Cuenta Herodoto, en el libro
II de sus Historias que en su viaje por Egipto sus informadores le dijeron que
en el transcurso de once mil trescientos cuarenta últimos años ningún dios se
había aparecido en forma humana. Los egipcios aseguraban que sabían con certeza
estas cifras porque siempre habían llevado la cuenta de los años y la
registran. Según estas informaciones, el último dios que había convivido con
los hombres había sido Heracles. Anteriormente estuvo Pan en torno a los 15.000
años antes y , anteriormente varios años atrás, Dionisio. Estos cálculos no
coincidían con los propios que estimaban los griegos y que expone Herodoto: el
dios más reciente que pudo vivir ente los humanos había sido hacia 800 años, es
decir en tiempo de la guerra de Troya y éste era Pan, hijo de Penélope y
Hermes.
Con anterioridad se tuvo a Heracles hacia unos 900 años y anteriormente a Dionisio unos mil años antes aproximadamente. Como este relato es del año 446 a. C. , en la época en que Herodoto estuvo en aquella tierra, resulta que la horquilla de estimación de la residencia ultima de los dioses en la tierra se sitúa entre los 17.000 ( versión Egipcia), y los 3.258 ( versión griega).
Con anterioridad se tuvo a Heracles hacia unos 900 años y anteriormente a Dionisio unos mil años antes aproximadamente. Como este relato es del año 446 a. C. , en la época en que Herodoto estuvo en aquella tierra, resulta que la horquilla de estimación de la residencia ultima de los dioses en la tierra se sitúa entre los 17.000 ( versión Egipcia), y los 3.258 ( versión griega).
Para la versión de los
cristianos, a un dios se le había visto llegar en el año uno, hace hoy
solamente, por lo tanto, dos mil doce años. Pero en este caso se da la
circunstancia que vino y se quedó para siempre. Aunque bien es verdad que por
tercero interpuesto, es decir por la Iglesia que formaban ellos
En la versión egipcia se
añadía- continúa Herodoto- otros cómputos milenarios, tales como que en el
transcurso de aquellos 11.300 años el sol había cambiado cuatro veces de
posición: en dos ocasiones había salido por donde ahora se pone y en otras dos
por donde ahora sale. Con el paso de esos años, nada en Egipto se había
alterado por aquellos hechos divinos o astrológicos , ni los beneficios del rio
Nilo , ni, entre los humanos, sus enfermedades o las condiciones de la muerte.
Cosa diferente ocurrió entre
los cristianos, que con la llegada de aquel dios, dados sus celosísimos
sentimientos que no consentían competencia alguna, todos los otros, los
antiguos los presentes y los por venir, fueron rechazados y borrados de la foto
oficial debiendo considerarse los que hubo antes como inexistentes a la manera
como Stalin hacia con sus oponentes. Las circunstancias en solo esos 2.012 años
se alteraron por lo tanto muchísimo . Particularmente en lo que se refiere a
las condiciones de la muerte porque también se procedió al exterminio de los
que creyeran en otros dioses que no fuera ese ultimo recién llegado.
En estos cómputos son mas de fiar los creyentes en los antiguos
dioses puesto que eran mas atentos a las manifestaciones religiosas de otras partes. En efecto, iban reconociendo
a otros a medida que los encontraban en casas y culturas ajenas. Incluso cuando
estaban en guerra con enemigos, al sitiar una ciudad que se preveía debía de
ser destruida tras la victoria, los romanos practicaban un rito piadoso llamado advocatio que consistia en llamar a los
dioses para que saliesen fuera de la
ciudad para que , una vez , conquistada no sufriesen la destrucción que
conllevaba la conquista.
A los cristianos se les fue ausentando
también su dios . Pero lo hizo de manera lenta como en
una larga agonía en la que se pagó un
elevado precio de vidas de herejes que se llevaba por delante. La decepcion
de la vuelta anunciada y no realizada de su dios hizo que tomasen el poder en
su lugar sus portavoces y en lugar del Reino
vino una Iglesia.
Después el que nunca llegaba siguió muriéndose en la modernidad cuando la referencia de las conductas humanas no fue él sino la propia autodeterminación de los hombres. Esto suele ocurrir entre aquellas sectas y grupos que hacen de la religión una prolongación de la cosa humana, y al ser dios una fabricación a imagen y semejanza del hombre, a medida que crece el hombre, va sobrando el dios.
Después el que nunca llegaba siguió muriéndose en la modernidad cuando la referencia de las conductas humanas no fue él sino la propia autodeterminación de los hombres. Esto suele ocurrir entre aquellas sectas y grupos que hacen de la religión una prolongación de la cosa humana, y al ser dios una fabricación a imagen y semejanza del hombre, a medida que crece el hombre, va sobrando el dios.
Aquellos otros dioses de la antigüedad vivian,
dedicados a lo suyo, su vida propia, y no
daban mensajes revelados ni escribían libros conteniendo leyes y doctrinas para
los humanos. Eran verdaderamente dioses trascendentes. Eran sujetos de una religión
no de un régimen político moral cual es la no-religión del cristianismo. En el dios inmanente
cristiano, mezclado entre ollas y normas las mutaciones y alteraciones de los regímenes
humanos y morales causaban otras tantas
alteraciones y mutaciones en su dios único protagonista y metomentodo, con o
cual, ese dios no paraba de morirse, sufrir y retorcerse cambiantemente. Por
eso su mejor representación es la cruz. Un dios que se muere pero no termina de morirse y solo nos dejará tranquilos cuando nosotros, extinguidos como lo han sido otras especies, no estemos nadie. Solo entonces, tras el Caos,
quedaran los de siempre, los dioses que nacieron del Caos.
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