Entrevista
a Bernard Manin y Nadia Urbinati
Por Elena Landemore (*)
La representación, ¿traiciona o cumple la idea de la democracia? En el fondo ¿es más bien una desviación de la soberanía popular llevado a cabo por las elites o por el contrario permitiría la emergencia de una verdadera voluntad democrática? Nadia urbanati y Bernard Manin debaten sobre este asunto en la entrevista realizada por Elena Landemore en Nueva York en abril de 2007, que reproducimos.
1.- Origen de la democracia
representativa:
Hélène Landemore : Bernard
Manin y Nadia Urbinati, ambos han escrito libros con parecidos
títulos. Respectivamente: “ los priincipio0s del gobierno representativo”
y “Democracia representativa; Principios y genealogía “ , pero ni la representación
es forzosamente democrática no la democracia necesariamente representativa.,
¿Como se ha producido , desde el punto de vista histórico, el encuentro de
estos dos conceptos? ¿Cuándo aparece por vez primera la democracia
representativa?
Nadia Urbinati : Según
Gordon Wood, la expresión fue utilizada por primera vez por Alexandre
Hamilton en 1777 en una carta al gobernador Morris. La Revolcón
americana, al contrario que la revolución Francesa, no experimentó un conflicto
dramático entre soberanía popular y representación y ha producido sin duda el
primer esfuerzo para disociar la democracia de los modernos de la de los
antiguos, es decir la democracia “representativa” de la “democracia pura”. Con
el fin de marcar la diferencia y evitar cualquier confusión,. Los líderes
americanos prefirieron emplear la palabra “republicano” para caracterizar su
gobierno popular, En todo caso, el término “ democracia representativa” se
utilizaba de manera más sistemática a principios de los años 1790 por Paine,
Condorcet y Sièyes. En sus “Bases del Orden Social” ( 1794) Sièyes opera una
distinción interesante entre dos interpretaciones del gobierno
representativo de las que una sola es democrática aunque las dos se
fundamente en el principio de elecciones. Las dos interpretaciones
se aplican a territorios extensos y densamente poblados, pero la primera
consiste en facilitar “encuentros parciales en diversas localidades”
mientras que la segunda consiste únicamente en “nombrar diputados para una
asamblea central”. Así, según Sièyes, la primera no es resultado de una
volunt6ad general única dado que presta voz a ciudadanos que viven en
localidades, pareciéndose en esto al modelo de Condorcet. Lo que nos interesa
es que Sièyes comprende bien la diferencia entre ambas formas de gobierno
representativo.
H.L. : ¿Podría decirse, Sr.
Bernard Manin, que la diferencia consiste en el hecho de que la
democracia representativa es auténticamente democrática mientras el gobierno
representativo es , en el fondo, aristocrático.
Bernard Manin : No, no
es eso lo que yo sostengo. La representación comporta muchos elementos
democráticos, en particular la posibilidad para todos los ciudadanos de pedir
cuentas a los representantes al final de su mandato y de despedirles si su
labor en el poder no se juzga satisfactoria. Estos aspectos democráticos son
reales e importantes. Mi tesis es que la representación no comporta únicamente
elementos democráticos. La representación es también el gobierno de elites que
no están estrictamente obligadas a realizar los deseos de sus mandatarios. Así,
el gobierno representativo combina elementos democráticos y no
democráticos. Es por ello por lo que yo la caracterizo como una forma de
gobierno “mixta” inspirándome en la idea de la constitución mixta de los
antiguos que remonta a Aristóteles y Polibio. Describir las democracias
representativas modernas uni9cammnete como sistemas en los que el pueblo es
“soberano” o se autogobierna e manera “indirecta”, es oscurece r la
naturaleza mixta de estos sistemas.
H.L. : ¿Quiere decir que los
antiguos no conocían ninguna forma de representación?
B. Manin : Si, diría eso. No
creo que pueda contemplarse el consejo ateniense, la Boule como un cuerpo
representativo, las fuentes identifican la asamblea como • el pueblo de
Atenas”, pero no identifican Boule y demos. Debe destacarse que el Consejo
no era apercibido como el representante del pueblo,. La Boule era
simplemente una magistratura colegial.
N. Urbinati : Estoy de
acuerdo. El lugar de la representación política es aquel donde se hacen las
leyes. En este sentido , los eruditos y líderes políticos del siglo XVIII
reconocen que los modernos habían introducido algo que los antiguos no
conocían, Quizá la revolución co0nsrtitucional inglesa del XVII ha sido
una etapa importante en la construcción del gobierno representativo, El
tránsito de la selección a la elección, o de la institución de una competición
abierta para ocupar los puestos legislativos ha supuesto un vuelco
especial en la creación de la constitución de la representación
política. El gobierno representativo exige estar vinculado a la institución de
las elecciones y tratarse poder legislativo[E1] .
Ambos elementos combinados nos llevarían a concluir que el gobierno
representativo es el gobierno de los modernos.
H.L. : ¿Cuando surge el concepto de representación?
N. Urbinati : Es u na larga
historia. Los historiadores nos dicen que comienza en la Edad Media en el seno
de la Iglesia. También en este caso la cuestión era la de resolver el problema
entre centro yu periferia. La Iglesia buscaba representar ña comunidad de toda
la cristiandad y la representación se utilizaba como una manera de unificar al
pueblo o de ligar al vasto pueblo de los creyentes. En la edad Media se
inició la figura del contrato en la ley pública. Las comunidades religiosas y
laicas aceptaron ambas la decisión referida a que el nombramiento en el poder
fuese reglado por una ley pública y, como escribe Otto Gierke, este
nombrami9ento implicaba qué todo poder de naturaleza política debía de
“representar” a la comunidad entera. Sin embargo Scipione Maffei escribe en un
estudio comparativo e histórico sobre las formas republicanas de gobierno
fechado 1736 que los romanos ya ‘practicaban la representacionm con el
fin de dar voz a las numerosas naciones que componían el imperio y hace
referencia a Tacito, que en su germanía, describe las formas de
representación y de instituciones parlamentarias utilizadas por las
tribus germánicas para presentar sus reivindicaciones ante el Senado romano.
Las comunidades
religiosas y laicas aceptaron ambas que la decisión que versaba
sobre los nombramientos al poder fuesen regulados por una ley publica y, como
es cribe Otto Gierke, este nombramiento implicaba que el poder de
tipo político debía “representar” a la comunidad entera. Sin
embargo Scipione Maffei, escribe en un estudio datado en 1736
comparativo e histórico sobre las formas republicanas de gobierno
que los romanos practicaban ya la representación con el fin de dar voz a
las diferentes naciones del imperio y hace referencia a Tácito, quien en su
Germania, describe formas de representación e instituciones utilizadas
por las tribus germánicas con el fin de expresar sus reivindicaciones ente el
Senado romano. La representación era en ese caso una forma de ligar las
diferentes partes de un vástago territorio de la república con una necesidad de
sistema federal.
B.Manin: Sin
duda alguna los orígenes de la representación hay que buscarlas en la
edad media, en el marco de la iglesia y en el de las ciudades en sus relaciones
con el rey o el emperador. La idea era la de enviar delegados que estaban
ligados a los que les enviaban, Ahí se encuentra el origen del sistema
representativo. Una comunidad determinada delegaba en miembros que
tenían el poder de ligar a los que representaban. Es el corazón mismo de la
noción de representación. Después la técnica fue transferida a otros contextos
y utilizada con otros fines
N. Urbinati :
También se daban en la práctica de ciertas instituciones privadas como entre
abogados y juristas.
H. L.: ¿Cuál es el papel de
Hobbes en esta historia?
N. Urbinati :
Hobbes ha utilizado la estrategia de la representación de un manera
novedosa e impo9rtantge con el fin de crear el estado soberano. La
representación es para él un medio de legitimar al soberano absoluto retirando
el poder al pueblo que es el sujeto del mismo. Es un manera interesante de
legitimar la autoridad política qui9tando el pode al pueblo. La representación
es un a noción que crea el soberano absoluto.
B. Manin : Hobbes
articula quizás con un rigor particular la idea de una autoridad soberana
que obra y opera en sustitución de los súbditos. No obstante el hecho de que la
teoría de Hobbes es particularmente notable para nosotros no es la prueba
de que haya tenido tal impacto en el desarrollo histórico real. Como Nadia y yo
acabamos de señalar, las instituciones y practicas representativas son
anterio0res a Hobbes. Señalamos asimismo que Hobbes no menciona en absoluto las
elecciones como método de designación de la autoridad soberana. Por lo que
respecta a la representación, es cierto que Sieyes había leído a Hobbes y que
lo utiliza para justificar alginas de sus ideas sobre gobierno. Pero no
creo que se pueda tal apelación a Hobbes en el discurso de los Padres
Fundadores americanos. Buscar ideas hobbesianas en los revolucionarios americanos
y en los fundadores de la Cosmntitucio0nm americana parece un empeño cuanto
menos complicado.
N. Urbinati :
Skiner insiste en el papel de Hobbes en la creación del sistema representativo
como función anti-republicana. Sin embargo Hobbes no utiliza la reprfe4setntacion
como una institución política o como una manera de crear un gobierno que esté
ligado a la opinión del pueblo uy que este, en este sentido, imitado o
restringido. Debemos separa la representación política de esa tradición que era
una manera de otorgar al soberano un poder absoluto, y no de un
gobierno basado en el consentimiento del pueblo. El siglo0 XVIII interesa
porque pueden observarse las diferentes vías emprendidas por esa idea de
democracia representativa. Pienso que el caso americano es de gran interés. Los
fundadores americanos organizaron la rfepr4esmetacion en la práctica más que en
la teoría.
2.-Principios de la
democracia representativa:
H. L.: Vds. describen
los diferentes principios que caracterizan respectivamente al gobierno
representativo y a la democracia representativa. ¿Cuáles son esos principios?
¿En qué y porque son diferentes?
B. Manin :
Mi libro trata esencialmente sobre la cuestión de los consensos institucionales
concretos. Llamo arreglos institucionales principios porque ha probado
ser estables en el transcurso del tiempo, Pero no entiendo los
principios como proposiciones abstractas y menos aún como ideales o
valores. Mi enfoque es de naturaleza analítica y positiva. Admito
que esta esta perspectiva tiene sus límites, la adopto por el interés que tiene
su utilización.
Yo identifico cuatro consensos institucionales que continúan sin cambiar desde la implantación de los sistemas representativos.
1/ Los que gobiernan son
elegidos en elecciones que tienen lugar en intervalos regulares. No es
simplemente el hecho de que los gobernantes sean electos lo que caracteriza el
gobierno representativo sino el hecho de que las elecciones se repiten a
intervalos regulares. En su célebre definición de
democracia Schumpeter olvida mencionar el carácter recurrente de las
competiciones electorales (1). Sin embargo el hecho de que las elecciones
se repitan tiene consecuencias capitales. Mientras están en el poder, los
gobernantes están incitados a anticipar el juicio retrospectivo que los
electores van a hacer sobre su gestión al final del mandato. De esta manera las
elecciones seleccionan no solamente a los que gobiernan, afectan también a lo
que hacen mientras están en el poder. Al termiono0 de sui mandato,
los representantes públicos deben de rendir cuentas a ciudadanos
ordinarios. Es notable que en su definición, Schumpeter no haga ninguna mención
a la obligación de rendir cuentas (acccountability). Se pude observar de
una manera particularmente clara la combinación de elementos democráticos y no
democráticos.
2).- Los que están en el
poder disponen de un cierto grado de independencia en la toma de decisiones
políticas mientras dura su mandato. Ni los deseos de sus mandatarios ni los
programas que les propusieron les obligan de manera estricta. Señalemos que
este consenso permite que los deseos de los electores tengan una cierta
influencia sobre la actividad de los representantes electos pero no
obliga a una correspondencia rigurosa obligada entre ambas.
3.- El tercer
principio es lo que yo llamo la “libertad de opinión”. Aunque los
representantes tengan una cierta libertad de, maniobra en su actividad,
el pueblo o una parte de él conserva por su parte el derecho a expresar
sus opinión es y quejas y de hacer valer en cualquier momento sus
reivindicaciones ante el representante en funciones. Incluso Burke, uno de los
oponentes más fervientes del principio del mandato imperativo, insiste, en su
tercera carta sobre una paz regicida ( 1796-1797), en la idea de que le
pueblo conserva en todo momento el derecho a expresar sus puntos de vista y
deseos “ sin autoridad absoluta pero si con cierto peso” ( withour
absolue authority but with weight ) . La misma idea se encuentra en la
última cláusula de la primera enmienda de la Constitución americana. Esta
cláusula consagra el “derecho de los ciudadanos a reunirse pacíficamente y
dirigir peticiones al gobierno para atender a sus demandas”. El gobierno
representativo nunca ha sido un sistema en el que los ciudadanos elijen a sus
representantes a intervalos regulares y después se mantienen al margen durante
el intervalo. Es un punto que Schumpeter y sus seguidores no vieron (2)
4).- El ultimo principio es
que las decisiones públicas se someten a la “prueba de la discusión”. Decir que
las decisiones públicas se someten a la prueba de la discusión no
equivale, insisto en ello, a caracterizar al gobierno representativo como
el gobierno de la discusión. La discusión no es un procedimiento de decisión.
Es un método para poner a ‘prueba, examinar, valorar las decisiones públicas.
Esos son los cuatro
principios del gobierno representativo.
N. Urbinati: A
esos cuatro principios expuestos por Manin, que acepto, yo añadiría
otros. Pienso que la democracia (o mejor dicho, la transformación democrática
por el sufragio universal de Las instituciones representativas)
introduce algo interesante. Por democracia quiero decir aquí el sufragio
universal, incluyendo los adultos, hombres y mujeres, y también la
especialización y pluralismo de la sociedad civil, - todo lo que hoy dia
llamamos la sociedad democrática- La democracia introduce en ese amplio sentido
dos elementos esenciales. Uno es la ocasión de la alegación (advocacy),
que tiene que ver co0mn el tercer y cuatro puntos de Manin. El otro es el
de la representatividad. En lo que concierne la oportunidad de la alegación, la
representación necesita estar en correlación con la sociedad civil a través d
las formas asociativas de la política como los partidos o las asociaciones
políticas, es decir con formas agregativas capaces de expresar sus
reivindicaciones y de sondear la dimensión institucional manteniéndose en
contacto con el público. Se entiende que la alegación es una forma política
informal, una política hecha de influencias y de juicios público más que una
voluntad oficial. Pero es un aspecto muy importante que señala el hecho de
que la representación no es simplemente una simple especie de voto
de los ciudadanos por candidatos individuales. Es también una forma de
dar voz a los electores. Los partidos y asociaciones hacen posible esta
alegación.
El otro elemento es la
representatividad de la representación. La representación no es una sustitución
sino una manera de identificarse, Cuando voto, estoy haciendo dos cosas
en realidad: selecciona a alguien para enviarle a la asamblea (para formar una mayoría)
pero también expreso una preferencia por alguien cuyos valores o
ideas o propuestas son próximas a las mías. No elijo a un
burócrata competente o un experto, porque el oficio de legislador no es como el
de un burócrata competente o un experto, Porque el oficio de legislador no es
como el de un magistrado. Es un oficio que no es imparcial ni neutral,
aunque hacer leyes implique plantearse criterios de interés general como
premisa de partida).
Elijo a alguien próximo a
mis ideas propias porque tengo ideas sobre la manera en que pueden
mejorarse o cambiarse las leyes o sobre la pirita que debe seguirse. Esta
representatividad, la llamo vecindad de ideas o de ideología. La
representatividad también es importante por lo que hace en el interior de
una asamblea donde los legisladores deben de obrar en tanto que
miembros de un espacio deliberativo aun cuando estén en contacto con el
exterior del parlamento. Sin esa diferencia de ideas entre
representantes, pluralismo ideológico, la Asamblea reflejaría únicamente
puntos de vista personales de los legisladores sin relación con la
sociedad civil. Lo representantes no se representarían más que a ellos mismos.
Tal asamblea sería un imitación de la democracia directa (con la diferencia
crucial que es este caso, la formarían un pequeño número de electos).
Pero la representación no es
la democracia directa. La existencia de los partidos y de las
asociaciones es importante, yo diría incluso esencial, para el gobierno
representativo. La asamblea no es una lista de delegados individuales sino un
cuerpo colectivo de representantes, es decir, de individuos sujetos a
separaciones/alianzas ideológicas que participan en la toma de decisiones
publicas. Por esta razón la representación política es una violación
completa que contiene el concepto de representación privada. El
representante no es elegido por mi como una persona privada, sino que lo es por
mi como parte igual del demos,. Es decir, como ciudadano. La
representación política es en realidad una violación de la representación
porque excluye el mandato imperativo: no puedo despedir al representante como
yo quisiera aunque diga o haga cosas que yo desapruebe
personalmente. Pero los partidos y el interés general están ligados en la
asamblea legislativa de una manera particular y pueden ejercer cierto control
(informal) con el fin de hacer posible el mandato político.
Llegados aquí seria necesario un análisis de los partidos políticos.
Digamos solamente que un partido no es lo mismo que una facción, para utilizar
la expresión que Maquiavelo fue el primero en formular cuidadosamente.
Los partidos son la forma de conectar el interés particular con el interés
general, mientras que las facciones no buscan más que apropiarse del interés
general para satisfacer intereses privados y reemplazar aquellos por estos.
HL. ¿Diría Vd. ,
entonces, que la representación no es una alternativa inferior (
second best ) a la democracia directa.?
B.Manin:
Exactamente. Sobre este punto Nadia y yo estamos completamente de acuerdo. La
democracia representativa no es la democracia directa en menos bien. Es un
sistema diferente,. Según veo, la democracia, directa, es una forma de gobierno
simple mientras que la democracia representativa es una forma mixta que implica
una pluralidad de elementos.
3,.Es elitista la
democracia representativa ?
H.L.: Sr. Manin, Vd.
muestra en su libro un proceso de democratización del gobierno
representativo. Se pasa de esta manera y según Vd., de la democracia
parlamentaria del XVIII a la democracia de partidos del siglo XIX y a
principios del XX a la democracia del público actual. Pero a fin de
cuentas el gobierno representativo., incluso democratizado, es siempre un régimen
parcialmente elitista. Es un régimen mixto. Para Vd., Nadia Urbinati, el modelo
representativo de la democracia no implica ese elemento elitista. En ese
sentido la democracia representativa puede oponerse al modelo democracia
“electoral”, que tiene, según Vd. una dimensión elitista. ¿ Es así?
N. Urbinati (riéndose
) : Bernard es más elitista que yo.
B. Manin :
Para mí, las elites juegan un papel importante en el gobierno
representativo. Esto es así porque las elecciones seleccionan necesariamente a
individuos dotados de unas características poco comunes que son valoradas
positivamente por los electores. Un candidato que no se distinguiese por
ciertos rasgos juzgados favorablemente no podría ganar una competición
electoral. Dicho esto, el método electivo no determina el contenido particular
de las características distintivas o juzgadas positivamente que hacen que los
candidatos resulten electos. . Tales características son determinadas pro las
preferencias de los electores, es decir, por lo ciudadanos ordinarios,
Los electores eligen las cualidades distintivas que quieren hallar en sus
representantes. Estas cualidades pueden consistir en una cantidad de cosas
diferentes, incluyendo una capacidad excepcional para expresar y difundir una
opinión política determinada. En ese caso nos encontramos con elites, en el
sentido de personas que son excepcionalmente capaces de defender opiniones y
que poseen un talento que no tiene la mayoría de la gente que
comparte esa opinión. Eso significa para mí el término “elite”.
Sin embargo, no creo
que los argumentos que acabo de exponer equivalgan a una postura elitista. El
elitismo en tanto que postura normativa afirma que es deseable que la gente que
sea objetivamente superior a otros los que ocupen los cargos superiores. Mi
teoría no implica tal posicionamiento. En primer lugar, yo no defiendo la
idea de que las elecciones selecciones a los candidatos objetivamente
superiores a sus electores. El argumento que propongo es que las elecciones
seleccionan a candidatos dotados de características subjetivamente valoradas,
con razón o sin ella, por sus electores. En segundo lugar, no presento
argumentos sobre la cuestión de saber si es deseable o no que los puestos de
poder las desempeñen personas que apoyasen esos rasgos distintivos valorados
por los electores. Yo planteo principalmente que tal resultado es un
rasgo que se da necesariamente en los sistemas representativos. Es cierto
que sostengo la idea de que dichos sistemas son coherentes con el principio
normativo según el cual el poder político debe provenir del consentimiento
libre de aquellos sobre los que se ejerce. Esto mientras los
electores tengan la posibilidad efectiva de elegir los rasgos distintivos de
sus electos. Peor no voy más allá de ese argumento limitado. Una
perspectiva normativa más ambic[E2] iosa
hubiera requerido un argumento más extenso y completo dado la mescla de
dimensiones igualitarias y no-igualitarias de la representación. Ese
argumentario estaría más allá de los límites de mis capacidades y de mi
proyecto. En resumen, mi argumento sobre las elites es positivo no
normativo. Se puede perfectamente reconocer la importancia de hecho de las
elites sin pretender tomar partido por el elitismo como valor.
H. L. :
Suponiendo que B.Manin tenga razón sobre el hecho de que el gobierno
representativo desde un punto de vista descriptivo y objetivo, es siempre
parcialmente elitista, incluso hoy, y suponiendo que Nadia Urbinati tiene
razón sobre el hecho de que desde un punto de vista normativo, no debería ser
así, ¿ Hemos experimentado lo que es la verdadera democracia representativa?
N. Urbinati :
No exactamente. Cuando se lee el último capítulo del libro de B.Manin, dice que
no se puede hablar de una crisis de representación porque la representación ha
sido instituida con el fin de retener más que para realizar la democracia. ¿
Cómo podríamos exigir de nuestros gobernantes que obren de una manera
determinada ( democrática) si no han sido concebidos para ese fin?. En
este sentido es ocioso hablar de una “crisis de representación”. Sin embargo
hay momentos en los que sentimos una desconexión entre nosotros y los
representantes, ¿es acaso que la tensión forma parte del significado del
gobierno representativo? Es un hecho que hay momentos en que pensamos, sentimos
o escribirnos que esta desconexión existe. ¿Porque? Incluso si no puede
ser medida o cuantificada, ese sentimiento de desconexión, o de violación., o
de falta de representatividad, es muy real. Lo que me interesa es la
democracidad ( sic) de la representación. Si es verdad que la democracia
representativa tiene algo que ver con la opinión del pueblo más que con la
voluntad del pueblo, entonces con el fin de tener un gobierno más democrático
necesitamos tener algo más que simples sistemas electorales y de partidos. Lo
que es seguro es que se tiene necesidad de estar atentos a la calidad de los
sistemas de información (porque la opinión es lo que caracteriza la presencia
del pueblo en el gobierno indirecto o representativo). La información es muy
importante en un sistema en el que el aspecto indirecto y mediado es tan
crucial, en el que recibimos los datos bajo la forma de informaciones
pre-digeridas y donde nada es de primera mano ni cara a cara. No tenemos
medios para prescindir de un criterio competente independientemente
de los media. Por lo tanto es bien cierto que los problemas del dinero privado
en las campañas electorales, de la independencia de los media, del
pluralismo,…son problemas muy reales porque pueden llevar a una violación de la
igualdad de participación en el sistema y hay muchas reformas que aplicar sobre
este asunto si queremos ser partidarios del sistema representativo.
La democracia representativa
no es menos democrática que la democracia directa. Paine tenía razón al decir
que la democracia representativa sobrepasa a la democracia directa. En
democracia directa, cada ciudadano esta ahí solamente por sí mismo y es difícil
de crear un lazo entre individuos e instituciones. Pero en un gobierno
representativo, el Parlamento las institución es están siempre conectadas al
pueblo de manera mediada. . La segunda cosa que la representación hace posible
es la estabilidad de la democracia. Paine decía que la democracia
representativa es superior a la democracia directa también por este
aspecto. En una democracia directa las asambleas son el lugar de
confrontación directa entre ciudadanos individuales. Esto da lugar
rápidamente a conflictos o situaciones donde la mayoría dirige sin condiciones,
o bien a situaciones en las cuales las facciones y los fuertes dominan. La
mediación es un buen remedio, pero exige estar bien regulada.
Me gustaría añadir una
última cosa sobre el carácter democrático de la representación. La
representación denota a la vez un poder positivo y actualizador y un poder
negativo, de control. Asegura que todos ls ciudadanos pueden contar sobre
un punto de apoyo a la vez para hacer avanzar sus reivindicaciones y para
resistir a las tendencias del poder constituido. En tanto que
institucuo0n que lleva cabo una función legislativa (que hace las leyes
que deben obedecerse),la representación en democracia moderna esta
intrínsecamente enlazada con la voz ( voice) como medio para ejercer el poder y
controlarlo ( la voz d e los ciudadanos y de sus representantes electos),
A la inversa, en democracia
representativa, la exclusión política para un individuo se traduce simplemente
en el hecho de no ser escuchado porque su voz no está contabilizada de manera
proporcional o porque el individuo no es suficientemente fuerte
para ser escuchado. Es por esto par lo que en una democracia representativa la
inclusión en el demos no es una garantía suficiente para que los
incluidos en él tengan igual influencia policita. La razón de esto es que
en democracia la participación., directa o indirecta, es estructuralmente
voluntaria. Esto da cuenta del hecho de que los representantes son
deliberadores políticos que, al contrario de los jueces, no son
imparciales ni están obligados a escuchar a las partes. En efecto,
pueden atender o ignorar la voz de otros en la asamblea
aunque esto suponga una desaprobación moral.
Demostenes pensaba que era
cierto que los ciudadanos democráticos en general, y se quejaba, de que uno de
los principales problemas de la deliberación política estaba en que los
atenienses porque “no escuchan a los otros en la asamblea”. Y Stuart Mill
reconocía de forma explícita en sus discursos parlamentarios el foso existente
entre la vox política (el sufragio) y la influencia política ( la capacidad de
e ser escuchado) de manera que, en su defensa del sufragio político para las
clases obreras, reconocía que no les ayudaría demasiado tener abogados de
su causa en las asambleas si esos abogados eran en número reducido. Por esta
razón, veía necesario para las clases obreras que tuviesen, además del
sufragio, una voz influyente y muchas voces, y si fuese posible, no
dispersas ni aisladas.
Helene Landemore, antigua
alumna de la Escuela Normal Superior (Ulm) y de Ciencias Políticas
(Paris). Es diplomada en Ciencias Políticas de la Universidad. Ha
publicado en francés: Hume : Probabilista et Choix Raisonnable, Paris,
PUF, 2004) y dos artículos en ingles ( sobre la teoría de la
elección racional y el derecho de los animales) . Es ayudante de
investigación de John Elster en el Colege de France desde septiembre del
2007 Postdoctorado en Universidad de Brown en septiembre de 2008
Fuente:
http://www.laviedesidees.fr/La-democratie-representative-est.html
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