Cuenta Filóstrato que el sabio Apolonio de Tiana, durante su viaje hacia la India, en su visita al reino de los partos, encontró una etnia marginada, los eretrios a los que se les impedía arbitrariamente por parte del mismo poder real cultivar la única parte de su tierra que era productiva. Apolonio se sintió obligado hacia ellos.
En medio de su visita al
reino, oyó de él el rey de Partia , Vardanes I que era un hombre ilustrado y
amante de la filosofía. Apolonio acababa de llegar al reino, pero de inmediato
el rey Vardanes conociendo su
prestigio como filósofo y hombre íntegro
le invitó a venir a su Corte para conocerle y antes le hizo transmitir que le haría el don de hacerle diez regalos cuando se encontrase con él, los que el mismo filósofo quisiese.
Llegando a su presencia Vardanes le preguntó que cuales eran los regalos que deseaba, pues le serían concedidos. Apolonio le dijo que el primero era que permitiese el rey el acceso de los eretrios a la tierra que se les negaba para cultivarla. El rey, quedó sorprendido, no obstante le concedió este primer regalo y dio las ordenes pertinentes en favor de los eretrios. A continuación le preguntó a Apolonio que cuales eran los nueve siguientes que quería. A esto respondió Apolonio que ninguno otro porque habiendo llegado recientemente aún no había podido hacerse otros nueve amigos.
Esto lo relata Filóstrato en su Vida de Apolonio de Tiana. Sucedía en
los años 40 del siglo I.
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