MITIN de IZQUIERDA UNIDA en MAJADAHONDA
Intervencion del candidato Jose Miguel Sebastián
El proceso de refundación de la izquierdas y de convocatoria social para la redacción del programa electoral de IU es un ejemplo de esa permeabilidad entre reivindicaciones sociales y políticas Como dice Pietro Ingrao, “indignarse no basta, hay que crear un nuevo sujeto político”, Es necesario pues que avancemos en la creación de un sujeto político que nos permita oponernos de forma más eficaz a la hegemonía del neoliberalismo, antes de que este nos termine llevando definitivamente a la barbarie.
Vivimos tiempos difíciles, y seguramente el comienzo de tiempos todavía más difíciles para la mayoría de los ciudadanos, para los trabajadores y trabajadoras y, en general, para los grupos sociales más vulnerables. No sólo está en peligro el Estado del Bienestar, está en peligro la democracia y la soberanía popular. Y hoy más que nunca está en peligro el viejo principio republicano que afirma el monopolio de las Repúblicas para determinar el bien común o el interés general frente a las pretensiones de disputárselo de los grandes poderes económicos privados.
Basta leer hoy la prensa para ver como en Grecia e Italia, en la sustitución de los jefes de gobierno dimisionarios, la voluntad popular e incluso los procedimientos constitucionales de consultas con los presidentes de sus respectivas Repúblicas, quedan en un segundo plano y se atiende a las imposiciones de Merkel y Sarkozy para nombrar gobiernos tecnócratas que se ajusten al perfil que exigen los mercados.
Por tanto, sin perder de vista a los ideales internacionalista y cosmopolitas de la izquierda que en Europa pasa por al construcción de una verdadera unión política federal y democrática frente a la actual Europa de las oligarquías financieras, debemos reivindicar lo público, la existencia de de un Estado republicano
Un Estado social y políticamente orientado por objetivos cívico democráticos, que combata activamente la corrupción, que mantenga y profundice la universalidad y gratuidad de los servicios públicos educativos, sanitarios, culturales, financiados mediante un sistema tributario progresivo, que grave adecuadamente las rentas de capital, los beneficios de las empresas y los bancos y las transacciones financieras y no sólo las rentas de trabajo, que mantenga un sistema de protección social con un sistema público de pensiones dignas y garantice el derecho a la existencia mediante una renta básica de ciudadanía.
Y un Estado republicano laico que garantice también la supremacía del poder civil frente a los intentos de las Iglesias y sectas de imponer “su moral privada” a la ética cívica de la República
Ese Estado republicano debe basarse en una activa participación ciudadana en los asuntos públicos, mediante iniciativas orientadas a asegurar cierto nivel básico de participación política, no sólo a través de los referenda y la iniciativa legislativa popular, sino también a través de la difusión de practicas deliberativas en áreas hoy todavía poco permeables a la discusión publica y que bajo la excusa de ser “asuntos técnicos” dejan en manos de unos pocos las decisiones, consejos ciudadanos deliberantes, iniciativas de presupuestos participativos, “cupos” obligatorios de representación de segmentos sociales habitualmente excluidos, propuestas destinadas a asegurar que los medios de comunicación incorporen sistemáticamente discusiones de interés colectivos, mecanismos de rendición de cuentas y revocación de mandatos, etc. En suma, avanzar hacia una democracia radical, una democracia republicana.
Todos esos objetivos, a corto o medio plazo, están incluidos en el programa electoral de Izquierda Unida y por eso estas elecciones son importantes porque es necesario que la voz alternativa al discurso intercambiable de los dos partidos mayoritarios este presente en el parlamento
Por eso debemos llamar a la participación y debemos decir una vez más, a muchos de nuestros conciudadanos que relativizan o directamente desprecian el valor del voto, del ejercicio del derecho del sufragio activo, que abstenerse o votar nulo o blanco es comportarse como los “idiotes” de la Atenas clásica y hacer el juego a los poderosos.
Hay que decir bien alto que, pese a las carencias de esta democracia delegativa y meramente procedimental en la que los ciudadanos somos considerados meros consumidores en un mercado electoral, pese a la ley electoral injusta, pese a todo el sufragio universal sigue siendo una conquista, ligada a las luchas del movimiento obrero y al movimiento feminista a la que no podemos renunciar y sigue siendo la forma más eficaz de rebelión pacífica ante los poderosos, para que la voz de los trabajadores, de los precarios, de los parados, de los que casi nunca tienen voz se oiga en el parlamento,
Por eso es importante votar a Izquierda Unida para que haya un grupo parlamentario con una representación significativa que se oponga la discurso neoliberal como un paso más en la construcción del necesario sujeto político alternativo de la izquierda"
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