1.-Lo Cuenta Diodoro Sículo de los habitantes de una isla en el Océano exterior.
Para ellos era costumbre vivir una serie de años determinados y una vez cumplido ese periodo de tiempo abandonar la vida de manera voluntaria hacia una muerte extraña. Pues crecía entre ellos una especie arbórea que cuando alguien dormía bajo su sombra era vencido por el sueño de manera irresistible y fallecía pacíficamente.
2.- Así escribe Jonatham Swift que el capitán Gulliver , retirado, finalizada su vida y sus relatos de viajes:
“ Ahora vivo descansado, esperando la muerte sin inquietud ni impaciencia; y como es un tributo que debemos todos a la Naturaleza, creo que lo mejor es pagarle temprano. En efecto, ¿Qué hay en el mundo que haga desear la vida? Todo es miseria, maldad. ¡Feliz aquel que tiene la menor parte!“3.-Los persas, según Valerio
Máximo, tenían una extraña costumbre. Consistía en no querer ver a sus hijos nacidos antes de que hubiera
cumplido la edad de seis años con el fin
de soportar más fácilmente la eventual pérdida de los niños. Heródoto y
el mismo Valerio Maximo cuenta que entre los tracios celebraban con llantos
los nacimientos y con muestras de alegría
los funerales.
Los varones licios , parece ser según Valerio Maximo también,
que tienen la costumbre de vestirse de mujer en los duelos
con la finalidad de que el ridículo
les incline a poner fin lo antes posible
a la aflicción.
4.-Se aprende mucho del conocimiento
del resultado que las acciones humanas que
se destaca en los oráculos, es decir, la pretensión de entender el
porvenir, o de querer dar sentido al curso d e la historia explicando el futuro
que sería la versión filosófica y
sociológica hoy de los antiguos mitos que hacían escuchar y preocuparse de los oráculos.
Los oráculos, en efecto, y las advertencias científicas que tratan de averiguar el destino de las cosas humanas, que dependen de lo libre, son ambiguas, indeterminables, e indeterminadas, contingentes siempre. Enrique IV muere en una habitación de su palacio llamada “Cámara de Jerusalem” en la que se habría recluido para evitar que sucediese el vaticinio de que moriría en Jerusalem. “In That Jerusalem shall Harry die”, dice Shakespeare en su drama Enrique: El rey Creso perdió su reino al atreverse a atacar al imperio persa envalentonado por un oráculo que le avisaba “si atacas, un imperio se perderá”. Era el suyo propio y se perdió. El padre de Alejandro, Filipo II de Macedonia, evitaba la presencia , en su cercanía de toda cuádriga porque le había sido dicho en un oráculo,, que una cuádriga le mataría. Incluso hizo allanar una colina denominada cuádriga por esa razón. Por fin fue asesinado por su amante. La espada que le mato, tenía en su empuñadura grabada una cuádriga.
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