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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

23/12/12

EL ARBOL REPUBLICANO: La Comuna de Paris



UN PARADIGMA DE REPÚBLICA: La Comuna de Paris
Karl Marx



La antítesis directa del Imperio era la Comuna.
El grito de “¡La república social” con que la revolución de febrero fue anunciada por el proletariado de Paris no expresaba  mas que el vago anhelo de una república que no acabase solo con la forma monárquica de dominación de clase sino con la propia dominación de clase. La comuna era la forma  positiva de esta república.

París, sede central del viejo poder gubernamental  y al mismo tiempo baluarte social de la clase obrera de Francia, se había levantado en armas contra el intento de Thiers y los “rurales” de restaurar y perpetuar aquel viejo poder que les había sido legado por el Imperio,. Y si París pudo resistir fue únicamente porque,
a consecuencia del asedio, se habían deshecho del ejercito, sustituyéndolo por una Guardia Nacional, cuyo principal contingente lo formaban los obreros. Ahora se trata de convertir este hecho en una institución duradera. Por el eso primer decreto de la Comuna fue suprimir el ejército permanente y sustituirlo por el pueblo armado.

La Comuna estaba formada pro consejeros municipales elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de la ciudad. Eran responsables y revocables en todo momento. La mayoría de sus miembros eran, naturalmente, obreros o representantes reconocidos de la clase obrera. La Comuna no había de ser un organismo parlamentario sino  una corporación , ejecutiva y legislativa al mismo tiempo. En vez de continuar siendo un instrumento del gobierno central, la policía fue despojada inmediatamente de sus atributos políticos y convertida en instrumento de la Comuna, responsable ante ella y revocable en todo momento. Lo mismo se hizo con los funcionarios de las demás ramas de la administración. Desde los miembros de la Comuna para abajo, todos los que desempeñaban cargos públicos debían desempeñarlos con salarios de obreros. Los intereses creado y los gastos de representación delos altos dignatarios del Estado desaparecieron con los altos dignatarios mismos. Los cargos públicos dejaron de ser propiedad privada de los testaferros del gobierno central. En manos de la Comuna se pusieron no solamente la administración municipal sino toda la iniciativa llevada hasta entonces por el Estado.

Una vez suprimidos el ejercito permanente y la policía, que eran los elementos de la fuerza física  del antiguo gobierno, la Comuna estaba impaciente por destruir la fuerza espiritual de represión, el “poder de los curas”, decretando la separación de la Iglesia y el Estado y expropiación de todas las iglesias como corporaciones poseedoras. Los curas fueron devueltos al retiro de su vida privada, a vivir de las limosnas de los fieles, como sus antecesores, los apóstoles. Todas las instituciones de enseñanza fueron abiertas gratuitamente al pueblo, y , al mismo tiempo emancipadas d de toda intromisión de la Iglesia  y el Estado. Así, no solo se ponía la enseñanza al alcance de todos, sino que la propia ciencia se redimía de las trabas que la tenia sujetas los prejuicios de clase y el poder del gobierno.

Los funcionarios judiciales debían perder aquella fingida independencia que solo habían servido para disfrazar su abyecta sumisión  a los sucesivos gobiernos, ante los cuales iban prestando sucesivamente, y violentando también sucesivamente el juramento de fidelidad. Igual que los demás funcionarios públicos, los magistrados y los jueces habían de ser funcionarios electivos, responsables y revocables.

Como es lógico la Comuna de París había de servir de modelo a todos los grandes centros industriales de Francia. Una vez establecido en París y en los centros secundarios el régimen comunal, el antiguo gobierno centralizado tendría que dejar paso también en provincias al gobierno de los productores por los productores. En el breve esbozo de organización nacional que la Comuna no tuvo tiempo de desarrollar, se dice claramente que la Comuna habría de ser la formas políticas que revistiese hasta la aldea mas pequeña del país y que en los distritos rurales el ejercito permanente había de ser  remplazados por una milicia popular, con un plazo de servicio extraordinariamente corto. Las comunas rurales de cada distrito administrarían  sus asuntos colectivos por medio  de una asamblea de delegados en la capital del distrito correspondiente, y estas asambleas, a su vez, enviarían delegados a la Asamblea nacional de delegados de París  entendiéndose que todos los delegados serian revocables en todo momento y se hallarían obligados pro mandato imperativo (instrucciones) de sus electores. Las pocas, pero importantes funciones que aun  quedarían para un gobierno central no se suprimirían, como se ha dicho, falseando de intento la verdad, sino que serian desempeñadas por agentes comunales y, por tanto, estrictamente responsables. No se trataba de destruir la unidad dela nación  sino por el contrario, de  organizarla mediante un régimen comunal, convirtiéndola en una realidad al destruir el Poder del estado que pretendía ser la encarnación de aquella unidad, independiente y situado por encima de  la nación misma, en cuyo cuerpo no era mas que una excrecencia parasitaria. Mientras que los órganos puramente represivos del viejo Poder estatal habían de ser amputados, sus funciones legitimas  habían des ser arrancadas a una autoridad que usurpaba una posición preeminente sobre la sociedad misma, para restituirla a los servidores responsables de esa sociedad. En vez de decidir una vez cada tres o seis años qué miembros de la clase dominante han de representar y aplastar al pueblo en el parlamento, el sufragio universal habría de servir al pueblo organizado en comunas como el sufragio universal sirve a los patronos que buscan obreros y administradores para sus negocios. Y es bien sabido que lo mismo las compañías que los particulares, cuando se trata de negocios, saben generalmente colocar a cada hombre en el puesto que le corresponde y, si alguna vez se equivocan,. reparan su error con presteza. Por otra parte, nada podía ser mas ajeno al  espíritu de la Comuna que sustituir el sufragio universal por una investidura  jerárquica.  (…)

( texto de K.Marx “ la guerra civil en Francia”)


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