Roberto Gargarella (1)
¿Qué republicanismo?
Con raíces en la antigüedad clásica, el republicanismo
representa una corriente de pensamiento que
ha comenzado a “ renacer “ a finales del silo XX , a partir del trabajo de un notable
grupo de historiadores - norteamericanos en su mayoria- que dese fines de los
sesenta rastrearon lo orígenes teóricos
de la tradición politica-institucional
norteamericana en fuentes, hasta ahora
no consideradas. J.Pckock, por ejemplo, hizo referencia a las conexiones entre
la tradición mencionada y el humanismo civico que se desarrollara en la Italia renacentista. B.Baylin
demostró que los principales apoyos teóricos de los revolucionarios americanos
se encontraba tanto en el iluminismo o
el puritanismo como en el radicalismo ingles
( siglos XVII y XVIII) y mas notablemente en el pensamiento clásico.
Este revisionismo de la historia angloamericana implicaba defiar la creencia
hasta entonces compartida según la cual las principales influencias
intelectuales de dicha cultura política se vinculaban, casi exclusivamente con
el pensamiento libeal e individualista
La reconsideración y revaloración del republicanismo, sin
embargo, no quedo como prenda exclusiva de los historiadores. Juristas, politólogos
y filósofos tanbien se apoyaron en aquellas influencias republicanas a fin de
examinar algunas de las discusiones propias de sus disciplinas. Autores
liberales igualitarios vieron con simpati
este reverdecer del republicanismo y apelaron a el dando forma en algunos casos
a un “republicanismo liberal” en el que encontraron otra fuente para asentar sus
criticas contra el liberalismo conservador. El pensamiento filosófico comunitarista
fue, de todos modos, el que apareció más rapido y solidamente como asociado al republicanismo.
Ello, sobre todo a partir de fundamentales preocupaciones comunes ( por les
ejemplo, en relación con determinados valores cívicos, o ideales como el del autogobierno).
Sin hebra, aun a pesar de tales aparentes
“parentescos teoricos” el republicanismo puede seguir considerándose una
visión teórica con contenido propio.
Ahora bien ¿ que es en definitiva lo que podeos entender
por republicanismo?.Hasta cierto punto
el significado propio del republicanismo resulta demasiado vago e inasible ( y quizá
resida en esa vaguedad parte del
atractivo repentino generado por esa corriente). Alexander Hamilton pudo afirmar
al respecto, que la nocion de republicanismo a la que se apelaba en su tiempo,
era empleada en sentidos demasido diferentes; y John Adams confesaba no haber
llegado nunca a entender el significado de dicho término.
De todos modos tampoco es cierto que nos encontremos
frente a una situación de indefinición conceptual radical. La historia
habitualmente asociada al republicanismo remite a autores, tiempos y temas ,
mas o menos repetidos.: el pensamiento clasico en general ( Homero, Sofocles,
Euripides, Tucidides, Herodoto, Plutarco,Cato, Ovidio,Juvenal,Ciceron ,Seneca),
y la republica romana en particular; el resurgimiento de la idea de republica en algunas ciudades de la Italia renacentista, y en
particular de autores como Maquiavelo; las provincias holandesas liberadas de
la monarquía hispánica, el republicanismo ingles del siglo XVIII, que alcanza
su principal expresión en le modelo de la así llamada “ constitución mixta”,
los años fundacionales del
constitucionalismo americano, parte del ideario propio de la revolución francesa ( y los trabajos en
particular de teóricos como Rousseau o Montesquieu).
Por supuesto, las época, la regiones y los nombres
mencionados nos hablan de ciertos elementos que, efectivamente podaríamos
considerar como distintivos del republicanismo. Conscientes de tales posibilidades y problemas, en este escrito
me inclinaré por presentar al republicanismo distinguiéndolo a partir de lo que
podríamos llamar un mínimo común denominador: ciertas notas aparentemente
comunes-propiamente republicanas-que no niegan la presencia de fuertes diferencias
por encima y por debajo de tal minino común
ni la existencia de diferencias con respecto a como interpretar, aun, a
tales notas comunes).
En búsqueda, también de dicho núcleo común, Philip Petit destaca
la concepción antitiranica contaria a toda
dominación-del republicanismo. La reivindicación de la libertad, la
ausencia de dominio, la via en un estado
“libre”- unifica sistemáticamente, a las distintas versiones republicanas. Es
ese estado libre el que va a permitir la grandeza y el crecimiento de la
comunidad y, sobre todo, el que va posibilitar que los ciudadanos puedan perseguir
libremente sus fines propios. Q. Skinner remite también a la defensa del
“estado libe” como ideal republicano característico. En su opinión:
“Este enfoque
deriva decididamente de la filosofía moral romana, y especialmente de aquellos
autores que reservaron su mayor admiración para la condenada republica: Livio,
Salustio, y particulamente Ciceron. Dentro de la teoría política moderna, su
línea de argumentación fue recogida por la Italia del renacimiento y
empleada para defender las tradicionales libertades de los ciuadanos tantos
contra los signori como contra los poderes de la Iglesia , De los muchos
autores que abrazaron la causa del vivere civile en su etapa de formación, el
mas imperante, sn duda, fue Maquiavelo en sus Discorsi sobre los primeros diez
libros de la Historia
de Roma de Livio. Una defensa similar de os estados libres fue emprendida con posterioridad-
bajo la clara influencia de Maquiavelo por James Hartington, John Milton y
otros republicanos inceses en el curso de la revolución constitucional del
siglo XVII. Incluso mas tarde, varios elementos
de la misma perspectiva fueron condesados- en la oposición al
absolutismo de la Francia
del siglo XVIII y, con particular nitidez, en el análisis de la virtud republicana
que Montesuieu desarrolla en L´Esprit des Lois.
Esta dimensión reactiva distintiva del republicanismo se acompañó
sin embargo, de, al menos, sin embargo, de otra dimensión igualmente
característica de esta corriente: la persistente defensa de ciertos valores
cívicos- virtudes ( según se asumía) indispensables para el logro de la
libertad buscada. La lista de virtudes defendidas por el republicanismo es muy
extensa. Los pensadores inscritos dentro de esa corriente tendieron a exaltar,
ante todo, valores como el coraje, (para
defender la propia comunidad frente a
ataques externos), y la prudencia ( para formar parte del gobierno de
aquella. Dicha lista de virtudes puede sin embargo fácilmente ser ensanchada
con otros valores también defendidos por los republicanos: la igualdad, la
simplicidad, la honestidad, la benevolencia, la frugalidad, el patriotismo, la
integridad, la sobriedad, la abnegación, la laboriosidad, el amor a la
justicia, la generosidad, la nobleza, la solidaridad, y , en general, el
compromiso con la suerte de los demás. De acuerdo con Maquiavelo, por ejemplo,
este compromiso con los demás podía llegar al extremo de requerir qua cada
ciudadano luchase y diese su vida por el bien común. Solo de este modo- solo
gracias a la presencia e ciudadanos asi dispuestos hacia la comunidad- la
república iba a obtener la posibilidad de sobrevivir frente a contratiempos
seguros.
Frente a valores como los citados, los republicanos
contrapusieron otra larga lista de males,
de vicios de conducta. Asi tendieron a denostar la ambición, la
avaricia, el orgullo, el egoísmo, la prodigalidad, la ostentación. El
refinamiento, el cinismo, la cobardía, la extravagancia, el lujo- lujo en el
vestir, en el comer, beber, o en el
mismo hecho de adornar el propio hogar. Sus
principales críticas sociales
apuntaban normalmente hacia la corrupción y las actitudes opresivas de los sectores
gobernantes. La monarquía aparecía, entonces, como la obvia fuente generadora
de los males mencionados.
Asi caracterizada, la propuesta de los republicanos implicaba
fuertes demandas sobre los ciudadanos y fuertes riesgos para la vida en común
en el caso de que tales demandas no resultaran satisfechas. Para vor del ideal
de todos lo valores, dado que, si fueran menos que eso, una parte gobernaría en
nombre del resto, consagrando así el despotismo y la corrupción de sus propios
valores. El ciudadano debe de ser un ciudadano perfecto dado que, si fuera
menos que eso, impediría que la comunidad alcanzase la perfección y tentaría a sus conciudadanos…hacia la injusticia
y la corrupción. La negligencia de uno solo de los ciudadanos, asi, reduce las
oportunidades de todo el resto, de cada uno gobierna y es gobernado por los
demás
En la articulación de dicho discurso contrario a toda dominación y defensor del autogobierno, los publicanos
fueron desarrollando los rasgos mas radicales de su postura. De hecho- podríamos
decirlo siguiendo a Gordon Wood- “el republicanismo constituyó en una medida una
ideología radical”. Ello, fundamentalmente, a través de su desafío de cada una de
“las principales practicas y presupuestos
de la monarquía: su jerarquía, su desigualdad, su devoción por el nepotismo, su
patriarquía, su patronazgo, y su dependencia. Frente a ella supo defender
concepciones nuevas sobre el individuo la famita, el Estadu, y las relaciones
del individuo con la filia, el Estado y los
formas de organizar la sociedad. Desafío y disolvió las viejas
conexiones monárquicas y presentó a la
gente tipo de compromisos alternativos, nuevas formas de relaciones sociales.
Trasformo la cultura monárquica y preparo e camino
para los acontecimientos revolucionarios de fines del siglo XVIII” (…)
Las precondiciones
de la vida republicana
La consideraciones hechas hasta aquí nos ayudan para reconocer cuales son y cómo se articulan
los engranajes fundamentales del republicanismo. Ante todo, en su rechazo a la
dominación y la tiranía, el
republicanismo reivindicó una idea robusta de la libertad. Dicha libertad,
precisaba para su mantenimiento, de la virtud de los ciudadanos, y dicha
virtud, a su vez, requeriría de ciertas
precondiciones políticas y económicas. Un buen gobierno, así, debía contribuir
a mantener y desarrollar estas precondiciones y apoyar la presencia de
ciudadanos virtuosos políticamente activos. Quedamos aquí, de este modo,
enfrentados a lo que tal vez represente la principal enseñanza del viejo
republicanismo para nuestros dias: la idea de que el autogobierno exige que las
instituciones básicas de la sociedad- y asi el modo como se organiza el sistema
de gobierno, el modo en que se organiza la economía- queden bajo pleno control
de los ciudadanos, y se orienten a favor del ideal de ciudadanía asumido por
ellos.
Ahora bien, y mas específicamente, ¿que medidas podrá
sugerir un defensor del republicanismo con el objeto de alcanzar los fines que
se propone? ¿Cómo habría de organizar efectivamente el sistema político y
económico de la república buscada?
En cuanto a las instituciones políticas de la sociedad- podría
decirnos el republicanismo- deberían orientarse en primer lugar a asegurar la
independencia de las personas, a asegurar su no dominación. Por supuesto, son
múltiples los mecanismos a los que, teóricamente, dicha corriente teórica podría recurrir con el objeto de satisfacer
esta primera finalidad. Pero vale la pena mencionar algunos de los mecanismos
concretos a los ue, de hecho, recurrieron los republicanos, en distintos
tiempos y circunstancias.
A pesar de las distintas versiones del republicanismo con las que podemos encontrarnos, muchos de los autores
o dirigentes políticos que podríamos inscribir dentro de esta tradición
tendieron a defender mecanismos mas o menos similares. Para asegurar aquella no
dominación, los republicanos busca herramientas
capaces de facilitar el control de los ciudadanos sobre sus
representantes, y capaces, al mismo tiempo, de tomar posible una mas plena
expresión de aquellos. Por ejemplo, en Roma, - el punto lave del ideal de la res publica-según
Haakonssen-era el que la gente, el populus,
tuviera la palabra decisiva en la organización del ámbito público. En
consonancia con dicho ideal, un incipiente republicanismo aparecido en las
primeras comunas italianas formadas en los siglos XI y XII, asi como en
Florencia y en Venecia durante la época del Renacimiento, recurrió a mecanismos
de lotería para la selección de funcionaros públicos: dicho mecanismo parecía
asegura mejor que cualquier otro
alternativo, por un lado, una mejor representación de la sociedad, y por otro,
una deseada neutralidad en la selección de funcionarios frente a los riesgos
impuestos por el fraccionalismo que
distinguía a la política local. Maquiavelo, por su parte, consideraba también
que el pueblo deba involucrarse en la aceptación o rechazo de los planes del
gobierno propuestos por sus líderes. En definitiva- decía en sus Discorsi- los estados libres son
aquellos alejados de toda servidumbre externa y a la vez capaces de gobernarse
a si mismos con su propia voluntad. A partir de criterios semejantes, muchos
republicanos ingleses ( claramente desde fines del siglo XVIII) tendieron a
defender, por ejemplo, una extensión de los derechos políticos ( restringidos
hasta entonces a una pequeñísima elite) y a reclamar una mayor frecuencia en la convocatoria de dicha ciudadanía a
elecciones políticas ( esto último, especialmente frente al espaciamiento de
los comicios reclamado por el conservadurismo).En muchos estados
norteamericanos se defendieron, por razones similares- y normalmente también
por inspiración del radicalismo ingles- la convocatoria a elecciones anuales (
“ cuando se terminan las lecciones anuales –afirmaban- comienza la
esclavitud”); la adopción de métodos de rotacion obligatoria en los cargos ( un
método que ya había sido empleado en la antigua Grecia y en el republicanismo
florentino para impedir que los ciudadanos electos pudieran llegar a abusar de
sus situaciones de poder), la instrucciones para los representantes ( con el
objeto de limitar la discrecionalidad de
aquellos en sus decisiones; o derechos de revocatoria de los mandatos ( a ser
utilizados frente a los mandatarios que desafiaban las demandas de sus
electores y los compromisos asumidos frente a estos últimos.)
Junto a estas instituciones, dirigidas a asegurar la
independencia de los ciudadanos- y a disminuir así los riesgos del abuso por parte
de los gobernantes-los republicanos tendieron a defender una organización
institucional que alentara la discusión publica entorno al bien común, un
objetivo que podía ser alcanzado tanto a través del sistema educativo como del
sistema político. La discusión sobre el bien común, en definitiva, era vista
como una forma de servir al autogobierno, darle voz a la ciudadanía obre el modo de organización de su comunidad.
La forma qe se encontró en la
Roma antigua para asegurar una legislación protectora del
bien comun fue la de recurrir al
gobierno mixto: una asamblea controlada por la nobleza, otra controlada por la “gente
común” y la obligación de que las decisiones fueran el resultado de un acuerdo
entre ambos cuerpos. La idea de una “constitución mixta” de este modo, paso a convertirse
en un “símbolo institucional” del republicanismo.
Sin embargo, curiosamente, cuando miramos el republicanismo norteamericano del
siglo XVIII vemos que una de sus principales bandeas políticas fue, justamente,
la reacción contra el modelo de “constitución mixta”.Dicho modelo era
identificado con el constitucionalismo inglés, y solo por ello, objeto de
inmediato repudio. De hecho, la principal y mas influyente critica de los
republicanos sobre era justamente, el carácter aristocrático de la constitución
propuesta: nada justificaba darle tanto poder a las minorías mas poderosas dela
nación.
Más todavía, los republicaos mas radicales tendieron a
oponerse a cualquier idea de “balance” o
“equilibrio” en la nueva constitución, sobre todo en la medida en que ello
implicaba cercenar de algun modo los poderes de la legislatura. Ahora bien, ¿significan
este tipo de críticas que no podemos considerar a los republicanos en Estado
Unidos como genuinamente republicanos?
No lo creo. Simplemente, diría, el objetivo del autogobierno fue
identificado con distintas soluciones
institucionales en distintos tiempos.
En definitiva, para el republicanismo, lo que distinguía a
la política es, “ como dijeron Arendt y Aristoteles…la posibilidad de una
intervención, activa, compartida, colectiva, deliberada, sobre nuestro propio
destino, sobre lo que resultaría, de otro modo, el mero subproducto de
decisiones privadas. Porque solo en la virtud publica podemos, de modo
conjunto, y como una comunidad, ejercer nuestra capacidad humana para “pensar
lo que hacemos” y “hacernos cargo de la historia en la que estamos
constantemente comprometidos”.
En su habitual defensa de las virtudes cívicas, los
republicanos, se preocupan, tambien, de asegurar el establecimiento de un tipo
particular de organización económica, funcional al surgimiento de tales
virtudes. Asi, por ejemplo, algunos pensadores republicanos defendieron el
establecimiento de una ““republica agraria” o, en otros casos, de una
“republica de artesanos”,en la que los
individuos podían llegar a tener una relación
mas cercana con los medios de producción, y donde iba a resular mas
facil que prevalecieran los valores mas apreciado por el republicanismo. Por
similares razones, los republicanos acostumbraron a mirar críticamente a aquellas
sociedades organizadas a partir de la industria o el comercio dado que, según entendían,
dichas sociedades iban a tender a alentar el desarrollo de cualidades disvaliosas,
como la codicia o el afan de lucro.
Un excelente ejemplo de lo señalado lo constituye el
inglés James Harrington quien, ya en 1656, se pronunciaba a favor de organizar
la via económica de la comunidad con el fin de ponerla al sericio de la
república. Harrington defendió en tal sentido, la adopción de estrictas normas
destinadas a limitar la posesión de tierras y, asi, las desigualdades profundas
en la riqueza. Su ideal de republica, manifestado en su obra Oceana, se vinculaba
con una sociedad igualitaria, con
ciudadanos dedicados fundamentalmente a la agricultura.
En el ámbito americano, mucos republicanos parecieron
adopar un modelo ideal similar. Reconocemos, así, notablemente, el caso de
Thomas Jefferson y su forme convicción de que debía organizarse una republica
agraria, dado que solo de ese modo se iban a obtenerse buenos ciudadanos. En
sus “Notas sobre el Estado de Virginia”, escritas en 1787, Jefferson criticaba
el desarrollo industrial incipiente de su país y aconsejaba la importación de
bienes manufacturados. Ello, era preferible, decia, al aliento de la corrupción
moral y las formas de comportamiento que normalmente parecían asociadas a la
producción de manufacturas. En un sentido similar, John Adams sostenía lo siguiente: “La virtud y la simplicidad de
modales sn indispensables en una republica, en todos los ordenes y grados
humanos, sin embargo- continuaba- nos encontramos con tanta corrupción y
venalidad y tanta avaricia y ambición…que a veces dudo de que exista el grado
de virtud publica necesario para el mantenimiento de la republica”.
Para Jefferson, como para muchos republicanos, la defensa
de una particular organización de la economía, como la economía agraria alejada
d ela industria y del comercio, no solo iba a ayudar el desarrollo de ciertas
cualidades de carácter, sino también iba a resultar beneficiosa al permitir el
mantenimiento de relaciones mas o menos igualitarias dentro de la sociedad. Una
economía agraria, de ese modo, iba a evitar la influencia perniciosa del dinero
entre los ciudadanos y dentro del poder. “Si hubiese algio asi como una
igualdad en la distribución de la propiedad- afirmaban los antifederalistas
americanos- ello ayudaría mucho a la preservación de la sociedad civil” “El
lujo- agregaban- es siempe proporcional a la desigualad de la riqueza”. En este
sentido, el también antifederalista Charles Lee proponía alcanzar una “Esparta
igualitaria”, una sociedad, simple, agraria y libre de los efectos perniciosos
el comercio. Con las limitaciones arriba señaladas, los republicanos veían en este igualitarismo una vía segura al establecimiento
de una sociedad más unida y homogénea.
(….)
(1).-Fuente: Roberto Gargarella: “ las teoias de la justicia
después de Rawls”.-Paidos
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