Por
Pierre Dardot y Christian Laval (*)
Introducción.
Se denomina con la
palabra inglesa enclosure- en español cercado, vallado- el fenómeno de
cercamiento y apropiación privada que se
produjo en Europa Occidental , bajo diversas formas, entre los siglos XVI y XIX de las tierras que
constituían bienes y recursos de uso común para el
aprovechamiento agrícola y el sustento de la población. Bosques, prados,
dehesas, caminos, fuentes, pozos, tierras de caza, recursos naturales, e incluso cultivos mismos,
comunales o municipales, fueron sometidos a un proceso progresivo de cercado y
apropiación privada. Esta expropiación de los bienes comunes cambio el semblante la economía en la que el campo y la tierra dejaban así de ser un medio de sustento de la
población para ser una mercancía de
lucro, una verdadera expropiación originaria ,
que serviría para capitalización inicial del capitalismo industrial y urbano , dando
como resultado nuevas formas de vida que impondría ese capitalismo naciente , el empobrecimiento de las poblaciones
rurales, su proletarización , emigración
y hacinamiento en urbes para constituir la mano de obra industrial. . Sobre este asunto, una reflexión de los autores citados. (*)
(…)
La inmensa transferencia de bienes y
capitales del Estado al sector privado ,
en la que consistieron las “ terapias de
choque” y “ transiciones hacia la
economía de mercado ”de los expaises comunistas
a partir de finales de los años 80 y durante los años 1990 , ha sido uno
de los aspectos más notorios de esta
gran expropiación. Pero otros
procesos ocurren en los países capitalistas del “centro”
o de la “periferia” que han abierto al capital ámbitos de actividad económica y de las esferas sociales que quedaban
fuera de su dominio directo desde finales
del siglo XIX. Cesión n a lo
privado de compañías públicas de ferrocarriles, empresas nacionalizadas del carbón de la siderurgia, astilleros, de la producción y distribución de agua, gas
y electricidad, correos, teléfono, y televisión, privatización parcial de los mecanismos
de seguridad social, de jubilación,
enseñanza superior, educación escolar,
salud, introducción de los mecanismos de la competencias y de criterios
de rentabilidad en el conjunto de los servicios públicos. Los efectos
sobre las relaciones sociales han
sido considerables. En tres décadas la desigualdad han aumentado, los patrimonios de los más
ricos se hyan disparado, la especulación inmobiliaria ha acelerado la
segregación urbana. Los modos de integración de las clases populares a la sociedad
se han visto afectados, las organizaciones obreras y los partidos de izquierda
han perdido su función mediadora y los dispositivos de redistribución m aun sin
desaparecer, han sufrido una disminución
notable de su alcance integrador. En pocas palabras la sociedad al mismo
tiempo se ha polarizado, fragmentado,
despolitizado.
Aunque
estas tendencias muestran variantes locales, también tienen un carácter universal en la
medida en que están vinculadas a ala generalización d elas políticas neoliberales a partir de los años 80. El “consenso de Washington” teorizado
por Johan Willanson en 1990 resumió perfectamente
los distintos aspectos de estas políticas
instauradas en primer lugar en América Latina, luego en el conjunto del mundo.,
A menudo se ha simplificado este gran giro neoliberal identificándolo con
el triunfo del “ todo mercados”. Es cierto que la ideología neoliberal de Thatcher y de Reagan iba en
esta dirección. En realidad, la
instauración efectiva de la lógica de la competencia en todos los dominios
nunca se debió a actores privados. Como lo vio muy tempranamente Marx y luego volvió
a plantearlo Polanyi, el Estado es desde hace mucho tiempo un agente muy activo
en la construcción de los mercados. La nueva ola de apropiación de las riquezas
es más que nunca la obra conjunta del poder público y de fuerzas privadas, especialmente
las grandes empresas multinacionales en todo el mundo. Esto es, por otra parte lo que explica la recomposición
de las clases dominantes, medio privadas medio públicas, , nacionales y
mundiales, al mismo tiempo, cuyos
miembros ocupan una amplia gama de posiciones de poder en el aparato del Estado, en medios de comunicación y en el sistema
económico, acaparan los cargos importantes tanto en los partidos de la derecha
tradicional como en la izquierda “ moderna”, practican intensivamente las “
puertas giratorias” entre el sector mercantil y la función pública,
desarrollando una verdadera conciencia de sus intereses comunes bajo una apariencia
de “ realismo” económico y “ seriedad”
en la gestión. Esta hibridación neoliberal “publico-´privado” ha favorecido, por otra parte, la
emergencia de un concepto nuevo de poder
la “ gobernanza, o “ gobernabilidad” que permite superar en el plano de la
representación la oposición cada vez más engañosa entre propiedad pública y propiedad
privada.
Al
centrarse de este modo en las prácticas
de apropiación y de expolio la reivindicación de los comunes quiere incluirse
en una tradición de lucha contra la expansión, en un periodo histórico
largo, de la lógica propietaria que dio
su marco jurídico al capitalismo. De
este modo la extensión actual del
dominio de la propiedad `privada y el crecimiento de la mercantilizacio0n son concebidos por diversos autores como un “segundo movimiento de enclosure de los comunes- de acuerdo con
la fórmula del jurista norteamericano0
James Boyle- que repite y
generaliza en todos los dominios, en particular los de la biodiversidad y la
creación intelectual y científica, el primer movimiento de cercamiento que se produjo
entre los siglos XV y XIX en Europa occidental.
El
paradigma de los comunes se dirige expresamente contra la expansión de la
lógica propietaria y mercantil que por lo general identifica el liberalismo. De creer a David Boyler que cataloga exhaustivamente
los comunes en su libro, este “ pillaje silencioso” los afectaría a todos, y entre ellos, junto a
recursos naturales y espacios públicos,
al patrimonio cultural, las instituciones educativas y la comunicación.
Este movimiento general de enclosure, estaría dirigido por las grandes
empresas, apoyadas por los gobiernos
sometidos a la lógica del mercado. La extensión de la mercancía
(commodification) el peso creciente de las
grandes empresas (coporatizacion) y la presión de la lógica de la propiedad
( propertization) van de la
mano y no conocen ningún limite político y moral. Lo que es cierto acerca de los
Estados Unidos lo es de todas las demás regiones del mundo debido a la presión
de las grandes multinacionales apoyadas por los gobiernos. A los que nos enfrentamos es a un formidable refuerzo mundial de los derechos de propiedad y, con el, a una nueva expansión del capitalismo, aunque
este término no siempre lo emplean los partidarios de los comunes.
Cierto
número de ejemplos son particularmente significativas de esta expansión. El de la expropiación a los campesinos
autónomos del control sobre las
sii9entoes por las grandes multinacionales del sector agroalimentario,
como Monsanto, el desarrollo de patentes sobre lo viviente bajo la presión de las
empresas biotecnológicas o la monopolización por parte de los gigantes de la informática como Microsoft
de las patentes de los programas más utilizados en el mundo.
Denunciar
los “nuevos cercamientos” es destacar un
conjunto de tendencias inseparables de la actual mundialización capitalista. El termino enclosure hace pensar, en un
primer lugar, en el acaparamiento de
recursos naturales y de tierras que se practica todavía a gran escala en el mundo. Tomaremos los dos ejemplos, particularmente
elocuentes, de las tierras y ekl agua.
Uno de los más notables es lo que
se llama el land grabbing, que agrava
los efectos destructivos del libre intercambio, el agrobussines y de las biotecnologías sobre
las agriculturas campesinas en el mundo entero. Se trata de una práctica de acaparamiento
de tierras arables en países del sur- África subsahariana, Indonesia, Filipinas,
Brasil, Argentina, Uruguay, etc- mediante la adquisición y sobre todo el
alquiler de tierras por periodos largos, ( de 25 a 99 años). Este acaparamiento que representa ya cerca
del 2% de las tierras cultivables en el planeta, lo llevan a cabo empresas multinacionales
y estados de países emergentes (China o India) o países del Norte (Estados
Unidos o Gran Bretaña) deseosos de asegurar su aprovechamiento alimentario y
energético y de que su empresas y centros financieros se aprovechen de la especulación
con las tierras y precios agrarios. Esta
tendencia se acentuó tras la crisis alimentaria
de 2007 y s eha visto estimulada por la especulación financiera. En
2011, el acaparamiento de las tierras habría afectado a 80 millones de hectáreas. Las trasacciones , realizadas la mayoría de las
veces sin consultar a las poblaciones locales,
tienen lugar a menudo entre los Estados que controlan las tierras
y los inversores. Tal es el caso en
numerosos países africanos. Los efectos que esto tiene sobre la agricultura campesina,
la naturaleza de los productos cultivados, la alimentación d e las poblaciones sociales,
hacen pensar que esta aplicación directa
y brutal del poder del capital mundial a las tierras agrícolas de los países
pobres no hace más que repetir la mercantilización
de hace varios siglos y provoca consecuencias de la misma
clase, aunque a una escala mucho mayor. El aumento de los precios de los
terrenos disponibles, la prohibición de
acceso a las antiguas tierras comunales,
la toma de posesión de las tierras más fértiles, la elección de producciones destinadas a la exportación, la difusión de OGM y de los herbicidas y
pesticidas a ellos asociados, conducen
en todas partes a la expropiación delos campesinos,
a su éxodo, hacia favelas en las megalópolis
del tercer mundo y al aumento de los
precios de los cultivos para toda la población.
Aunque este acaparamiento espectacular no hace más que completar la gama de los instrumentos y prácticas que
han restringido la producción de víveres
en favor de cultivos de exportación,
acelera espectacularmente la transformación capitalista de la
agricultura y la destrucción de las comunidades campesinas.
La
apropiación de las tierras agrícolas está directamente ligada al acaparamiento del
agua en provecho de los grandes cultivos de exportación. De un modo más
general, el control capitalista del agua es otro ejemplo de un mecanismo que presenta
semejanzas con los mecanismos históricos d ela expropiación de los
comunes. Aunque la gestión del agua de las
grandes ciudades del mundo permanece aún bajo control público el comercio del
agua adquirido amplitud desde los años 1980. Este mercado mundial esta dominado por un pequeño número de oligopolios, entre los cuales se encuentran
dos empresas francesas- Suez Environement, la ex Lionesa de Aguas y Veolia,
( ex Compañía General de Aguas). Dichas empresas
están presentes en decenas de países en todos los continentes, con el apoyo activo
de las OMCV, el Banco mundial y gobiernos nacionales, pero también de la Unesco, miembro organizador
del Consejo Mundial del Agua, el cual es un lobby que milita en favor de la privatización
del agua. Los defensores de la privatización
se justifican refiriéndose a la importancia
de las inversiones necesarias para hacer
frente al crecimiento de las poblaciones urbanas y permitir el acceso al
agua potable a más de mil millones de seres humanos, asi como a
la creación de recursos sanitarios de base para cerca de dos mil quinientos millones de habitantes,.. Desde su punto de vista, las
municipalidades y los Estados no están capacitados para movilizar las sumas suficientes
para construir, renovar y mantener las redes de producción y distribución de
agua potable, mientras que en las empresas privadas son las únicas que podrían reunir tale medios si se las dejara libres para ponerle un
precio remunerado al agua, considerada como un “ bien económico” cualquiera,
vale decir, una mercancía. El resultado de
la privatización de la gestión del agua,
cuando tiene lugar, es a menudo, un alza
del precio para el usuario, considerado como un consumidor “ racional”, con la
consecuencia de restringir su acceso a las poblaciones más pobres. La carrera tecnológica emprendida por los
grandes del sector para proponer nuevas
soluciones al crecimiento de la demanda.- reciclaje de aguas residuales, desalinización- indica que el proceso de mercantilización no
ha terminado. De entre las luchas por el
agua, la de Cochabamba ha permanecido como emblemática. La ley 2019 de privatización del agua, votada
en octubre de 1999, contra la que se alzó
la población de los barrios y los campesinos,
tenía todas las características de una ley de expropiación y confiscación, además
de la privatización del control público y municipal,, prohibía a las
cooperativas autónomas de barrio que habían cavado los pozos y a los campesinos
que habían construido reservas colectivas de aguas de lluvia que siguieran
existiendo o actuando localmente.
Pro aparte de estos ejemplos, es todo el
entorno humano el que se ve afectado de formas múltiples por esa expansión mercantil
y propietaria. Bines de primera
necesidad como los alimentos o los medicamentos son regidos cada vez más
estrechamente por la lógica mercantil impuesta por oligopolios mundiales.
Ciudades,. Calles, plazas y transportes públicos
son convertidos en espacios comerciales y publicitarios, las instalaciones
culturales, los equipamientos deportivos, los lugares de ocio y de reposo son
de acceso cada vez más difícil debido a derechos cada vez más elevados
exigidos a los usuarios/clientes; los servicios públicos, desde los hospitales hasta
las escuelas, pasando por las cárceles,
son construidos y cogestionados por
empresas privadas; las instituciones públicas
de investigación y la universidades son “pilotadas”
de acuerdo con finalidades de rentabilidad: los bosques los mares, los ríos y
los subsuelos son sometidos a una explotación industrial cada vez más intensiva
y todo el patrimonio cultural perteneciente al dominio público sufre presiones para que
se convierta en un capital que deben valorizar museos y bibliotecas. Esta gran apropiación,
en toda la variedad de sus manifestaciones, acarrea fenómenos masivos de exclusión
y
de desigualdad, contribuye acelera el desastre ecológico, hace de la cultura y de la comunicación un producto comercial,
atomiza cada vez más la sociedad en forma de individuos con un destino común de
consumidores
(*).-
“ Comun.- Ensayo sobre la revolución en el siglo XXI ”.- Gedisa 2015
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