El sentido del trabajo y la técnica:
Veamos ahora lo que se puede y no se puede pedir a la técnica.
Es posible pedirle que aumente la eficacia del trabajo y reduzca la duración,
la dificultad del mismo. Pero hay que saber que el poder acrecentado de la técnica
tiene un precio: separa el trabajo de la vida, y la cultura profesional de la
cultura del o cotidiano; exige una dominación despotica de si mismo a cambio de
una dominación acrecentada de la naturaleza; estrecha el campo e la experiencia
sensible y de la autonomía existencial; separa al productor del producto hasta
el punto de el primero no conoce ya la
finalidad de lo que hace.
Este precio de la tenicificación no lega a ser aceptable mas
que en la medida en que economiza tiempo y trabajo. Este es su fin declarado.
No tiene otro. Está hecha para que los hombres produzcan mas y mejor con menos
esfuerzo y menos tiempo. En una hora de tiempo de trabajo, cada trabajador de nuevo
tipo economiza diez horas de trabajo clásico, o treinta horas, o cinco, poco
importa. Si la economía de tiempo de trabajo no es su fin, su profesión no
tiene sentido. Si se tiene como ambición o ideal que el trabajo llena la
vida de cada uno y sea la principal
fuente de sentido de ella, está en completa contradicción con lo que él hace,
debe creer también que los individuos no se realizan solamente en su profesión.
Si le gusta hacer su trabajo, es
preciso que esté convencido de que el trabajo no lo es todo, que hay cosas tanto
o mas importantes que éste,. Cosas para las cuales, él mismo tiene necesidad de
más tiempo. Cosas que el “tecnicismo mecánico” le dará tiempo para hacer, debe
darle tiempo para hacerlas, restituyéndole entonces al céntuplo lo que “el empobrecimiento
del penar y la experiencia sensible” le han hecho perder.
Lo repito una y otra vez: un trabajo que tiene como efecto y como fin economizar trabajo no
puede, al mismo tiempo, glorificar el trabajo como fuente esencial de la
identidad y el pleno desarrollo personal. El sentido de la actual revolución
técnica no puede rehabilitar la ética del
trabajo, la identificación con el trabajo. Esta revolución solamente tiene
sentido si se ensancha el campo de las actividades no profesionales en las
cuales, cada uno y cada una,
comprendidos los trabajadores de nuevo tipo, puedan desarrollar plenamente la
parte de humanidad que, en el trabajo tecnificado, no encuentra empleo.
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“Metamorfosis del
trabajo. Búsqueda del sentido. Critica de la razon económica”. Edit Sistema.-Madrid
1995
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