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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

7/6/13

Rojos pensantes. ANDRE GORZ



El sentido del trabajo y la técnica:

Veamos ahora lo que se puede y no se puede pedir a la técnica. Es posible pedirle que aumente la eficacia del trabajo y reduzca la duración, la dificultad del mismo. Pero hay que saber que el poder acrecentado de la técnica tiene un precio: separa el trabajo de la vida, y la cultura profesional de la cultura del o cotidiano; exige una dominación despotica de si mismo a cambio de una dominación acrecentada de la naturaleza; estrecha el campo e la experiencia sensible y de la autonomía existencial; separa al productor del producto hasta el punto de  el primero no conoce ya la finalidad de lo que hace.

Este precio de la tenicificación no lega a ser aceptable mas que en la medida en que economiza tiempo y trabajo. Este es su fin declarado. No tiene otro. Está hecha para que los hombres produzcan mas y mejor con menos esfuerzo y  menos tiempo. En una hora de  tiempo de trabajo, cada trabajador de nuevo tipo economiza diez horas de trabajo clásico, o treinta horas, o cinco, poco importa. Si la economía de tiempo de trabajo no es su fin, su profesión no tiene sentido. Si se tiene como ambición o ideal que el trabajo llena la vida  de cada uno y sea la principal fuente de sentido de ella, está en completa contradicción con lo que él hace, debe creer también que los individuos no se realizan solamente en su profesión. Si le gusta hacer su trabajo, es preciso que esté convencido de que el trabajo no lo es todo, que hay cosas tanto o mas importantes que éste,. Cosas para las cuales, él mismo tiene necesidad de más tiempo. Cosas que el “tecnicismo mecánico” le dará tiempo para hacer, debe darle tiempo para hacerlas, restituyéndole entonces al céntuplo lo que “el empobrecimiento del penar y la experiencia sensible” le han hecho perder.

Lo repito una y otra vez: un trabajo que tiene  como efecto y como fin economizar trabajo no puede, al mismo tiempo, glorificar el trabajo como fuente esencial de la identidad y el pleno desarrollo personal. El sentido de la actual revolución técnica no puede  rehabilitar la ética del trabajo, la identificación con el trabajo. Esta revolución solamente tiene sentido si se ensancha el campo de las actividades no profesionales en las cuales,  cada uno y cada una, comprendidos los trabajadores de nuevo tipo, puedan desarrollar plenamente la parte de humanidad que, en el trabajo tecnificado, no encuentra empleo.
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“Metamorfosis del trabajo. Búsqueda del sentido. Critica de la razon económica”. Edit Sistema.-Madrid 1995

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