El
libro “El capital en el siglo XXI” del
economista francés Thomas Piketty está siendo un fenómeno académico, editorial
y mediático. No solo es un bestseller, cosa ya extraña para un libro de
académico de 700 páginas, sino que ha activado un campo de discusión en donde
las preguntas más polémicas sobre el futuro del capitalismo, la democracia o la
economía como ciencia están siendo planteadas y discutidas.
Para
resumir una de las tesis centrales de Thomas Pikettty, en él, el autor propone
un análisis de la dinámica de la acumulación del capital. Por un parte, presenta esa dinámica histórica desde la
antigüedad hasta el siglo XXI, hace un a prospectiva de esa misma dinámica para
finales de ese siglo, y delibera sobre las posibles medidas políticas que
permitirían escapar a ese porvenir que describe y que por supuesto, no es un determinismo.
Muestra
que, nuevamente a principios de siglo XXI
se está dando el fenómeno de que los ricos van concentrando una parte
cada vez más elevada de riqueza y que el proceso podría amplificarse a lo largo del siglo. Si
bien admite que existen fuerzas contrarias al auge de las desigualdades, tales
como la difusión del saber y la educación,
señala también que estas fuerzas no son suficientes.
La principal fuente de crecimiento de las desigualdades procede
de que el rendimiento privado
del capital ( r), es más elevado que el crecimiento económico( g). Ese
desequilibrio r >g implica que los patrimonios del pasado dominan a lo patrimonios que se forman y por
lo tanto la concentración del capital alcanza niveles extremadamente grandes.
Para el autor r>g resume una “contradicción lógica fundamental” del capitalismo
“ el emprendedor tiende inevitablemente a transformarse en rentista, y a dominar
cada vez más y con más fuerza a los que no poseen más que su trabajo. Una bvez constituido el capital, se reproduce por lo tanto solo, mas rápido de
lo que crece la producción. El pasado devora al porvenir”.
El
libro busca los fundamentos macroeconómicos de las desigualdades mientras que
las explicaciones habituales serian de orden microeconmomico.
En
la ultima parte de su obra, Piketty propone un impuesto progresivo anual sobre
el capital para combatir las desigualdades al tiempo que se respetan las
fuerzas en competencia y los estímulos.
La
tesis que más ha llamado la atención es la de la generación de las desigualdades.
Pikety se interroga si el capitalismo
genera inexorablemente desigualdad económica y si las nuevas formas de ese
capitalismo acentúan y aventuran esta generación sistematica. Partiendo de un trabajo de años en elaborar
series históricas de largo plazo (de entre dos y tres siglos) sobre la
concentración de la riqueza en distintos países, (ver gráfico) Piketty la
responde señalando que la desigualdad ha aumentado sostenidamente los últimos
40 años. No solo eso, sino que el período en que esta desigualdad disminuyó
(1930-1970) – la época del Welfare State- y que servía a los economistas para
tener fe en que el desarrollo económico pasaría de un primer momento desigual a
otro más igualitario, es más bien un hecho totalmente fortuito ocasionado por
las guerras mundiales, la gran depresión, la política de altos impuestos, entre
otros factores. De esto concluye que es
la propia lógica del capital la que genera de manera constante desigualdades
cada vez más pronunciadas.
Ahora
bien, esto en realidad no cuajaría como un reclamo económico-político de largo
alcance si no se explica por qué una desigualdad de ese tipo sería negativa.
Piketty reconoce que hay una desigualdad positiva, natural y que sirve al
desarrollo y otra que no. La que en realidad preocupa al autor es la
concentración de riqueza generada por herencias, es decir, conseguida solo por
la fortuna de haber nacido hijo de alguien con un patrimonio. El problema de
vivir en una sociedad donde las ventajas de la herencia sean tan abultadas
(como lo fue la belle époque francesa y como sería nuestra época venidera si
hacemos caso a sus predicciones) se puede graficar en lo que Piketty llama el
dilema de Rastignac. Este personaje de Honore Balzac es un joven estudiante que
decide casarse con una rica heredera antes que conseguir fortuna basado en sus
habilidades, es decir, considera que las energías físicas e intelectuales se ven
mejor invertidas en conseguir un buen matrimonio que en producir nuevas
riquezas. Piketty observa que cuando esto sucede la estructura de incentivos
que hace del capitalismo un sistema eficiente se distorsiona alejándolo del
óptimo económico.
Gafico – Rendimiento del capital ( después de impuestos) y tasa de crecoimeinto a nivel mundial desde la antigüedad hasta 2100 |
Como
consecuencia de la descripción de las dinámicas estudiadas del capital, en el
libro , se presenta una análisis prospectivo del capital . El porvenir es sombrío
y se asemeja mucho al existente en las ciudades occidentales a finales del XIX
en las que era más fácil llegar al 1% de
los más ricos por vía de heredero o acercamiento a ellos que trabajando mucho y
con esfuerzo. Detalla que la parte de la riqueza procedente de herencia entre1790
y 2030 toma la firma de una curva en U, baja en los años 20 para aumentar posteriormente.
Hoy, para los nacidos en este sigloXXI pasara lo mismo que para los que nacierorn
en 1850. Se perfila un mundo donde es más fácil hacerse rico “metiendo mano
sobre un patrimonio” más que buscando un
empleo productivo.
Se
puede ilustrar en lo que Piketty llama
el dilema de Rastignac. Este personaje de Honore Balzac es un joven estudiante
que decide casarse con una rica heredera antes que conseguir fortuna basado en
sus habilidades, es decir, considera que las energías físicas e intelectuales
se ven mejor invertidas en conseguir un buen matrimonio que en producir nuevas
riquezas. Piketty observa que cuando esto sucede la estructura de incentivos
que hace del capitalismo un sistema eficiente se distorsiona alejándolo del
óptimo económico.
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