Proposiciones políticas libres y consideraciones de Estado.
A fin de conducir a un buen, formidable y generoso pueblo
o conjunto de hombres, gradualmente hacia un fortalecimiento invencible y un
siempre creciente y floreciente bienestar, deberá hasta cierto punto enseñarse (hasta
cierto punto, por lo tanto todo avance o mayor perfección tiene que ser
enseñado, practicado y esperado como un resultado del tiempo) lo que por necesidad
y en primer lugar se requiere para un orden
civil o administración de asuntos comunes. Y para atenerse a esto del
modo mas perfecto y cierto, el pueblo debería en cierto grado, toscamente,
haber comprendido y concebido en que consiste su interés general, si
preocupación o su bien, lo que , a mi juicio, puede ser o mejor de todo o
percibido y descubierto acerca de la propia naturaleza humana por el hombre
mismo. Por naturaleza, pues, todos los hombres,
incluyendo ambos sexos) nacen libres y, sin comparación con nada,
previamente constreñidos a la búsqueda de su propio bien y su bienestar por
sobre aquel de los otros hombres y en caso de que ellos sepan como obtenerlo
mas temprano y de mejor manera por si mismos en soledad, será esa una razón
para que los hombres en conjunto con otros tímidos animales traten de evitar y
rehuir a toda estrecha socialización y compañerismo con otros seres. Pero
considerando que todo hombre encomendado a si mismo resulta ser muy débil e
impotente, que incluso está imposibilitado de saciar sus necesidades mas elementales
, y que se encuentran a si mismos
también afectado por el deseo de procrear y de inclinaciones similares; de modo que experimentan
ambos, hombre y mujer, -también como una
consecuencia de su mas tierna educación y disciplina de cuando niños, -tantas necesidades , que por ello están completamente acuciados en
procurarse ayuda mutua de sus compañeros y elegir algún tipo de morada fija
y duradera. De esta manera podemos deducir de la propia naturaleza y
disposición humana que el hombre es conducido hacia la sociabilidad mutua y cohabitación
con su semejantes, primero por necesidad y mayor asistencia y luego por
disfrutar de un mayor placer y entretenimiento. En esto el hombre es conducido
automáticamente por su propia naturaleza, carácter o disposición, a pesar de lo
que digan contra ello meros cortesanos aduladores y pedantes académicos que
juzgan al pueblo o a las personas comunes como torpes, rencorosas, violentas y
crueles por naturaleza y en consecuencia imposibilitados por completo para una
servicial y amistosa compañía y
coexistencia.
Estos últimos, para disfrute de todos los tiranos y para
su vergonzoso placer, condenan al hombre y lo refieren a una compulsión de
esclavitud y engaño eterno. Yo, por el contrario , como todos aquellos que
estamos en condiciones de ver en profundidad la cosa y disposición de la naturaleza humana mas allá de las viles
pasiones y del egoísmo abyecto, sabemos, que todas las excesivas pasiones
despreciables de los humanos no brotan de su primera y plena naturaleza sino
que los hombres están tan predispuestos
hacia su propia naturaleza que solo
después del encuentro con las cosas, con el buen y el mal trato, son
conducidos, en cierto grado- algunos mas que otros según la disposición de cada
cual - hacia pasiones impetuosas. Y dependiendo de la gravedad de las
influencias recibidas se observa las mismas pasiones en mayor o
menor medida presentes en todos.
Porque si sucediera de otro modo y el hombre fuera desde
su primera naturaleza o caracter igual que el lobo, cruel y violento, rencoroso
,e insociable por lo tanto, se seguiría que así debería permanecer a lo largo
de existencia, lo que es notoriamente contrario a nuestra experiencia.
Como no es menos notorio que todas las pasiones excesivas
y despreciables de los humanos no se originan en nada mas que en el hecho de
que ellos son mantenidos en continua ignorancia por gobiernos violentos,
variados artificios maliciosos o incluso artimañas supersticiosas de todo tipo,
y por consiguiente, de una educación perniciosa. Además la practica de la liberación y salvación del pueblo en estas
condiciones será siempre totalmente imposible y mucho mas hallar la más mínima protección y bienestar de
cualquier Asamblea o sociedad del pueblo. Y con miras a esta salvación y
adquisición del creciente y floreciente bienestar de una correcta alianza del
pueblo, no me es posible creer que quien
esté dotado y afectado con cierto conocimiento verdadero sea capaz de permanecer inmóvil y dejará, como
suele decirse, fluir el agua sobre los campos de Dios. Mas aún cuando tampoco
estoy dispuesto a creer o ver que nadie que viva fuera de una correcta
asociación del pueblo pueda ser llamado o considerado como feliz.
Por tanto, lo único seguro es que en una parte o
conjunto d seres forzados y
dominados no se encuentra otra cosa que
impostores y engañados, dominantes y dominados. De entre estos dos últimos ( en
la medida en que considero al impostor la ruina de su compañeros y un demonio
entre los humanos , y al engañado como cercano a los animales) de tener que
elegir, no sabría cómo hacerlo adecuadamente. De esta manea, desde la
perspectiva del hombre generoso y amante de la libertad, ambos deben de ser
considerados como extremos opuesto maliciosos que hay que evitar sin reservas.
Es asimismo sabido que en ninguna sociedad o Asamblea de personas ningún
impostor o tirano quiere ser identificado como tal y que naturalmente nadie
será voluntariamente engañado y sometido, de manera que tanto el engañado y
dominado como el impostor y el tirano constituyen, sin excepción, conjuntos d
personas miserables e infelices. Conjunto que, invariable y finalmente, por
aflicciones y adversidades provocadas
desde el exterior, junto con disensos y discordias internas, está condenado a arruinarse y perecer.
Para lo cual ningún consejo o remedio se encontrara para
alcanzar la salvación y emancipación de las
inconsistencias y malentendidos contrarios a la libertad más que el que
sea encontrado por todos conjuntamente, o una parte de ellos, a través de razones claras. Y esto es lo que
deberia esperarse e ocurriese de manea simple y fácil dado que e evidente que
cualquiera se siente avergonzado al darse cuenta de que finge ser lo que no es
y a cualquiera le aflige considerablemente hacer algo contra su voluntad.
La natural libertad igualitaria, entones, debe
ser la mas claramente inducida e
inculcada a cada hombre y miembro de una Asamblea del pueblo. Principalmente
considerando esto: que nadie, con rencor o por via de esclavitud, someta ante
nadie su natural capacidad de juzgar acerca de lo que pertenece a su bienestar
y su bien, bajo ningún pretexto.. Sino que todos traten mediante su mejor
habilidad y su máximo entendimiento de
comprender que es lo que pertenece a su
bienestar y bien. De este modo deben de sospechar de todos aquellos que deseen
convencerles en otro sentido que son engañadores ordinarios porque ningún
bienestar adquirido sin el propio juicio y aprobación puede perseguirse y
aceptarse como verdaderamente humano y mucho menos como deseable y establecido.
Cualquier cosa que se obtenga por el juicio
y creencia de otro, al descansar sobre el placer de este último, también
sera fácilmente abandonado y jamás obtenido de nuevo. La mayoría d ela
veces estos crédulos temerarios están, de acuerdo con todos los ejemplos que
encontramos, irrecuperablemente conducidos hacia la peor de las servidumbres.
Que se nos deje pues a todos juntos, como antes, aprender
con la mejor de nuestras habilidades, que no tenemos que buscar o perseguir
ninguna Asamblea del pueblo a la que adherirnos sino únicamente cuando lo
hacemos por el fin de adquirir nuestro bien particular. Podemos obligarnos a
nosotros mismos porque nos lo dicta el propio y particular bienestar que es la
razón máxima de hacer o no hacer algo según la naturaleza. Y donde cesa nuestro
bienestar po causa de una mal disposición interna de la Republica o sociedad,
también se detiene cualquier razón de comprometernos con esa Asamblea. Tenemos motivo para considerar
como enemigos y para tratar de destruir
a aquellos que intencionalmente tienden a privarnos y alejaros de
nuestro propio bienestar.
Consistiendo el hombre en alma y cuerpo existen por
consiguiente dos tipos de bienestar. Sin embargo
están tan mutuamente conectados que faltando el uno o el otro el hombre competo
deberá sufrir, teniendo que padecer más
en la medida en que su alma es más débil y, por consiguiente mayormente
engañada. Y donde un alma engañada se aloja, el hombre completo es desdichado.
Pero siendo dominado e inhibido el cuerpo, todos son , de acuerdo con la
disposición de sus almas, los unos mas y
los otros menos, incapaces de practicar
su bienestar de alma o cuerpo en función del requerimiento de las respectivas
naturalezas, razón por la cual todas las personas generosas antes que nada
tienen que intentar adquirir modestamente de un modo razonable-no solo para si
mismas sino también para una seguridad y un fortalecimiento superior de sus
compañeros- sin ilusión del alma, violencia o molestia del cuerpo, en una
completa e igualitaria libertad y con coraje, su bien y bienestar particulares
en consonancia con la disposición de de cada uno y los requerimientos de la
naturaleza. Es imposible que esto no pueda ser
realizado cuando en cierta medida la mayoría de los hombres de algunas
formidables asambleas del pueblo, o al menos algunos de ellos, conocen el bien común
y aspiran a inducirlo y continuarlo laboriosa y claramente.
En consecuencia, donde alguien, a causa de una mala disposición o desorden de
una Asamblea o por abandono de la libertad igualitaria, esta obligado a vivir de manera deleznable,
despreciado, en una notoria necesidad y pobreza además, una situación tal es
una clara prueba de que una congregación
similar de personas ni entiende ni practica el más mínimo bien común ni la mas minima
religión o amor a Dios y al prójimo ( todo esto siendo la misma cosa en mi
opinión). Por el contrario, allí donde el bien común es conocido y buscado, allí
también en la misma proporción, tiene lugar el conocimiento de la religión, el
amor a Dios y al prójimo. En una palabra, sin el bien común, del modo que sea,
nunca puede existir religión alguna en un conjunto de personas.
En una
congregación de personas en libertad igualitaria en la que la verdad función
del bien común no es ni vigorosa ni valientemente inducida , ni
defendida ni representada por nadie es
claro y verdadero en mi opinión que en esa Asamblea no se encuentra nadie que
tenga un ápice de conocimiento o de entendimiento. Tampoco es menos claro y
verdadero que todo pretendido filosofar, teologizar, moralizar, politizar,
etc de hoy dia , sin conocimiento alguno
del bien común, nunca será lo bastante capaz para rescatar a un solo hombre de
opresivas y perniciosas pasiones. Porque un hombre que sea un diablo y tiranice o engañe a otro no puede experimentar
el menor placer ni tranquilidad en vida realmente, sino que mas bien es un ser
agitado y llevado a la ruina y a su propia destrucción. Incluso las pasiones
humanas de amor y gozo- en el seno de las cuales todo ser humano debería
desarrollar su existencia- no pueden darse fuera de un cierto bien común,
quedando bloqueadas y sin un aliento
natural en el corazón y alma de los humanos como si estuviesen sofocadas y sin el menor efecto.
El bien común de una Asamblea del pueblo , entonces, en mi
opinión, supone una previa fundación de una libertad igualitaria que incluya
una proporción de ordenes, leyes y colaboración entre personas,
más o menos inteligentes, más o menos buenos, hombres y mujeres, padres
e hijos, servidores y servidos, gobernantes y gobernados, que decidan tras
descubrir por el uso de la razón y de la experiencia la manera mas cierta en
que cada miembro en su rango no solo sea debilitado ni lesionado sino ,por el
contrario, fortalecido por la actividad común en su placer y su apetito tanto espiritual como
corporal. De esta manera serán conducidos todos, hacia un mayor progreso y mayor bienestar. Porque siendo cada uno
consciente de su disposición particular, todos hallan la necesidad de un
progreso igualitario, principalmente
respecto a sus almas. De acuerdo con esta definición de bien común, cabe
preguntar a toda persona racional,
dotada de juicio y no pervertida por supersticiones ni avaricia ni ambición
inmoderada, si no es mas deseable vivir en una Asamblea del pueblo tal en que
cada uno contribuya a ordenar las leyes, las ordenes y la colaboración mutua de
manea que no se desprecie a nadie sino que todos y cada uno sean de provecho y
cada individuo, sin excepción, permanezca integro y pleno es su natural
libertad igualitaria. Y lo que es mas,
que esa Asamblea posibilite y procure a cada uno la oportunidad de
conseguir su propio bienestar de acuerdo con su propio deseo racional, intención
e inclinación propias.
Si alguien, por mala fortuna, o tal vez por alguna natural
reserva, es reacio al emprendimiento
aventurero, u a cualquier otra ocupación habitual, ¿no debería otorgársele , de
acuerdo con su deseo, ya sea para la
guerra como para la agricultura, o para cualquier cosa en la que él según su discernimiento propio se sienta capaz, una oportunidad con
el fin de que pueda vivir a su manera tranquilamente , con su familia,
benévolamente, sin indignidad ni desprecio alguno? Por lo tanto juzgo también que el único y real
objetivo de un gobierno legítimo es que
un pueblo, sea capaz de progresar sin
limitaciones en lo corporal y lo espiritual, y se pueda permitir que algunos
excedan en bienestar a otros pero esto nunca de manera que se haga a costa o
impidiendo el bienestar de otro.
Porque aunque se establezca que en una republica un hombre,
gracias a su excelente virtud, pueda obtener un pago mayor que otro de condición
menos aventajada, debe de ser sin embargo claro que nadie por inferior que sea
su grado, a causa de algún desorden en la Republica , deba vivir
miserablemente. Cuando nadie, en una
Republica bien ordenada, vive en la miseria , puede decirse que todos colectivamente salen ganando.
Es esta una adecuada definición de lo que es bien común
que concibe que la promoción y
seguimiento el bien común no se opone a la obtención de el bien
particular, contrariamente a otras, extravagantes y rimbombantes que pretenden que se debe promover el bien común sin tener en cuenta el bien particular,
porque no tienen en cuenta, en sus confusas especulaciones, que el bien común
es la suma de los bienes de cada uno de manera que no excluye una cosa a la otra..Concibiéndolo
asi, es decir como que ningun bien particular que sea perdurable y agradable puede ser concebido excluyendo el bien común,
toda persona honesta se comprometerá con
entusiasmo con ese bienestar general.
Los intereses corporales son entonces tales que, lejos de
toda coacción y tortura corporal, bien abrigados y alimentados, puedan ser
disfrutados con la máxima seguridad para la satisfacción de todos los deseos y
apetitos razonables y en esto la mayoría esta de acuerdo. En lo concerniente a las almas también hay
acuerdo con esto: que nadie desea ser engañado, y por lo tanto todos por
naturaleza huyen de la mentira y del mentiroso y del que engaña; y todos, unos
mas y otros menos, anhelan y se esfuerzan por oir la verdad y aherirse a ella y
a los que la manifiestan con claridad.
Pero por razón de su limitada naturaleza deseante, la
gente es conducida a menudo cuando su juicio ha madurado y se ha estabilizado ,
abrumado por varias frases, a ser capturado y seducido por opiniones y prejuicios de ambiciones
malintencionadas, y a terminar
ahogándose antes de conocer el agua, como suele decirse. Esto debe de prevenirse
de manera efectiva y proponemos que todo engaño y violencia sea contrarrestados
e impedidos en una Republica libre con el mayor cuidado y vigilancia. Porque
hasta el momento se ha dado una costumbre común
en casi todas partes en que un
conjunto de personas intenta gobernarse
realizando algún cambio o mejora , y es que aparecen algunos que anteponen a
todo su propósito de establecer su
supuesta religion, o mas bien su superstición. Al hombre, influido con miles de clases de terrores, miedos y
esperanzas infundadas se le priva así de
su valioso pensamiento libre hasta tal punto
que se hace completamente capaz
de ser conducido y llevado hacia extravagancias que le esclavizan por el mero placer de embusteros y
usurpadores.
Nosotros considerando, como hemos dicho antes, que todas
las personas por naturaleza, actúan por su bien propio y por el bienestar común,
por estar bien inclinadas y necesariamente llevadas hacia la compañía mutua, y son desfavorables a todo tipo de engaño y mal por
lo que no se precisaría mas que mostrar con claridad y
hacer entender a las personas por medio del razonamiento cual es la vía
mas adecuada para fomentar el mutuo compañerismo y su necesario fortalecimiento, para el rechazo de
todos los males corporales y físicos , y
para un cierto acceso a los bienes y
bienestar del cuerpo y el alma. Y en esto consiste principalmente la promoción
y educación en del bien común, siendo este objetivo para todas las sociedades
de personas la única verdad y fundamento firme, el único lazo o religion que
siempre puede ser asegurado y propuesto
con certeza.
Sobre los intereses corporales, que son los mas evidentes
y acuciantes para la supervivencia de las gentes, deberé intentar basarme en un
principio con arreglo a la Naturaleza ,
y luego abandonarlos, en orden a los intereses del alma: Mas aun : estoy
convencido de que ningún bienestar del alma ,tanto de un particular cualquiera
como mucho menos de una comunidad , puede alcanzarse con
seguridad sin evitar la dominación y la
servidumbre física. Es mas, también juzgo que para mantener el bien común de un
conjunto de personas, puede realizarse
razonablemente sin consideración especial del bienestar particular de las
almas, pero nunca sin un adecuado respeto a los intereses corporales y
prescindiendo del anhelo de bienestar
correspondiente. Esta observación es aplicable asimismo a lo largo del tiempo
en que se pretenda mantener el bien comun y sostenerlo con firmeza.
En lo que concierne a los intereses del alma parto del
supuesto que se procura el bien común
cuando se impiden con celo y prudencia
las vías del engaño. Para esto contribuye enormemente el principio de la
libertad igualitaria que dicta que a
todos les está permitido perseguir hasta el fin su propia felicidad del alma
sin que esto tenga que ocasionar perjuicio alguno para la obtención del bien común sino que al contrario este
principio contribuye enormemente a ello.
Sobre todo y a este principio se le añade una norma estricta común, a
saber, que a nadie, en detrimento de su
vida, le sea permitido oponerse o enseñar algo contrario a la libertad
igualitaria general.
Con este fin de
promover y observar con la máxima prudencia y atención la libertad igualitaria
y el bien común de la
Republica , seria por entero necesario evitar y rechazar todos
los títulos de excelencia o castas de
pretendida sabiduría como los nombres de doctores, profesores, etc., etc.,
porque esto no sirve mas que para fomentar la ociosa vanidad de privilegiados y
señores y el desprecio del resto de los ciudadanos igualmente libre, causando
la ruina de un conocimiento sano y una libertad
igualitaria. Por añadidura, una Republica bien ordenada debe, en lo
relativo a la educación tanto de los adulos como de los jóvenes, ceñirse a este
principio, camino o método indispensable: que ningún profesor de ningún arte o
ciencia ampare una enseñanza que
pretenda ser segura o infalible en argumento de autoridad sino solo mediante razonamientos.
Junto a eso debe conformarse un juicio ciudadano
convergente cuya potencia consista en
que cada uno desde joven reciba una
instrucción que valore la libertad igualitaria y el bien común, y sobre las
leyes y ordenanzas de la
Republica.
El cuidado de la salud debería- en mi opinión- para que
alcance consideración y prestigio, ser confiado a ciertos colegios que deberían
establecerse. De este modo la medicina debería
ser objeto de investigación, ejercicio y enseñanza de manera colectiva por esos
colegios dotados de subvenciones y ayudas que les protejan de cualquier fin de
lucro y riqueza. (1)
Todo ello debe desarrollarse en la lengua madre de la Republica excluyendo los
obsoletos lenguajes librescos de manera que todos y cada uno de los ciudadanos
puedan libremente oir y tener acceso a
ellos para capacitarles de esta manera para
juzgar fácilmente sobre la
fiabilidad e infalibilidad de maestros y profesores siendo esto de suma
importancia para el bien común.
Porque actualmente se está presentando como si fuera totalmente indiscutible y
evidente que todas esas costumbres judías y papistas basadas en obsoletos y
arcaicos lenguajes del Libro cuando no tienen
otro propósito que mentir al común de las personas y por lo tanto llevarles a engaño.
Debería ser propuesto , promovido y enseñado a jóvenes y
adultos, a hombres y mujeres, hijas e hijos,
un lenguaje general, el idioma mas habitualmente usado en cada
parte del mundo, como el francés en Europa, por ejemplo, haciéndolo de
manera sencilla y gratuitamente con el fin de que todos aprendan a hablarlo y
escribirlo.
Los jóvenes, cuyo uso de la razón es aún débil y
susceptible de asimilar bien y entender todos los propósitos, contenidos y
poderes de las normas, deberán ser influenciados por el decoro de las ceremonias,
ya que estimulan buenas costumbres de manera
que, una vez impresionados por
las reglas de la sólida e igualitaria
libertad, puedan , al llegar a sus años
de madurez, alcanzar de manera facil y agil el adecuado entendimiento y búsqueda de todo
lo relativo o al bien común y a la libertad igualitaria. Para que lo ejerzan de
la manera mas segura, los jóvenes y adultos deben de estar protegidos
cuidadosamente contra toda impostura y
superstición para evitar que crean en esas cosas así como para rechazar la obstinación
.La superstición es el unico obstáculo de ese
engaño insistente en el que han encallado y perecido, sin
advertirlo una gran mayoría de mentes ilustres de este mundo
Igualmente debería
tratar de difundirse de la mejor manera que los intereses mutuos y el
bienestar legitimo de cuerpo y alma nunca pueden producir conflicto, sino que
en todo momento deben desarrollarse y
dirigirse hacia un mutuo fortalecimiento. Por eso, cuando alguien por
engreimiento propio o por haber recibido una instrucción errónea, afirme y
quiera enseñar que para la perfección y conservación eterna del alma debe uno alejarse del bien del cuerpo,
, esa tal debe
de ser considerado como nocivo y
contrario al bien común , debiendo ser frenado, contrariado o arrestado,
según las circunstancias.
Por lo demás, con
cualquier otra inclinación
fundada en opinión, mientras no se encuentre en conflicto con la búsqueda,
promoción y fortalecimiento del bien común, debe de existir- según pienso- una
completa libertad. El uso libre de la razón
será suficientemente fuerte para dejarlas fluir a todas, que luego
desaparecerán y morirán las menos
adecuadas al bien común. Este libre uso de la razon y apoyo al bien común
proppio de una libertad igualitaria no
solo sera poderoso para la destrucción de aquellas pasiones y opiniones
privadas desviadas sino que además sirve para la destrucción de los honores que
pretendidamente se deben a aquellos escritos y propuestas ue se oponen a la
indudable razón, cosa que tambien contribuye a apoyar el bien común y la
libertad igualitaria.
Con esto, es decir, con la indudable y divina razón,
trataré de indagar como mejor pueda de qué manera en un conjunto de personas,
el bien común puede ser mas seguro y mas ciertamente promovido y protegido de toda violencia provinente sea del interior o del exterior y
de que manera puede ser capaz de incrementarse y progresar hacia un invencible
bienestar. Porque aunque anteriormente supimos proponer los mejores principios
y reglas para salvar el bien común en una asamblea del pueblo, nos falta
describir los medios a través de los cuales los mismos principios
y reglas han sido introducidos y promovidos
en las asambleas de personas existentes.
Es lo suficientemente claro, entonces, que poco o nada ha sido logrado en tales
asambleas. Porque mientras pueda poderse utilizar las nociones de amo y
esclavo, y aun peor, practicarlas o
cultivarlas, no se dará una Republica bien ordenada. En una Republica, país,
estado o ciudadanía libres, nadie puede eximirse de servir y ser servido
alternativamente.
Dadas las diferencias entre las capacidades de almas y
cuerpos- de mayor o menor dignidad- puede tener lugar el servicio mutuo. Debemos por lo tanto allanar el camino y dejar
suficiente espacio para todos los actos e servicio de manera que cada cual
pueda llegar a una mejor condición porque cuando eso no ocurre se producen la
frustración y el sufrimiento, lo que con el correr del tiempo causará y producirá nocivos frutos para cualquier
sociedad o asamblea del pueblo. De esto se derivan generalmente trágicas ruinas
de países y pueblos pero también se hallan destruidos lo opresores tan
tristemente como los oprimidos, y, por así decir, ambos reciben su justo
castigo, los unos porque han deseado y tomado demasiado y los otros porque han
confiado y omitido demasiado. Además de que, en el mejor de los casos, entre
una gran mayoría de personas de opinión nunca se hallará concordia ni solide ni vinculo de paz alguno.
Por lo tanto cuando se comparan las
ventajas y desventajas de cualquier sociedad o asamblea de muchos que no este
concebida bajo el propósito de que todos sean capaces de alcanzar la mejor condición, ya sea tomados individualmente por separado o
conjuntamente, siendo esta errónea concepción
casi siempre fuente de sufrimiento
tarde o temprano dicha asamblea necesariamente se derrumbará sobre si
misma o explotará. Además, una sociedad así, fuera del esplendor externo o lustre de poderío y fortaleza de sus
murallas, en sus entrañas estará tan débil y tan decadente, que no opondrá
resistencia alguna contra la mas minima adversidad tanto la provinente del exterior como sobre
todo originada en la desavenencia y conflictos domésticos y será fácilmente conquistada y
sometida.
Y en esto es en lo que yerran los pretendidos políticos
que conozco, en que no saben poner sus ojos en el verdadero y sano bien común,
incluyendo la libertad igualitaria y caen y vuelven a caer el faltas sin
limite. Algonos de ellos, inspirados por una sucia autosuficiencia, ambición y deseo e poder, tratan de aconsejar a personas
ignorantes que la tiranía de uno solo es el mejor modo de gobierno. Otros,
inspirados en los mismos ideales, predican el gobierno de los pocos, los mas
poderosos del pueblo, bajo el argumento de que estos deben de ser los mas
capaces e inteligentes par avanzar hacia el bien común. Pero hablar del único y
verdadero gobierno del pueblo como lo mas valioso, solo lo hacen, en lengua
holandesa, dos escritores políticos, que en esa dirección lo han osado afirmar
y proponer algo abiertamente. Quienes antes que nadie intentaron proceder del
modo mas apropiado, ojetivamente y con
la mayor apariencia de razón fueron los que
intentaron elevar el ejemplo de Licurgo sobre los demás. Y esto consistía en
que, en orden a equilibrar e igualar los tres modos de estados politicos antes mencionados,
trataban de conjugarlos. Y justificaban el justo y peso
de esta mezcla en la circunstancia de la duración de lo estados políticos que
lo adoptaron conjugándolos, como por ejemplo sucedió en Esparta y Roma. Pero ¿
que valor tienen 600 o 800 años de permanencia y de altibajos con la
permanencia de un floreciente y creciente bienestar del peblo?. N. Maqiavelo,
un sincero y abierto defensor de todas las pueriles y falsas supersticiones e imposturas- siendo en esto
seguido del griego Polibio- hacia el final del primer libro de sus Discursos,
en el segundo capitulo, donde enumera las diferentes formas de gonbierno bao
seis topologías llega a la misma conclusión: “Por tanto me parece que todas esas formas de Estado no son firmes ni
durables. Las tres buenas a causa de la corta vida de los humanaos, las otras
tres a causa de sus imperfecciones”. Por lo tanto, los legisladores
eminentes, al conocer las deficiencias
de cada uno de os tres estados mencionados han compuesto el cuerpo de su estado
a partir de tres miembros, los de la monarquía, la aristocracia y la
democracia, de manera que uno funciona como un componente del otro, lo guarda
en sus determinaciones y lo conserva de manera que no pueda liberarse
fácilmente de sus tornillos y derrumbarse.
Las cosas incompatibles, como el agua y el fuego, no
pueden ser mezcladas. Asimismo cosas por completo contrarias como el dominar y el gobernar no pueden ser
combinadas y, por lo tanto, tras un tiempo,
una debe de ceder ante otra y renunciar a sus pretensiones. Cuando nuestro
escritor citado descubría las
deficiencias de sus tres supuestos
estados políticos- cuya poca perdurabilidad él atribuye a la corta vida de los
humanos- podía tambien haber descubierto que las dos primeras, monarquía y
aristocracia, extrajeron su poca perdurabilidad
de su propia naturaleza y disposición a violar la libertad , mientras
que en cambio, en la tercera, en el gobierno del pueblo, las causas solamente
eran lo ataques astutos , sorprendentes
y opresivos del exterior o si eran
debilidades internas, eran de agresiones provinentes de las dos otras primeras
formas. Por lo demás, el simple gobierno libre del pueblo es el único que su
naturaleza le permite e incluye la posibilidad
de enmendarse continuamente. En consecuencia no hay razones que demuestren que a través de esa supuesta razonable mezcla
de tres estados, la aristocracia o la monarquía, que son dominaciones o
tiranías en conflicto entre si, puedan aportar
algún provecho a la democracia,
el único y verdadero gobierno del pueblo. Al contrario provocarían
de hecho todo tipo de daños e interferencias a la libertad del pueblo y
a su bienestar. Por lo tanto todo lo bueno que parece ser fruto made esa util mixtura, deberá ser atribuido solo l
autogobierno y a la autoridad del del pueblo. Esto es muy relevante, dado que
en todo lugar donde se ha encontrado que era evidente y verdadero que el bien
es producido por esta supuesta util mezcla, deber ser atribuido exclusivamente
a la autoria del pueblo, a su voto conjunto y su autogobierno. Creo que jamás
se descubrirá algo diferente a esto, a saber, que en función del mayor o menor
grado de autoridad del pueblo se da igualmente el bienestar en la Republica. Lo ue obliga a
pensar entonces que en la medida en el el gobierno de un grupo elitista y supersticioso
conjunto de personas se supone que ha producido tanto beneficio a la republica
griega o en la romana, podemos imaginar
cuanto provecho y bienestar común será capaz de producir un puelo totalmente
libre, formidable, comprometido, emancipado
de toda superstición y acostumbrado a conducirse con arreglo a la sola razón. En mi opinión esto superaría con
mucho todos los milagros del mundo.
Quien quiera considerar el ejemplo de la Esparta fundada por
Licurgo, estará de acuerdo con mi percepcion de que más que la mezcla útil de
los tres modos políticos, la prolongada existencia del pueblo espartano se basaba en
gran medida en la posesión de poco o ninguna riqueza, el mantenimiento de la
minima diferencia de condición entre
todos y el respeto de unos a otros, además del ejercicio libre y valiente de las armas. Si Licurgo no hubiera
sido tan firme y obstinado sobre la siempre necesaria conservación de las
instituciones, si hubiera estado dispuesto a integrar a los extranjeros,
Esparta hubiera podido , a mi juicio, haber perdurado mucho mas e incluso haber
superado a Roma en poder y fuerza. En todo caso en mi opinión, significa muy poco que un pueblo no haya sido
superado ni conquistado por otros a lo largo de siglos, cuando sigue alejado de una ciudadanía libre, con una
violación carcelaria de la libertad, como en Esparta o como en Roma. Pues en lo
que se refiere a Esparta, pienso que en el objetivo de Licurgo, como la de otros pretendidos
fundadores de un bien común, pesaba más la intención de la grandeza y eterna
duración de su fama por medio de
instituciones especiales que servían más a una opresión del pueblo que a un
sostenimiento de su libertad, crecimiento y reforzamiento de su bienestar.
Porque ¿ que clase de ocioso atrevimiento es la de un hombre que siendo capaz de
producir ,a partir de las capacidades de
los espartanos de su tiempo, lo que podrían serles beneficioso, ha intentado,
por el contrario, amarrarles para toda la eternidad sin tener en cuenta los
múltiples y necesarios cambios que habrían de darse por naturaleza en el futuro
y pretendiendo hacer inmutables algunas cosas buenas y otras muy severas, que
eran contradictorias con la libertad o que eran instituciones
insignificantes?. Es inconcebible que unos engreídos y arrogantes fundadores de
formas de gobierno, confusa y presuntuosamente, tengan conocimiento de lo que
haya e servir no solo para los pueblos presentes sino también para cualquier pueblo
futuro. Y lo que es un fallo aún peor, ¿
cómo ha podido ser cometido por un hombre de fama tan respetada, dando como
resultado la ruina de inestimable libertad igualitaria general? Por esta razón,
Licurgo debe ser incluido , sin injusticia, entre los ue engañan al pueblo,
especialmente si se observa sus pretendidos oráculos con los cuales también
otros estados antiguos se inspiraron haciéndolos pasar como si fueran una vía de acuerdo con la
divina razón.
En lo que concierne a Roma, tema en el ue nuestro autor
asume mayor placer en sus especulaciones, en el mentado segundo capitulo , se
despacha con estas palabras: “ Entonces
Roma comenzó a apoyarse sobre la fundacion de su elevada e incomparable
majestad, a traves de la mezcla de esos tres estados, (…) En ella nunca se privó al estado real de su poder confiandoselo
a un Consejo, ni tampoco otorgando su poder al pueblo, solamente moderó lo que
era excesivo en cada uno e ellos y dejó a los tres en compañía en el mando,
para devenir, gracias a esa incomparable trinidad, tan grande como ha sido
posible”. Con permiso agregaré: “También con una miseria general y
destrucción como ha sido posible”. Por la razón de que el pueblo romano fue
afectado más por una abundancia de bienes robados y por una masa de supersticiones
que por una buena instrucción de la razon en orden al conocimiento de un adecuado y libre gobierno del pueblo. Sus
hombres ilustres estaban motivados por el botin y el saqueo y no perseguían
otra cosa que la obtención inmediata de su mayor estima, provecho y seguridad,
tratando de mantener a l gente comun sometida, engañada con supersticiones e
idolatrias, aniquilandola con todo tipo de pillaje y engaño para saciar su
permanente apetito de matanza y saqueo. Causaron de manera segura su ruina y dstruccion.
Estos, son los resultados propios ue necesariamente se derivan de los supuestos
oitimos tres estados mezclados maquiquiavelicos bauiazados co el nombre de Trinidad.
Este régimen mixto lo considero como un cuerpo que
aparenta estar sano pero que esta sucio y corrupto. Sin el elemento mas elevado y valioso de la autoridad de pueblo, este régimen caerá en un abismo y se destruirá porque
todos los cuepros del estadio estan contaminados por alguna autoridad excepto
pot la autoridad del puebli que se abandona. Por las razones expuestas, por lo
tanto, y dado la ambición natural ilimitada del deseo humano, esos cuerpos
terminaran corrompiéndose.
¿Que puede decirse del argiumento que sostiene que un
pueblotes normalmente ignorante y
estúpido? Reconozco que puede serlo. Pero no puedo aceptar que en funcion de
esto, pueblo alguno, no impora cuán malo e ignorante se presente, sea obligado
a renunciar a su mejor conocimiento porque en tal caso no sólo prefiero el mas
bajo conocimiento del puebo para su propio bien, sino que incluso lo aseguro
afirmando que por seguir ciegamente a otros será engañado y caera en la
esclavitud y la miseria. Razon por la cual, en mi opinión, esta máxima debería constituir el mejor principio: que en
caso de que alguien reproche al pueblo su estupidez, para pretender salvarlo y guiarlo hacia una mejor
condición deberá limitarse a persuadirlo con razones y solo a través de ellas
conducirle a deliberar, actuar y resolver. No hay nada mejor que olvidarse de
una vez por todas de cualquier otro medio, debiendo poner como una exigencia
absoluta que lo que se aconseje como saludable debe alcanzarse únicamente
mediante razón. De lo que se deduce que quien tiene una autoridad absoluta y preferente sobre cualquier
decisión y juicio que le concierne es el
que tiene el derecho sobre si mismo y la
decisión y juicio sobre el bien común es el sumo privilegio del pueblo mismo y su máxima guía.
Por consiguiente mantengo que todas las cuestiones poéticas sean
llevadas a cabo con la condición prevalente
y requisito de serlo por la mayoría del pueblo sin descuidar, no obstante, que
todo funcione con sinceridad y con arreglo a razón. El bien común debe basarse
en la razón del interés general y objetivo. Bien común e interés general y
objetivo de los cuerpos y lo mismo de las almas liberadas de todo engaño. Todo
ello gracias a una libertad igualitaria que desarrollara el progreso particular
de todos, tras la aprobación de todos. Al bien particular jamás se le debe de
permitir agraviar ni ofender al bienestar y bien generales sino que siempre
debe de contribuir a su mejora y
perfeccionamiento. Para juzgar en esto se debe confiar absoluta y
totalmente sólo en el pueblo. Aunque
debo conceder que hay pueblos que por su naturaleza o circunstancias están
mejor dispuestos que otros, (como los
Hotentotes del Cabo de Buenas Esperanza
si fuese cierto lo que se cuenta de ellos),
todos ellos pueden y deben
guiarse por la razón hacia lo mejor para si mismos.
El motivo es porque la instrucción de la razón y su
seguimiento es algo entendido por el
pueblo como la cosa mas saludable y para lo que todos tratan de emplear sus
mejores capacidades, repugnándoles sa todos, como un agravio, la mentira. Puesto que naturalmente, de esta
manera se desea el bien, ¿será difícil
persuadirles? Pero entonces, ¿ debería el impostor, para no ser desprestigiado,
alegar ostensiblemente que lo que está haciendo son solo utilidades para
conducir al hombre incívico a una mejor percepción de la razón?. Yo creo que con tales artimañas nunca prosperó ningun pueblo.
Afirmo que son las propias imperfecciones
y debilidades internas que se propician por los excesos del dinero y el honor
la causa del maltrato y dominación que se inflinge al prójimo.
Nadie puede negar
que el todo es mayor que la parte, por lo tanto el conocimiento de su propio
bien de un pueblo completo es, en toda circunstancia, mejor y mas amplio que el
conocimiento que pretendan tener uno o unos pocos de ese mismo pueblo. Además ninguna sabiduría referida al bien común - por muy grande que
sea- de alguien en particular que este incluido en el pueblo y mucho menos de
aquel que es ajeno al pueblo, puede ser detentada pretendiéndose que sea
seguida de manera confiada y silenciosamente por el pueblo . Y no hay mejor razón
para la sospecha que ante la de alguien que pretenda que en lo concerniente al
bien común se debe escuchar y obedecer en silencio, sometiéndose a la palabra
que ese alguien emita y a la conducta que dicte. Podrá opinar alguien que
viendo eso con claridad, no obstante, a la vista de la multiplicidad y
diversidad de opiniones que se dan en el conjunto del pueblo, debería
permitirse confiar el cuidado del bien común a los que, perteneciendo al pueblo
, sean los mas inteligentes y darles la
responsabilidad exclusiva de velar por él. No tendria demasiadas reservas sobre esta objeción si fuese posible tener la
suficiente certeza sobre los medios por
los cuales se consigue reconocer y elegir a los que hayan de ser los mas
inteligentes y mejores, ni tampoco – y esto es aún mas importante- si se
tuviese la seguridad de que esos supuestos hombres mas inteligentes y mejores
se comprometerían siempre con honestidad con el bien común en lugar de hacerlo
por su interés personal y que en esa virtud permaneciesen siempre. Tampoco se tendría la posibilidad de que
cuando ellos deseen el bien común que han concretado, lo haya de ver de igual
manea el pueblo. Todas estas cosas son
imposibles porque el pueblo no puede renunciar a la búsqueda por si mismo y porque son asi sus deseos, de
su máximo bienestar y conveniencia.
Resulta del mismo modo imposible que cualquier humano que
no sea santo (siendo esto difícil de encontrar y de reconocerse entre los
hombres) pueda ser forzado a perseguir el bien comun si no viese en ello también
que con ello alcanza su mejor bienestar particular y provecho. Por lo tano
considero como una de las mas valiosas observaciones relativas al bien común de
un pueblo que todas las cosas dispuestas por el propio pueblo sean organizadas
de tal manera que cada uno en particular pueda difícilmente obtener un
beneficio privado en detrimento de lo publco. De manera que cada bien
particular legitimo no solo no debilitara ni agraviará el bien común sino su
satisfacción coincidira con la promocion y reforzamiento del bienestar de
todos.
Para resumir, para la consecución del bien del pueblo lo
mas conforme a la razón es que este bien sea
inducido en el mismo pueblo por los mas inteligentes y mejores y sometido a la
aprobación y decisión del juicio popular usando su propio conocimiento. Y esto
dado que la totalidad del pueblo en su
conjunto no desea ni puede desear otra cosa mas que el bien común, ni puede
omitir su búsqueda ni el uso de su mejor conocimiento y capacidad aunque fuese provocado a lo contrario. Sin
estas propiedades es seguro que el bien común no puede tener lugar. Tampoco es posible
que estas propiedades sean fingidas con la minima verosimilitud por algún
particular ni del interior ni del exterior. De lo que se deduce , sin contradicciones
y con toda evidencia que toda aquella argumentación de aquellos viejos
escritores y algunos nuevos, que lo que se proponen defender es el dominio de
uno o de unos pocos como si fuera esto el gobierno adecuado no es mas que
doctrina falsa, injustificada, sin fundamento o falaz. El gobierno del pueblo
es el único gobierno valioso y divino porque
incuye en si mismo todas las cualidades para el
nacimiento, el desarrollo y la corrección de un pueblo. La mejor
potencia de todos los gobiernos populares
es pues esta: que es el pueblo mismo el que se intenta mantenerse gracias a la manera a ese pueblo tan intratable. Me gustaría
escuchar la respuesta a esta alegación.
Yo, al contrario sostengo, que las personas en general,
nacen naturalmente libres, siendo los mas ingeniosos seres de entre todos los
animales, estando dotados de lenguaje para la mutua comunicación del
pensamiento, son tratables, dóciles, responsable, amantes del prójimo y de los
niños, y en consecuencia capaces de compañerismo y de rendir culto cristiano de
Dios. Porque quien crea lo contrario, da a entender que cree que ni la verdad
ni el bien pueden ser establecidos ente los hombres. Esta es la creencia de N. Maquiavelo
y también de otros escritores que o lo
dicen de forma explícita. Reitero lo que
he mencionado anteriormente, a saber, que para el bien del pueblo no puede
darse ningún consejo fiel ni ningún juicio o decisión más cierta que la que
resulte de la simple deliberación, juicio y resolución del pueblo mismo. Por
esta razón, es claro y verdadero que la
voz de un pueblo debe de ser considerada y sostenida por el mismo pueblo
como la voz de Dios. A lo que también debería de añadirse, que cuando un pueblo
ejerce la deliberación y el voto, la sabiduría y conocimiento de todos
se tiene en cuenta, con lo que el pueblo se aprovecha de toda la sabiduría y
conocimiento posible en todas circunstancias sino que por medio de ese mutuo
encuentro y deliberación de personas libres, sus miembros se hallan cada vez
más estimulados, preparados y deseosos de conocer el bien común.
Queda por lo tanto establecido de manera clara y segura
que un pueblo ,en cualquier
circunstancia, no puede tender hacia otra cosa que hacia el bien común, igual
que no es menos patente que el mayor beneficio y el menor riesgo surge de las
deliberaciones y resoluciones del pueblo. Aunque a veces se den fallos en el
correcto juzgar y actuar dada la falta de fiabilidad y dudas de los asuntos
humanos, la experiencia y el daño que se provoque servirá de experiencia para
salvarles en lo sucesivo de manera poderosa tan pronto como sea posible al
hacerles capaces de adquirir nuevos consejos y razonamientos y así prevenirlos.
Asi podrá contarse con la aportación rápida
de consejos de personas inteligentes y bienhechoras que se guíen por el bien común
y el bienestar general porque se estará vigilante automáticamente y observando
para ponerlo en obra. El hecho de que cualquiera puede aportar sus mejores
aptitudes para el bien común es
probablemente la mejor ventaja sobre todas las demás formas de gobierno que no estén
basadas en la igualdad y que por lo
tanto que habrán de ser deficientes e inútiles.
Las otras formas nunca podrán ser aceptadas como gobiernos
mas valiosos con el argumento de que son un mal menor para evitar un mal mayor,
pues solo debe considerarse como mas valioso la adquisición de un gobierno
formado por personas libres. Todos los ejemplos nos confirman que nos
encontramos lejos de que haya sido cierto nunca que es mejor la razón de unos
pocos o de uno solo sobe la debilidad general de los muchos en caso del
gobierno encomendado al pueblo, pues ha resultado siempre que el pueblo ha terminado sepultado y por
completo sometido por esas supuestas cabezas. En esto el ejemplo mas destacable
de cabezas ilustres gobernando gobiernos mixtos han sido los casos de Grecia y
Roma , sistemas que han mantenido al pueblo llenos de supersticiones y teniendo
el mayor protagonismo para el engaño su eminentes y prominentes hombres, de
manea que sus asambleas se desarrollaban como una rutina, como un puro engaño tales como las reuniones
practicadas en nuestros dias por algunos de nuestros ministros meronitas con
tanto éxito. Esas supuestas cabezas, sedientas
de Estado, dominación y dinero, cosen un falso paño para conseguir beberse
la mejor porción del bien común,
mientras precipitan al pueblo en continuas luchas, que desembocan en su perdida
de libertad y ruina general, según se demuestra siempre. Es como si hiciesen de
una nave naufragada un faro marino que
sirva de ejemplo que deben de seguir todos aquellos que traten de arañar el botín y la riqueza de
todos y pensar en conquistas y depredar su mayor beneficio a costa d la
ignorancia y a discordia del pueblo.
Siemrpe ha sido claro y verdadero que en lo que concierne
al buen gobierno de un pueblo, nunca fueron las gentes del pueblo mismo los que
cometieron errores, sino siempre sus pretendidas cabezas y maestros los que lo
cometieron. Porque éstos, no buscan mas que el camino para adquirir mayor
porder y autoridad fomentando la
absoluta ignorancia del pueblo, el sectarismo y la discordia, de manera ue
logran que sus practicas no sean sino el mejor modo de que el pueblo se sumerja
en la continua desesperación e ignorancia. Utilizan una incesante y superflua
usura para adquirir bienestar y fuerza para consolidar adecuadamente el poder, la riqueza y la grandeza que persiguen. Mientras que el
pueblo, por el contrario, esta determinado en su conjunto y por su naturaleza,
hacia su eminente bien común,. Su desarrollo y su mejora, y desea y se copua
nada mas que en conseguir el bien común de la mejor manera. Además, superando cualquier
obstáculo, no puede dejar de aportar sus mejores conocimientos y capacidades
para la obtención de lo mejor. Por esta razón prefiero que el pueblo, en lugar
de decir que “las plagas vienen de nuestros
pecados”, diga “ si se gobierna bien
¿ que pueden dañarnos?”.
Para estimular a un pueblo en esa via se precia de hombres
piadosos y valientes y esto ha sido una
carencia en todos los sitios y todos los tiempos. No tener un nunca un número
sufciente de hombres generosos, valientes y piadosos. A esto debe de
prestársele la mayor atención y entenderlo es de la mayor importancia.
Supongamos una Asamblea de ciudadanos y hombres competentes ( Porque el bienestar de todos, hombres, mujeres y niños
depende de hombres competentes y guiados permanentemente por el bien común) .
La competencia de dichos hombres o ciudadanos de tal Asamblea, para que
sea verdaderamente la propia de un pueblo libre y fuerte, consistirá en que estén bien instruidos
acerca de su libertad natural y la conozcan y la amen como el bien mas
preciado. Se hallaran muy poco, o nada,
influidos por la superstición y estarán despegados de todo violento
sectarismo. Sabrán ser autosuficientes sin servir a nadie y habrán adquirido
experiencia al escuchar la voz del pueblo como verdadera y la voz de la Asamblea como la voz de
Dios.
Esa Asamblea, pienso que deberá de estar dotada de tres tipos de ciudadanos. El primero de
ellos, (y Dios ha permitido que exista innumero suficiente de éstos en
cualquier pueblo o sociedad e hombres) es el que tiene la capacidad suficiente
y el valor para idear, proponer e inducir conceptos buenos , liberadores y propuestas útiles pata el bien común que
hayan de presentare , ser juzgadas y
resueltas por una Asamblea ya que el
deseo o el anhelo de la Asamblea no es diferente a
lo que es el bien común. El segundo tipo de hombres (de lo cual debe asumirse
que toda Asamblea debe de estar provista
en un buen numero tambien) esta formado por quienes son capaces de entender y
discernir todos los buenos conceptos y
propuestas mas cercanas a sus intenciones y sabra concretarlo en palbras y en
obras. En tercer lugar, aquellos hombres (pienso que constituye la mayoría actualmente
pero que decrecerán paulatinamente a medida que se se multiplican las
deliberaciones libres dado paso a un
aumento de aquellos del primea y segundo tipo) que asienten a todo
porque buscan principalmente su
bienestar e intentan obedecer de manera ardiente. Existe la oportunidad de que cada uno, de
acuerdo con sus capacidades, pueda ascender hacia el segundo o primer nivel de dignidad,
es decir hasta las mas altas responsabilidades de gestión de lo común. Esta promoción
es a mi juicio la cosa mas significativa para la salud del bien común dado que sobre una base de deliberación libre
y ordenada y de votación, toda la sabiduría de un pueblo está en condiciones de
brillar y destacarse al máximo sin perder el mas mínimo hilo, como suele
decirse, de sabiduría ni de conocimiento
Esto es lo mas destacable y que quisiera subrayar como
algo indiscutible: que no exista discriminación y distinción de menores y
mayores en una Asamblea legal sino que todos deben de estar mezclados, de
manera que en una Asamblea tal, soberana y libre, el mas sabio y el mas inteligente
siempre legislará pero no podrá nunca distinguirse quien lo ha hecho al ponerse
todo en común. Y donde asi funcione la relación entre un pueblo formidable y su
Asamblea, sus mentes mas eminentes, deseando una libertad igualitaria y el bien
con estarán estimulados en hacer avanzar a todos en lugar de querer
aprovecharse de ellos.
¿Debería alguien, que fuese rico o afortunado, temer esta
situación pensando que se le prive de sus más estimadas capacidades? De ninguna
manera, sino que al contrario se le asegurará a él y lo suyos la libertad y la liberación de
cualquier carga a la que esta sometido permitiéndosele una vida feliz y
adecuada. Por el contrario en la situación actual, se encuentra severamente
angustiado por el demás, abrumado con infinidad de preocupaciones y reservas
contra sus propios conciudadanos, obligado a desconfiar de todos. Y aquellos que están menos dotados
intelectualmente se encuentran frustrados en su corazón y reaccionan como un
trueno arruinando todo.
Para resumir, la desaparición de todos los males y la
producción de todo lo bueno enana Republica o Bien Común, teniendo en cuenta
tanto las ventajas particulares como las colectivas, estriba, ami juicio según
lo expuesto anteriormente, en la existencia de una Asamblea bien ordenada y
libre, deliberando e intercambiando opiniones y adoptando resoluciones, celosa
de sus propias atribuciones.
Tres clases de ventajas,
me viene a la mente que se ofrecen
con esto, y cada una de ellas debe de ser procurada por los holandeses,
a saber: la liberación de la opresión de sus enemigos, de las revueltas cívicas,
y lo que mas importa: la generosidad de los que llevan el timón. No se si sucederá o ha sucedido alguna vez, dada la imitada
naturaleza del deseo humano, que haya llegado a buen destino una situación
optima para la voluntad. Me limitare por el momento a desarrollar las dos
ultimas, desde las cuales se puede deducir la primera. En lo que concierne a
las revueltas viles lo haré en un escrito posterior que voy a presentar bajo la
forma de Discurso de Vrymont. En lo que concierne al tercer
caso lo trataré en una Segunda Parte.
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