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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

10/3/20

PATRIOTISMO REPUBLICANO Y NACIONALISMO




Maurizio Viroli: "Si existe alguna posibilidad de vencer al nacionalismo es redescubriendo el patriotismo"



Mientras que los enemigos del patriotismo son la tiranía y la corrupción, el nacionalismo combate la heterogeneidad y el pluralismo. La patria es una institución moral y política, la nación se reivindica como hecho natural. Esa es la idea central de Por amor a la patria, obra clave del académico y politólogo italiano Maurizio Viroli (Forli, 1952) que acaba de reeditar Deusto.

Viroli es profesor emérito de Teoría Política en la Universidad de Princeton y la Universidad de Texas. En este libro, convertido ya en clásico sobre la materia, Viroli invita a distinguir entre patriotismo y nacionalismo. El primero, nos dice, invoca el amor hacia las instituciones políticas que sostienen la libertad común. El segundo, por el contrario, refuerza la homogeneidad lingüística, étnica y cultural.

Por amor a la patria llega a las librerías en un momento propicio. En España el problema territorial nunca ha dejado de alimentar páginas de política nacional. Sin embargo, la radicalización del nacionalismo catalán como la irrupción de nuevos partidos -Ciudadanos, Podemos y Vox- que reclaman una idea propia de España al calor de la cuestión catalana, convierten al libro de Maurizio Viroli en un instrumento interesante para clarificar los términos del debate político.

Viroli entiende que ya no somos espartanos, atenienses o romanos, sabe que tampoco vivimos en la Florencia del renacimiento. Pero insiste en que contra el nacionalismo de Le Pen los franceses no han hecho bandera de los principios universales del cosmopolitismo, sino que han enarbolado el ideal de la République: un ideal de carne y hueso.

Por eso invita a desempolvar el lenguaje del patriotismo republicano en un libro brillante y polémico. Una historia de las ideas atravesada por la tensión entre las exigencias del rigor intelectual y el empuje de la pasión política, entre la labor paciente del historiador y la vocación normativa del filósofo. De todo ello y de los beneficios de una buena copa de Barolo hablamos con el profesor italiano.

'Por amor a la patria' puede ser leído como una historia intelectual del patriotismo. Sin embargo, también es un libro publicado tras la gran crisis política que terminó con el sistema de partidos italiano en los noventa. ¿El libro no representa también una toma de posición política?

Cierto. El objetivo que perseguía al escribir Por amor a la patria era político pero, sobre todo, de educación cívica. Quería decir a mis compatriotas italianos, y al público en general, porque el libro fue publicado en muchas lenguas, "Queridos amigos, el verdadero significado del patriotismo tiene que ver con una larga tradición de pensamiento político fundado sobre el principio de la libertad". Por eso quería recabar del pasado el significado que sostengo más auténtico y verdadero del patriotismo para contraponerlo al nacionalismo, que ya en aquellos años, tanto en Italia como en el mundo, comenzaba a ser cada vez más fuerte.

Parece, en todo caso, que además de ejercicio académico, el libro es una clara invitación a la izquierda a asumir el concepto de patriotismo.

Efectivamente, el libro estaba dirigido a la izquierda. Pero no solo la italiana, sino también la europea y a la americana. Considero que uno de los errores más trágicos, y subrayo trágicos, que la izquierda ha cometido en el pasado, y continúa cometiendo, es creer que el patriotismo es un idea que pertenece en exclusiva a la derecha. La izquierda ha dejado el terreno libre a la derecha para presentarse como la verdadera defensora de los valores nacionales. Un error de consecuencias terribles para Europa. Por ejemplo, el mismo nacimiento del fascismo en Italia se debe, en buena medida, al error cometido por la izquierda despreciando el patriotismo.

¿Por qué históricamente la izquierda ha infravalorado el patriotismo como sinónimo de bien común?

Fundamentalmente por dos razones. La primera es de carácter ideológico. Desde los años treinta hasta más allá de los sesenta, buena parte de la izquierda europea era de inspiración marxista. Era una izquierda internacionalista que despreciaba el patriotismo. Lo consideraba atrasado, bárbaro, en fin, una rémora del pasado. La segunda razón por la que buena parte de la izquierda ha despreciado y sigue despreciando, el patriotismo es, simplemente, porque no lo entiende o conoce. Por ejemplo, buena parte de la izquierda italiana no conocía, ni conoce, la obra de los hermanos Rosselli, socialistas liberales y patriotas, o la de Giuseppe Mazzini, que era patriota y reformador social.

Sin embargo, en los debates dentro de la izquierda europea usted ha sido muy crítico con otras propuestas destinadas a reconciliar al progresismo con el lenguaje del patriotismo. Pienso, por ejemplo, en sus críticas a la idea del "patriotismo constitucional" del filósofo alemán Jürgen Habermas. ¿Qué echaba en falta en su propuesta?

Echaba de menos el calor. Faltaba la Historia, faltaban las memorias, faltaban los héroes, faltaban los mártires. Todos estos elementos dan forma al verdadero patriotismo y están ausentes en la teoría de Habermas. Es un hombre que respeto pero creo, igualmente, que su teoría del "patriotismo constitucional" ha hecho más mal que bien al verdadero patriotismo. Porque Habermas quiere presentar el patriotismo como un lenguaje universal y abstracto. Y para hacerlo quita al patriotismo toda su fuerza de convicción e inspiración para la historia concreta de los pueblos.

¿Podría profundizar en ese argumento?

Lo diré con una metáfora. Habermas ha querido hacer un patriotismo puro desde el punto de vista filosófico. Pero lo ha logrado al precio de dejarlo sin sabor ni color. Sería como coger una buena copa de Barolo y quitarle el sabor y el color para convertirlo en un buen vaso de agua. Obviamente, un vaso de agua no hace mal a nadie. Pero también es cierto que un buen vaso de vino inspira y da calor.

En todo caso, el nacionalismo también mira al pasado en busca de mitos y hazañas para la inspiración y movilización popular. ¿En qué se diferencian la relación del patriotismo y el nacionalismo con la historia?

Los patriotas y los nacionalistas miran al pasado de forma distinta. Los primeros buscan mitos y héroes de libertad y justicia, los segundos de fuerza y potencia. Mussolini reivindicaba el Imperio romano; los patriotas italianos de la Resistencia la libertad de los municipios del medievo y reivindicaban a Mazzini, que quería una patria libre entre patrias libres. Son solo dos ejemplos, pero que explican bien cómo patriotismo y nacionalismo se sirven de mitos del pasado pero con finalidades políticas opuestas.

En 'Por amor a la patria' está muy presente la huella de Maquiavelo. ¿En qué medida su reflexión sobre el patriotismo depende de su trabajo sobre el pensador florentino?

Maquiavelo quería ser considerado, sobre todo, como un patriota. En una de sus últimas cartas, del 1527, poco antes de morir, cuando Italia estaba a punto de caer bajo el dominio de fuerzas extranjeras, escribió "Amo mi patria más que a mi alma". Quería decir que amaba muchísimo a su patria, porque incluso para Maquiavelo el alma era importante. ¿Qué entendía por patria Maquiavelo? Pues por patria entendía la libertad común de un pueblo. Tenía la concepción republicana clásica de la libertad. Por supuesto, por tanto, que Maquiavelo está en el origen de mi reflexión sobre el patriotismo. Y aún sigue guiándome. Porque hoy, en el mundo en el que vivimos, si existe alguna posibilidad de vencer a la ola de nacionalismo que emerge con fuerza en todo el mundo, fíjese que aquí en EEUU Trump ha afirmado "Whats wrong with nationalism" ("Qué problema hay con el nacionalismo"), será a través del redescubrimiento del patriotismo que nos enseña la tradición republicana.

Su carrera académica se distingue, precisamente, por la defensa de la tradición republicana. ¿Para usted es posible pensar el patriotismo fuera de esa tradición?

Caben muchas interpretaciones del patriotismo, ciertamente. Hay un patriotismo republicano, hay un patriotismo liberal y democrático. Han existido muchas formas de patriotismo. Pero para mí el patriotismo republicano es aquel que afirma "Tú tienes una patria si vives en una república libre donde todos, y subrayo todos, los ciudadanos tienen los mismos derechos políticos y sociales". Si no vives en una república así, no puedes afirmar tener una patria. Porque en una república que humilla, discrimina y oprime a una parte de sus ciudadanos muchos se sentirán necesariamente extranjeros.

'Por amor a la patria' fue publicado por primera vez tras la primera victoria de Berlusconi, a mediados de los años 90. El famoso 'Diálogo en torno a la república' con Bobbio responde a la segunda victoria electoral de Berlusconi en 2001. Y en el tercer mandado de Berlusconi usted publicó The liberty of servants: Berlusconi's Italy. ¿Sigue siendo Berlusconi objeto de su preocupación?

Desde el primer momento, al igual que Bobbio, he sentido por Berlusconi y su proyecto político el más absoluto desprecio. De hecho, en todo aquello que he escrito, son miles de páginas, no se encontrará jamás una línea en defensa o de admiración hacia Berlusconi. Solo ha hecho mal a Italia y espero que mi próximo libro no coincida con su vuelta a la política. Muchos de mis colegas, también intelectuales, al inicio, en los años 90, estaban fascinados con Berlusconi. Yo puedo tener muchos vicios, pero he sido siempre coherente: he detestado a Berlusconi al inicio y continuo detestándolo.

En los años 90, Europa asistía al renacimiento del nacionalismo tras la caída del muro de Berlín. Hoy, en cambio, la reedición del libro asiste al éxito del populismo. Un fenómeno que apela al pueblo soberano para superar las barreras de la izquierda y la derecha como demuestran los casos de éxito de Trump, Le Pen o Salvini. ¿Cómo interpreta el actual momento político?

El populismo es un nacionalismo presentado con nuevas palabras. Como los nacionalistas históricos, también los populistas se presentan como los defensores del pueblo entendido como comunidad homogénea que debe ser protegida frente al pluralismo cultural y la inmigración. Como decía antes, Trump, en su reciente polémica con Macron, ha afirmado "What's wrong with nationalism". Me preocupa mucho ver que los nacionalistas se van fortaleciendo en el mundo mientras no veo líderes políticos con autoridad que sepan utilizar con propiedad el lenguaje del patriotismo, el único que puede vencer al nacionalismo.


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