Por Miguel Angel
Domenech
Cuando formar parte de la polis y la actividad política es parte del desarrollo moral de las personas ninguna representación como mediación se sostiene.
Son siempre alienación.
Cuando la libertad no es simple ejercicio del libre arbitrio o únicamente
desenvolvimiento de derechos individuales sino construcción de un mundo
normativo, una racionalidad común, la representación- mediación o sustitución
no es posible. No es posible que otro desempeñe tu persolnalidad moral y tu
racionalidad. En la representación, la
más verdadera posible, se
cumple, por otro, el objeto de tu arbitrio y tu derecho pero en tanto
que menor y asistido.
Por eso J. Stuart Mill puede decir que la institución
política de la representación busca para legitimarse ser más verdadera, pero no
más democrática.
No es libertad es asistencia.
Jurídicamente y genuinamente es una institución dirigida a menores o discapacitados. En política representativa,
la discapacidad es, o pretende que así sea, ser, lo propio del pueblo bajo, al que se aparta
de un desarrollo moral y del ejercicio de su libertad y de la facultad de autogobierno
que le son inmerecidas por presuponerle inferior. Se representa jurídicamente a
mujeres, niños y discapacitados. Políticamente al menu peuple. La mujer y su inferioridad en el patriarcado son el
paradigma de lo que es en política la institución de la representación.
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