista o de cualquier extremidad.
Intentaban aportar algo a los necesitados.
El
barco pirata albergaba una sociedad variopinta, multinacional, multiracialo y
multicultural. El gobernador d e Jamaica Nicolas Lawes no era mas que un eco de
todas las ideas d e los oficiales del rey cuando llamaba a todos ls piratas “bandidos
de todas las naciones”. Otro oficial caribeño lo corroboraba. Las tripulaciones
piratas estaban formadas “por personas de todas las naciones”. En 1717 la
tripulación del negro Sam Bellamy era una multitud mezclado de todos los países
incluidos británicos, franceses,
holandeses, españoles, suecos, americanos nativos y afroamericanos
además de dos docenas de africanos liberados de un barco negrero. Los principales
amotinados a bordo del George Galley en 1724 eran un inglés., un gales, un
irlandés, dos escoceses, dos suecos y un
danés, todos los cuales e hicieron piratas. La tripulación de Benjamin Evans estaba
formada por hombres de origen ingles,
francés, español, holandés, y africano.
El pirata James Barrow ponía de manifiesto la realidad de ese
internacionalismo cuando se sentaba después
d el a cena “entonando de una manera africana…cantos españoles y franceses que secaba
de un libro holandés de oraciones”. Elñ gobierno solía decir d e los piratas
que “no tenían país” y los propios piratas estaban de acuerdo con ello cuando
saludaban a otros navíos en el mar hacían hincapié en su rechazo a la nacionalidad proclamando que ellos “eran de los mares”. Un funcionario colonial informo en 1697 al
Consejo de Comercio y Plantaciones que lo s piratas “no reconocían a nadie como
compatriota, habían traicionado a su país y estaban seguros de ser ahorcados si
los atrapaban y que no tomarían partido
sino que harían todo el daño que pudieran”. Sin embargo, como decía un rebelde
amotinado en 1697, refunfuñando: “No importa en absoluto en que parte del mundo
vive un hombre con tal de que viva bien”.
Cientos
de personas d e origen africano encontraron su lugar dentro del orden social
imperante en los barcos piratas. A pesar de que una minoría sustancial d e
piratas había trabajado en el trafico de esclavos y por consiguiente había
tomado parte en la maquinaria der la esclavización y transporte de esclavos y
aunque los barcos piratas ocasionalmente capturaban y vendían cargamentos que tenían esclavos, los
africanos y afroamericanos, tanto libres como esclavos eran numerosos y activos
a bordo d e los barcos piratas. Unos pocos de esos hombres que trabajan en el
mar acabaron “danzando a los cuatro
vientos” como el mulato que navego con
Bloack Bart Robert y fue ahorcado por esto en Virginia en 1720 Otro “individuo
decidido, un negro” llamado Cesar estuvo
dispuesto a volar el barco de Bocanegra antes de rendirse a la armada real en 1718 y también fue ahorcado. Algunos
negros pertenecientes a las tripulaciones también formaron parte de de la
vanguardia filibustera, los hombres de mas confianza y mas temibles que eran
designados para abordar posibles presas. Por ejemplo el grupo de abordaje del Morning Star tenía
un “cocinero negro armado abasta los dientes” mientras en el Dragón mas d el a
mitad del grupo de abordaje de
Eduard Condente eran negros. En 1724, un “cocinero negro” libre dividía
las provisiones en partes iguales de tal manera que la tripulación del barco de Francis Spring
pudiera vivir “ muy alegremente”. Los “
negros y mulatos” estaban presentes en casi todos los barcos piratas y los
numerosos comerciantes y capitanes que comentaron su presencia rara vez se
refirieron a ellos llamándoles esclavos.
Hubo piratas negros navegando con los capitanes Bellamy, Taylos, Willians, Harris, Winter, Shipton, Lyne, Skyrm, Roberts, Springgs,
Bonnet, Philips, Baptiste, Cooper y otros. En 1718 de los cien piratas que formaban la
tripulación de Barbanegra sesenta eran negros, mientras que el capitán Willian
Lewis se jactaba de tener “40 excelentes marineros negros” en un total
de ochenta hombres que constituían su tripulación. En 1719 el barco Oliver la Bouche tenía una tripulación” mitad
de franceses , mitad de negros”. La
existencia d e pirata negros era un hecho tan común que indujo a un periódico a
informar que una banda de filibusteros, todos ellos mulatos,. Estaba merodeando por el Caribe comiéndoselos
corazones d e los hombres blancos que capturaban. Entretanto en Londres el
acontecimiento teatral mas importante de aquel periodo tenia prohibido
representar la realidad de los piratas negros ya que el Lord CHamkberlain
máxima autoridad judicial del reino se negó a dar licencia para la puesta en
escena de Polly , la continuación que escribió John Gay para The Beggar´s
Opera, que terminaba cuando Machbeat era
llevado a las Indias Occidentales donde se escapaba d e una plantación, , se hacia pirata y , disfrazado de
Morano “ un villano negro” se convertía en cabecilla de una banda
de filibusteros. Pollhy Peachum se disfrazo a su vez d e hombre y emprendió la
busca de su héroe y de los compañeros piratas de este, diciendo “ Quizás pueda oír algo de él entre
los esclavos d el a plantación vecina”
Alguno
piratas negros eran hombres libres como el experimentado marinero llamado
“negro libre de Depfort” que en 1721 dirigió un motín y decía “teníamos
excesivos oficiales y el trabajo era excesivamente duro, y ¡que no ¡ “. Otros
eran esclavos huidos., En 1716 los esclavos de Antigua se habían “ vuelto muy
insolentes y ofensivos” con lo que los amos empezaron a temer una insurrección.
El historiador Hug Rankin ha escrito que un numero considerable de estos
esclavos indómitos” huyó para unirse a
aquellos piratas que no parecían
preocuparse demasiado por las diferencias de color”. Justo antes de los sucesos
de Antigua las autoridades de Virginia habían estado inquietas por la conexión
entre “los estragos producíos por los piratas” y “una insurrección de los
negros”.
Los
marineros de color capturados con el resto de la tripulación del Blak Bart en
1722 empezaron a amotinarse por las malas condiciones en que estaban y las
escasas raciones que recibían estando en
manos de la armada real especialmente porque gran pare de ellos había gozado
durante mucho tiempo del “estilo de vida
de los piratas”. Este estilo de vida significaba tanto para ellos como para
otros mas alimentos y un mayor grado d e libertad.
Estos
contactos materiales y culturales no eran poco frecuentes. Una partida d e piratas se establecido en África
Occidental a principios de la década de
1720 uniéndose y mezclándose con los kru
que a su vez eran conocidos por su destreza
en las técnicas marítimas ( y cuando los reducían a la esclavitud por su liderazgo
en las rebeliones que tenían lugar en el Nuevo Mundo). Además hay que decir que
algunos piratas habían estado mezclándose
durante mucho tiempo con la población nativa de Madagascar contribuyendo a generar allí una raza de “ mulatos oscuros”.
Los intercambios culturares entré marineros y piratas europeos y africanos se produjeron
de manera generalizada dando como resultado, por ejemplo, las conocidas similitudes
de forma entre los cantos africanos y los salomas que cantaban la gente del
mar. En 1743 un tribunal militare juzgo a algunos marineros por cantar una canción”
de negros” desafiando la disciplina. Los que se iban a amotinar también participaban
en los mismos ritos que practicaban los esclavos antes de una rebelión. En 1731
un grupo de amotinados bebido ron y pólvora, mientras en otra ocasión expreso sus intenciones de rebelarlos
“bebiendo agua del cañón del mosquete” Esta claro que los piratas no actuaban seguir
los códigos que se aplicaban en las sociedades esclavistas del Atlántico. Algunos esclavos y algunos negros libres encontraron
la libertad a bordo d e los barcos piratas, una libertad que fuera d e las comunidades
de cimarrones, escaseaba en el principal
teatro d operaciones d e los piratas: el Caribe y América del Sur. De hecho los
propios barcos puritas podrán ser considerados como una comunidad multirracial de
cimarrones en los que los rebeldes utilizaban las zonas de alta mar como otros utilizaban
las zonas d e montana y las junglas.
Que
la piratería no era solo cosa d e hombres es algo que quedó probado gracias a
Anne Bony y a Mary Read, las cuales
demostraron, espada y pistola en mano, que la s mujeres podían también disfrutar
d e la s muchas libertades que ofrecía la vida d e pirata. En el siglo XVIII
eran pocas la s mujeres que se podan encontrar a bordo d cualquier tipo de baroco pero fueron lo bastante numerosas
para inspirar baladas sobre mujeres disfrazadas d guerreros que s e hicieorn famosas
entre los trabajadores del Atlántico. Bonny y Read, cuyas hazañas se anunciaban
en la portada de National History of the Pirates y , sin duda alguna en muchos otros relatos de la época, maldecían
y juraban como los marineros, llevaban sus armas como aquellos que estaban bien
entrenados para la acción velica y subían a bordo d elos navíos apresados como
solo podrían hacerlo los mas intrépidos y respetados miembros d e l a piratería.. Al actuar mas alla del alcance de ls poderes tradicionales
de la familia, el Estado y el capital, y compartir los bienes con una
solidaridad rudimentaria entre proscritos del mar se añadía otra dimensión al
atractivo subversivo de la piratería ya
que asi se tomaban libertades que
estaban reservadas para los hombres de una época en que era reducida la actuación
social d e las mujeres.
(*)
Peter Linebaught -Marcus Rediker.- “La
hidra de la revolución”.- Criticas Barcelona 2005. Pp 190-196. Para notas
ver el original
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