Por Miguel Angel Domenech
“¿Cómo puede tolerarse que ciudadanos que pueden nombrar y despedir a los ministros de sus
cargos, y legislar no tengan ninguna garantía de ser despedidos ellos mismos de
su empresa por un empresario?".
Jean Jaurès: Esencialmente una República es
un enorme acto de confianza en el pueblo. Un acto de radicalidad democrática.
Porque hacer una República
es proclamar que- en el caso , por ejemplo
de Francia- millones de hombres , pueden y saben, ellos mismos, darse las normas
comunes de actuar y a las que someterse, que saben y pueden conciliar libertad y ley, emancipación y orden, que saben y
pueden combatir sin desagarrarse mutuamente, que ,aunque haya divisiones- y se debe contar con
ellas en toda sociedad- éstas no llegan hasta
convertirse en guerra civil, y que nunca recurrirán ni caerán en la tentación de
confiar en dictadura “salvadora” alguna , aunque fuese pasajera. Hacer una República es proclamar que
los ciudadanos, aunque se dediquen por su trabajo a proveer las necesidades que
se presenten en su vida privada y trazar su vida personal, tendrán el tiempo
libre y la libertad de espíritu suficientes para ocuparse de la cosa común.
Respuesta 2 |
Pregunta
2. Su definición reproduce los términos de la “Oración Fúnebre” de Pericles. ¿Así la idea de Republica, mas allá de su
contenido jurídico y su circunstancia historica puede
decirse que es, ante todo, una invención,
una creación, una emancipación?
Jean Jaurès: Si. La República
es, por el hecho mismo de ser un acto de confianza en el pueblo, un acto creador
de una gran audacia. Tan audaz que incluso los hombres creativos y osados que
la dieron forma constitucional en 1789 y 1791, o los legisladores de 1792
creyeron inicialmente que esa nueva idea debía manifestarse envuelta en el ropaje de la monarquía.
Solo abandonaron esa timidez por la circunstancia de la traición del monarca,
pero en cuando hubieron desarraigado la realeza, la República se mostró
audazmente como el sistema predestinado y el único medio para colmar aquel
espacio público que la monarquía dejaba. Inmediatamente, entonces, fueron más
allá e hicieron confluir en esa forma de Estado todo el contenido de la revolución.
En esta tarea fueron unos innovadores a los que no les bastaba el ejemplo de las Repúblicas antiguas, o de las Repúblicas helveticas, o la imitación de Repúblicas
italianas. Crearon una institución sin precedente. No fue las oligarquías de
las Repúblicas de Grecia o Roma sustentadas en el trabajo de siervos o privilegios
de patricios. Tampoco adoptaron el patriarcado mercantil de Venecia o Ginebra. Concibieron
que la republica era el gobierno de todos lo ciudadanos iguales
Respuesta 3 |
Pregunta
3: Aquel momento histórico, puede sin embargo, decirse que fracasó,…
Jean Jaurès: Aquella dinámica iniciada sufrió miles de vicisitudes y pruebas. Casi
durante medo siglo parece abandonada para
siempre. Los restauradores del antiguo régimen no hablan de ella más que
para avergonzar y desanimar a los partidarios de revoluciones: “A esto conducen
los delirios revolucionarios” parecen predicar cuando se referían a ella. Guizot
declara: “El sufragio universal nunca será una realidad”. Para Thiers, el
sufragio y la Constitución revolucionaria no habían sido mas que una pesadilla imposible, pronto remediada. Esa República se transformó sin embargo en la ley duradera de
una nación y una forma definitiva de contemplar la dignidad de lo humano que
sería adoptada posteriormente como
universal.
Respuesta 4 |
Pregunta
4: ¿Atribuye el éxito de la
República a actos voluntarios e osadía y de audacia, es decir
a actos de voluntad politia colectiva, no a consideración de necesidades históricas
o de tendencias o procesos necesarios? Quiere
decir esto que asume la primacía de la voluntad
política y la autodeterminación colectiva por encima del poder que tengan los contextos
históricos o sociológicos, para determinar
nuestro camino político ¿Lo ve Vd, asi?
Jean Jaurès: En efecto, es lo que quiero subrayar. La audacia y la voluntad revolucionarias
fueron las que contribuyeron al éxito. La concepción y el ejercicio del
autogobierno del pueblo creó la conciencia política de sus promotores. Cuando
se llega a esta cumbre, -la primera vez fue en 1793,-la fuerza del pueblo gobernándose
a si mismo es un espectáculo que muy pocas veces se produce en la historia pero
es terrible y genera una emoción inolvidable y una memoria que nunca
desaparece. Se toma conciencia de una altura moral alcanzada que supera
posteriormente las frustraciones y las derrotas. La fuerza de las Repúblicas es
precisamente esa altura moral. A aquellos que han puesto su ideal en este convencimiento la historia
les ha dado siempre la razón.
Pregunta
5: ¿Esto implica que la labor de instituir
una República, es, ante todo, la de construir
, ante todo, una comunidad ética?
Respuesta 5 |
Jean Jaurès: Así la sitúan los republicanos, y el pueblo mismo así la concibe. Precisamente
ha sido el proletariado en su conjunto
quien ha hecho explicito, con su praxis política, que las relaciones entre
los hombres, no solamente sus relaciones
políticas, sino en las de orden económico y todas las relaciones sociales, hay
que penetrarlas de libertad, igualdad y
justicia. No es únicamente la ciudad el lugar donde se debe dar una República , sino en el
taller, en el trabajo. Es la propiedad misma la que debe organizarse de forma republicana.
A un orden basado en la dominación y la opresión, la República opone un orden
social de cooperación y solidaridad, un sistema concebido como una asociación republicana de
trabajadores de todas clases que se organizan y se autogobiernan.
Pregunta
6: Se dice de Vd. que constituye históricamente el puente entre Republica y
socialismo, ¿Puede explicarnos esa relación?
Respuesta 6 |
Jean Jaurès: Como he dicho anteriormente, una República no es simplemente un orden
político. Si se construye solamente éste y no se instituye un orden económico
se está incurriendo en una intolerable contradicción. En el orden político, el pueblo es
soberano y este principio no tolera oligarquía de ningún género. ((A este propósito,
no puede decirse, por ejemplo, que los asuntos financieros son cuestiones que
deben resolver los bancos mismos. Son los gobiernos del pueblo los que deben
decidir sobre los asuntos bancarios).
Hay que entender que
por virtud de una República, se hace que
los ciudadanos- incluyendo los más pobres- sean como una “asamblea de reyes”. Son
ellos, soberanamente de quienes emana toda ley, quienes cambian a sus
mandatarios, sus legisladores y sus magistrados. Pero desde el momento en que
los más pobres son soberanos en el orden político, deben de serlo también en el
orden económico, y no, como vemos hoy, sometidos a un especie de servidumbre
propia del ancien regime en ese ámbito.
¿Como
puede ser tolerable que ciudadanos que pueden despedir a los ministros de sus
cargos, no tengan ninguna garantía de ser despedidos ellos mismos de su empresa
por un empresario.? ¿Los que legitiman y hacen las leyes no pueden siquiera
tener parte en la reglamentaron de sus condiciones de trabajo? ¿Su trabajo y su
persona no son entonces mas que una mercancía que los detentadores del capital
pueden usar y desecha a su antojo? El ciudadano soberano esa ahí sometido a la
peor de las tiranías y a decisiones que se hacen sin contar con él.
Esa relación necesaria
entre ambas soberanías, la política y la
económica, la opera el socialismo. Es la única propuesta política capaz de resolver
esta contradicción intolerable. El socialismo proclama que la auténtica Republica
debe ser necesariamente una Republica
Social porque República debe afirmarse tanto en el Parlamento como en el
taller. Por eso el socialismo nace del movimiento republicano.
Por otra parte, la Republica insiste, en su
labor educativa que le caracteriza, que es por la educación por la que se
contribuye de manera privilegiada a la emancipación de los ciudadanos, siendo esta la fuente de la instrucción
republicana, pública y laica. Pues bien, ¿cómo puede predicarse en la educación
la emancipación y la libertad intelectual cuando se está negando esa misma emancipación
social y libertad a los trabajadores?
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Esta entrevista, como es de suponer, es fingida, pero
solamente en su forma de entrevista, es decir en sus preguntas. En su contenido,
las respuestas están entresacadas de textos de discursos de Jean Jaurès: Discours á la jeunesse del 30 de julio de 1903, en el Lycée d´Albi y Discours
del 21 de noviembre de 1983 en la Asamblea Naicoal.- Fuente: J.Jaures: “ Rallumer Tous
les soleils. Edit. Ominbus 2006
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