Hoy,
14 de abril, celebramos nuevamente el aniversario de la proclamación de la Segunda
República española. Es para nosotros, en
Cuenca, el octavo año consecutivo que
nos reunimos los movimientos sociales en
torno a esta fecha.
El 14 de abril fue hace 84 años- y sigue siéndolo hoy con la misma fuerza, -.
la reivindicación , la reclamación y la expresión de la misma esperanza
de cumplimiento de un orden social, económico, político y constitucional
republicano frente a todas las monarquías. El 14 de abril de 1931 fue la fiesta
de una nación que comenzaba a
encaminarse por la vía de la equidad, la igualdad, la fraternidad y el gobierno
del pueblo.
Esa
inmensa esperanza solo fue frustrada por las fuerzas de las oligarquías, de las
potencias del capital y los intereses de los poderosos. Todos ellos creían que
basta un sangriento genocidio para acabar con el viento del pueblo. No lo han conseguido. Esta inmensa esperanza tampoco pudo frustrarse
con engaños de pactos y maniobras en torno a inventadas transiciones llamadas
hipócritamente ejemplares cuando no eran sino acuerdos de camarillas,
ejemplares sí, pero para sus privilegios.
La reclamación de la dignidad de las clases trabajadoras no podrá nunca apagarse por muy protegida que esté la injusticia y la
indignidad con una desinformacion sistemática y por muchas restauraciones que se
disfracen de modernidad. La reclamación de
Republica siempre se levantara frente el
orden explotador que siempre sufre la clase trabajadora
Ni
ochenta y cuatro años han podido borrar la aspiración popular, ni ninguna otra
falsificación, ni otra cara en ese trono
creado por Franco y las oligarquías de los poderes fácticos lo lograran nunca. Constantemente,
cualquier nuevo acontecimiento, cualquier nueva crisis vuelve a sacar a la luz
la necesidad del orden republicano que reclamábamos. Al contrario, el capitalismo
saca cada vez de manera mas franca su odioso rostro de explotación, y las
oligarquías sus odiosos manejos de corruptos. Todos ellos muestran su
incapacidad por resolver los problemas si no es añadiendo sufrimiento a sufrimiento y
privilegio a privilegio hasta límites que ya son dramáticos e indecentes. Necesitan, cada vez con mayor descaro e
intensidad, sin ningún disimulo ya, servirse
de explotación y corrupción. El símbolo
por excelencia de ese sistema desigual y
privilegiado – y en muchos casos no solamente símbolo sino también realidad
sórdida- es la Corona. En estas circunstancias sociales agravadas hoy día, en
España , burla macabra, tenemos dos
reyes, por si uno solo no hubiera sido suficiente.
Compañeras
y compañeros, mujeres y hombres republicanas y republicaoas, frente al
privilegio y la desigualdad, hoy
volvemos a salir a la calle y tenazmente volvemos a conmemorar a los que
siempre han estado en esta lucha, y con tantos y tantos que perdieron la vida en el empeño continuamos
con orgullo su justa aspiración y su esperanza
Viva la República.
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