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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

25/1/12

EL ARBOL REPUBLICANO DEL CONOCIMIENTO: Atenas,la invencion de la democracia y de la república



Señala  C.B. Macpherson, algo que hemos olvidado el común de las gentes y que solo se nos hace patente desde una perspectiva histórica  ilustrada : que  Democracia  , desde la desaparición de esta formula  política de convivencia  ciudadana en Grecia, hasta  muy recientemente- salvo  breves intervalos efímeros- era un término denostado y descalificado en política. “ Democracia solía ser una mala palabra. Cualquiera sabia que la democracia , en su sentido original de gobierno del pueblo o gobierno de acuerdo con la voluntad de la mayoría de la gente, seria algo malo, fatal para la libertad individual y para todas las excelencias de la vida civilizada. Esta fue la posición que adoptaron casi todos los hombreas inteligentes desde los primeros tiempos históricos hasta hace aproximadamente cien años. Luego, en el transcurso de cincuenta años, la democracia se convirtió en una buena cosa”.

Independientemente de la reflexión que esto puede suscitar sobre la fragilidad  y artificialidad momentánea de una institución que nos parece ahora  sustentada en lo eterno  y universal, surge inevitablemente una segunda reflexión.  ¿ Aquella democracia originariamente inventada por los griegos de los siglos V y IV, al tiempo que la invención de la política misma, es lo mismo que lo que  describimos hoy con esa palabra.? Otra via que se nos abre a la reflexión es la  que surge cuando  atendemos a que democracia no sería un concepto fijado de una institución política estable sino “ un camino, un movimiento”, un “ viaje inacabado” como lo califica John Dunn.  Y,  puestos en esta ultima postura,  y desprendidos de la  concepción teológica  de la historia de  humanidad como un inevitable progreso dirigido por una Providencia  divina  o una Razón ,  que tanto da una cosa como la otra a estos efectos,  debemos preguntarnos  si ese “ viaje” es regresivo o progresivo. Dicho con otras palabras si  ese viaje “ inacabado” ha de acabar forzosamente bien ,por su “acabamiento” entendido como “perfeccionamiento” o, por el contrario , no solamente nada nos garantiza el  happy end , sino que el argumento del film es el de historia de una decadencia con fulgures esporádicos  y agudos en los que el pueblo, “  los muchos y pobres “  de Aristòteles  se hacen brevemente  con el poder pagándolo caro acto seguido. Pocos y breves  han sido esos agudos momentos  de poder del pueblo  que no es  ” la versión domesticada de éste expresado en elecciones periódicas mediante sufragio universal” Ese poder , “se ve  épocas ocasiones y se ejerce en menos. Cuando se da es un espectáculo impresionante y sobrecogedor.” ( E.Hobsbawm). El mas largo habrá sido el de la democracia ateniense.  Pero todos ellos van dejando sedimentos como los de los meandros de los ríos en sus evoluciones.  Conocemos esos sedimentos . Ignoramos en que desembocará la historia . Pero  los republicanos creemos que Atenas  es  nuestra  fuente.

En cualquier caso, es patente que democracia para la Atenas clásica  es muy distante delo que llamamos hoy con el mismo nombre . Nuestra democracia sería calificada por el hombre griego como  una típica oligarquía. No seria el gobierno de los iguales sino  un gobierno ejercido por  los poseedores de un titulo para ese fin en razón de riqueza y de conocimiento especializado en la materia. Nuestra  identificación de  democracia con gobierno representativo sería para la democracia griega  una constitución oligárquica que legitima el gobierno de los sabios  y los mas ricos, ( lo que viene a ser  lo mismo, como perspicazmente señalaba Aristóteles), es decir ,  un sistema que permite a los pocos a mandar en nombre del pueblo. Reinar y mandar ,  es decir, en el ámbito estatal y en el ámbito de lo económico.

No vivimos en democracia. Consentir no es gobernar . Consentimos  un gobierno apacible de esa oligarquía voluntariamente por desviar nuestra pasión de libertad  hacia placeres privados insensibles al bien común. Libertad, para nosotros . modernos , es libre arbitrio, ausencia de trabas para ejercer una  apolítica vida privada. ¿ Pivada? Privada de humanidad,  responderían  los antiguos demócratas, para los quienes libertad es autogobierno, es decir gobierno de nosotros mismos,  y política, es decir  construcción del espacio común en que esta ausente  cualquier forma de dominación de unos por otros. Privado de humanidad por cuanto la acción política forma  parte del ejercicio de la acción moral del hombre .Privado de moralidad porque la política es el lugar publico que determina nuestra  humanidad. Privado de libertad porque es en los espacios susceptibles de  ejercicio de poder y dominio dejados exclusivamente a si mismos, en el oikos  familiar, en el oikos de la empresa, donde se ejerce sin trabas la dominación, la ley de la naturaleza, la de la necesidad , la de la economía inevitable ( (oikonomia) ,  o, en su traducción actual , la ley de los mercados. Lo  producido por la libertad, asi concebida,  en nuestra democracia representativa , es el seguimiento de leyes ajenas a la soberanía   de lo libre humano: leyes del mercado, lois de famille, leyes de contratos entre desiguales, leyes  técnicas- naturales solo al alcance de la pericia  técnica y sabiduría de los expertos que las conocen,....Leyes nunca derivadas de voluntad  acordada de todos. Esas leyes, esos expertos, forman la instancia superior consentida por todos ante quienes dirigimos nuestras demandas. Su satisfacción es la garantía de su reelección. Su reelección,  la legitimación del mecanismo.  El funcionamiento de lo político  se limita es el mecanismo administrativo y policial  de esta técnica y el de la democracia el procedimiento que asegura aquella libertad de arbitrio, un espacio  sin trabas del  Estado. Un laissez -faire político paralelo al laissez- faire de la economia capitalista. ( “¿ Laissez  faire aux affameurs ? que decia Robespierre ).


Como dice Rancière, no vivimos tampoco en campos de concentración como aseguran algunos que nos ven como si estuviéramos todos  en un estado permanente de excepción y esclavitud. Vivimos en Estados de Derecho oligárquicos, es decir en Estados donde el poder de la oligarquía de los ricos y sabios esta limitado por  el reconocimiento  jurídico al mas alto nivel  de las libertades individuales y su garantía judicial  y procesal , por el reconocimiento de la soberanía popular aunque sea ejercida no para gobernar sino para elegir  todo lo mediatizadamente que se quiera,  a los que gobiernan. Las elecciones son generalmente libres, mientras no den como resultado algo francamente hostil al status de dominación de los ricos, y de desigualdad. Hay elecciones libres aunque solo sea para decidir el turno del mismo personal dominante. Nadie debe jugarse la vida por opinar, acudir a las urnas. La opinión y la reunión son libres,... Es innegable y  precioso nuestro “cada uno en su casa hace lo que quiere” como decía la segunda parte de la descripción  de Aristóteles sobre la  constitución griega. La primera- olvidada- era:  todos gobiernan y son  gobernados alternándose en turnos por sorteo


Se da la paradoja que precisamente gran parte de estos conceptos centrales – derivados casi todos ellos de la concepción originaria  de igualdad, auque sea  contradictoria con las formas que adopta en  la democracia representativa moderna, - tienen su patria común en la democracia griega , al menos nominalmente., quedando un innegable parentesco entre nuestra institución de la democracia y la suya.  Pero como de primos lejanos.

Como primo hermano , sin embargo , se sitúa el republicanismo  democrático.

En esta  genealogía familiar destaca el rasgo común de una vinculación necesaria . Es la que enlaza  la necesidad  para el funcionamiento de una  forma política justa  de consideraciones  prevalentes de interés general . Para  que sea ,  no solo posible sino operativa ,   una convivencia digna de lo humano, una polis,  cualquier republica,  se precisa  de una virtud cívica ( un  vivere civile, que mas tarde dirían los  humanistas cívicos italianos) , preocupada por los asuntos comunes.

Esta insistencia es típica del sentir  político de la Grecia clásica, expresada reiteradamente por Tucidides. Asi  lo relata en un pasaje a propósito del asunto de los megarenses (  Tucidides, Hist. I,141) que parece ser el retrato de los ciudadanos con los que nos toca convivir en nuestros días  : “,....cada cual se afana por lo suyo y a consecuencia de ello no se realiza nada....aparte de lentos para reunirse conceden poco tiempo al examen de los intereses comunes y en cambio la mayor parte del tiempo se ocupan de los propios, y cada uno cree que no causa perjuicios con su desinterés, sino que algún otro tomará las previsiones en su lugar, de modo que no se dan cuenta de que se arruinan los intereses generales a manos de todos, por hacerse las mismas suposiciones individualmente”.  Tucidides añadiría hoy, un mal suplementario : los otros  que toman las decisiones  por omisión de la virtud cívica son los profesionales en quien se delega el gobierno. Mal que  denunciaría muy expresivamente  otro de los protagonistas  del renacimiento  moderno de la causa del republicanismo:  “ Quienes renuncien a participar en política deben resignarse a que las decisiones se tomen sin contar con ellos”  ( Hanna Arendt). La  idioties griega que censura  a los irresponsables apartados de lo político   que anteponen sus intereses privados será posteriormente  calificada  por Maquiavelo y el humanismo cívico florentino de “corrupción  de las republicas”, una sombra  que se cierne sobre las sociedades cuando sus miembros descuidan los asuntos públicos. Una forma de corrupción que  entre nosotros ha perdido su nombre. Los republicanos jacobinos la vuelven a poner en el orden del dia de la praxis política como Virtud, siendo lo contrario propio de ciudadanos viciosos.

El ensanchamiento  de la esfera publica  que supone la democracia y la libertad republicanas  no es, como pretende el discurso  de la democracia liberal en que vivimos sumergidos, una injerencia creciente del Estado en la sociedad. Quiere decir negarse al divorcio de la esfera publica y privada que asegura por una parte la  continuación dominación de la oligarquía del Estado y por otra el mantenimiento de la dominación de los mas potentes en la sociedad. La moralización de lo publico como ámbito propio de lo humano  que está en la base de aquella actitud  ,  la insistencia republicana en el valor de la educación cívica  ( “ es en el régimen republicano donde mas es necesaria la educación” de Montesquieu o “ la democracia es ante todo una operación cultural” de nuestro M.Azaña )  no es injerencia ideológica del estado sino insistencia en el protagonismo necesario del pueblo como autor y dueño de sus propios actos, su necesaria implicación y responsabilidad. La valoración republicana  de la responsabilidad  política y el deber publico no es una intromisión en la definición de lo que sea el bien y lo justo sino una declaración de que esa definición del bien y lo justo social es algo que depende de la voluntad ciudadana soberana y libre de injerencias de otros poderes.

La ley , lo público, la polis, es una creación de la igualdad para los griegos. Desde su origen la democracia griega es calificada mas que como democracia, como un  régimen de   iguales.  “ Prefiero vivir entre iguales”- afirmaba ya  Solon uno de sus fundadores- cuando el tirano usurpador Pisistrato le invitaba a venir sin temor a  su régimen era “justo” . La isonomia griega no es nuestra  simple igualdad ante la ley. Es la afirmación de que todos  sin necesidad de estar  incluidos o legitimados por cualquier  titulo de riqueza, de familia  o de sabiduría son capaces de discernimiento moral para decidir y para establecer las normas por las que todos han de gobernarse. Prometeo, en el mito  que relata Protágoras  en el dialogo de Platon, recibe  de Zeus el encargo de distribuir la virtud y la capacidad a todos sin excepción “ pues de otra manera no habría ciudad” y los hombres volverían a la barbarie y  a su antigua condición de animales desgraciados. Por eso se explica el lugar central de la institución del sorteo para la elección de los cargos y funciones publicas.

De este  sistema de igualdad el garante es el Estado. Tampoco, por lo tanto el Estado es una intromisión  en ámbitos que impida la libertad . La ley- explicaba Demóstenes incluso en la época tardía de la decadencia democrática ateniense- sirve para defender al débil de la fuerza de los ricos y poderosos. Las republicas existen para controlar a los ciudadanos fuertes,. Para los escritores políticos republicanos lo opuesto a la dependencia no es la libertad  caprichosa sin trabas sino la dependencia de leyes no arbitrarias hechas por todos y validas para todos iguales. No existe oximoron alguno en decir que somos libres bajo la ley, porque solo devenimos libres bajo leyes que nos damos a nosotros mismos de la misma manera que  “ devenimos  humanos cuando nos hacemos ciudadanos” conforme dice Rousseau . La dependencia fuera de esa ley o de una norma que no sea la de autogobierno es por el contrario una obediencia insoportable. El único señor permisible para los republicanos  es el bien común expresado modernamente en la ley democrática .  “ Hacen del Bien común su señor” como reza la sala del consejo de de la republica de  Siena en la pintura de Lorenzetti.

La vinculación de  esa  ley, con la virtud,  es el optimo republicano. La virtud publcia es “ el amor a la patria y el amor a las leyes” dice Robespierre. Asi se darán ciudadanos dispuestos a mantener la vigilancia y a comprometerse, capaces de resistir ante los arrogantes y de servir al bien publico. Sin ellos la republica se muere y se convierte en un lugar sin ley  donde unos pocos dominan y los demás sirven. Este será  el esquema de Maquiavelo. La patria, tanto para Maquiavelo como  para  Robespierre, el patriotismo republicano, sera el mismo que la adhesión griega a a su ciudad. No es una adhesión por el lugar en que se vive o se nace.  Atenas no esta dentro de las murallas sino  donde  están los ciudadanos griegos, tal como argumentan los generales de Tucidides que hacen desalojar la ciudad ante el peligro enemigo.



El principio republicano de que la comunidad política es una comunidad moral no el  simple agregado liberal  de intereses  de individuo tiene su mas  expresivas páginas en Aristóteles  que en esto se hace cargo de lo mas genuinamente griego. (Aristóteles.Política  ).La ciudad no se reduce a una alianza militar y la ley no es solo un pacto, garante de los derechos de los individuos pero incapaz de hacer buenos y justos a los ciudadanos. ( Etica NicomacoI,9 )Si esto fuese así , la polis  no sería más que el caso de “los  bueyes paciendo en el mismo prado” . La ciudad no es una simple comunidad de individuos para no perjudicarse a si mismos y para el intercambio comercial .  ( Pol III,9). Es una comunidad moral  y precisamente la apreciación y la participación  de lo justo e injusto,lo bueno y lo malo, es lo que fundamenta la ciudad ( Pol.I,2. Esa apreciación  compartida y comunicada de las normas  morales es precisamente lo que hace de la palabra, palabra humana y  lo que hace la  especificidad  del  hombre como animal  diferente y superior.  Obsérvese el alcance de la expresión “la ley no es solo un pacto garante de los derechos de los individuos”,  radicalmente opuesto a lo que desde Locke sería el fundamento liberal de lo político. Estamos en las raíces mismas de lo que será la constante del pensamiento republicano, a su vez el punto de arranque del  mas grave de los reproches críticos  que el republicanismo hace al  liberalismo. Frente a las propuestas de Rawls de disolver la identidad democrática en una estructura de reglas y formas sin mas pretensiones que la forma, el hombre de Grecia clásica reivindica  una construcción de lo público que recogerán los italianos del XIV y Maquiavelo, del vivere civile , la vita activa que recuperará Hanna Arendt y  sobre cuya reconstrucción histórica   se extenderá Pockock. El republicanismo moderno reelaborara un concepto diferente de la política contrastando con el liberalismo individualista que acude a la dicotomía Estado / sociedad, idolatrando el mercado y el  provecho , derecho y beneficio particular .Exige poner en practica una forma distinta de llevar a cabo la convivencia política como la concebía el mundo antiguo . Toma como referencia la ciudad antes que el poder constituyente, las acciones de los sujetos públicos antes que las instituciones jurídicas, la identidad cívica  y la identidad de lo publico  antes que el procedimiento y el secuestro de lo publico por los gestores de lo privado . Identifica la ciudadania como autogobierno colectivo en lugar de ser un estatus jurídico definido   por  un elenco de derechos individuales. Enfatiza los deberes  antes que los derechos  Y esta recuperación  de la identidad de lo publico sin pasar por las alternativas comunitaristas de fundamentarlo en supuestos culturales propios de la comunidad , sino en los supuestos de la razón y la palabra  del   humanismo clásico. En los momentos históricos revolucionarios  se apelaba  reiteradamente a esos  antecedentes clásicos grecolatinos   que podían ser míticos  ( recuérdese las apelaciones románticas a Esparta de un  Rousseau) pero eran expresivos del sentido de la lucha que se llevaba .Así en la Inglaterra de los levellers de 1648 en la Revolución Francesa, pasando por el autogobierno de los founders de la nación americana De la misma manera el republicanismo moderno encuentra un riquísimo utillaje conceptual  en la antigüedad de la época de la democracia en Grecia . Otro tanto  ocurrirá con la antigüedad romana, que alimentará con nuevas aportaciones el ideario republicano. No se trata en este articulo de ella, solo apuntamos que no será  la  fuente del republicanismo democrático mas radical  sino de otra de sus familias , la mas moderada.



En relación con el concepto de lo político  recuperado y no limitado a ser una institución ( el Estado) ajeno a la ciudadanía se sitúa asimismo la concepción de la democracia griega sobe la polis. La polis de Atenas democrática no es un Estado . La política por lo tanto no se asocia únicamente a un especifico aparato burocrático y militar profesionalizado y separado de la sociedad como lo concibe el constitucionalismo moderno. La “Constitución de los Atenienses” es una comunidad política concebida como un modo de ser, la comunidad misma , las estructuras legales y políticas y las estructuras de poder que lo fundamentan, incluidas las relaciones de clase existentes en ellas. Esta definición incluye en la polis tanto los aspectos institucionales como los sociales. Similar a esta concepción es la visión republicana de lo político.  Republicana  es la reivindicación de toda forma asociativa, regulada por los propios componentes, iguales, autogobernada y emancipados de tutelas, sin dominación  de unos por otros bajo cualquier forma. Republicanizar , no es ampliar el ambito del Estado  ( institución jurídica burocrática)  a otros sectores sino que todo sitio colectivo donde esta en juego nuestra vida común debe de ser un espacio político, autogobernado y en el que están ausentes relaciones de dominación  de unos por otros en cualquier formar, económica, social, jurídica, cultural, ....  en todo caso y en toda cosa. Por eso , la republica no esta ni en una ciudad, nio en un lugar geográfico  ni dentro de unas murallas, sino en los ciudadanos,  tal y como  lo describe  Tucídides.  La Republica, podemos decir, la llevan consiguió los propios ciudadanos. 


El celo del  laicismo  republicano es de la misma familia. Es  una reivindicación de independencia y autonomía del laos,  la población, la gente.  No es la divinidad sino el demos libre , sin vinculación a un saber o verdad revelados , - de la misma manera  que lo es sin titulo derivado de  pertenencia a  familia, raza o naturaleza   -  sin legitimación de la religión , quien define el bien común. Defendiendo  esta independencia  de la autonomía humana incluso agresivamente y por la fuerza frente al poder históricamente enemigo que constituye  la Iglesia Católica. Este laicismo se introduce en el republicanismo por la via que podríamos llamar de la experiencia republicana francesa y se da simultáneamente a algo que tambien por esa via se subraya en el republicanismo francés: la insistencia en la educación. Vuelve asi a recogerse el ideal de la paideia , la enseñanza, tan típicamente griega.  La política es una paidea, no se alimenta únicamente de buena fe y calor patriótico, exige  una educación colectiva en pos del proyecto moral que se alimenta de la voluntad y del sentimiento patriótico de los ciudadanos. Esto inspirará las realizaciones de la escuela como una privilegiada  tarea publica . Precisamente  aquel laicismo y esta escuela publica,  que hereda el republicanismo español,  se convertirán en  claves del  enfrentamiento con unos  poderes eclesiásticos en nuestro país excepcionalmente retrógrados.

Muchas otras instituciones políticas griegas inspiran la perspectiva política desde la que se situa el republicanismo democrático más radical  como heredero de aquella. La graphe paranomon   por la que asumia la responsabilidad de la legalidad de propuesta el ciudadano que la promovía, la multa a quien no asistiese a una sesión del Consejo ( o la politica como ejercicio de deber y responsabilidad no solo estatuto de derechos) , las medidas de aceleración de la rotación de cargos o de incompatibilidades como la prohibición de ser elegido por segunda vez,  el sorteo, la presidencia rotativa diaria, las liturgias como  impuestos proporcionales a la riqueza, la abolición de esclavitud por impago de deudas, la investigación de  si algún cargo publico había dejado de cumplir en lo prometido al pueblo, ( rendición de cuentas políticas), el escrutinio y nombramiento de auditores de cuentas publicas, la reducción de prerrogativas de la aristocracia, los jurados ciudadanos,  el salario a la participación en órganos políticos, la gratuidad de la  cultura, la abundancia de servicios y obras publicas. Gimnasios, palestras,  vestuarios en común, las reformas agrarias con reparto de tierras y abolición de deudas hipotecarias, el ostracismo para evitar el golpe de estado, la elaboración de censo electoral, la libertad de expresión ( isegoria) y de opinión responsable ( parresia) , la publicidad de las leyes, la limpieza de os procesos de votación, los órganos asamblearios, el derecho de apelación y recurso ante tribunales, la denuncia fiscal sujeta a responsabilidad, el cuidado de  heridos y atención a desvalidos, la fomentada deliberación  de todo asunto publico, la igualdad material  ( “ ni siquiera los esclavos te ceden el paso por la calle” se queja el Viejo Oligarca), etc, etc.

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En definitiva el discurso republicano se alza desde hace tiempo como alternativa por supuesto no solo a la monarquía,,  sino sobre todo a la fórmula de legitimidad democrática –representativa- liberal a la manera de una corriente transversal, como una perspectiva diferente a la que ha sido propia de aquella legitimidad constitucional que hasta la fecha había venido reclamando el monopolio de la totalidad de las manifestaciones del ideario democrático hasta el limite de propugnarse  enloquecidamente como el mismísimo fin de la historia. Podria decirse que el contrario de República no es monarquía parlamentaria sino democracia liberal. El antecedente que  alimenta este discurso es   básicamente la democracia ateniense .  Frente al pedigrí democrático  reclamado por los liberales resulta  que los antecedentes del pensamiento republicano – olvidados y resucitados- son de una antigüedad mas de dos veces milenaria 

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