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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

3/2/14

LAS MONARQUIAS DEL TRABAJO, DEL PARO Y DEL OCIO.



 Por Miguel Ángel Domenech

Podemos entender la libertad como libre albedrío de optar entre alternativas dadas o bien entenderla como posibilidad de hacer algo, poner en marcha algo nuevo  inexistente  con anterioridad.  Puesto que la existencia misma ha sido y  es fruto   de una improbabilidad infinita, la libertad se alimenta de esto mismo. Hombres libres son los capaces de llevar a cabo lo nuevo, lo improbable y lo imprevisible,  La concepción de la libertad republicana se alimenta de la reflexión  fundada en  esta  primera raíz  

Una sociedad, un régimen, sustraído del poder del capital, del poder oligárquico  de los que acumulan riqueza, regido por la igualdad y gobernado en asociación por los que forman parte de ella, eso es una República.  Se llama República a  una sociedad así en cualquier  ámbito: en el de  la economía, en la política, en la empresa, en la ciudad, en todo caso y en toda cosa. Hacer de la empresa, de la casa, de la economía, de la cuidad, ….Repúblicas, esa es  la causa del republicanismo y la segunda raíz de su reflexión acerca de la libertad. 

Hay espacios que se proclaman lugares privilegiados del libre albedrío conforme a la primera de las concepciones de la libertad pero que no son propios de una existencia libre. Son espacios de libertad en monarquía. Son reinos, no repúblicas. 

Entre los mas típicos de estos lugares, como un monumento ejemplar de lo no republicano se yergue  el capitalismo. El capitalismo es ese aberrante sistema que convierte en problemas lo que,  un inmediato sentido común, nos dice  intuitivamente que deberían ser soluciones. Y  esto sucede particularmente en los ámbitos donde la libertad está en juego. El trabajo  y el tiempo de vivir es uno de ellos.

La mecanización y automatización creciente  de los procesos productivos en lugar de dar paso a un mayor tiempo libre  liberado de la necesidad del trabajo para subsistir,  da lugar al  paro de muchos, que entonces no tienen ni trabajo para subsistir .  Primera perversión.

La segunda perversión se da entre los que si trabajan. Entre éstos tampoco se produce como resultado del progreso de la técnica y la productividad  un menor tiempo de trabajo, muy al contrario, se intensifica cuantitativamente el tiempo que se ocupa en él, de un lado, y se intensifica cualitativamente ese mayor tiempo, aderezándolo con argumentos antiguos, anteriores a la automatización de los procesos, que  quieren hacen del trabajo un lugar de creatividad (aunque sea crear para otros), una inventada dignidad, tanto más meritoria cuanto mas dura y dedicada. Ya no solo se pide obediencia a la tarea sino implicar en ella los valores de creatividad personales y la adhesión  entusiasta a los fines del empresario . Es la segunda perversión. Una extensión de lo mismo es la escena de los "working poors", aquellos asalariados cuyo sueldo no llega a satisfacer las mínimas necesidades para estar fuera del alcance de la pobreza. Estos ultimos contribuyen a la productividad empresarial por cuanto cumplen las leyes de la eficiencia: el mayor resultado al menor coste. La práctica óptima de esa productividad seria la de coste cero: el trabajador con  salario  mínimo para que subsista en el tajo evitando, como mucho,  su  muerte . El trabajador  es libre,  puede ejercer su libre arbitrio, efectivamente, de optar entre esa alternativa o la de ir al paro. Es la perversa opción que proponen los privilegiados a los pobres: o eres mi esclavo o mueres. O en la versión socialdemocrata: " es preferible un trabajador mal pagado que un  parado" ( Valeriano Gomez , ex-ministro de trabajo PSOE )

Por fin, el espacio de ocio, tanto de los parados como de los ocupados, se mercantiliza hasta el punto que es necesario invertir mayor tiempo de trabajo para obtener los recursos para obtener ese ocio.  A su vez, ese ocio se carga de una valoración cualitativa que ensalza el apartamiento, la tranquilidad, el  “descolgarse” de las preocupaciones laborales e incluso el reencuentro con la vida sencilla.  De esta manera se obtiene, invirtiendo   con gran sacrificio de tiempo y trabajo, lo que ya  se tenia antes de ponerse a trabajar y emplearse en esa dura tarea para conseguirlo. Perder la tranquilidad por querer obtenerla .Es la tercera perversión.

La libertad republicana, concebida como gobierno de la vida propia, se enfrenta a estas tres perversiones cuyo resultado fatal es equivalente : No somos nosotros mismos. Somos siervos.  En el trabajo, en el paro , o en el ocio, estamos en monarquía

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