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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

23/1/12

ACTUALIDAD: LOS DESAFUEROS DEL GOBIERNO DE LOS SABIOS O EL" AFFAIRE GARZON"


No  es necesario remitirnos malintencionadamente a las aberraciones de todos conocidas que  protagonizan jueces y tribunales, desde el chusco redactar considerándos de sentencias en verso hasta   el degradante fallo judicial  de considerar eximente de delito de agresión sexual la  longitud  de la falda de la victima. Pero cuanto más alta es la categoría de los expertos,  de mayor calado  disparatado parece que ha de ser la injuria . Si los citadas casos eran del género menor del disparate, históricamente  van otros mucho mas allá en la envergadura.

 En 1894, fue juzgado un  capitán judio  del ejercito francés , Dreyfus , condenado por traición y espionaje al penal de la Guyane . En 1896 se identificó al autentico espía , el capitán  Estherazy que fue juzgado a su vez, absuelto y aplaudido por toda la reacción y la opinión racista y conservadora francesa. En 1896, los jueces volvieron a hacerse cargo del asunto Dreyffus dado el escándalo  y clamor que se produjo ante la injusticia y , Dreyfus , tras ser nuevamente juzgado,...¡ fue condenado a mayor pena : trabajos forzados!. Solo sería reconocida su inocencia en 1906. Históricamente, pues se hizo patente que la justicia independiente era bien dependiente de las fuerzas conservadoras y racistas de los poderosos mas reaccionarios .

 La sabiduría técnica de los jueces- por esa sabiduría se les nombra, no por elección democrática de legos- no era más que chulería desafiante del poder judicial.  Este caso se le puede considerar  uno de los antecedentes  del posterior e hispano “justicia es un cachondeo”.  Pero ni la cosa tiene el pequeño  alcance de un juez pasado por vino u obseso sexual  al contemplar minifaldas, ni es únicamente de la simple categoría de  “ cachondeo”. 

En 1933, Roosevelt tuvo que afrontar la reacción de  la Corte suprema de Estados Unidos, convertida en un  valladar infranqueable contra los intentos de  democratizar el mundo de las relaciones laborales y limitar la libertad contractual  que propugnaba el New Deal  Ya en  aquella Corte, a lo largo del siglo XIX, los  Nine Old Men ( Nueve Ancianos jueces)  se habían mostrado totalmente insensibles a la discriminación  social y racial de obreros, negros y mujeres y la población india y negra. Habían desplegado sentencias  que,  valiéndose de una lectura sui-generis  de las enmiendas de la Constitución sobre igualdad de la ley, habían bloqueado todas los esfuerzos por limitar el abuso de un capitalismo voraz. La lectura  reaccionara descansaba en  una concepción económica ultraliberal que entrañaba el hecho de que cualquier  regulación oficial de precios, legislación antitrust, legislación humanizando de  las condiciones de trabajo, etc, eran una intromisión ilegitima en la libertad  personal del empresario.  El gobierno de los jueces luchando contra la legislación social en Estados Unidos no abandonó su  presa política sino cuando Roosevelt  amenazó su status profesional  amagando con  introducir un mayor numero de jueces en la Corte, de manera que minorías progresistas compitiesen profesionalmente  con los independientes y monopolistas  sabios.  Al fin la jurisprudencia antiintervencionista comenzó a declinar , pero no sin antes haber demostrado que la pretendida independencia judicial derivada de la división de poderes , no cumplía la función de moderar los abusos  de la indocta y democrática opinión y juicio del demos , que era la argumentación ideológica por la que se justificaba la independencia del juez del procedimiento electoral democrático, sino que cumplía la misión de estar al servicio de las potencias más reaccionarias del capital.

Ni con el affaire Dreyfus la justicia era simple error de “ cachondeo” sino racismo reaccionario, ni con el New Deal era técnica constitucional o sabiduría jurídica sino simple apoyo del  avaricioso beneficio capitalista sin frenos.

Los tribunales están formados por técnicos en derecho por aquella  supuesta razón citada de la ventaja de la sabiduría y la techne en el juicio de los asuntos humanos. Supuesta, decimos, porque desautorizada  constantemente por sus desafueros  a lo largo de la historia ,como vemos.  No dependen de ninguna voluntad ni soberanía  del pueblo, aunque la justicia se diga actuar en nombre del pueblo. ( El equivalente medieval de la virtual  actuación “ en nombre de hombre” que ya denunciaba  Rousseau  al clamar contra el sistema representativo). Dependen de aquella teoría política ancestral de que la democracia es cosa mala porque es abandonar las verdades absolutas a  las que debe obedecer   lo humano a la doxa inexperta de las masas y sus abusos. 

En  el actual “affaire Baltasar Garzón” se reproducen los mismos rasgos: el  “cachondeismo” mas chusco y surrealista, la chulería desafiante de la suficiencia de los “supremos” jueces, la venganza sórdida de los rencorosos, la nostalgia fascista de los agraviados por la recuperación de la memoria ,  la ideología de los que desprecian  la democracia, el interes  de los que protegen  el lucro  ,  la avaricia  capitalista  y la compra de voluntades, la revancha de los corruptos, la justificación ideológica de los dominadores de siempre .  Cosas todas que solo la democracia, el poder de  los muchos – no el de los sabios- es capaz de combatir. En la empresa, en la política, en el foro, y en los tribunales.

Crímenes se cometen  tanto “ por el senado  como por  el pueblo romano”, pero es menor el atentado a la dignidad cuando nos herimos a nosotros mismos por error de la libre  voluntad propia , que llamamos autogobierno ,  que cuando nos agravian los poderosos por desenfreno de su ambición que llaman sabia





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