Por Miguel Angel Domenech
Los
debates que precedieron a la Declaración
de Independencia de los Estados Unidos del 4 de julio de 1776 en Filadelfia y su primer proceso
constituyente, a diferencia de lo que ocurriría posteriormente en Francia durante
la revolución, fueron a puerta cerrada y no públicos. Hay que remitirse por lo tanto a los
testimonios de los que asistieron. Particularmente esclarecedores son los del propio
Thomas Jefferson que toma nota detallada,
con apuntes propios, del desarrollo de
las sesiones y debates y aunque no
tienen valor de acta oficial se exponen minuciosamente en su autobiografía (1)
La
Declaración de Independencia cuya redacción
le fue encomendada a Thomas Jefferson fue aprobada el 2 de agosto de 1776. En
ella fueron suprimidos los párrafos que Jefferson había incluido condenando la
esclavitud. Pocas rectificaciones se hicieron
de la primera redacción , casi
todas ellas de detalle o de algunas reiteraciones y matices, pero es de destacar que la rectificación
más extensa fue precisamente ésta.
La
cláusula suprimida fue la siguiente:
“Ha declarado cruel guerra a la misma naturaleza humana, violando sus más
sagrados derechos a la vida y la
libertad en las personas de distantes gentes que jamás le habían ofendido, capturándolas
y conduciéndolas a otro hemisferio para someterlas a esclavitud o haciéndolas
sufrir la más miserable de las muertes durante su transporte hacia aquí. Esta guerra de piratas, oprobio de las potencias
infieles, es la guerra del rey Cristiano
de Gran Bretaña resuelto a mantener abierto un mercado donde se compran y se
venden hombres, ha prostituido su derecho de veto reprimiendo
toda iniciativa legislativa encaminada a
prohibir o restringir tan execrable
comercio. Y, para que semejante cumulo de horrores no carezca de rasgo distintivo
alguno, ahora, incita a esas mismas gentes
a alzarse en armas contra nosotros, comprando la libertad que él les robó con el asesinato del pueblo a quien
le expuso y redimiendo así los crímenes que antes cometió contra las libertades de un pueblo,
instándole a cometer crímenes contra la vida de otro.”
Se
suprimió esta cláusula que reprobaba la esclavitud cediendo a Carolina del Sur y Georgia que
deseaban continuarla y que convencieron incluso a los delegados del Norte a
pesar de que en estos últimos se tenían
pocos esclavos- señala Jefferson- porque , no obstante, eran transportistas y comerciantes
habituales e interesados por lo tanto es su tráfico.
En
la convención constitucional de
Filadelfia que redactaba la Constitucion de los Estados Unidos, se plantearía nuevamente
el debate sobre la esclavitud, pero n de manera directa sino tangencialmente a
propósito de la forma de representación y delegación de cada uno de los estados
en el futuro Congreso. Pero a lo largo de los debates, - igualmente consignados
por Jefferson- se volvió a poner a la luz las diferentes concepciones que se
tenían del problema de la esclavitud, de manera muy significativa. En cualquier
caso, el Congreso no proponía nunca su abolición pero la sombre de aquella
violación flagrante planeaba constantemente en el debate que , al no hacer patente lo esencial, la indignidad de la esclavitud,
se veían abocadas a argumentaciones
técnicas rozando lo absurdo y equilibrios argumentativos que no podían esconder el trasfondo de
violación de derechos humanos .
Obligatoriamente se veían forzados a
enfrentarse al problema de si los esclavos eran cosas, animales o humanos. La
fuga del problema se hacía por los caminos de la técnica y conceptualización
formal jurídica (3). Es sorprendente la ausencia
de argumentos que apelen a una ética o consideran la dignidad y derechos, como
seres humanos, de los esclavos, y que en el debate, se discurra con una
frialdad cínica de criterios de eficacia
la personalidad de los esclavos como cosas.
En la estimación de lo que sea justo no entra, de ninguna manera, sino
un concepto de equidad, no moral, limitado al reparto monetario y a lo económico. Podría
también verse como una primera versión
de la consideración del hombre- libre, esclavo o asalariado- como homo economicus, un input contable, desde la suprema perspectiva de producir riqueza.
En la franqueza, no obstante, se vislumbra una cierta clarividencia. “En
la mayoría de los países, la condición de los trabajadores pobres es tan
abyecta como la de los esclavos”, como expone, quien sería el futuro segundo
presidente de los Estados Unidos. John Adams.
Estos
son los términos en los que resume el debate Thomas Jefferson:
“El viernes 12 de julio el comité designado para confeccionar los
artículos de la Confederacion, los presentó, y el 22 la Cámara se constituyó en comisión para
tomarlos en consideración. El 30 y 31 de ese mes y el 1 del siguiente se debatieron los artículos
determinadores de la proporción de la cuota de dinero que cada estado debería
suministrar al tesoro común y la menara d votar en el Congreso. El primero de
dichos artículos estaba expresado en el proyecto
original con estas palabras. “ Art XII. Todas las cargas de guerra y todos los
otros gastos producidos para la defensa o el bienestar común, y autorizados por
los Estados Unidos en asamblea, serán detraídos de un tesoro común que será sufragado por las diversas colonias en
proporción al número de habitantes de cualquier redad, sexo y cualidad, excepto
indios que no paguen impuestos, en cada colonia, cuya veraz cifra, distingu9iendo a los habitantes blancos, será
confeccionada y transmitida trienalmente
a la Asamblea de los Estados Unidos”.
El Sr. Chase propuso que las cuotas no deberían fijarse por el numero d e habitantes de toda
condición, sino por el de los “habitantes
blancos” . Admitió que la imposición debería guardar siempre una proporción con
la propiedad, siendo ésta en teoría la verdadera regla; pero que por
dificultades diversas era una regla que jamás podría adoptarse en la práctica.
El valor de la propiedad en cada Estado nunca podría calcularse justa e igualmente. Por consiguiente, debía inventarse alguna otra medida para la riqueza de cada
estado, alguna pauta de referencia más simple.
Consideró que el número de habitantes constituía un criterio de propiedad
pasablemente bueno y siempre disponible.
Pensaban por eso que era el mejor procedimiento de cuantos podíamos adoptar,
con una sola excepción. Observó que los negros son propiedades, y que en cuanto
p tales no pueden distinguieres de la sierras o personalidades detentadas en
aquellos Estados donde hay pocos esclavos;
que el excedente de beneficio de un granjero del Norte se invierte en
ganado, caballos, etc, mientras un granjero sureño emplea este mismo excedente
en esclavos. No había por eso más razón para
gravar a los Estados del Sur por capitación de sus esclavos que hacerlo con los
del Norte en base a sus ganados; que el método propuesto gravaría pues a los Estados del Sur de
acuerdo con su número y riqueza conjuntamente mientras que los del Norete quedarían
gravados únicamente por su número; que los negros no deberían de hecho
considerarse miembros del Estado con más título que el ganado, y que no tenían
más interés en él.
número de personas era tomado en este artículo como un índice de la riqueza
del Estado, y que las personas no figuraban como sujetos de imposición
fiscal, que en lo referente a esta
materia no tenía trascendencia el nombre por el cual se designara al pueblo,
que un algunos países los pobres trabajadores eran llamados hombre libres, y en otros esclavos,
pero que la diferencia en cuanto al
Estado era solo imaginaria. ¿Qué importa si un terrateniente con diez
empelados en su granja les da suficiente dinero para comprarse lo necesario o
les entrega directamente esos bienes? Losa diez trabajadores añaden a la
riqueza del estado e incrementan sus exportaciones tanto en un caso como en
otro. Ciertamente, quinientos hombres
libres no producen más beneficios n mayores
excedentes para el pago de
impuestos que quinientos esclavos. Por consiguiente el Estado donde los trabajadores se llaman hombres libres no debería ser objeto de mayor imposición que aquel
donde se llaman esclavos. Supongamos,
que por una operación extraordinaria, de
la naturaleza, o de la ley, la mitad de
los trabajadores de un Estado pudiera convertirse de la noche a la mañana en
esclavos. ¿Sería el Estado más pobre o menos capaz de pagar impuestos? La condición de los trabajadores pobres en la mayoría de los países y la de los
pescadores especialmente en estados
Unidos es tan abyecta como la delos esclavos.
Es el número de trabajadores lo que
produce el excedente para la imposición, y por lo mismo, es el número,
indiscriminadamente, el índice justo de la riqueza. Lo que produce la falacia
es el uso de la palabra “propiedad” aquí, y su aplicación a parte del
pueblo del Estado. ¿Cómo se procura
esclavos un granjero sureño? Bien por importación o bien por co0mpra a su vecino, Si importa un
esclavo, añade uno al número de trabajadores su país, y proporcionalmente sus beneficios y capacidades
para pagar impuestos; si se lo compra a
su vecino se trata solo de la transformación de un trabajador de una granja a otra
que no cambiara su gravamen. Si un granjero del Norte tiene diez trabajadores
puede, ciertamente, invertir el excedente de trabajo de los diez en
ganado; pero también puede hacerlo el granjero
sureño con diez esclavo. Un Estado con cien mil hombres no puede mantener más
ganado que un Estado con cien mil esclavos. Así pues, no tiene más de ese tipo de propiedad.
El hábito verbal hace que un esclavo pueda llamarse con más propiedad la
riqueza De su dueño que un trabajador libre la riqueza de su patrón, pero por
lo que respecta al Estado, ambos son iguales en riqueza y deben por tanto
contribuir igualmente a la cuota de su impuesto.
El Sr.Harrison propuso
como solución de compromiso que dos esclavos se contasen como un hombre libre. Afirmo que los esclavos
no hacían tanto trabajo como los hombres libres y, dudaba de que dos hiciesen el trabajo de uno;
que esto lo probaba el precio del trabajo; que alquilar un trabajador en las
colonias del Sur costaba de 8 a 12
libras, muestras en el Norte soplia costar 24.
El Sr. Wilson que en
caso de aceptarse esta enmienda las colonias del Sur disfrutarían de todo el
beneficio de los esclavos, mientras las del Norte cargarían con el peso. Que los
esclavos incrementaban los beneficios de un estado y que los Estados sureños pretendían
ahorrarse esto. Que también incrementaba la carga de defensa, que por lo mismo
recaería mucho más gravosamente sobre los
del Norte. Que los esclavos ocupaban los lugares de hombres libres, y se comían
su comida. Despedid a vuestros esclavos y los hombres libres tomaran su puesto,
dijo. Era nuestro deber desanimar al máximo la importación de esclavos, pero la
enmienda sugerida proporcionaría el ius trium liberorum a quien importase esclavos. Que otros tipos de propiedad
se hallaban muy paritariamente distribuidos en todas las colonias; que había tantas
reses, caballos, ovejas, en el Norte como en el Sur y en el Sur como en el
Norte, pero no tantos esclavos. Que la experiencia había mostrado siempre que
las colonias capaces de pagar mas son aquellas con más habitantes fuesen
blancos o negros; y que la práctica en las colonias del Sur había sido siempre
hacer que cada granjero pagase impuestos por todos sus trabajadores, negros o
blancos. Reconoció, ciertamente, que lo hombres libres trabajan más, pero
también consumían más. No producían un excedente mayor para a oposición. . El
esclavo no era alimentado ni vestido tan costosamente como el hombre libre. Además
las mujeres blancas estaban exentas por lo general de trabajo, pero las negras
no. Los Estados del Sur saldrían beneficiados
con aquella redacción de artículo. A veces se ha dicho que la esclavitud era
necesaria porque los bienes producidos por los esclavos serian demasiado caros para el mercado si fuesen producidos
por hombres libres, pero ahora se decía que el trabajo del esclavo era más caro.
El Sr. Payne apoyo la resolución
original del Congreso que eran hacer proporcionales las cuotas de los Estados
al número de habitantes.
El Sr, Witherspoon fue de la opinión de que el mejor cálculo de
la riqueza de una nación era el valor de sus tierras y casas, y que obtener semejante evaluación era posible. Este era el verdadero barómetro de la riqueza. El ahora propuesta resultaba imperfecto en si
mismo muy desigual para los Estados. Se había objetado que los negros se comían
la comida de los hombres libres y que por consiguiente debían ser objeto de
imposición ; los caballos también se comían la comida de os hombres libres,
luego debían de ser gravados también. Se había dicho también que calculando por
los esclavos los impuestos que debe pagar el Estado no hacemos sino lo que
hacen los Estados al cobrar impuestos pues incluyen siempre los esclavos en el cómputo
de lo debido por el individuo. Pero los casos no eran paralelos. En las
colonias del Sur, los esclavos se extendían por toda la colonia pero no se
extendian por todo el continente. Que en cuanto a la resolución original del Congreso
de hacer proporcionales las cuotas a las almas, era solo temporal y relacionada
con el dinero hasta entonces emitido cuando ahora estábamos entrando en un
nuevo pacto y , por tanto , en un terreno original.
El 1 de Agosto, planteada
a cuestión, la enmienda fue rechazada por los votos de Nueva Hampshire, Massachusetts,
Rhode Island, Connecticut, Nueva York,
Nueva Jersey y Pensilvania , contra los de Delaware, Maryland , Virginia,
Carolina del Sur y del Norte. Georgia quedó
dividida. “
En
la raíz de las consideraciones se halla el contenido y la definición misma de
lo que significa pueblo libre de los Estados Unidos. Se parte siempre del
supuesto de omitir que se excluye de la consideración de libre y de pueblo a la
población esclava. Cargando con esta omisión sed llega a la conclusión de que
debe de sacrificarse, por criterio de voluntad democrática y necesidad de compromiso,
o en aras de la unidad, la convicción que la razón y la moralidad
impondrían. Han de venir, tiempos
mejores, en que esta discrepancia se
disuelva. Desde esta contradictoria perspectiva
se entiende el pensar de Jefferson que pone de manifiesto en esta y
otras cuestiones donde se da aquella contradicción como en la pena de muerte.
La pena de muerte y otras medidas carcelarias crueles son aprobadas por el legislativo de Virginia en contra de su propuesta de reforma de ésta y
de las propuestas de humanizar el sistema penal para desprenderlo del
sometimiento a degradación del penado. “La idea general de nuestro país no ha
progresado hasta ese punto”, lamenta Jefferson, decepcionado y resignado.
Con
la misma resignación y conformismo histórico
se enfrenta al problema de la esclavitud a propósito de la legislación
en el Estado de Virginia, en cuya elaboración participa activamente: “La ley sobre esclavos fue una mera recopilación
de las leyes existentes sobre ellos sin contener sugerencia alguna de un plan para una emancipación
futura y general. Se consideró mejor reservar esto, e intentarlo solo por via
de enmienda cuando la ley fuese promulgada. Sin embargo, se convinieron los
principios de dicha enmienda, esto es, la libertad de todos los nacidos después
de cierto dia y la deportación a una
edad apropiada. Pero se descubrió que la mente public ano toleraría aún la proposición,
ni siquiera aplazada a ese dia.”
La
convicción de Jefferson es muy profunda, pero confiada al devenir de la historia
concebida como progreso y “destino”. “Con
todo, no está lejos el día en que deba aceptarla y adoptarla, o se seguirán
mayores males. Nada está escrito con mayor
certeza en el libro del destino que la libertad de esas gentes; ni es menos
cierto que las dos razas, libres igualmente, no puedan vivir bajo el mismo
gobierno. La naturaleza y el hábito y la opinión han trazado lianas indelebles
de distinción entre ellas. Esta todavía en nuestro poder dirigir el proceso de
emancipación y deportación pacíficamente, con la lentitud aconsejable para
borrar insensiblemente el mal, llenando
su lugar, pari passu, con trabajadores
blancos libres. Si por el contrario,
fuese abandonado a la fuerza misma, la naturales humana debe estremecerse ante
las perspectivas. “
Debe subrayarse otro aspecto de la contradicción del pensamiento de Jefferson que dan luz sobre su posicion realmente particular ante el problema. Son conocidas sus extraviadas palabras sobre la inferioridad de la raza negra en las Notas de Virginia a la que considera , por naturaleza, inferior a la blanca, no solo en entendimiento sino hasta en ... !estetica! . Las notas son d efecha temprana ( 1781), es decir anteriores a su propia experiencia posterior tanto politica como sentimental. Pues bien,. aún con ese bagage que hoy calificariamos de racista, Jefferson no justifica el dominio de una raza sobre la otra, sino que defiende la autonomía y auto gobierno de los propios negros sin ser dominados ni sometidos a esclavitud, al contrario de lo que posteriormente y durante largo tiempo sera la justificación del colonialismo. la interiorizad de los negros es ka que exige su " proteccion" colonial. Esta ultima posicion es la que mantiene la justoificacion hipócrita del colonialismo incluso proveniente de la muy republicana Francia del siglo XIX y del colonialismo occidental hasta bien entrado el siglo XX. No es asi en Jefferson. Su rechazo de la esclavitud es, incluso en aquellos términos , total. En las mismas Notas de Virginia, se contiene el categórico capitulo XVIII en que la esclavitud le parece un escándalo, de perversas repercusiones sociales que clama al cielo y que merecería un ejemplar castigo divino que juzga probable sea recibido por tamaño agravio a la justicia y a la naturaleza humana. A jefferson le inspira un pesimismo muy característico en este asunto. Ese mismo pesimismo es el que coherentemente le inspira su consideración sobre la imposibilidad de convivencia de ambas razas en un solo país y su extraña propuesta de deportación a sus países de origen de la población negra.
.
Debe subrayarse otro aspecto de la contradicción del pensamiento de Jefferson que dan luz sobre su posicion realmente particular ante el problema. Son conocidas sus extraviadas palabras sobre la inferioridad de la raza negra en las Notas de Virginia a la que considera , por naturaleza, inferior a la blanca, no solo en entendimiento sino hasta en ... !estetica! . Las notas son d efecha temprana ( 1781), es decir anteriores a su propia experiencia posterior tanto politica como sentimental. Pues bien,. aún con ese bagage que hoy calificariamos de racista, Jefferson no justifica el dominio de una raza sobre la otra, sino que defiende la autonomía y auto gobierno de los propios negros sin ser dominados ni sometidos a esclavitud, al contrario de lo que posteriormente y durante largo tiempo sera la justificación del colonialismo. la interiorizad de los negros es ka que exige su " proteccion" colonial. Esta ultima posicion es la que mantiene la justoificacion hipócrita del colonialismo incluso proveniente de la muy republicana Francia del siglo XIX y del colonialismo occidental hasta bien entrado el siglo XX. No es asi en Jefferson. Su rechazo de la esclavitud es, incluso en aquellos términos , total. En las mismas Notas de Virginia, se contiene el categórico capitulo XVIII en que la esclavitud le parece un escándalo, de perversas repercusiones sociales que clama al cielo y que merecería un ejemplar castigo divino que juzga probable sea recibido por tamaño agravio a la justicia y a la naturaleza humana. A jefferson le inspira un pesimismo muy característico en este asunto. Ese mismo pesimismo es el que coherentemente le inspira su consideración sobre la imposibilidad de convivencia de ambas razas en un solo país y su extraña propuesta de deportación a sus países de origen de la población negra.
.
(1).- Thomas Jefferson
.-Autobiografia en “T. Jefferson
escritos políticos “.-Tecnos . Madrid
2014
(2).- Se ha señalado que
la reprobación de Jefferson se refería al trafico pero no a la esclavitud en si, corroborando
esta opinión que el mismo Jefferson poseía esclavos. Pero no es este el tenor
de la redacción en la que se además de considerar en efecto, “execrable” el
tráfico de seres humanos, no se limita e éste, sino que considera, desde las
primeras líneas, una violación contra
natura privar de los derechos a la libertad y la vida a otras gentes y
explícitamente el propio sometimiento a esclavitud.Por otra parte, es, en
efecto, flagrante y escandalosa la
contradicción entre el Jefferson contrario a la esclavitud y la posesión de 600
esclavos en su propiedad de
Virginia. La contradicción entre lo que
se reprueba y se vive como inevitable,
con mayor o menor grado de conformismo e hipocresía es entendible histórica y socialmente y lo es
para casi todos en nuestros días en que se vivimos y usamos
cotidianamente de instituciones
que se condenan como ser clientela de empresas de empleo y explotación infantil
, o de degradadores del medio ambiente ,o el consumo de productos procedentes
de multinacionales y monopolios agroalimentarios creadores de hambrunas, o el uso habitual de los servicios y productos de la
entidades financieras especulativas,….Mencion aparte merecen las lineas tempranas de Jefferson en sus notas sobre virginia acerca de los negros. Solo por su fecha temprana pueden entenderse sus viles consideraciones racistas sobre los negros, de las que es de supone que se arrepentiria posteriormente a la vista de sus ulteriores escritos y declaraciones..
(3).- Es destacable el contraste
entre la línea argumentativa del Congreso de los nuevos Estados Unidos y la
contenida en la polémica sobre la esclavitud que se daría en los debates constitucionales
dela Francia revolucionaria, `particularmente entre Barnave y lso0 girondinos
de una parte, y Robespierre por otra
parte. Aquí el debate se hacía franco y sin b ambages. La esclavitud era contraria
a cualquier derecho. Pero lo oponentes lo hacían por cínicas y explicitas
razones de la desventaja económica que
la abolición produciría en las colonias y desventaja para los intereses de los propietarios
de esclavos de las colonias. Que la
violación de los derechos erea el precio que había que pagar por aquellos
intereses coloniales era el
planteamiento franco y explícito, aunque
para unos ( Barnave ) esto era una
concesión necesaria y para otros ( Robespierre
) , fuese algo
insoportable y que debía concluirse en un “ perezcan las colonias si ese es su
precio” . De aquella discusión , en Francia,, derivaría, que los propios
derechos humanos y as su aplicación constituían
un verdadero “ Terror” para los propietarios. Este terror a la emancipación ,
de esclavos primero, se convertiría posteriormente
en el caligficati9vo peyorativo y condenatorio de los partidarios radicales d
elos derechos humanos al convertirse aquel terror , posteriormente , a los
derechos en general, como si el gobierno inspirado por los derechos humanos
fuese el Terror mismo, Y así paso a la historia con la reacción de Termidor. (Entrevista a Florence Gauthier. http://republicadelosiguales.blogspot.com.es/2012/07/el-arbol-republicano-del-conocimiento.html).
No hay comentarios:
Publicar un comentario