"LOS REITERADOS ASESINATOS DE
AFROAMERICANOS NO SON PRODUCTO DE UNA MALA «PRAXIS POLICIAL"
por Sean Ledwith, profesor de sociología del York College y editor de la
revista «Counterfire«(*)
La aterradora
respuesta de Trump a las protestas populares subraya lo poco que ha cambiado la
situación para la mayoría de los estadounidenses negros desde que nació el
movimiento Pro-Derechos Civiles. Usando literalmente las palabras del jefe de policía
racista Walter Headly de Miami, Donald Trump escribió este tuit: “cuando
comienza el saqueo, luego viene el tiroteo” .
En 1967, Walter Headley se
hizo famoso por sus desafortunadas declaraciones; “los negros se están
aprovechado de los derechos civiles”. Por tanto, o Trump es
vergonzosamente ignorante o está llamando abiertamente a la violencia cuando
utiliza el lenguaje del movimiento supremacista blanco.
Sombría realidad
Respondiendo a una pregunta
de la televisión un policía local explicó, “la policía sólo está aplicando el
protocolo respectivo”.
Floyd fue arrestado por
supuestamente usar billetes falsos de 20 dólares para comprar cigarrillos. Las
imágenes muestran que el joven negro no se resiste al arresto… y mientras
súplica, un oficial de policía – flanqueado por sus colegas, lo asfixia con su
rodilla .
Este tipo de agresión a la
población afroamericana es escandalosamente común en los Estados Unidos. La
muerte de George Floyd en Minneapolis es una triste realidad que nos
recordó a todos el escalofriante asesinato de Eric Garner en Nueva York en 2015
.
Estas muertes no son una
casualidad o producto de una mala praxis policial. Todos los días hay cientos
de atroces demostraciones de brutalidad policial que no aparecen en los
titulares de los medios. Solo algunos crímenes se publican antes de olvidarse
convenientemente.
Solo en el año 2014 la
policía cometió los siguientes asesinatos impunemente, al más puro estilo
hollywoodense
– Dontree Hamilton fue
asesinado por la policía con 14 disparos en Milwaukee por
presuntamente perturbar la paz en un Starbucks.
– Ezell Ford – otro hombre
negro con problemas de salud mental recibió tres disparos en la espalda en
Nueva York
– Akai Gurley: fue baleado
por la policía de Nueva York mientras ascendía por una escalera oscura al
regresar a casa.
-Tamir Rice – Un niño de 12
años, fue asesinado en Cleveland por policías que confundieron su arma de
juguete con un arma real.
– Michael Brown fue
asesinado a tiros en Ferguson, Missouri, lo que provocó una violenta revuelta
urbana.
– Breonna Taylor: fue
asesinada de 8 disparos, en su propio apartamento en Louisville,
provocando fuertes disturbios en la localidad.
Lo que los medios llaman
“violentos disturbios” son en realidad una forma legitima de protesta propia de
la historia moderna de los Estados Unidos.
La gran ola de rebeliones en
la década de 1960 obligó al presidente Lyndon Johnson a crear la Comisión
Kerner. Esta comisión decidió permitir el ingreso de afroamericanos a la
policía e introdujo a regañadientes el llamado “monitoreo civil del
comportamiento policial”.
El mayor desorden urbano de
Los Ángeles en 1992, obligó a reformar el sistema judicial de los Estados
Unidos. La imagen de Rodney King siendo golpeado por la policía provocó un
levantamiento que aumentó el respeto por la diversidad racial, a casi el 80%
entre la población blanca de esa ciudad.
El asesinato de Freddie Gray
– que se encontraba bajo custodia policial- provocó los disturbios de 2015 en
Baltimore forzó una investigación judicial. Después de la instrucción el
Departamento de la Policía Local tuvo que pagar más de 5 millones de
dólares a 100 víctimas de abuso policial, la mayoría afroamericanas.
Sin las protestas violentas
es muy poco probable que los crímenes cometidos por la policía hubieran salido
a la luz . Lo he comprobado personalmente. Hace 2 días marche protestando unas
101 millas en Baltimore. La marcha no apareció en ningún medio. Las
protestas pacíficas no les importa una mierda a los medios de comunicación.
Del motín a la revolución
La hipocresía que condena a
los revoltosos omite convenientemente mencionar que todo el edificio estatal
estadounidense se fundó en los disturbios contra los británicos en el siglo
XVIII.
El “Partido del Té” y
la siguiente rebelión de Shay fueron insurgencias espontáneas que
contribuyeron al derrocamiento del gobierno colonial y al nacimiento de Estados
Unidos. En su momento, estos levantamientos fueron condenados por el statu quo
los calificó de “acciones terroristas”
El “Partido del Té” es la
fuente de inspiración de los supremacistas blancos cuyas recientes protestas
contra el confinamiento por el COVID 19 fueron resguardadas por las mismas
fuerzas policiales que hoy están reprimiendo a la población negra y blanca.
Si la demanda de justicia de
los rebeldes independentista fue totalmente justificable con mayor razón hoy en
día deben justificarse las demandas de la comunidad negra. Un solo dato:
los historiadores estiman que las ganancias que se obtuvieron con
el comercio de esclavos – base del capitalismo estadounidense – equivale
a beneficios superiores a los 14 billones de dólares.
La condena moralizante por
los saqueos de estos días debería ser puesta en un contexto verdadero: el
racismo y el supremacismo blanco en los Estados Unidos fueron y son un crimen
contra la humanidad.
Kennedy y la violencia
Uno de los íconos de la
clase política estadounidense, el presidente John F. Kennedy, advirtió
astutamente: » Aquellos que hacen imposible la revolución pacífica harán
inevitable la revolución violenta” .
Los afroamericanos han
buscado un cambio pacífico durante muchas décadas, pero aún sufren un nivel
desproporcionado de desigualdad sistemática.
Las limitaciones de una
protesta exclusivamente pacífica quedaron patente en el momento en que Mike
Pence y Donald Trump rechazaron la demanda pasiva del deportista negro Colin
Kaepernick en un estadio de fútbol americano.
Trump, Pence y los demás
hipócritas de la élite no deben sorprenderse que cientos de miles de
estadounidenses , de todos los colores, protestan en las calles y se levantan
contra la injusticia : es la única forma de obligar al sistema a prestar
atención.
(*). Fuente: Observatorio de
la crisis.
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