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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

24/11/15

LA NUEVA "ENCLOSURE" DEL MUNDO




Por Pierre Dardot y Christian Laval (*)

Introducción.

Se denomina con la palabra inglesa enclosure- en español cercado, vallado- el fenómeno de cercamiento y apropiación  privada que se produjo en Europa Occidental , bajo diversas formas,  entre  los siglos XVI y XIX de las tierras que constituían  bienes  y recursos de uso común para el aprovechamiento agrícola y el sustento de la población. Bosques, prados, dehesas, caminos, fuentes, pozos,  tierras de caza,  recursos naturales, e incluso cultivos mismos, comunales o municipales, fueron sometidos a un proceso progresivo de cercado y apropiación privada. Esta expropiación de los bienes comunes  cambio el semblante   la economía en la que el campo y la tierra   dejaban así de ser un medio de sustento de la población  para ser una mercancía de lucro, una  verdadera expropiación  originaria ,  que serviría para capitalización inicial  del capitalismo industrial y urbano , dando como resultado nuevas formas de vida que impondría  ese capitalismo naciente ,  el empobrecimiento de las poblaciones rurales, su proletarización ,  emigración y hacinamiento en urbes  para  constituir la mano de obra industrial. . Sobre este asunto, una reflexión  de los autores citados. (*) 

(…) La inmensa transferencia  de bienes y capitales del Estado  al sector privado , en la que consistieron las “ terapias  de choque” y  “ transiciones hacia la economía de mercado ”de los expaises comunistas  a partir de finales de los años 80 y durante los años 1990 , ha sido uno de los  aspectos más notorios de esta gran expropiación. Pero  otros procesos   ocurren en los países capitalistas del “centro” o de la “periferia” que han abierto al capital ámbitos de actividad  económica y de las esferas sociales que quedaban fuera de su dominio directo desde finales  del siglo XIX.  Cesión n a lo privado de compañías públicas de ferrocarriles, empresas nacionalizadas del carbón  de la siderurgia, astilleros,  de la producción y distribución de agua, gas y electricidad, correos, teléfono, y televisión, privatización parcial de los mecanismos de seguridad social,  de jubilación, enseñanza superior, educación escolar,  salud, introducción de los mecanismos de la competencias y de criterios de rentabilidad en el conjunto de los servicios públicos.  Los efectos  sobre las relaciones sociales  han sido considerables.  En tres décadas la desigualdad  han aumentado, los patrimonios de los más ricos se hyan disparado, la especulación inmobiliaria ha acelerado la segregación urbana. Los modos de integración de las clases populares a la sociedad se han visto afectados, las organizaciones obreras y los partidos de izquierda han perdido su función mediadora y los dispositivos de redistribución m aun sin desaparecer,  han sufrido una disminución notable de su alcance integrador. En pocas palabras la sociedad al mismo tiempo  se ha polarizado, fragmentado, despolitizado.



Aunque estas tendencias muestran variantes  locales,  también tienen un carácter universal en la medida en que están vinculadas a ala generalización d elas políticas neoliberales  a partir de los años 80.  El “consenso de Washington” teorizado por  Johan Willanson en 1990 resumió perfectamente los distintos aspectos de  estas políticas instauradas en primer lugar en América Latina, luego en el conjunto del mundo., A menudo se ha simplificado este gran giro neoliberal identificándolo con el  triunfo del “ todo mercados”.  Es cierto que la ideología  neoliberal de Thatcher y de Reagan iba en esta dirección. En realidad,  la instauración efectiva de la lógica de la competencia en todos los dominios nunca se debió  a actores privados.  Como lo vio muy tempranamente Marx y luego volvió a plantearlo Polanyi, el Estado es desde hace mucho tiempo un agente muy activo en la construcción de los mercados. La nueva ola de apropiación de las riquezas es más que nunca la obra conjunta del poder público y de fuerzas privadas, especialmente las grandes empresas multinacionales en todo el mundo.  Esto es, por otra parte lo que explica la recomposición de las clases dominantes, medio privadas medio públicas, , nacionales y mundiales,  al mismo tiempo, cuyos miembros ocupan una amplia gama de posiciones de poder en el aparato del Estado,  en medios de comunicación y en el sistema económico, acaparan los cargos importantes tanto en los partidos de la derecha tradicional como en la izquierda “ moderna”, practican intensivamente las “ puertas giratorias” entre el sector mercantil y la función pública, desarrollando una verdadera conciencia de sus intereses comunes bajo una apariencia de “ realismo” económico y “ seriedad”  en la gestión. Esta hibridación neoliberal “publico-´privado”  ha favorecido, por otra parte, la emergencia  de un concepto nuevo de poder la “ gobernanza, o “ gobernabilidad” que permite superar en el plano de la representación la oposición cada vez más engañosa entre propiedad pública y propiedad privada.

Al centrarse de este modo  en las prácticas de apropiación y de expolio la reivindicación de los comunes quiere incluirse en una tradición de lucha contra la expansión, en un periodo histórico largo,  de la lógica propietaria que dio su marco jurídico al capitalismo.  De este modo la extensión  actual del dominio de la propiedad `privada y el crecimiento de la mercantilizacio0n  son concebidos por diversos autores como  un “segundo movimiento de enclosure de los comunes- de acuerdo con la fórmula del jurista norteamericano0  James Boyle-  que repite y generaliza en todos los dominios, en particular los de la biodiversidad y la creación intelectual y científica, el primer movimiento de cercamiento que se produjo entre los siglos XV y XIX en Europa occidental.
El paradigma de los comunes se dirige expresamente contra la expansión de la lógica propietaria y mercantil que por lo general identifica el liberalismo.  De creer a David Boyler que cataloga exhaustivamente los comunes en su libro, este “ pillaje silencioso”  los afectaría a todos, y entre ellos, junto a recursos naturales y espacios públicos,  al patrimonio cultural, las instituciones educativas y la comunicación. Este movimiento general de enclosure, estaría dirigido por las grandes empresas,  apoyadas por los gobiernos sometidos a la lógica del mercado. La extensión de la mercancía (commodification)  el peso creciente de las grandes empresas (coporatizacion) y la presión de la lógica de la propiedad (  propertization) van de    la mano y no conocen ningún limite político y moral. Lo que es cierto acerca de los Estados Unidos lo es de todas las demás regiones del mundo debido a la presión de las grandes multinacionales apoyadas por los gobiernos. A  los que nos enfrentamos  es a un formidable refuerzo mundial de los  derechos de propiedad y, con el,  a una nueva expansión del capitalismo, aunque este término no siempre lo emplean los partidarios de los comunes.
Cierto número de ejemplos son particularmente significativas de esta expansión.  El de la expropiación a los campesinos autónomos del control sobre las  sii9entoes por las grandes multinacionales del sector agroalimentario, como Monsanto, el desarrollo de patentes sobre lo viviente bajo la presión de las empresas biotecnológicas o la monopolización por parte de  los gigantes de la informática como Microsoft de las patentes de los programas más utilizados en el mundo.

Denunciar los “nuevos cercamientos”  es destacar un conjunto de tendencias inseparables de la actual  mundialización capitalista.  El termino enclosure hace pensar, en un primer lugar,  en el acaparamiento de recursos naturales y de tierras que se practica todavía  a gran escala en el mundo.  Tomaremos los dos ejemplos, particularmente elocuentes, de las tierras y ekl agua.  Uno de los más notables  es lo que se llama el land grabbing, que agrava los efectos destructivos del libre intercambio, el  agrobussines y de las biotecnologías sobre las agriculturas campesinas en el mundo entero. Se trata de una práctica de acaparamiento de tierras arables en países del sur- África subsahariana, Indonesia, Filipinas, Brasil, Argentina, Uruguay, etc- mediante la adquisición y sobre todo el alquiler de tierras por periodos largos, ( de 25 a 99 años).  Este acaparamiento que representa ya cerca del 2% de las tierras cultivables en el planeta, lo llevan a cabo empresas multinacionales y estados de países emergentes (China o India) o países del Norte (Estados Unidos o Gran Bretaña) deseosos de asegurar su aprovechamiento alimentario y energético y de que su empresas y centros financieros se aprovechen de la especulación con las tierras y precios agrarios.  Esta tendencia se acentuó tras la crisis alimentaria  de 2007 y s eha visto estimulada por la especulación financiera. En 2011, el acaparamiento de las tierras habría afectado  a 80 millones de hectáreas.  Las trasacciones , realizadas la mayoría de las veces sin consultar a las poblaciones locales,  tienen lugar a menudo entre los Estados que controlan las   tierras y los inversores.  Tal es el caso en numerosos países africanos. Los efectos que esto tiene sobre la agricultura campesina, la naturaleza de los productos cultivados, la alimentación d e las poblaciones sociales, hacen pensar  que esta aplicación directa y brutal del poder del capital mundial a las tierras agrícolas de los países pobres no hace más que  repetir la mercantilización de hace varios siglos y provoca consecuencias de    la misma clase, aunque a una escala mucho mayor. El aumento de los precios de los terrenos disponibles, la prohibición  de acceso a las antiguas tierras comunales,  la toma de posesión de las tierras más fértiles, la elección de producciones  destinadas a la exportación,  la difusión de OGM y de los herbicidas y pesticidas a ellos asociados,  conducen en todas partes a la expropiación  delos campesinos, a su éxodo,  hacia favelas en las megalópolis del tercer mundo y al aumento  de los precios de los cultivos para toda la población.  Aunque este acaparamiento espectacular no hace más que completar  la gama de los instrumentos y prácticas que han restringido la producción de víveres  en favor de cultivos de exportación,  acelera espectacularmente la transformación capitalista de la agricultura y la destrucción de las comunidades campesinas.



La apropiación de las tierras agrícolas está directamente ligada al acaparamiento del agua en provecho de los grandes cultivos de exportación. De un modo más general, el control capitalista del agua es otro ejemplo de un mecanismo que presenta semejanzas con los mecanismos históricos d ela expropiación de los comunes.  Aunque la gestión del agua de las grandes ciudades del mundo permanece aún bajo control público el comercio del agua adquirido amplitud desde los años 1980.  Este mercado mundial esta dominado por  un pequeño número de  oligopolios, entre los cuales se encuentran dos empresas francesas- Suez Environement, la ex Lionesa de Aguas  y  Veolia, ( ex Compañía General de Aguas).  Dichas empresas están presentes en decenas de países en todos los continentes, con el apoyo activo de las OMCV, el Banco mundial y gobiernos nacionales,  pero también de la Unesco, miembro organizador del Consejo Mundial del Agua, el cual es un lobby que milita en favor de la privatización del agua.  Los defensores de la privatización  se justifican refiriéndose a la importancia de las inversiones necesarias para hacer  frente al crecimiento de las poblaciones urbanas y permitir el acceso al agua potable a más   de mil millones de seres humanos, asi como a la creación de recursos sanitarios de base para cerca de dos mil quinientos millones  de habitantes,.. Desde su punto de vista, las municipalidades y los Estados no están capacitados para movilizar las sumas suficientes para construir, renovar y mantener las redes de producción y distribución de agua potable, mientras que en las empresas privadas son las únicas que podrían  reunir tale medios  si se las dejara libres para ponerle un precio remunerado al agua, considerada como un “ bien económico” cualquiera, vale decir, una mercancía.  El resultado de la privatización  de la gestión del agua, cuando tiene lugar,  es a menudo, un alza del precio para el usuario, considerado como un consumidor “ racional”, con la consecuencia de restringir su acceso a las poblaciones más pobres.  La carrera tecnológica emprendida por los grandes del sector para proponer  nuevas soluciones al crecimiento de la demanda.- reciclaje de aguas residuales, desalinización-  indica que el proceso de mercantilización no ha terminado.  De entre las luchas por el agua, la de Cochabamba ha permanecido como emblemática.  La ley 2019 de privatización del agua, votada en octubre de 1999,  contra la que se alzó la población de los barrios  y los campesinos, tenía todas las características de una ley de expropiación y confiscación, además de la privatización del control público y municipal,, prohibía a las cooperativas autónomas de barrio que habían cavado los pozos y a los campesinos que habían construido reservas colectivas de aguas de lluvia que siguieran existiendo o actuando localmente.

 Pro aparte de estos ejemplos, es todo el entorno humano el que se ve afectado de formas múltiples por esa expansión mercantil y propietaria.  Bines de primera necesidad como los alimentos o los medicamentos son regidos cada vez más estrechamente por la lógica mercantil impuesta por oligopolios mundiales. Ciudades,.  Calles, plazas y transportes públicos son convertidos en espacios comerciales y publicitarios, las instalaciones culturales, los equipamientos deportivos, los lugares de ocio y de reposo son de acceso cada vez más difícil debido a derechos cada vez más elevados exigidos  a los usuarios/clientes; los  servicios públicos, desde los hospitales hasta las escuelas,  pasando por las cárceles, son  construidos y cogestionados por empresas  privadas; las instituciones públicas de investigación y la universidades son  “pilotadas” de acuerdo con finalidades de rentabilidad: los bosques los mares, los ríos y los subsuelos son sometidos a una explotación industrial cada vez más intensiva y  todo  el patrimonio cultural perteneciente  al dominio público sufre presiones para que se convierta en un capital que deben valorizar museos y bibliotecas. Esta gran apropiación, en toda la variedad de sus manifestaciones, acarrea fenómenos masivos de exclusión  y  de desigualdad, contribuye acelera el desastre ecológico, hace de  la cultura y de la comunicación un producto comercial, atomiza cada vez más la sociedad en forma de individuos con un destino común de  consumidores

(*).- “ Comun.- Ensayo sobre la revolución en el siglo XXI ”.- Gedisa 2015



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