Yann Schmitt: ¿Cual es, a su juicio, la tarea de un filósofo en lo que concierne a la religión? Quizás
esta pregunta sobreentiende otra¿ Cuáles
son las “ cosas” que no debe hacer un filósofo cuando acomete el estudio de las
religiones?
Jacques
Bouveresse. Para serle franco, no estoy seguro si soy el adecuado para
responderle a esa pregunta y tampoco he intentado hacerlo en el libro del que
tratamos (1), aunque no sea más que por que,
a diferencia de Roger Pluivet , no tengo un
cocimiento suficientemente amplio y preciso de la situación actual de la
filosófica de las religiones ni suficientemente interesado por ella.
En mi libro “ Que peut-on faire de la religión? Me he interesado especialmente en el caso de dos filósofos
contemporáneos de primer plano ( Russel
y Witgenstein), cuyos análisis de la religión
me dan la impresión que han sido ejemplarmente ilustrativos de una posición
tradicional que Leibnitz caracterizaba como la de las Luces y del calor.. Por
decirlo de otro modo la de considerar la religión como fuente de un pretendido conocimiento (pero según
Russel, desgraciadamente ilusorio) y como objeto de fervor y de amor.
En mi libro, señalaba que el problema que se planteaba la gente como Lacordaire, Lamennais, Grattry, etc era: “ el cristianismo, ¿puede ser modernizado de manera a hacerlo compatible con la Modernidad científica, cultural, política, social , etc.?”, cuando el problema al que nos enfrentamos desde hace tiempo es “¿Puede postmodernizarse el cristianismo”?,. La respuesta que he intentado dar a la segunda pregu8ntas (y creo entender que Roger Pluivet- que conoce mucho mejor que yo la situación real y el ánimo del creyente de hoy dia- esta esencialmente de acurdo conmigo) es que el cristianismo ha aceptado de manera amplia e inquietante ( al menos para aquellos que se preocupan de su integridad y supervivencia), las evidencias postmodernas. La consecuencia que parece resultar de todo esto es que, para el creyente mismo, nociones como la de la verdad de la creencia ( y la verdad en general), la de las razones de la verdad y quizás también, para terminar, la de la creencia misma, están perdiendo poco a poco toda importancia real.
En mi libro, señalaba que el problema que se planteaba la gente como Lacordaire, Lamennais, Grattry, etc era: “ el cristianismo, ¿puede ser modernizado de manera a hacerlo compatible con la Modernidad científica, cultural, política, social , etc.?”, cuando el problema al que nos enfrentamos desde hace tiempo es “¿Puede postmodernizarse el cristianismo”?,. La respuesta que he intentado dar a la segunda pregu8ntas (y creo entender que Roger Pluivet- que conoce mucho mejor que yo la situación real y el ánimo del creyente de hoy dia- esta esencialmente de acurdo conmigo) es que el cristianismo ha aceptado de manera amplia e inquietante ( al menos para aquellos que se preocupan de su integridad y supervivencia), las evidencias postmodernas. La consecuencia que parece resultar de todo esto es que, para el creyente mismo, nociones como la de la verdad de la creencia ( y la verdad en general), la de las razones de la verdad y quizás también, para terminar, la de la creencia misma, están perdiendo poco a poco toda importancia real.
Dado
que Vd. me pregunta lo que no me gusta que se haga o se oiga por parte de los filósofos,
estoy tentado de responderle, y no le sorprenderá seguramente, que es lo que hacen los posmodernos, que por
utilizar los términos de Leibnitz, abandonan sin pensárselo, la idea de la
religión como “luz” sin retener nada del “calor” y proponen un discurso que
calificaría de “frio” sobre algo que me
parece que tiene mucha relación con lo que llamo religión. A partir del momento en que defender al religión cesa de ser defender su verdad, debería de tenerse mayor precisión
de la que se tiene actualmente
sobre lo que se continua a defendedor exactamente
para evitar dar la impresión de que esto
último podría no ser gran cosa, y que a fin de cuentas, la creencia religiosa no es más que una cosa
útil o necesaria psicológicamente y socialmente.
Hay
que decir que si , como es mi caso, se abandona la religión por razones que son
del mismo tipoi que las de Renan ( la imposibilidad de creer que sea verdad lo que la religión afirma) , no queda, para el que continúe siendo en cierto sentido religioso (y no es el caso de Russel), casi
nada verdaderamente religioso más que una dimensión que pude denominarse
grosso-modo, de calor y de amor. Pienso que si Leibnitz examinase a los devotos
actuales y a los pensadores postmodernos a los que se refiere cuando trata de la naturaleza y justificación
de la creencia religiosa, lamentaría el hecho
que hoy les falta, más que antes, tanto
el aspecto luz como el calor.
YS :¿ Cómo se sitúa Vd. con respecto a la teoría
contemporánea del retorno de la región o
de la salida de la humanidad de la época de las religiones? (Marcel Gauchet ,
por ejemplo)?
Jacques Bouveresse.: No tengo un conocimiento amplio sobre los conceptos de Gauchet para poder
definirme en relación con ellas. Lo que
sui es cierto es que yo dudaría, probablemente
más que él, en afirmar que la humanidad
ha saldido de la época de las religiones. Y existen razones para pensarlo asi.
Se da en la situación actual elementos que permitirían a algunos a hablar de un retorno de lo religioso.
. Soy bastante escéptico sobre la
posibilidad de que ese retorno se está realmente produciendo, incluso aunque se
contemplen factores como la de desafección característica cada vez mayor hacia
la ciencia que pueda suponer una
oportunidad nueva para la religión. Por
otra pare no creo, ni nunca he creído, que la creencia religiosa haya
declinado a causa de la ciencia y de la posición
dominante que se le atribuye. Para
responder a su pregunta sería necesario,
en todo caso, comenzar por ponernos de acuerdo
sobre lo que entendemos realmente por “religión” o por “retorno de lo religioso”.
Spengler, por su parte, prefería llámalo
como un retorno a una forma de religiosidad mal definida en el sentido riguroso
del término, siendo asi uj retorno que iría de la par con la disminución del interés por la ciencia y la técnica. Me parece cada vez más difícil determinar de qué se trata exactamente cuando se habla de “ religión” porque se ha
hecho imposible, en un buen número de casos, saber lo que cree alguien dice
llamarse “ creyente”. Cuando escucha las sorprendentes respuestas que dan a este punto la gente que que dice cristina,
me digo que en su lugar hace tiempo que
habría abandonado la idea de considerarme como tal. Renan señalaba que la religión
es muchísimo mas fácil reivindicarla y defenderla cuando s e ignora todo lo que contiene y lo
que exige de sus adherentes, a la vez
desde el punto de vista teórico y desde el
práctico.
Eso
explica la facilidad cada vez mayor con la cual los que se dicen no creyentes pueden transformarse hoy en
apologistas ( incluso si no se cree, es importante
que haya gente que crea y que haya fe, dicen). Recientemente he vuelto a pensar
en esto echando una ojeada a un libro de
Goinzague Truct publicado en 1929: “Las
razones perpetuas para creer. Apologetica de un descreído”.Con creyentes que no
se sabe si todavía creen o descreídos
que explican que la creencia religiosa es indispensable, aunque no la compartan,
no sabemos dónde situarnos. El resultado de esta confusión se parece mucho a lo
que describía Musil en “ El hombre sin atributos”: “ Ella (
Agataha, sabia sin duda que la religión desempeñaba un gran papel en política,
pero se está tan acostumbrado a no tomarse
en serio sus ideas oficiales que parecería casi tan excesivo creer que los partidarios der la fe están formados por creyentes como creer que los filatélicos coleccionan sellos
“
Considerar
como creyentes los militantes de la fe situados a la extrema derecha del
partido republicano de los Estados Unidos es seguramente excesivo y , por decirlo
francamente , incongruente. Gonzague Truct, que es un autor de extrema derecha,
cita un pasaje de Santo Tomas de Aquino: .“…el verdadero
fundamento de toda moral y la prueba de finita de que no puede existir moral laica,
moral sin Dios”. Y al final de sui libro plantea la nota siguiente. “Se nos dice que al favorecer a la Iglesia y
prestándole apoyo, le estamos ayudando a subir al trono desde el que anteriormente
estuvo oprimiendo. El riesgo es incierto e incluso improbable, y puede asumirse
mejor que incurrir en el que proponen los
partidarios de M.Herriot y M.Cachin”.
No
estoy sugiriendo que el actual presidente de la Republica diga exactamente lo
mismo cuando afirma que el maestro no puede reemplazar al sacerdote, pero dice
algo que significa incontestablemente lo mismo, a saber, que no puede haber una
verdadera mortalidad sin una religión que la fundamente y se sirve de este
argumento para desacreditar a la izquierda, sospechosos de ser, por pretender fundamentar
una mortal sin Dios, la responsable de la decadencia de los valores morales. Se
está casi diciendo , y se ha dicho realmente,
que en el fondo es al izquierda y el mayo 68 quienes son responsables de
la ausencia total del sentido moral que caracteriza al comportamiento de patrones canallas o de estafadores de la
finanza y de una manera más general, del propio capitalismo.
Una
de las cosas por las cuales, creo, debe estársele agradecido a Russel es por la
energía y el talento que empleó para combatir esa idea de que en ausencia de
religión no puede haber una moral digna
de ese nombre. Su posición era más
bien que, sin religión o en todo caso
sin cristianismo, los seres humanos hubierean sido sin duda seres mucho más
morales.
No
estoy seguro de que se pueda formular seriamente tales afirmaciones. Pero creo,
eso si, que Russel no se equivocaba al considerar que el riesgo del que trata
el pasaje citado de Goonzague Truc que he citado no está tan alejado ni es tan
improbable . Aunque no sea el caso ( por
ahora), hay en la situación del ,mundo actual, abundantes elementos que muestran
que efectivamente, estamos mas cerca de lo
que generalmente se dice de producirlo.
Sobre todo cuando el poder político con el que se creía que se podía contar ,
al menos en países como el nuestro, para defender la laicidad, se pone o finge
ponerse al lado del poder religioso en nombre de la defensa de la ( verdadera) moral o cualquier otro pretexto.
En la intervención de neustra presidente de la republica a la que he aludido,
no se sabe claramente lo que deriva de una apologética sincera d creyente ( quizá
lo sea pero no estamos suficientemente informados para tenerlo en cuenta), y lo
que proviene de una apologetica eminentemente política del no creyente que
utiliza la religión para sus fines.
(…)
(*) Fuente. Extracto de
: Jacques Bouveresse et Yann Schmitt, « Entretien avec Jacques Bouveresse »,
ThéoRèmes [En ligne], 1 | 2011, mis en ligne le 15 décembre 2011, consulté le
17 juin 2015. URL : http://theoremes.revues.org/223 ; DOI :
10.4000/theoremes.223
Jacques Bouveresse es
profesor emérito Coollege de France, Catedra de filosofía del lenguaje y del
Conoco9miento 8 1195-2010). Yann Schmitt es profesor de filosofía del Institut
Catholique de Paris
(1).- Jacques Bouveresse, Peut-on ne pas croire ? Sur la
croyance, la foi et la vérité, Marseille, Agone, 2007
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