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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

1/7/19

LO POSIBLE EN POLITICA, O EL PROFETA Y EL POLITICO



Por Miguel Angel Domenech Delgado

Habitualmente hay políticos que solo actúan si van acompañados de un profeta que les va diciendo lo que será o no posible. Es irrelevante la forma que va tomando sucesivamente ese profeta, a veces ha sido un augur que consultaba el vuelo de los pájaros, hoy es un politólogo o un hombre de marketing.  Pero no han advertido que la profecía política es posible solo si “el profeta, él mismo hace y dispone de los hechos que anuncia con anticipación” dice Kant. El quehacer de los profetas no consiste en predecir lo que va a ocurrir o en esperar que algo ocurra sino a actuar para que se hagan realidad los hechos que él mismo predice. El profeta así considerado es el político. Es decir, que somos todos. Al menos deberíamos ser todos.  Todos somos y debemos  ser  políticos y profetas. Los políticos profesionales, entonces, al contrario de lo que es habitual, deben de estar acompañados de todos y no de un clero de profetas profesionales.

 La Iliada, nos anima a ser todos ese género de profetas activos, como Hector  decía a sus atemorizadas tropas: “el único augurio seguro es luchar por la patria”.

La única decisión libre posible es la decisión imposible, pues si fuera únicamente posible, seria puramente calculable y no seria una decisión sino una ecuación que hubiese que aplicar  de una formula dada o de un código no decidido por nosotros. Cualquier decisión libre es por lo tanto siempre empujar un punto la imposibilidad.

El juego que nos propone el entusiasmo por lo imposible se sitúa en un tablero entre “lo que es” y lo “que debe ser”. De lo “que es” nunca puede derivarse ninguna acción política salvo la de conservación de intereses dominantes. Es únicamente una descripción de un estado de cosas existente, y nada fortalece más a lo existente que considerar que su existir como tal sea lo constitutivo de sentido. Lo “que debe ser” es la posición crítica de la exigencia normativa y de la promesa política. A este par debemos añadir, el tercero, el de la prudencia de Aristóteles, el de la contingencia y de la humilde condición humana, el del “podría ser”. Porque ningún “happy end” está garantizado.

De esta manera la propuesta política no puede ser nunca un dogma, ni una utopía, ni una profecía, sino una promesa y un empeño


Consideradas asi las cosas,  decir el político profesional, en rigor, es un oxímoron pues la profesión de político seria la de aquel que excluye de su campo lo que  “no puede ser” en tanto que toda profesión es una habilidad, un conocimiento cierto sobre lo que es cierto. El político profesional no es político por cuanto no es humano. Lo propio de lo humano, en efecto, es lo perteneciente al mundo de lo libre y no de lo necesario, lo constituido por la ley humana no por la ley de la naturaleza, no es el instinto sino lo instituido.


Se podría ir aún mas lejos, que cada cual se atreva a  hacer  ese viaje. Sapere aude!. 


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