pero puede ser que las revoluciones sean
el acto por el cual la humanidad que viaja en tren
aplica los frenos de emergencia”
(W.Benjamin.-Sobre la filosofía de la historia)
Los escritos politicos de Walter Benjamin.
-Ana Useros y Cesa Rendueles (1)
Walter BENJAMIN (1892-1940) es hoy uno de los pensadores del siglo XX mas leídos. Su influencia transciende con mucho los círculos habituales de la reflexión filosófica. Sus principales ensayos son citados asiduamente por artistas visuales, sociólogos, arquitectos, cineastas, escritores y activistas políticos. Sin embargo la historia de la recepción de su producción intelectual es breve y reciente. Durante mucho tiempo , Benjamin fue un critico de arte mas del periodo de entre guerras. Era conocido, sobre todo, por su amistad con figuras de la cultura alemana como Adorno, Brecht o Horkheimer. Hubo que esperar a los años setenta del siglo pasado para que especialistas de la historia de las ideas procedentes de distintas disciplinas reivindicaran su legado con vehemencia.
Es esta recuperación ha desempeñado un papel especial una evaluación muy positiva de la contribución benjaminiana a la critica política. Los lectores encontraron en sus escritos una via a través de la que reflexionar sobre la realidad social y sus posibilidades de transformación. Es un camino escarpado y lleno de encrucijadas desconcertantes. Sin embargo accede a espacios inexplorados por el pensamiento político convencional, cada vez más redundante y huero. Muchos ciudadanos de las democracias occidentales perciben hoy el agotamiento de los elementos básicos, tanto de la experiencia hegemónica- democracia representativa, estado de derecho- como del antagonismo clásico: lucha de clases, práctica revolucionaria. .Los textos de Benjamin sugieren la existencia de alternativas intensas, vivificantes y factibles. Propone herramientas intelectuales para superar la oclusión posmoderna del campo político.
En realidad, no deja de resultar sorprendente que se considere el pensamiento de Benjamin como una fuente de utilidades políticas. De hecho muchos lectores que se acercan a sus obras en busca de claves inmediatas para la acción política, quedan decepcionados. En lugar de manifiestos revolucionarios y denuncias de explotación, uno halla reflexiones sobre galerias comerciales decadentes, poetas decimonónicos, artistas barrocos y un buen numero de escritores justamente olvidados. A lo sumo, Benjamin, recuerda esporádicamente la improbable cosmología de un socialismo utópico o elogia algunas prácticas culturales soviéticas. Incluso las muy ocasionales referencias a Marx y Engels parecen extrañamente descontextualizadas; seguramente ninguno de lo dos pensó que serian utilizados como fuente autorizada para ensalzar la labor de un coleccionista de arte.
Terry Eagleton decía que la posición revolucionaria e Walter Banjamin es, en todas sus manifestaciones, estética, Cualquier otra interpretación es un malentendido. Benajmin no fue un analista particularmente lúcido de la historia política o económica. En muchos aspectos, mas bien destaca por su ingenuidad. Su campo de investigación es la vida simbólica de la sociedades capitalistas o, dicho de otra manera, el modo en que nuestro tiempo de interpreta a si mismo a través de practicas, en sentido muy amplio, culturales. Benjamin desarrollo una metodología filosófica innovadora para investigar fenómenos dispersos y heterogéneos, que incluían desde las propuestas artísticas de las vanguardias históricas hasta objetos culturales poco apreciados: la publicidad, los libros para niños, las películas, las caricaturas cómicas,…Su objetivo no era crear un nuevo canon estético mas democrático sino utilizar esos elementos como puertas traseras que le permitieran acceder a la subjetividad de la época.
Política en la era de la estetización:
¿En que sentido es política esa línea de investigación? Como la respuesta no es evidente, algunos intérpretes izquierdistas suelen tomar un atajo y convierten a Benjamin en un compañero de su viaje erudito. Su contribución habría sido esclarecer la naturaleza del arte comprometido, ampliando sus fronteras más allá de la canción protesta y lo carteles reivindicativos. Por el contrario, en la academia, se lee a Benjamin como si fuera una especie de teólogo negativo. Desde ese punto de vista, la actividad política seria una especie de imposibilidad pragmática que solo podemos percibir en algunos rasgos esquivos que destellan esporádicamente. El corolario es que la política genuina puede darse por sorpresa en cualquier parte aunque, al parecer, lo hace con mas frecuencia en los centros de arte contemporáneo de vanguardia que en las movilizaciones ciudadanas o en los parlamentos.
En realidad es posible que Benjamin sea un autor politico a su pesar. Su relación con el pensamiento revolucionario es mas bien un caso de serendipia. Lo cierto es que su objetivo filosófico inicial era atacar la experiencia de la vida burguesa, que odiaba con una intensidad atlética. Por suerte nunca tuvo que elegir entre abolir la porcelana de Sevres o a sociedad de clases. Pero la acidez que Marx dedica a los capitalistas propietarios de los medios de producción, él la reserva para el estilo de vida de las familias respetables.
Lo que ocurrió fue, que en su crítica de las experiencias de vida hegemónicas, subvirtió las categorías estéticas heredadas y se topo con un yacimiento de posibilidades de transformación social. Al analizar la actividad de los surrealistas, que atacaron implacablemente las convenciones burguesas, se encontró con prácticas con un fuerte parecido de familia con las propuestas revolucionarias. Benjamin se dio cuenta de que en el campo estético salia a la luz un problema mas general e importante que tenia que ver con la limitación de la experiencia histórica moderna, con la pobreza de las formas de ida que son c
El periodo de entreguerras fue el momento de eclosión de un doble proceso de estetizacion de la via social. El consumismo y lo s medios de comunicación de masas, por un tado, y los regimenes totalitarios por otro, derogaron la legitimidad de los paradigmas politico precedentes de las revoluciones burguesas. Erigieron un denso caldo de cultivo simbólico donde el narcisismo individualista experimento un crecimiento carcinógeno. La política del hedonismo cortocircuitó el funcionamiento de la esfera pública, la base de la alternativa política ilustrada al despotismo y la superstición. Benjamin supo diagnosticas el modo en que se trataba de un proceso que afectaba a las posibilidades de democratización de la vida social. Hollywood, los centros comerciales, la publicidad, las ofrmas modernas de conflicto armado o los medios de comunicación transformaban radicalmente la cuestión de la emancipación como antes lo había hecho la maquina de vapor o el éxodo rural.
Despues de la vida dañada
La propuesta teórica de Benjamin se puede entender como una especie de correlato en el campo de la subjetividad de la estrategia de Marx en el terreno del análisis de las fuerzas productivas. La modernidad ha creado las condiciones para el desarrollo de las relaciones sociales libres e igualitarias, pero constantemente se niega a si misma esa posibilidad. El capitalismo es ese extravagante sistema económico que convierte en problemas lo que , al menos intuitivamente, deberían ser soluciones. Por ejemplo, el ahorro de tiempo traves de la mecanización da lugar al desempleo o se convierte en una fuente de alineación por medio de la industria del entretenimiento. De a misma manera , para Benjamin, la moda y el consumo son una especie de manifestación corrupta y pasiva de las formas d vida postrevolucionarias que, previsiblemente, se caracterizaran por la búsqueda de la realización personal compartida y creativa. El consumidor quiere habitar el mundo poéticamente, pero se encentra con practicas alienantes.
El interés de Benjamin por las vanguardias y las tradiciones artísticas es un epifenómeno de su atención a aquellas formas de experiencia histórica enriquecedoras, que generan un incremento de sentido. De igual modo, las relaciones de producción o la estructura política son importantes, pero solo en la medida en que su reorganización nos puede ayudar a llevar vidas no dañadas, mas plenas, dedicadas a aquellas actividades que nos conviertan en las personas que desearíamos ser. Para Benjamin los cambios políticos y tecnológicos modernos ofrecen grandes oportunidades de liberación de las limitadas formas de subjetividad dominantes.
Las experiencias que proporcionan un incremento de sentido son reconstructivas mas que creativas (en realidad Benjamin habla del “carácter destructivo”, una expresión con connotaciones nihilistas proclive a malentendidos). Cada músico, cada escritor, cada deportista, cada coleccionista, cada estudiante, o, mas radicalmente aún, cada niño y cada madre tienen que empezar de cero, nadie puede ahorrarles el esfuerzo. Pero por otro lado, ninguno de ellos pretende que su actividad sea irrepetible, como la creación del artista romántico. Al contrario, lo que las convierte en practicas fundamente significativas es su carácter pronunciadamente común , en el sentido de que nos conectan con una cadena anónima de personas que atravesaron por las mismas situaciones y legaron sus vivencias. Su carater único es indisociable de un tipo peculiar de universalidad.
Las vidas no dañadas son las que consiguen superar tanto la repetición ritual del mundo de los mitos como la dimensión aurática de la excepcionalidad. O , dicho de otro modo, Benjamín repudia la concepción de la historia que privilegia el papel delos héroes, esos personajes únicos que viven su vida como una obra de arte y supuestamente impulsan en progreso de la humanidad. Se niega a aceptar que los hechos protagonizados por la gente común queden perdidos para la historia como una mera reiteración abstracta de miseria y sometimiento.
Pero ese es justamente el sentido de la participación en el espacio político democrático. La practica política emancipadora se basa precisamente en un permanente proceso reconstructivo. Personas que se reconocen mutuamente como iguales someten a critica las leyes que regulan su vida en común y consideran que en esa interacción está en juego una parte importante de sus posibilidades de realización personal. Es lo contrario de la despolitización populista contemporánea que gira en torno a la persistencia de consensos fosilizados. En nuestros sistemas políticos esta excluido de antemano el conflicto y algunas personas, acontecimientos o instituciones- el mercado, una constitución o los padres fundadores de la patria- han tomado ya todas las decisiones importantes.
Para el pensamiento político convencional el momento constituyente es el único e irrepetible: aurico. Forma parte de la lógica del avance histórico, tan imparable como inaccesible. La vida política constituida debe limitarles a la reiteración ritual de las condiciones dadas, por ejemplo, mediante elecciones generales que legitimen periódicamente el sistema. Benjamin no plantea como alternativa un estado de excepción permanente, desconfiaba de las idealizaciones de la revolución como un momento de aceleración del progreso histórico. La polirtica activa discurre en un delicado equilibrio entre la prolongación fetichista del poder constituyernte y la redundancia apolítica.
Filosofía y praxis política
La modernidad ofrece posibilidades de emancipación, pero es preciso cribarlas de ideología que las o culta y las retiene. Benjamin creía que la corriente de discursos dominantes genera en nuestra vida una falsa ilusión de continuidad. Nos atraviesa un entramado de mitos que nos transmiten la sensación de estar sumidos en una experiencia completa y saturada. El mas importante de ellos es la idea de va de racionalidad más extenso. Pero en esa red hay puntos de tension que nos permiten imaginar realidades alternativas. Son momentos en que las ilusiones totalizadoras se cuartean y liberan posibilidades ocultas. Esos fragmentos son una especie de disparadores de proyectos alternativos que, esto es lo importante, son una combinación reconstructiva de nuestra realidad presente no un futuro de redención.
Por eso Benjamin cree que los revolucionarios son los depositarios del sentido común y no utópicos enloquecidos. O se puede expresar al revés: un `proyecto modesto, como alimentar y educar a la población mundial, implica la destrucción de la practica totalidad de neustras estructuras económicas y sociales. Frente a las interpretacio9nesd heroicas de la revolución, Benjamin cree que se trata de un pequeño cambio que lo trastocará todo. A menudo habla de mesianismo, y se refiere justamente a eso: la posibilidad de realizar una transformación total de la sociedad mediante unos retoques ligeros. Los elementos necesarios para el cambio ya están ahí, solo hay que activarlos.
Por eso, para Benjamín, la tarea revolucionaria crucial en el campo estético es la búsqueda de las junturas simbólicas sobre las que se puede intervenir para provocar ese desmontaje. El objetico no es crear narraciones totalizadoras alternativas a las narraciones hegemónicas. Al contrario se trata de poner en marcha un modo de conocimiento organizado en constelaciones, basado en la búsqueda de imágenes capaces de sacar a luz las posibilidades silenciadas, El termino imagen aquí no hace referencia a una representación viisual como una fotografía o un cuadro, sinjo a sistemas de relaciones que puede ser muy experiencial: caminar por la ciudad y adentrarse en la multitud, percibir la contingencia del presente observando las ruinas del pasado, experimentar con las drogas, jugar como un niño,…y escribir sobre ello.
Las constelaciones son ordenaciones de imágenes y conceptos n a través de las que se manifiestan las ideas. Benjamin busca sacar a la luz haces de relaciones conceptuales que no aspiran a ninguna estabilidad mas allá de una cristalización momentánea. Es una forma de critica tan inmanente que permanece completamente pegada al objeto. Las constelaciones son un tipo de unidad que no subsume los elementos de los que esta compuesta, no oculta las costuras que unen las distintas partes. En este sentido, no se parecen nada a una teoría. Las teorías basan su poder gnoselógico en la predectibilidad y la subsunción nomologica-deductiva de unos conceptos sobre otros. Las constelaciones son todo lo contrario, algo asi como un mecanismo dialéctico que produce flashes de iluminación, que propicia momentos de interrupción en los que la estabilidad de nuestras precomprensiones queda en cuestión
Esta estrategia Benjaminiana de análisis de la realidad simbólica es monadológica. Renuncia a dar una visión de la totalidad del mundo cultural mediante m,ediante una teoría explicativa general ( en realidad va más alla y cuestiona incluso que haya un todo que explicar). En vez de eso, se centra en detalles anecdóticos que pueden reflejar indirectamente la retícula que da sentido a las distintas ordenaciones contingentes. El coleccionismo, la prostitución, los traperos, los poemas de Baudelaire, el periodismo, el trazado urbano de las grandes ciudades, los libros infantiles,…Ninguno de esos elementos es un caso paradigmático, generalizable. Pero su concatenación puede generar una red significativa que penetra críticamente el exoesqueleto simbólico del capitalismo. Y en la medida en que no aspira a tener carácter hegemónico es, además, una guía de las virtualidades sepultadas en la factidad.
(….)
(1).-“Encontrarse en la Ciudad.-Introducción a Los escritos políticos de Walter Benjamín”.-Ana Useros y Cesar Rendutales.-Abada Editores.-Madrid 2012
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