Señala C.B. Macpherson, algo que hemos olvidado el común de las gentes y que solo se nos hace patente desde una perspectiva histórica ilustrada : que Democracia , desde la desaparición de esta formula política de convivencia ciudadana en Grecia, hasta muy recientemente- salvo breves intervalos efímeros- era un término denostado y descalificado en política. “ Democracia solía ser una mala palabra. Cualquiera sabia que la democracia , en su sentido original de gobierno del pueblo o gobierno de acuerdo con la voluntad de la mayoría de la gente, seria algo malo, fatal para la libertad individual y para todas las excelencias de la vida civilizada. Esta fue la posición que adoptaron casi todos los hombreas inteligentes desde los primeros tiempos históricos hasta hace aproximadamente cien años. Luego, en el transcurso de cincuenta años, la democracia se convirtió en una buena cosa”.
Independientemente de la reflexión que esto puede suscitar sobre la fragilidad y artificialidad momentánea de una institución que nos parece ahora sustentada en lo eterno y universal, surge inevitablemente una segunda reflexión. ¿ Aquella democracia originariamente inventada por los griegos de los siglos V y IV, al tiempo que la invención de la política misma, es lo mismo que lo que describimos hoy con esa palabra.? Otra via que se nos abre a la reflexión es la que surge cuando atendemos a que democracia no sería un concepto fijado de una institución política estable sino “ un camino, un movimiento”, un “ viaje inacabado” como lo califica John Dunn. Y, puestos en esta ultima postura, y desprendidos de la concepción teológica de la historia de humanidad como un inevitable progreso dirigido por una Providencia divina o una Razón , que tanto da una cosa como la otra a estos efectos, debemos preguntarnos si ese “ viaje” es regresivo o progresivo. Dicho con otras palabras si ese viaje “ inacabado” ha de acabar forzosamente bien ,por su “acabamiento” entendido como “perfeccionamiento” o, por el contrario , no solamente nada nos garantiza el happy end , sino que el argumento del film es el de historia de una decadencia con fulgures esporádicos y agudos en los que el pueblo, “ los muchos y pobres “ de Aristòteles se hacen brevemente con el poder pagándolo caro acto seguido. Pocos y breves han sido esos agudos momentos de poder del pueblo que no es ” la versión domesticada de éste expresado en elecciones periódicas mediante sufragio universal” Ese poder , “se ve épocas ocasiones y se ejerce en menos. Cuando se da es un espectáculo impresionante y sobrecogedor.” ( E.Hobsbawm). El mas largo habrá sido el de la democracia ateniense. Pero todos ellos van dejando sedimentos como los de los meandros de los ríos en sus evoluciones. Conocemos esos sedimentos . Ignoramos en que desembocará la historia . Pero los republicanos creemos que Atenas es nuestra fuente.
En cualquier caso, es patente que democracia para la Atenas clásica es muy distante delo que llamamos hoy con el mismo nombre . Nuestra democracia sería calificada por el hombre griego como una típica oligarquía. No seria el gobierno de los iguales sino un gobierno ejercido por los poseedores de un titulo para ese fin en razón de riqueza y de conocimiento especializado en la materia. Nuestra identificación de democracia con gobierno representativo sería para la democracia griega una constitución oligárquica que legitima el gobierno de los sabios y los mas ricos, ( lo que viene a ser lo mismo, como perspicazmente señalaba Aristóteles), es decir , un sistema que permite a los pocos a mandar en nombre del pueblo. Reinar y mandar , es decir, en el ámbito estatal y en el ámbito de lo económico.
No vivimos en democracia. Consentir no es gobernar . Consentimos un gobierno apacible de esa oligarquía voluntariamente por desviar nuestra pasión de libertad hacia placeres privados insensibles al bien común. Libertad, para nosotros . modernos , es libre arbitrio, ausencia de trabas para ejercer una apolítica vida privada. ¿ Pivada? Privada de humanidad, responderían los antiguos demócratas, para los quienes libertad es autogobierno, es decir gobierno de nosotros mismos, y política, es decir construcción del espacio común en que esta ausente cualquier forma de dominación de unos por otros. Privado de humanidad por cuanto la acción política forma parte del ejercicio de la acción moral del hombre .Privado de moralidad porque la política es el lugar publico que determina nuestra humanidad. Privado de libertad porque es en los espacios susceptibles de ejercicio de poder y dominio dejados exclusivamente a si mismos, en el oikos familiar, en el oikos de la empresa, donde se ejerce sin trabas la dominación, la ley de la naturaleza, la de la necesidad , la de la economía inevitable ( (oikonomia) , o, en su traducción actual , la ley de los mercados. Lo producido por la libertad, asi concebida, en nuestra democracia representativa , es el seguimiento de leyes ajenas a la soberanía de lo libre humano: leyes del mercado, lois de famille, leyes de contratos entre desiguales, leyes técnicas- naturales solo al alcance de la pericia técnica y sabiduría de los expertos que las conocen,....Leyes nunca derivadas de voluntad acordada de todos. Esas leyes, esos expertos, forman la instancia superior consentida por todos ante quienes dirigimos nuestras demandas. Su satisfacción es la garantía de su reelección. Su reelección, la legitimación del mecanismo. El funcionamiento de lo político se limita es el mecanismo administrativo y policial de esta técnica y el de la democracia el procedimiento que asegura aquella libertad de arbitrio, un espacio sin trabas del Estado. Un laissez -faire político paralelo al laissez- faire de la economia capitalista. ( “¿ Laissez faire aux affameurs ? que decia Robespierre ).
Como dice Rancière, no vivimos tampoco en campos de concentración como aseguran algunos que nos ven como si estuviéramos todos en un estado permanente de excepción y esclavitud. Vivimos en Estados de Derecho oligárquicos, es decir en Estados donde el poder de la oligarquía de los ricos y sabios esta limitado por el reconocimiento jurídico al mas alto nivel de las libertades individuales y su garantía judicial y procesal , por el reconocimiento de la soberanía popular aunque sea ejercida no para gobernar sino para elegir todo lo mediatizadamente que se quiera, a los que gobiernan. Las elecciones son generalmente libres, mientras no den como resultado algo francamente hostil al status de dominación de los ricos, y de desigualdad. Hay elecciones libres aunque solo sea para decidir el turno del mismo personal dominante. Nadie debe jugarse la vida por opinar, acudir a las urnas. La opinión y la reunión son libres,... Es innegable y precioso nuestro “cada uno en su casa hace lo que quiere” como decía la segunda parte de la descripción de Aristóteles sobre la constitución griega. La primera- olvidada- era: “todos gobiernan y son gobernados alternándose en turnos por sorteo”
Se da la paradoja que precisamente gran parte de estos conceptos centrales – derivados casi todos ellos de la concepción originaria de igualdad, auque sea contradictoria con las formas que adopta en la democracia representativa moderna, - tienen su patria común en la democracia griega , al menos nominalmente., quedando un innegable parentesco entre nuestra institución de la democracia y la suya. Pero como de primos lejanos.
Como primo hermano , sin embargo , se sitúa el republicanismo democrático.
En esta genealogía familiar destaca el rasgo común de una vinculación necesaria . Es la que enlaza la necesidad para el funcionamiento de una forma política justa de consideraciones prevalentes de interés general . Para que sea , no solo posible sino operativa , una convivencia digna de lo humano, una polis, cualquier republica, se precisa de una virtud cívica ( un vivere civile, que mas tarde dirían los humanistas cívicos italianos) , preocupada por los asuntos comunes.
Esta insistencia es típica del sentir político de la Grecia clásica, expresada reiteradamente por Tucidides. Asi lo relata en un pasaje a propósito del asunto de los megarenses ( Tucidides, Hist. I,141) que parece ser el retrato de los ciudadanos con los que nos toca convivir en nuestros días : “,....cada cual se afana por lo suyo y a consecuencia de ello no se realiza nada....aparte de lentos para reunirse conceden poco tiempo al examen de los intereses comunes y en cambio la mayor parte del tiempo se ocupan de los propios, y cada uno cree que no causa perjuicios con su desinterés, sino que algún otro tomará las previsiones en su lugar, de modo que no se dan cuenta de que se arruinan los intereses generales a manos de todos, por hacerse las mismas suposiciones individualmente”. Tucidides añadiría hoy, un mal suplementario : los otros que toman las decisiones por omisión de la virtud cívica son los profesionales en quien se delega el gobierno. Mal que denunciaría muy expresivamente otro de los protagonistas del renacimiento moderno de la causa del republicanismo: “ Quienes renuncien a participar en política deben resignarse a que las decisiones se tomen sin contar con ellos” ( Hanna Arendt). La idioties griega que censura a los irresponsables apartados de lo político que anteponen sus intereses privados será posteriormente calificada por Maquiavelo y el humanismo cívico florentino de “corrupción de las republicas”, una sombra que se cierne sobre las sociedades cuando sus miembros descuidan los asuntos públicos. Una forma de corrupción que entre nosotros ha perdido su nombre. Los republicanos jacobinos la vuelven a poner en el orden del dia de la praxis política como Virtud, siendo lo contrario propio de ciudadanos viciosos.
El ensanchamiento de la esfera publica que supone la democracia y la libertad republicanas no es, como pretende el discurso de la democracia liberal en que vivimos sumergidos, una injerencia creciente del Estado en la sociedad. Quiere decir negarse al divorcio de la esfera publica y privada que asegura por una parte la continuación dominación de la oligarquía del Estado y por otra el mantenimiento de la dominación de los mas potentes en la sociedad. La moralización de lo publico como ámbito propio de lo humano que está en la base de aquella actitud , la insistencia republicana en el valor de la educación cívica ( “ es en el régimen republicano donde mas es necesaria la educación” de Montesquieu o “ la democracia es ante todo una operación cultural” de nuestro M.Azaña ) no es injerencia ideológica del estado sino insistencia en el protagonismo necesario del pueblo como autor y dueño de sus propios actos, su necesaria implicación y responsabilidad. La valoración republicana de la responsabilidad política y el deber publico no es una intromisión en la definición de lo que sea el bien y lo justo sino una declaración de que esa definición del bien y lo justo social es algo que depende de la voluntad ciudadana soberana y libre de injerencias de otros poderes.
La ley , lo público, la polis, es una creación de la igualdad para los griegos. Desde su origen la democracia griega es calificada mas que como democracia, como un régimen de iguales. “ Prefiero vivir entre iguales”- afirmaba ya Solon uno de sus fundadores- cuando el tirano usurpador Pisistrato le invitaba a venir sin temor a su régimen era “justo” . La isonomia griega no es nuestra simple igualdad ante la ley. Es la afirmación de que todos sin necesidad de estar incluidos o legitimados por cualquier titulo de riqueza, de familia o de sabiduría son capaces de discernimiento moral para decidir y para establecer las normas por las que todos han de gobernarse. Prometeo, en el mito que relata Protágoras en el dialogo de Platon, recibe de Zeus el encargo de distribuir la virtud y la capacidad a todos sin excepción “ pues de otra manera no habría ciudad” y los hombres volverían a la barbarie y a su antigua condición de animales desgraciados. Por eso se explica el lugar central de la institución del sorteo para la elección de los cargos y funciones publicas.
De este sistema de igualdad el garante es el Estado. Tampoco, por lo tanto el Estado es una intromisión en ámbitos que impida la libertad . La ley- explicaba Demóstenes incluso en la época tardía de la decadencia democrática ateniense- sirve para defender al débil de la fuerza de los ricos y poderosos. Las republicas existen para controlar a los ciudadanos fuertes,. Para los escritores políticos republicanos lo opuesto a la dependencia no es la libertad caprichosa sin trabas sino la dependencia de leyes no arbitrarias hechas por todos y validas para todos iguales. No existe oximoron alguno en decir que somos libres bajo la ley, porque solo devenimos libres bajo leyes que nos damos a nosotros mismos de la misma manera que “ devenimos humanos cuando nos hacemos ciudadanos” conforme dice Rousseau . La dependencia fuera de esa ley o de una norma que no sea la de autogobierno es por el contrario una obediencia insoportable. El único señor permisible para los republicanos es el bien común expresado modernamente en la ley democrática . “ Hacen del Bien común su señor” como reza la sala del consejo de de la republica de Siena en la pintura de Lorenzetti.
La vinculación de esa ley, con la virtud, es el optimo republicano. La virtud publcia es “ el amor a la patria y el amor a las leyes” dice Robespierre. Asi se darán ciudadanos dispuestos a mantener la vigilancia y a comprometerse, capaces de resistir ante los arrogantes y de servir al bien publico. Sin ellos la republica se muere y se convierte en un lugar sin ley donde unos pocos dominan y los demás sirven. Este será el esquema de Maquiavelo. La patria, tanto para Maquiavelo como para Robespierre, el patriotismo republicano, sera el mismo que la adhesión griega a a su ciudad. No es una adhesión por el lugar en que se vive o se nace. Atenas no esta dentro de las murallas sino donde están los ciudadanos griegos, tal como argumentan los generales de Tucidides que hacen desalojar la ciudad ante el peligro enemigo.
El principio republicano de que la comunidad política es una comunidad moral no el simple agregado liberal de intereses de individuo tiene su mas expresivas páginas en Aristóteles que en esto se hace cargo de lo mas genuinamente griego. (Aristóteles.Política ).La ciudad no se reduce a una alianza militar y la ley no es solo un pacto, garante de los derechos de los individuos pero incapaz de hacer buenos y justos a los ciudadanos. ( Etica NicomacoI,9 )Si esto fuese así , la polis no sería más que el caso de “los bueyes paciendo en el mismo prado” . La ciudad no es una simple comunidad de individuos para no perjudicarse a si mismos y para el intercambio comercial . ( Pol III,9). Es una comunidad moral y precisamente la apreciación y la participación de lo justo e injusto,lo bueno y lo malo, es lo que fundamenta la ciudad ( Pol.I,2. Esa apreciación compartida y comunicada de las normas morales es precisamente lo que hace de la palabra, palabra humana y lo que hace la especificidad del hombre como animal diferente y superior. Obsérvese el alcance de la expresión “la ley no es solo un pacto garante de los derechos de los individuos”, radicalmente opuesto a lo que desde Locke sería el fundamento liberal de lo político. Estamos en las raíces mismas de lo que será la constante del pensamiento republicano, a su vez el punto de arranque del mas grave de los reproches críticos que el republicanismo hace al liberalismo. Frente a las propuestas de Rawls de disolver la identidad democrática en una estructura de reglas y formas sin mas pretensiones que la forma, el hombre de Grecia clásica reivindica una construcción de lo público que recogerán los italianos del XIV y Maquiavelo, del vivere civile , la vita activa que recuperará Hanna Arendt y sobre cuya reconstrucción histórica se extenderá Pockock. El republicanismo moderno reelaborara un concepto diferente de la política contrastando con el liberalismo individualista que acude a la dicotomía Estado / sociedad, idolatrando el mercado y el provecho , derecho y beneficio particular .Exige poner en practica una forma distinta de llevar a cabo la convivencia política como la concebía el mundo antiguo . Toma como referencia la ciudad antes que el poder constituyente, las acciones de los sujetos públicos antes que las instituciones jurídicas, la identidad cívica y la identidad de lo publico antes que el procedimiento y el secuestro de lo publico por los gestores de lo privado . Identifica la ciudadania como autogobierno colectivo en lugar de ser un estatus jurídico definido por un elenco de derechos individuales. Enfatiza los deberes antes que los derechos Y esta recuperación de la identidad de lo publico sin pasar por las alternativas comunitaristas de fundamentarlo en supuestos culturales propios de la comunidad , sino en los supuestos de la razón y la palabra del humanismo clásico. En los momentos históricos revolucionarios se apelaba reiteradamente a esos antecedentes clásicos grecolatinos que podían ser míticos ( recuérdese las apelaciones románticas a Esparta de un Rousseau) pero eran expresivos del sentido de la lucha que se llevaba .Así en la Inglaterra de los levellers de 1648 en la Revolución Francesa, pasando por el autogobierno de los founders de la nación americana De la misma manera el republicanismo moderno encuentra un riquísimo utillaje conceptual en la antigüedad de la época de la democracia en Grecia . Otro tanto ocurrirá con la antigüedad romana, que alimentará con nuevas aportaciones el ideario republicano. No se trata en este articulo de ella, solo apuntamos que no será la fuente del republicanismo democrático mas radical sino de otra de sus familias , la mas moderada.
En relación con el concepto de lo político recuperado y no limitado a ser una institución ( el Estado) ajeno a la ciudadanía se sitúa asimismo la concepción de la democracia griega sobe la polis. La polis de Atenas democrática no es un Estado . La política por lo tanto no se asocia únicamente a un especifico aparato burocrático y militar profesionalizado y separado de la sociedad como lo concibe el constitucionalismo moderno. La “Constitución de los Atenienses” es una comunidad política concebida como un modo de ser, la comunidad misma , las estructuras legales y políticas y las estructuras de poder que lo fundamentan, incluidas las relaciones de clase existentes en ellas. Esta definición incluye en la polis tanto los aspectos institucionales como los sociales. Similar a esta concepción es la visión republicana de lo político. Republicana es la reivindicación de toda forma asociativa, regulada por los propios componentes, iguales, autogobernada y emancipados de tutelas, sin dominación de unos por otros bajo cualquier forma. Republicanizar , no es ampliar el ambito del Estado ( institución jurídica burocrática) a otros sectores sino que todo sitio colectivo donde esta en juego nuestra vida común debe de ser un espacio político, autogobernado y en el que están ausentes relaciones de dominación de unos por otros en cualquier formar, económica, social, jurídica, cultural, .... en todo caso y en toda cosa. Por eso , la republica no esta ni en una ciudad, nio en un lugar geográfico ni dentro de unas murallas, sino en los ciudadanos, tal y como lo describe Tucídides. La Republica, podemos decir, la llevan consiguió los propios ciudadanos.
El celo del laicismo republicano es de la misma familia. Es una reivindicación de independencia y autonomía del laos, la población, la gente. No es la divinidad sino el demos libre , sin vinculación a un saber o verdad revelados , - de la misma manera que lo es sin titulo derivado de pertenencia a familia, raza o naturaleza - sin legitimación de la religión , quien define el bien común. Defendiendo esta independencia de la autonomía humana incluso agresivamente y por la fuerza frente al poder históricamente enemigo que constituye la Iglesia Católica. Este laicismo se introduce en el republicanismo por la via que podríamos llamar de la experiencia republicana francesa y se da simultáneamente a algo que tambien por esa via se subraya en el republicanismo francés: la insistencia en la educación. Vuelve asi a recogerse el ideal de la paideia , la enseñanza, tan típicamente griega. La política es una paidea, no se alimenta únicamente de buena fe y calor patriótico, exige una educación colectiva en pos del proyecto moral que se alimenta de la voluntad y del sentimiento patriótico de los ciudadanos. Esto inspirará las realizaciones de la escuela como una privilegiada tarea publica . Precisamente aquel laicismo y esta escuela publica, que hereda el republicanismo español, se convertirán en claves del enfrentamiento con unos poderes eclesiásticos en nuestro país excepcionalmente retrógrados.
Muchas otras instituciones políticas griegas inspiran la perspectiva política desde la que se situa el republicanismo democrático más radical como heredero de aquella. La graphe paranomon por la que asumia la responsabilidad de la legalidad de propuesta el ciudadano que la promovía, la multa a quien no asistiese a una sesión del Consejo ( o la politica como ejercicio de deber y responsabilidad no solo estatuto de derechos) , las medidas de aceleración de la rotación de cargos o de incompatibilidades como la prohibición de ser elegido por segunda vez, el sorteo, la presidencia rotativa diaria, las liturgias como impuestos proporcionales a la riqueza, la abolición de esclavitud por impago de deudas, la investigación de si algún cargo publico había dejado de cumplir en lo prometido al pueblo, ( rendición de cuentas políticas), el escrutinio y nombramiento de auditores de cuentas publicas, la reducción de prerrogativas de la aristocracia, los jurados ciudadanos, el salario a la participación en órganos políticos, la gratuidad de la cultura, la abundancia de servicios y obras publicas. Gimnasios, palestras, vestuarios en común, las reformas agrarias con reparto de tierras y abolición de deudas hipotecarias, el ostracismo para evitar el golpe de estado, la elaboración de censo electoral, la libertad de expresión ( isegoria) y de opinión responsable ( parresia) , la publicidad de las leyes, la limpieza de os procesos de votación, los órganos asamblearios, el derecho de apelación y recurso ante tribunales, la denuncia fiscal sujeta a responsabilidad, el cuidado de heridos y atención a desvalidos, la fomentada deliberación de todo asunto publico, la igualdad material ( “ ni siquiera los esclavos te ceden el paso por la calle” se queja el Viejo Oligarca), etc, etc.
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En definitiva el discurso republicano se alza desde hace tiempo como alternativa por supuesto no solo a la monarquía,, sino sobre todo a la fórmula de legitimidad democrática –representativa- liberal a la manera de una corriente transversal, como una perspectiva diferente a la que ha sido propia de aquella legitimidad constitucional que hasta la fecha había venido reclamando el monopolio de la totalidad de las manifestaciones del ideario democrático hasta el limite de propugnarse enloquecidamente como el mismísimo fin de la historia. Podria decirse que el contrario de República no es monarquía parlamentaria sino democracia liberal. El antecedente que alimenta este discurso es básicamente la democracia ateniense . Frente al pedigrí democrático reclamado por los liberales resulta que los antecedentes del pensamiento republicano – olvidados y resucitados- son de una antigüedad mas de dos veces milenaria
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