El capitalismo hoy
Alain Badiou
A menudo se me reprocha, también en el ámbito de mis
potenciales amigos políticos, no tener en cuenta algunas características del
capitalismo contemporáneo, de no presentar un “análisis marxista” del mismo. Según ellos, el comunismo seria para mi una idea suspendida
en el aire, y, en definitiva, yo sería un idealista sin ningun anclaje en el mundo real. Se me acusa, además de pasar por
alto las asombrosas mutaciones del capitalismo, mutaciones que permiten hablar
con glotonería de un “capitalismo postmoderno”
Antonio Negri, por ejemplo, en una conferencia
internacional- me encantó y sigue encantando que participase- sobre la idea de
comunismo, me puso como ejemplo de aquellos que pretende ser comunistas sin ser
marxistas. Básicamente le respondí que mas valía ser comunista sin ser marxista
que ser marxista son ser comunista. Si tenemos en cuenta que para la opinión
corriente, el marxismo consiste en conceder un papel preponderante a la
economía y a las contradicciones sociales que implica ¿quien no es marxista hoy
dia? Nuestros amos sn los primeros en ser “marxistas”. Se echan a temblar y
organizan reuniones nocturnas en cuanto la Bolsa fluctúa o cuando la
tasa de crecimiento disminuye. Sin embargo saltaran del susto y considerarán un
criminal a quien pronuncie la palabra “comunismo”.
Diré aquí sin
preocuparme de adversarios y rivales
que yo también soy marxista y lo soy de
una forma tan inocente y completa y
natural, que en realidad no seria necesario ni decirlo. ¿Se preocuparía un
matemático contemporáneo de probar que es fiel a Euclides y Euler? El marxismo
real, el que se identifica con el combate político racional y que aspira a una
estructura social igualitaria, sin duda comenzó hacia 1848 , pero ha recorrido mucho camino desde entonces con
Lenin, Mao y con algunos otros. Yo
me he nutrido de estas enseñanzas
históricas y teóricas y creo conocer bien
tanto los problemas resueltos cuya instrucción no sirve de nada volver a empezar, como los
problemas en suspenso, que exige reflexión y experiencia, asi como lo problemas
mal abordados, respecto de los que son
necesarias rectificaciones radicales y respuestas difíciles. Todo conocimiento
vivo esta hecho de problemas que han
sido o deben ser construidos o reconstruidos y no de descripciones repetitivas.
El marxismo no es una excepción. Ni es una rama de la economía ( teoría de las
relaciones de producción) ni una rama de la sociología ( descripción objetiva
de la “ realidad social”), ni una filosofia ( pensamiento dialéctico de las
contradicciones) Sino, repitámoslo, el conocimiento organizado de los
medios necesarios para desmontar la
sociedad existente y desarrollar por finura forma igualitaria y racional de
organizacion colectiva, llamada “comunismo”.
No obstante, me gustaría añadir que en lo relativo a los datos “ objetivos”
del capitalismo contemporáneo no creo estar desinformado ¿ Globalización,
mundialización?¿ Traslado de un gran numero de centros de producción a países
con una mano de obra barata y régimen autoritario?¿ El paso en nuestro viejos países
desarrollados, durate los años ochenta , de un economía egocéntrica con el progresivo aumento del
salario del obrero y a distribución social organizada por e Estado y los sindicatos,
a una economía liberal integrada en los intercambios mundiales, y por tanto
exportadora, especializada y que privatiza sus beneficios y socializa sus
riesgos, asumiendo asi, el aumento de las desigualdades a nivel planetario?¿ La
rapidísima concentración del capital bajo la dirección del capital financiero?¿
La utilización de nuevos medios gracias a os cales la elogiad de rotación de
los capitales primero y de las mercancía después, experimenta una aceleración
considerable ( le generalización del transporte Nereo, de la telefonía
universal, de las maquinas financieras, de Internet, de os programas que asurn
el éxito de las decisiones instantáneas, etc.?¡ La sofisticación de la
especulación gracias a nuevos productos
derivados y a una sutil matemática de la mezcolanza de riesgos? ¿La
espectacular reducción en nuestros países del campesinado y de toda
organización rural de la sociedad?¿ La imperiosa necesidad, en consecuencia, de
construir una pequeña burguesía urbana que sirva de pilar al régimen social y político
existente? ¿La resurrección a gran escala, y primero en la alta burguesía , de
la vieja creencia, tan vieja como Aristóteles de que de las clases medias son
el alfa y el omega de la vida democrática?¿La lucha planetaria, bien tranquila,
biuen extremadamente violenta, por asegurarse a toda costa el acceso a las
materias primas y a los recursos energéticos, especialmente en África, el continente del saqueo occidental
por excelencia, y en consecuencia de las mas variadas atrocidades? Yo, al igual
que todo el mundo, conozco todo eso mas o menos bien.
La cuestión es saber si ese conjunto de anécdotas
constituye un capitalismo “postmoderno”, un capitalismo nuevo, un capitalismo
digno de las maquinas pensantes de Deleuze-Guattari, un capitalismo que
engendra `por si mismo una inteligencia colectiva nueva, que promueve el levantamiento del
poder constituyente hasta el momento insatisfecho, un capitalismo que supera el
viejo poder del los Estados, un capitalismo que proletariza la multitud y hace
de los obreros del intelecto inmaterial pequeños burgueses. En definitiva, un
capitalismo ara el que el comunismo es la otra cara de la moneda, un
capitalismo en el que el Sujeto es de alguna manera el mismo que en el
comunismo latente y que sostiene su existencia paradójica. Un capitalismo que
está en vísperas de su metamorfosis en comunismo Esta es, explicada a groso modo, aunque de forma
fidedigna, la postura de Negri. Pero en general esta es la postura de todos
aquellos a quines fascinan las mutaciones tecnológicas y la continua expansión
del capitalismo desde hace treinta años, y quienes atraídos por la ideología
dominante (“todo está en continuo cambio y nosotros corremos detrás de ese
memorable cambio”), creen que asisten a un
episodio prodigioso de la
Historia , independientemente de cual sea su uicio final sobre
a calidad de ese episodio.
Mi postura es justo la contraria: el capitalismo
contemporáneo presenta rodos los rasgos del capitalismo clásico. Corresponde
estrictamente a lo que se podría esperar de él puesto que su lógica ya no es
rebatida por acciones de clase resueltas y localmente victoriosas. Si tomamos,
en lo que concierne al futuro del Capital, todas las categorías predictivas de
Marx veremos que es ahora cuando quedan plenamente demostradas.¿ No hablo Marx
de un “ mercado mundial”?¿ No pensó Marx en el carácter insoslayable de la
concentración de capital? ¿Como era esa concentración? ¿Cual era el tamaño de
las empresas y de las instituciones financieras en la época de esta predicción
en comparación con los monstruos que surgen todos los días de las nuevas
fusiones? Durante mucho tiempo se le ha objetado a Marx que la agricultura
permaneciese en un régimen de explotación familiar cuando había anunciado
que la concentraron alcanzaría con toda
seguridad a la propiedad de la tierra. Sin embargo hoy sabemos que en realidad
el porcentaje de la población que vive de la agricultura en los países llamados
desarrollados (aquellos en los que el capitalismo imperial se desarrollo sn
trabas), es por asi decirlo, insignificante. Y ¿cual es la extensión media de
las propiedades raíces hoy en comparación con lo que era cuando el campesinado
representaba en Francia el 49% de la
población total? Marx analizo con rigor el carácter inevitable de las crisis
cíclicas, las cuales demostraban, entre otras cosas, la irracionalidad de base del capitalismo y el carácter
obligatorio tanto de las actividades imperiales como de las guerras. Crisis muy
graves han probado su existencia e incluso estos análisis y guerras coloniales
e imperialistas lo han acabado de demostrar. Pero en cuanto a la cantidad de
valor que se ha esfumado, todo esto no fue nada en comparación con la crisis de la de cada de 1030 o de la
crisis actual, y en comparación con las dos guerras mundiales del siglo XX, las
feroces hégiras coloniales o las “intervenciones” occidentales” de hoy y de
mañana. No ha sido hasta el empobrecimiento de enormes masas de población, si
tenemos en cuenta la situación en el mundo entero y no solo la de cada cual,
que nos hemos dado cuenta de la evidencia.
En el fondo el mundo actual es exactamente el que Marx,
anticipándose de forma genial como en una especia de relato de ciencia ficción
hecho realidad, anunció como desarrollo integral de las virtualidades irracionales, y en realidad
monstruosas, del capitalismo.
El capitalismo confía el destino de los pueblos a los
apetitos financieros de una minúscula oligarquía. En cierto sentido, se trata
de u régimen de bandidos. ¿Como podeos aceptar que la ley del mundo esté regida
por lo voraces intereses de una camarilla de herederos y de nuevos ricos?¿No es
razonable llamar bandidos a quienes tienen como única norma el lucro, estando dispuestos,
si es necesario pisotear a millones de personas amparándose en dicha norma? El
hecho de que, en efecto, el destino de millones de personas dependa de los
cálculos de tales bandidos es hoy tan obvio, tan visible, que la aceptación de
esta “realidad”, como dicen los
plumíferos de los bandidos, es cada día más asombrosa. El espectáculo de los
Estados patéticamente desconcertados porque una pequeña tropa anónima de
evaluadores autoproclamados les ha puesto una mala nota, como haria un profesor
de economía a sus estudiantes, es al mismo tiempo burlesco y muy preocupante.
Por lo tanto, queridos electores, habéis instalado en el poder a gente que
tiembla por las noches, como colegiales, al saber que por la mañana los
representantes del “mercado”, es decir, los especuladores y parásitos del mundo
de la propiedad y del patrimonio les pueden haber puesto un AAB en lugar de un
AAA. ¿ o resulta bárbara esta influencia consensuada de los maestros oficiosos
sobre nuestros maestros oficiales, para quienes la unica preocupación s conocer
cuales son y serán los beneficios de la lotería en la que se juegan sus millones?Por
o halar de qu su angustioso sollozo se pagara con el cumplimiento de las
ordenes de la mafia que siempre consisten en algo como : “ Privaticen todo. Supriman la ayua a los debiles, a los solitarios, a los enfermos, a los parados. Supriman toda
ayuda a todos menos a los bancos. No
asistan a los pobres, dejen morir a los viejos. Bajen el salario a los pobres y
los impuestos a los ricos. Que todo el mundo trabaje hasta los noventa años.
Enseñen matemáticas solo a los traders, a
leer solo a los grandes propietarios,
historia solo a los ideólogos a nuestro servicio”.Y la ejecución de estas
ordenes arruinara en la practica la vida de millones de personas.
Una vez mas el pronostico de Marx es confirmado, incluso
superado, por la realidad. Marx califico a os gobiernos e los años 1840-1850 de
“fundamentos del poder del capital”, lo que revela la clave del misterio:
gobernantes y bandidos de las finanzas pertenecen al mismo mundo. La formula “fundamentos
de poder del capital” no ha sido exacta del todo hasta hoy, cuando no existe ya
ninguna diferencia a este respecto entre los gobiernos de derechas, Sarkozy o
Merkel y los de “izquierdas” , Obama, Zapatero o Papandreu.
Por lo tanto estamos siendo testigos de un cumplimiento
retrogrado de la esencia del capitalismo, de un
retorno al espiritu del año 1850 que ha llegado tras la restauración de las ideas reaccionarias que siguieron a los “años rojos” (1960-1980), del mismo modo
que los años 1850 fueron posibles por la Restauración contrarrevolucionaria
de los años 1815-1840 tras la Gan Revolución
de 1792-1794.
Sin duda Marx pensaba que la revolución proletaria, bajo
la bandera del comunismo, impediría este despliegue integral del horror que
lucidamente previó. Para él estaba claro, comunismo o barbarie. Los formidables
intentos para darle la razón sobre este punto durante los dos primeros tercios
del siglo XX hicieron frenar considerablemente y desviar la lógica capitalista,
especialmente tras la Segunda Guerra
Mundial. Desde hace aproximadamente treinta años, tras el hundimiento de los
estados socialistas configuras viables alternativas (caso de la URSS ) o u subversión por un
violento capitalismo de estado tras el fracaso de un movimiento de masas
explícitamente comunista ( el caso de la China de los años 1965-1968), hemos tenido el
durable privilegio de asistir por fin a la verificación e todas ls predicciones
de Marx relativas a la esencia real del capitalismo y de las sociedades regidas
por él. Estamos metidos de lleno en la barbarie y nos vamos a hundir en ella. Y es que esta es conforme hasta en al mas
minimo detalle con aquello que Marx esperaba que la fuerza del proletariado
organizado impidiese.
El capitalismo contemporáneo, por lo tanto, no es en
absoluto creador o postmoderno: creyendo haberse librado de sus enemigos
comunistas, marcha por el camino que Marx trazó continuando la obra de los
economistas clásicos desde una perspectiva critica, de forma general. Desde
luego, ni el capitalismo, ni sus siervos
políticos son quienes despiertan la
Historia , si entendemos por “ despertar” el surgimiento de
actividad a la vez destructora y creadora que de verdad pretende salir del
orden establecido. En este sentido Fukuyama estaba en lo cierto: el mundo
moderno, habiendo llegado a su completo desarrollo y consciente de que debe morir- probablemente
es lo que por desgracia ocurre en los episodios de violencia suicida- suele
pensar en el “final de la
Historia ”, del mismo modo que Wotan, en el segundo acto de la Walkiria de Wagner, dice a su hija Brunilda que solo
desea el fin.
Si hay un despertar de la Historia , no corresponde
al conservadurismo bárbaro del capitalismo ni el empeño de los aparatos del
Estado conservar el aspecto impetuoso que hay que procurarle. El único
despertar posible es el de la iniciativa popula en la que radicará la fuerza de
una Idea.
(1).-
Alain Badiou “ El despertar de la historia.”-(Cap I ).-Clave Intelectual
.-Madrid 2012
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