Por Miguel Angel Domenech
El castigo colectivo de aquella vida privada, privada de virtud es la necesaria aparición de unos pocos, o de uno, que hace las cosas decidiendo en lugar de todos, habiendo estos
últimos renunciado a la construcción de
lo común. y resignándose a la violencia de la actividad de los más hábiles en trepar y enriquecerse a toda costa y a cualquier
precio. La deriva necesaria de ese ideal
liberal es la dictadura o la oligarquía.
La contrapartida de esa oligarquía de los hábiles en bajas pasiones es la necesidad
de sumisos idiotizados, la servidumbre
voluntaria.
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