Por Cornelius Castoriadis.(1)
La igualdad de los ciudadanos es, naturalemente , una igualdad con respecto a la ley ( isonomia) pero esencialmente es mucho más que eso. No se refiere a un otorgamiento de derechos iguales pasivos sino que lo constituye la participación general activa, en los asuntos públicos. Esta participación no se deja al azar, al contrario se fomenta activamente tanto por medio de reglas formales como por el ethos de la polis. Según el derecho ateniense, un ciudad no que rehusase tomar aparte en las luchas civiles que agitaban la ciudad se hacía atimos, es decir, perdía sus derechos políticos ( 20).La participación se materializa en la Eklesia , Asamblea del pueblo que es el cuerpo soberano actuante. Todos los ciudadano tienen derecho a tomar la palabra ( isegoria) en ella y la voz de todos tiene el mismo peso ( isopsephia) . La obligación moral de todos es la de hablar con toda franqueza ( parresia) . Pero la participación se materializa también en la pertenencia a los tribuales donde no existen los jueces profesionales. La casi totalidad de las salas están formadas por jurados que se
designa n por sorteo. La Ekklesia que es la que dicta las leyes y gobierna esta asistida por el Consejo (la Boule).Esta
es la democracia directa. Tres aspectos de esta democracia merecen un
comentario más amplio.
a)El
pueblo, se contrapone a los representantes.
b)El pueblo se contrapone a los expertos:
c)La
comunidad se contrapone al Estado.
La
polis griega no era un Estado en el sentido moderno . La
palabra misma Estado no existe en griego antiguo (es significativo que el
griego moderno haya tenido que inventar una palabra para estar cosa nueva
y que hayan tenido que recurrir al antiguo kratos, que
quiere decir fuerza). Politeia, en el título del libro de Platón,
por ejemplo, no significa der Staat como en la tradición alemana clásica.
El latin respublica que designa a la vez la institución
/ constitución política y la manera en que el pueblo se ocupa de los
asuntos comunes. Cuando se obstina en traducir el título del tratado de
Aristóteles: Atenaion Politeia por “Constitución de
Atenas” es una vergüenza para la filología moderna. Es a la vez un error
lingüístico flagrante y un signo inexplicable de ignorancia o de
incomprensión de gente muy erudita. Aristóteles escribe la “Constitución de los
atenienses”. Tucidides es perfectamente explícito a este respecto: ”Andres
gar polis, “ “ la polis sonlos hombres”. Antes de la batalla de Salamina
cuando debe de apelar al argumento extremo para hacer valer su táctica,
Temístocles amenaza a los restantes aliados: los atenienses se retiraran con
sus familias y su flota para fundar una nueva ciudad al oeste- y eso que para
los atenienses era sagrada su tierra y se enorgullecían de proclamarse
autóctonos. La idea de un Estado , es decir de una institución distinta y
separada del cuerpo de los ciudadanos, hubiera sido incomprensible para un
griego. Aunque es verdad que , la comunidad política existe a un
nivel que no se confunde con una realidad concreta, empírica, de unos miles de
personas reunidas en un lugar determinado cierto día y la comunidad
política de las atenienses, la polis, posee una existencia propia, por
ejemplo, los tratados son respetados independientemente de su antigüedad
y , la responsabilidad por los actos ant6eriores se acepta, etc, pero no
obstante, no se hace distinción entre un Estado y una población .
No
se puede oponer la persona moral, el cuerpo constituido permanente
de los atenienses perennes e imprescriptibles de una parte y los atenienses
viviendo y respirando de otra. Ni hay Estado ni aparato de estado. Naturalmente
existe en Atenas un mecanismo técnico-administrativo (muy importante en los
siglos IV y V) pero este no asume ninguna función política. Es
significativo que esta administración sea llevada por esclavos hasta niveles
muy elevados (policía, conservación de archivos públicos, fianzas públicas.
Ronald Reagan y seguramente Pascal Volcker hubieran sido esclavos en
Atenas). Estos esclavos eran supervisados por los ciudadanos magistrados
generalmente elegidos por sorteo. La burocracia permanente que cumple tareas de
ejecucion en sentido más estricto del término se deja a los
esclavos ( y prolongando el pensamiento de Aristóteles, podría encomendarse a
maquinas).
En
la mayoría de los casos, la designación de magistrados por sortero o por
rotación asegura la participación de un gran número de ciudadanos en las
funciones oficiales y les permite estar al tanto de ellas. Que la Ekklesia
decida sobre cualquier asunto gubernamental de importancia, garantiza el
control del cuerpo político sobre los magistrados elegidos así como la
posibilidad de su revocación en todo momento. La condena, en un procedimiento
judicial, entraña, entre otras cosas, la destitución del magistrado. Por
supuesto, todos los magistrados son responsables de su gestión y deben de
rendir cuentas (euthune) . Durante la época clásica lo hacían ante
la Boule. En cierto sentido, la unidad y existencia mimas del
cuerpo político ciudadano es “ prepolítica” en la medida al menos en que se
trata de una autoinsitucion política explicita. La comunidad comienza por
así decir a “recibirse” de su propio pasado con todo lo que ese pasado acarrea
(esto correspondería en parte a lo que los modernos han llamado “
sociedad civil” ) Algun elemento de ese dato puede considerarse sin interés o
bien no transformables, pero , de iure, la “ sociedad civil” es en si un
proyecto de acción política instituyente. Ciertos aspectos de la reforma de
Clistenes en Atenas (506 a JC) lo ilustran de una manera llamativa. La división
tradicional de la población en tribus se reemplaza por una nueva división
que tiene dos objetivos esenciales. En primer lugar el número mismo de tribus
se modifica. Los cuatro philai tradicionales ( jónicos)
se hacen diez y cada una de ellas se subdivide en tres de manera que cada una
de ellas participa en el conjunto de las magistraturas por rotación ( lo que
implica de hecho, la creación de un nuevo año y de un nuevo calendario
políticos). En segundo lugar, cada tribu se forma de manera equilibrada
por demos agrarios, marítimos y urbanos. Las tribus- cuya sede ese encuentra
desde entonces en la ciudad de Atenas- se hacen por lo tanto ajenas e la
particularidad geográfica o profesional, son unidades políticas . Asistimos
entonces a la creación de un espacio social propiamente político,
creación que tiene su apoyo en elementos sociales (económicos) y geográficos
sin que por ello estén determinadas por éstos. La
articulación del cuerpo ciudadano que así se crea desde una perspectiva
política se superpone a las articulaciones pre-políticas sin aplastarlas.
Esta articulación obedece a dos imperativos estrictamente políticos. La
igualdad en la participación en el poder por una parte y la unidad del cuerpo
político (por oposición a los intereses particulares) de otra.
Una
disposición ateniense de lo más curioso atestigua de ese mismo espíritu(
Aristóteles, política 1330,a,20): cuando la Ekklesia delibera
sobre cuestiones que entrañan posibilidad de un conflicto ( de una
guerra) con una polis vecina, los ciudadanos que habitan en las fronteras con
esa ciudad no tienen derecho a tomar parte en la votación dado que
no podrían votar sin que sus intereses particulares dominasen su
motivación , dado que la decisión debe de adoptarse según consideraciones de
ineters general. Esto da fe, una vez más, de una concepción de la
política diametralmente opuesta a la mentalidad moderna de defensa y afirmación
de los intereses. Los intereses deben, en la medida de lo posible, mantenerse a
distancia en el momento de tomar decisiones políticas ( imaginemos la
disposición siguiente en la Constitución delos Estados Unidos.: “ cada
vez que haya de resolverse sobre cuestiones referentes a la agricultura,
los senadores y representantes de aquellos estados donde predomine lo
agrario no podrán participar en el escrutinio” ) Llegados a esto, se
puede comentar la ambigüedad dela opinión de Hannah Arednt referente a lo
que ella llama “ lo social”. Ella ha visto, con razón, que la política se
aniquila cuando llega a ser un disfraz para defender y afirmar los
intereses particulares ya que entonces el espacio político se encuentra
desesperadamente fragmentado. Pero si la sociedad está, en
realidad, profundamente dividida en función de intereses contradictorios-como
lo está hoy día- la insistencia sobre la autonomía de lo político es gratuita.
La respuesta no consiste entonces en hacer abstracción de los social sino en
cambiarlo de tal manera que el conflicto de intereses sociales (es decir
económicos) cese de ser el factor dominante de la formación de las actitudes
políticas. A falta de una actuación en este sentido, se dará pié a la situación
que es la de hoy dia la de las sociedades occidentales: la descomposición
de un cuerpo político y su fragmentación en grupos de presión, lobbies, etc. En
ese caso como la suma algebraica de los intereses contradictorios es
generalmente igual a cero, de ello se seguirá una situación de impotencia
política y de deriva sin objeto alguno como la que observamos a la hora
actual. La unidad del cuerpo político debe de preservarse incluso contra las
formas extremas del conflicto político, tal es en mi opinión, el significado de
la ley ateniense del ostracismo (contrariamente a la interpretación corriente
que ve en ella una precaución contra los tiranos en germen). Se debe dejar
que la comunidad se rompa bajo el efecto de divisiones y de antagonismos
políticos, de forma que a uno de los jefes de una de las facciones rivales l
hay que apartarle al exilio temporalmente. La participación general en lo
político implica la creación por primera vez en la historia de un espacio
público. El acento que Hannah Arendt pone sobre ese espacio, la
interpretación de su significado que ella nos ha proporcionado constituye
una de las aportaciones mayores a la comprensión de la creación institucional
griega. Me limitare por lo tanto a añadir unas notas suplementarias.
(1).Cornelius
Castoriadis.-Lo que hace a Grecia . 1986.
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