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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

21/10/12

ROJOS PENSANTES: Alain Badiou


El capitalismo hoy
Alain Badiou

A menudo se me reprocha, también en el ámbito de mis potenciales amigos políticos, no tener en cuenta algunas características del capitalismo contemporáneo, de no presentar un “análisis marxista” del  mismo. Según ellos, el  comunismo seria para mi una idea suspendida en el aire, y, en definitiva, yo sería un idealista sin ningun anclaje en el  mundo real. Se me acusa, además de pasar por alto las asombrosas mutaciones del capitalismo, mutaciones que permiten hablar con glotonería de un “capitalismo postmoderno”

Antonio Negri, por ejemplo, en una conferencia internacional- me encantó y sigue encantando que participase- sobre la idea de comunismo, me puso como ejemplo de aquellos que pretende ser comunistas sin ser marxistas. Básicamente le respondí que mas valía ser comunista sin ser marxista que ser marxista son ser comunista. Si tenemos en cuenta que para la opinión corriente, el marxismo consiste en conceder un papel preponderante a la economía y a las contradicciones sociales que implica ¿quien no es marxista hoy dia? Nuestros amos sn los primeros en ser “marxistas”. Se echan a temblar y organizan  reuniones nocturnas en cuanto la Bolsa fluctúa o cuando la tasa de crecimiento disminuye. Sin embargo saltaran del susto y considerarán un criminal a quien pronuncie la palabra “comunismo”.

 Diré aquí sin preocuparme  de adversarios y rivales que  yo también soy marxista y lo soy de una forma tan  inocente y completa y natural, que en realidad no seria necesario ni decirlo. ¿Se preocuparía un matemático contemporáneo de probar que es fiel a Euclides y Euler? El marxismo real, el que se identifica con el combate político racional y que aspira a una estructura social igualitaria, sin duda comenzó hacia 1848 , pero  ha recorrido mucho camino desde entonces con Lenin, Mao y  con algunos otros. Yo me  he nutrido de estas enseñanzas históricas y teóricas y creo conocer bien  tanto los problemas resueltos cuya instrucción  no sirve de nada volver a empezar, como los problemas en suspenso, que exige reflexión y experiencia, asi como lo problemas mal abordados, respecto de los  que son necesarias rectificaciones radicales y respuestas difíciles. Todo conocimiento vivo esta hecho  de problemas que han sido o deben ser construidos o reconstruidos y no de descripciones repetitivas. El marxismo no es una excepción. Ni es una rama de la economía ( teoría de las relaciones de producción) ni una rama de la sociología ( descripción objetiva de la “ realidad social”), ni una filosofia ( pensamiento dialéctico de las contradicciones) Sino, repitámoslo, el conocimiento organizado de los medios  necesarios para desmontar la sociedad existente y desarrollar por finura forma igualitaria y racional de organizacion  colectiva, llamada  “comunismo”.

No obstante, me gustaría añadir  que en lo relativo a los datos “ objetivos” del capitalismo contemporáneo no creo estar desinformado ¿ Globalización, mundialización?¿ Traslado de un gran numero de centros de producción a países con una mano de obra barata y régimen autoritario?¿ El paso en nuestro viejos países desarrollados, durate los años ochenta , de un economía  egocéntrica con el progresivo aumento del salario del obrero y a distribución social organizada por e Estado y los sindicatos, a una economía liberal integrada en los intercambios mundiales, y por tanto exportadora, especializada y que privatiza sus beneficios y socializa sus riesgos, asumiendo asi, el aumento de las desigualdades a nivel planetario?¿ La rapidísima concentración del capital bajo la dirección del capital financiero?¿ La utilización de nuevos medios gracias a os cales la elogiad de rotación de los capitales primero y de las mercancía después, experimenta una aceleración considerable ( le generalización del transporte Nereo, de la telefonía universal, de las maquinas financieras, de Internet, de os programas que asurn el éxito de las decisiones instantáneas, etc.?¡ La sofisticación de la especulación  gracias a nuevos productos derivados y a una sutil matemática de la mezcolanza de riesgos? ¿La espectacular reducción en nuestros países del campesinado y de toda organización rural de la sociedad?¿ La imperiosa necesidad, en consecuencia, de construir una pequeña burguesía urbana que sirva de pilar al régimen social y político existente? ¿La resurrección a gran escala, y primero en la alta burguesía , de la vieja creencia, tan vieja como Aristóteles de que de las clases medias son el alfa y el omega de la vida democrática?¿La lucha planetaria, bien tranquila, biuen extremadamente violenta, por asegurarse a toda costa el acceso a las materias primas y a los recursos energéticos, especialmente en  África, el continente del saqueo occidental por excelencia, y en consecuencia de las mas variadas atrocidades? Yo, al igual que todo el mundo, conozco todo eso mas o menos bien.

La cuestión es saber si ese conjunto de anécdotas constituye un capitalismo “postmoderno”, un capitalismo nuevo, un capitalismo digno de las maquinas pensantes de Deleuze-Guattari, un capitalismo que engendra `por si mismo una inteligencia colectiva  nueva, que promueve el levantamiento del poder constituyente hasta el momento insatisfecho, un capitalismo que supera el viejo poder del los Estados, un capitalismo que proletariza la multitud y hace de los obreros del intelecto inmaterial pequeños burgueses. En definitiva, un capitalismo ara el que el comunismo es la otra cara de la moneda, un capitalismo en el que el Sujeto es de alguna manera el mismo que en el comunismo latente y que sostiene su existencia paradójica. Un capitalismo que está en vísperas de su metamorfosis en comunismo Esta es,  explicada a groso modo, aunque de forma fidedigna, la postura de Negri. Pero en general esta es la postura de todos aquellos a quines fascinan las mutaciones tecnológicas y la continua expansión del capitalismo desde hace treinta años, y quienes atraídos por la ideología dominante (“todo está en continuo cambio y nosotros corremos detrás de ese memorable cambio”), creen que asisten a un  episodio prodigioso de la Historia, independientemente de cual sea su uicio final sobre a calidad de ese episodio.

Mi postura es justo la contraria: el capitalismo contemporáneo presenta rodos los rasgos del capitalismo clásico. Corresponde estrictamente a lo que se podría esperar de él puesto que su lógica ya no es rebatida por acciones de clase resueltas y localmente victoriosas. Si tomamos, en lo que concierne al futuro del Capital, todas las categorías predictivas de Marx veremos que es ahora cuando quedan plenamente demostradas.¿ No hablo Marx de un “ mercado mundial”?¿ No pensó Marx en el carácter insoslayable de la concentración de capital? ¿Como era esa concentración? ¿Cual era el tamaño de las empresas y de las instituciones financieras en la época de esta predicción en comparación con los monstruos que surgen todos los días de las nuevas fusiones? Durante mucho tiempo se le ha objetado a Marx que la agricultura permaneciese en un régimen de explotación familiar cuando había anunciado que  la concentraron alcanzaría con toda seguridad a la propiedad de la tierra. Sin embargo hoy sabemos que en realidad el porcentaje de la población que vive de la agricultura en los países llamados desarrollados (aquellos en los que el capitalismo imperial se desarrollo sn trabas), es por asi decirlo, insignificante. Y ¿cual es la extensión media de las propiedades raíces hoy en comparación con lo que era cuando el campesinado representaba en Francia  el 49% de la población total? Marx analizo con rigor el carácter inevitable de las crisis cíclicas, las cuales demostraban, entre otras cosas, la irracionalidad  de base del capitalismo y el carácter obligatorio tanto de las actividades imperiales como de las guerras. Crisis muy graves han probado su existencia e incluso estos análisis y guerras coloniales e imperialistas lo han acabado de demostrar. Pero en cuanto a la cantidad de valor que se ha esfumado, todo esto no fue nada en comparación  con la crisis de la de cada de 1030 o de la crisis actual, y en comparación con las dos guerras mundiales del siglo XX, las feroces hégiras coloniales o las “intervenciones” occidentales” de hoy y de mañana. No ha sido hasta el empobrecimiento de enormes masas de población, si tenemos en cuenta la situación en el mundo entero y no solo la de cada cual, que nos hemos dado cuenta de la evidencia.

En el fondo el mundo actual es exactamente el que Marx, anticipándose de forma genial como en una especia de relato de ciencia ficción hecho realidad, anunció como desarrollo integral  de las virtualidades irracionales, y en realidad monstruosas, del capitalismo.

El capitalismo confía el destino de los pueblos a los apetitos financieros de una minúscula oligarquía. En cierto sentido, se trata de u régimen de bandidos. ¿Como podeos aceptar que la ley del mundo esté regida por lo voraces intereses de una camarilla de herederos y de nuevos ricos?¿No es razonable llamar bandidos a quienes tienen como única norma el lucro, estando dispuestos, si es necesario pisotear a millones de personas amparándose en dicha norma? El hecho de que, en efecto, el destino de millones de personas dependa de los cálculos de tales bandidos es hoy tan obvio, tan visible, que la aceptación de esta  “realidad”, como dicen los plumíferos de los bandidos, es cada día más asombrosa. El espectáculo de los Estados patéticamente desconcertados porque una pequeña tropa anónima de evaluadores autoproclamados les ha puesto una mala nota, como haria un profesor de economía a sus estudiantes, es al mismo tiempo burlesco y muy preocupante. Por lo tanto, queridos electores, habéis instalado en el poder a gente que tiembla por las noches, como colegiales, al saber que por la mañana los representantes del “mercado”, es decir, los especuladores y parásitos del mundo de la propiedad y del patrimonio les pueden haber puesto un AAB en lugar de un AAA. ¿ o resulta bárbara esta influencia consensuada de los maestros oficiosos sobre nuestros maestros oficiales, para quienes la unica preocupación s conocer cuales son y serán los beneficios de la lotería en la que se juegan sus millones?Por o halar de qu su angustioso sollozo se pagara con el cumplimiento de las ordenes de la mafia que siempre consisten en algo como : “ Privaticen  todo. Supriman  la ayua a los debiles, a los solitarios,  a los enfermos, a los parados. Supriman toda ayuda  a todos menos a los bancos. No asistan a los pobres, dejen morir a los viejos. Bajen el salario a los pobres y los impuestos a los ricos. Que todo el mundo trabaje hasta los noventa años. Enseñen matemáticas solo a los traders, a leer solo a los grandes  propietarios, historia solo a los ideólogos a nuestro servicio”.Y la ejecución de estas ordenes arruinara en la practica la vida de millones de personas.

Una vez mas el pronostico de Marx es confirmado, incluso superado, por la realidad. Marx califico a os gobiernos e los años 1840-1850 de “fundamentos del poder del capital”, lo que revela la clave del misterio: gobernantes y bandidos de las finanzas pertenecen al mismo mundo. La formula “fundamentos de poder del capital” no ha sido exacta del todo hasta hoy, cuando no existe ya ninguna diferencia a este respecto entre los gobiernos de derechas, Sarkozy o Merkel y los de “izquierdas” , Obama, Zapatero o Papandreu.

Por lo tanto estamos siendo testigos de un cumplimiento retrogrado de la esencia del capitalismo, de un  retorno al espiritu del año 1850 que ha llegado tras la restauración  de las ideas reaccionarias que siguieron a  los “años rojos” (1960-1980), del mismo modo que los años 1850 fueron posibles por la Restauración contrarrevolucionaria de los años 1815-1840 tras la Gan Revolución de 1792-1794.

Sin duda Marx pensaba que la revolución proletaria, bajo la bandera del comunismo, impediría este despliegue integral del horror que lucidamente previó. Para él estaba claro, comunismo o barbarie. Los formidables intentos para darle la razón sobre este punto durante los dos primeros tercios del siglo XX hicieron frenar considerablemente y desviar la lógica capitalista, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial. Desde hace aproximadamente treinta años, tras el hundimiento de los estados socialistas configuras viables alternativas (caso de la URSS) o u subversión por un violento capitalismo de estado tras el fracaso de un movimiento de masas explícitamente comunista ( el caso de la China de los años 1965-1968), hemos tenido el durable privilegio de asistir por fin a la verificación e todas ls predicciones de Marx relativas a la esencia real del capitalismo y de las sociedades regidas por él. Estamos metidos de lleno en la barbarie y nos vamos a hundir en ella.  Y es que esta es conforme hasta en al mas minimo detalle con aquello que Marx esperaba que la fuerza del proletariado organizado impidiese.

El capitalismo contemporáneo, por lo tanto, no es en absoluto creador o postmoderno: creyendo haberse librado de sus enemigos comunistas, marcha por el camino que Marx trazó continuando la obra de los economistas clásicos desde una perspectiva critica, de forma general. Desde luego, ni el capitalismo,  ni sus siervos políticos son quienes despiertan la Historia, si entendemos por “ despertar” el surgimiento de actividad a la vez destructora y creadora que de verdad pretende salir del orden establecido. En este sentido Fukuyama estaba en lo cierto: el mundo moderno, habiendo llegado a su completo desarrollo y  consciente de que debe morir- probablemente es lo que por desgracia ocurre en los episodios de violencia suicida- suele pensar en el “final de la Historia”, del mismo modo que Wotan, en el segundo acto de la Walkiria  de Wagner, dice a su hija Brunilda que solo desea el fin.

Si hay un despertar de la Historia, no corresponde al conservadurismo bárbaro del capitalismo ni el empeño de los aparatos del Estado conservar el aspecto impetuoso que hay que procurarle. El único despertar posible es el de la iniciativa popula en la que radicará la fuerza de una Idea.

(1).- Alain Badiou “ El despertar de la historia.”-(Cap I ).-Clave Intelectual .-Madrid 2012

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