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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

5/3/14

Temas republicanos: HISTORIA DEL SORTEO EN POLITICA

Breve historia del sorteo en política: de Atenas a la Revolución Francesa

Por Yves Santonnier (*)

En Francia existe la costumbre de “sortear los reyes” en epifanía. Los orígenes de esta costumbre remontan al menos  a las Saturnales, la principal fiesta romana. De carácter carnavalesco, tenía lugar aproximadamente en el solsticio de invierno, en las 12 horas intercaladas entre el ciclo solar y el lunar. Abundaban con aquella  ocasión banquetes y orgias. Se suspendían las normas sociales. Especialmente se permitía divertirse  en juegos de azar como los dados, que era una práctica normalmente prohibida. Los esclavos comían  en la mesa de sus señores, e incluso se hacían servir por ellos. .Los hombres liebres echaban a surtes el Rey de las Saturnales (Saturnalicius prínceps) que podía dar órdenes burlescas  a sus súbditos (2). Algunas versiones de las Saturnales presentaban sin embargo un aspecto trágico. Algunas fuentes griegas posteriores, encontradas por Franz Curnot (3) y comentadas particularmente por el antropólogo James G. Frazer, nos informan que los soldados acantonados en el Danubio para proteger al imperio  de los barbaros tenían la costumbre  de celebrar la fiesta de la manera siguiente: : treinta días antes de las Saturnales sorteaban un hermoso joven. Revestido con ornamentos reales, representaba a Saturno, se paseaba en público y podía satisfacer sus pasiones, incluso las consideradas más viles. Su reino era de corta duración: “una vez terminada la fiesta, se cortaba la garganta sobre el altar del dios al que representaba. En el año 303 de nuestra era, la suerte le toco al soldado cristiano Dasius, quien rehusó jugar el papel de dios pagano y  mancillar sus últimos días con ese desenfreno. Las amenazas y argumentos de sus jefes no sirvieron para quebrantar su determinación y fue decapitado como el martirologio cristiano lo cuenta con una precisión minuciosa, en Durasrtorum, por el soldado Jean, el viernes 20 de noviembre, el día lunar veinticuatro de la cuarta luna (4).

 Antropólogos e historiadores han debatido extensamente sobre este relato que es atribuible más bien al mito que a la realidad histórica (5). Se han ocupado de la invención carnavalesca de las relaciones sociales y sobre el sacrificio  del pseudo-rey pero no han prestado atención  a la forma en la que éste era designado y a la corta duración de su reinado. Tras la elección a intervalos  regulares de los gobernantes, el par de instituciones: la  del sorteo y la de la  rotación rápida de los mandatos ha constituido sin embargo uno de los modos de selección de dirigentes más extendidos en la historia democrática y republicana de occidente. Bajo el aspecto de una parodia las Saturnales romanas donde se elegían a los reyes son un rastro conservado de aquello.

En el momento en que el sorteo parece volver tras un eclipse de centenares e incluso de millares de experiencias políticas (6), es interesante preguntarse  sobre la forma en que este procedimiento ha sido utilizado en el pasado. ¿Cuáles han sido los recursos políticos del sorteo en política? ¿ Cuáles han sido las experiencias más destacables? Más allá de las monografías, bastante numerosas, las primeras historias sintéticas del sorteo fueron redactados por políticos, estimulados particularmente por la obra seminal de Bernard Manin (7) más que por los historiadores. Quisiéramos aquí dar cuenta a grandes rasgos de su historia.

Los antiguos orígenes:

Si bien los pasajes que hacen mención al sorteo son muy escasos en el Muevo testamento, son por el contrario muy numerosos en el Antiguo Testamento, atestiguando de un uso bastante frecuente del procedimiento entre las tribus judías. Lo mismo ocurría en rodo el Medio Oriente, en los pueblos germanos y en la alta antigüedad griega. La mantica, es decir, las practicas adivinatorias, y el reparto de bienes, sobre todo en las herencias y en los botines de guerra ganados en conquistas parece que implicaban de manera muy precoz esta práctica. El término griego de “kleros” designa además “la suerte” pero también  “el lote” o “la porción”, en particular en el marco de los reglamentos sucesorios como en los adivinatorios (8). Esta etimología se vuelve a encontrar en el término tardío de · lotería”, o en el inglés selection by lot (selección aleatoria). En ciertos casos, la práctica del sorteo se extendió de la magia y el reparto de bienes hasta la selección de los dirigentes políticos.

Se hacían los sorteos de dos maneras. En una primera, se inscribían sobre tabletas llamadas en latino “suertes”, nombres, signos o palabras, antes de sortear a ciegas. La etimología de la palabra viene de ahí (lo mismo sucede con el mismo término en hebreo). Se utilizaban   también con frecuencia habas u objetos del mismo tipo en lugar de tabletas. También podía recurrirse a dados o huesecillos. Aquí también la etimología es significativa: la “suerte” viene del latín  “cadentia” que significa originariamente la manera en que caían los dados; el “azar” viene del árabe “aza-zahar”, que era un juego de dados, igual que en latín  el alea, de donde deriva la frase: “alea jacta est”·, “los dados han sido echados” de  Cesar cuando franqueó el Rubicon. Hasta la aparición  de técnicas específicas, el recurso al método aleatorio en política se hizo más bien  por sorteo que por dados.

Grecia clásica y helenística: resolución imparcial de conflictos y democracia:

Fue en la época clásica, y particularmente en Atenas donde el sorteo de cargos públicos se hizo sistemático y donde su utilización política se emancipó de sus significados religiosos y sobrenaturales ( 9). El procedimiento se hizo habitual y los griegos inventaron un instrumento utilizado, según creo, únicamente para decidir los asuntos  de la ciudad,  el   “kleroterion”, literalmente: “ la maquina para sortear”. Se trataba de una estela de mármol de la altura de un hombre con cinco columnas provistas de ranuras que permitían colocar en ellas las tablillas en las que estaban grabados los nombres de aquellos entre los que se iba a  proceder a una elección aleatoria. Se servían de bolas negras y blancas introducidas en un tubo paralelo para decidir los nombres que iban a retenerse y los que iban a ser rechazados.

Las prácticas políticas atenienses han sido ampliamente discutidas y disponemos de numerosos análisis en francés. Contentémonos de recordar los rasgos principales. En los  siglos V  y IV a.C. el sistema político ateniense reposaba sobre tres pilares: la asamblea de ciudadanos (Ecclesia), que se reunía periódicamente y poseía el poder supremo; la elección de los magistrados por esta Asamblea y el sorteo.  Este último intervenía en varios dominios. Las magistraturas que  no se proveían por elección (nueve de cada diez aproximadamente) eran objeto de una selección aleatoria entre ciudadanos voluntarios. Los miembros del Consejo de los 500, la Bulé, cuyas tareas eran a la vez legislativas y ejecutivas  , eran seleccionados de la misma forma, así como los de los tribunales ( Helie), que eran jurados populares compuestas por ciudadanos no profesionales. Además, el sorteo era también  utilizado para asuntos secundarios como para elegir al presidente de la sesión, el reparto de tareas en el seno de los órganos colegiados, la rotación de las responsabilidades en el interior de los consejos y magistraturas (10).

El sorteo de los cargos públicos no desapareció con la ocupación de Atenas por los macedonios en el 323 a.C . No fue sino hasta el 103-102  a.c cuando fue defectivamente abolido, por la presión de los romanos. Atenas había favorecido su difusión entre las constituciones de  otras ciudades bajo su dominio  y no era por lo tanto la única a utilizar este sistema.  El procedimiento fue ampliamente usado en el mundo helenístico. No obstante perdió una parte de su substancia al tiempo que lla política entendida como debate público de los asuntos de la ciudad, tendió igualmente a perder la importancia que tenía. En el curso de ese periodo se acudió al sorteo más bien  para resolver  otras cuestiones que para la elección de cargos. Ciertos cargos litúrgicos continuaron a seleccionarse de esa manera, a partir de una lista de ciudadanos cualificados. Es por  esta razón que de la palabra “kleros” se forjó progresivamente la palabra “clero”. (11)

En el mundo clásico, y en particular en Platón y Aristóteles,. El sorteo era considerado una característica de la democracia mientras que la elección  era vista como lo propio de un procedimiento aristocrático. Esta interpretación ha dado lugar a un vivo debate del que se pueden extraer algunas  conclusiones. No hubo una coincidencia absoluta  sorteo/democracia. El análisis de Aristóteles  se matizaba contemplando algunos casos de la institución y considerando que las elecciones también podían ser más o menos democráticas. Además el sorteo fue utilizado en contextos no democráticos: los oligarcas  que desmantelaron    la democracia en el 411 lo utilizaron por ejemplo cuando tuvieron que designare en su seno quienes iban a ejercer las funciones ejecutivas. De una manera global, el sorteo favorecía la imparcialidad en la toma de decisiones (los jurados, se sorteaban cada mañana y así no podían ser susceptibles de influencias previas).  Y disminuía la competencia por el poder. En contextos no democráticos, sin embargo, se usaba en procedimientos de menor importancia como para la presidencia de la sesión o el orden de rotación de los cargos públicos.

El desarrollo del recurso a la selección aleatoria de los cargos públicos siguió muy de cerca al propio desarrollo de la democracia. De manera significativa, con los golpes oligárquicos de los Cuatrocientos (en el 411) y  de los  Treinta Tiranos (en el 404), el sorteo de magistrados fue suprimido. Inversamente, todas las ciudades en las que el sorteo conoció una expansión fuerte eran democráticas (12). El recurso masivo del sorteo para la designación de magistraturas radicalizaba el ideal de igualdad entre ciudadanos e iba parejo  de los cambios sociales, jurídicos y militares de importancia

La igualdad político-jurídica que instituta compensaba en parte las diferencias socioeconómicas que persistían. Asociado a la rotación rápida de los cargos públicos (las rotaciones sucedían entre un mes y un año), a  la prohibición de la acumulación de mandatos, (no se podía ocupar semitamente varios cargos ni tampoco se podía ser  miembro de la Boule mas de dos veces en la vida), y la colegialidad de todas las magistraturas, el sorteo permitía limitar al máximo la cooptación del poder político y su monopolio por cualquier facción de ciudadanos. El poder (arche) no se concentraba en “un personaje único en la cumbre de la organización social”. Siguiendo un ciclo regular, pasaba de unos a otros “de manera que mandar y obedecer, en lugar de oponerse como contrarios absolutos, se hacían términos inseparables de una misma relación reversible” (13)
Como escribe Moses I. Finley, platearse esto representa un reflexión saludable para nosotros, los modernos que demasiado rápidamente tenemos tendencia a quedarnos en la ecuación: “ democracia = elecciones) (14). La edad de oro de la polis ateniense—y de Grecia- corresponde a la máxima expansión de la institución del sorteo en política. Esto reposaba sobre una epistemología política que resume muy bien Tucidides al reproducir el discurso de Creón: “¿Vamos a olvidar (…) que en general , las ciudades están mejor gobernadas por la gente ordinaria que por hombres de espíritu más sutil? Estos últimos quieren siempre parecer más inteligentes que las leyes (…) La gente común, por el contrario (…) no pretende tener un discernimiento mayor que las leyes. Menos hábiles para criticar la argumentación de un orador elocuente, se dejan guiar, cuando juzgar sobre los asuntos públicos, por el sentido común y  no por el espíritu de competición. Es por esto que su política da  generalmente resultados felices  “(15)

Roma, un procedimiento de consenso sancionado por la religión:
Aunque en menor medida,  en la república romana se aplicaron   igualmente  procedimientos de sorteo como uno de los múltiples modos de escrutinio y elección que practicaba.  No tuvieron la importancia de los de Atenas, sin duda porque Roma no fue nunca una democracia , al menos comparándola con Gracia. El procedimiento  presentaba cuatro formas principales.

El recurso al sorteo intervenía en la determinación del orden en que los Comicios Centuriales, la más importante de las asambleas romanas. Las “centurias” de la clase superior votaban las primeras, después venían las de las tres clases intermedias, después los miembros de la clase inferior.  La suerte era la que decidía la sucesión de los votos en el interior de la clase superior, particularmente de la centuria que votaba en primer lugar (centuria praerogativa), Los votos eran escrutados y el resultado se iba proclamando una centuria tras otra. Cada centuria contaba por un voto, las clases superiores contaban con un mayor número de centurias aunque las centurias populares tuviesen muchos mas miembros. Además solo se tenía en cuenta en el seno de una centuria la posición mayoritaria. En este sistema censitario la centuria prerrogativa tenía el predominio. Cuando se alcanzaba la mayoría, se detenía la votación. De esta manera era raro que las centurias populares pudiesen expresarse; no ocurría  más que cuando  desacuerdos graves dividían a las clases superiores. El recurso al sorteo favorécela formación de un consenso en el seno de las clases dominantes, dándoles además una unción religiosa puesto que se efectuaba bajo auspicios divinos (16). Para que hubiese tenido un sentido democrático hubiera sido necesario que se aplicase en las centurias de todas las clases censales. Parece que Cayo Graco lo propuso en su tribunado (17) pero no fue adoptada ninguna ley en este sentido.

El sorteo servía también para determinar el orden de voto en los comicios tribales. Se sacaba a suertes entre todas las “tribus” de pertenencia y conllevaba  por  lo tanto una lógica igualitaria. Pero esto era relativizado por el peso proporcionalmente más débil de las clases populares en las tribus y era  por lo tanto simbolice ya que los comicios tribales tenían un peso proporcionalmente restringido (18). El sorteo se usaba también en la designación de ciertos cargos secundarios, administrativos o litúrgicos y para elegir a los jurados populares. Finalmemte se utilizaba en las magistraturas colegiadas como el consulado para distribución de competencias en el tiempo y en el espacio o para instaurar una cierta división del trabajo, sirviendo igualmente para determinar el orden en que debían marchar las legiones y en otra serie de decisiones militares (19)

Aunque la elección fue con mucho el método político más empleado en la república romana, el sorteo no dejaba de ser run procedimiento bastante  habitual. Revestía un significado religioso no desdeñable pues tenía a los ojos de sus actores una apariencia con las técnicas adivinatorias que estaban muy reconocidas en la época. Igual que la elección, desapareció  en el Imperio en beneficio  del nombramiento desde arriba a medida que la política romana se transformó en  un teatro ficticio y  se consolidaba el monopolio del emperador en el poder. Durante un periodo transitorio fue empleado incluso por el emperador contra el Senado: en lugar de reunirlo en sesión plenaria, se sorteaba a un grupo de senadores para las deliberaciones y este grupo restringido tenía así menos peso que la asamblea en su totalidad para oponerse al emperador. Pero aun así esto era demasiado y se terminó por designar directamente a aquellos  senadores.

El renacimiento del sorteo en las comunas italianas:

Con la caída del imperio  romano el sorteo en política resulta tan olvidado como las elecciones o el voto. Uno de los escasos testimonios del uso de la elección  aleatoria para designar titulares de algún cargo público se refiere a la elección del obispo de Orleans en el siglo V. El sorteo parece haber sido practicado de forma esporádica en el seno de la Iglesia como da fe el sínodo de Barcelona en el 599 ( 20)

Fuera del círculo de la realeza, la primera instancia política que reaparece en la alta Edad Media fue la asamblea general de ciudadanos (cives) que fueron llamadas universitos o parlamentos. Su origen parece ser más cristiano que romano pues la comunidad de fieles tuvo de manera temprana la costumbre de reunirse en el atrio de las iglesias. Durante mucho tiempo la asamblea ratificaba tanto los titulares de los cargos políticos como eclesiásticos, ambos dominios no se diferenciaban claramente. Las decisiones se tomaban por unanimidad aparentemente, por aclamación. Lo más frecuente es que se tratase de dar consentimiento popular a una opción ya tomada  previamente por la elite. Fue sin embargo con  el ascenso de poder de los parlamentos cuando  nació la institución comunal (21).

El historiador católico, Leo Moulin ha sostenido que las técnicas deliberativas modernas tienen su origen en las prácticas religiosas de la edad Media, la extensión no llego más que posteriormente con las Comunas (22).Esta tesis merece  matizarse. El verdadero nacimiento de las técnicas electorales y de las maneras de escrutinio en el seno de la Iglesia y las ordenes monásticas datan como mucho del siglo XII y no se afirman plenamente más que a partir del XIII. Es, precisamente desde el siglo XIII, en particular en numerosas comunas de Italia del Norte y del Centro donde se pusieron en marcha los procedimientos modernos de decisión, en particular el escrutinio mayoritario, el voto secreto y el voto  en varios turnos (23). Es en el   conjunto de estas experiencias políticas donde reapareció el sorteo (la llamada electio ad sortem o ad brevia), y esto a una escala que no había tenido lugar desde Atenas. La experiencia municipal, que se prolongó bajo otra forma hasta el principio del siglo XVI en Florencia y en Venecia hasta la época de la Revolcón Francesa, representa un momento capital de la historia política de occidente, muy subestimado en Francia. Las  diferentes maneras de escrutinio fueron  entonces objeto, de una reflexión montable. Así, en 1292, en Florencia, fueron discutidos no menos de 24 sistemas electorales para la elección del  presidente. Si las primeras experiencias del sorteo en política datan del siglo XII, el procedimiento se generalizó en el XIII, en el momento mismo  en que la Iglesia lo prohibía definitivamente en su seno  ( en 1223). Fue la edad de época de las Comunas. Las ciudades italianas, situadas en la región más rica  del mundo occidental se contaban además  entre las más pobladas de Europa. Los lazos de la aristocracia feudal se relajaban poco a poco mientras que se  reforzaban los de una “burguesía”  artesanal y comercial estructurada en corporaciones. En un primer momento, las Comunas tuvieron concentrado lo esencial del poder en manos de  unos pocos dirigentes: cónsules primero, podetsa y consejeros restringidos después. El papel efectivo de la asamblea de los ciudadanos se limitaba a pocas cosas. No obstante las luchas por el poder entre familias y grupos sociales fueron tan virulentos que a partir del siglo XIII, las Comunas buscaron métodos para calmar las pasiones suscitadas por las elecciones. El “voto de compromiso” contemplaba confirmar el nombramiento de magistrados a electores considerados como prudentes y más propensos a pronunciarse  por bien común que por atender a intereses particulares. Se trataba por tanto de afirmar, en teoría al menos, la unidad de una ciudad amenazada por luchas de facciones. Esta unidad imaginada de la comunidad tenía sin duda orígenes religiosos (24), pero las concepciones puramente laicas prevalecieron. Las comunas multiplicaron  los sistemas para conseguir  identificar los “buenos “electores: turnos de escrutinio, voto por mayoría calificada, escrutinio secreto, etc. En el marció de esta dinámica el sorteo se impuso como un momento particularmente valioso. Asi partir de 1268 y hasta 797 Venecia llevo esta lógica a su perfección.  Es testigo de ello el ejemplo de Lorenzo Tiepolo. El 23 de julio de 1268 fue nombrado Dogo de la serenísima república.  Tal y como estaba previsto  por  la, ley cuando  el cargo quedaba  vacante, el Gran Consejo (que contaba cerca de 500 miembros en esa época) se reunió solemnemente. El consejero más joven sale de la sala de reuniones y  vuelve a entrar con el primer niño cuya edad esta comprendida entre  8 y 10 años que encuentra en la calle. En el centro de la sala se coloca una bolsa grande  que contiene tantas  bolitas  de madera ( belote) como consejeros..

En treinta de ellas figura la palabra “elector”. Los consejeros desfilan en silencio ante la urna  la urna  y el “ballotin”, es decir el niño saca una bolita y la va dando a cada uno. Los 30 consejeros que reciben  una bolita electoral se quedan en la sala que es abandona de inmediato por los restantes. Los consejeros  presentes no pueden pertenecer a la misma familia o tener relaciones de consanguinidad con otros. Si se da este caso, renuncian a su cargo y son reemplazadas con  el mismo sistema por otros consejeros. En un segundo tiempo, estos  30 consejeros  restantes se reducen a nueve con el mismo sistema. En un tercer tiempo, los nueve seleccionados elijen a 40 personas entre los miembros del Gran Consejo por voto de mayoría de mayoría cualificada. En un cuarto tiempo, los 40 electos de esta manera se reducen a 12 por nuevo sorteo, en un quinto  eligen a 25 personas entre consejero que a su vez en un sexta etapa esos 35  se reducen a 9, en la séptima  etapa… (…) y así  hasta nueve etapas en la que 41 últimos elegidos  eligen al Dogo por mayoría de 25 votos al menos.

A partir de finales del siglo XIII, se desarrolla otro uso del sorteo, de forma paralela. Consistía en seleccionar aleatoriamente, ya no a los electores sino a los magistrados mismos. Sin embargo, al contrario de Atenas, este sorteo no era efectuado entre ciudadanos voluntarios sino entre ciudadanos previamente seleccionados de una lista. Florencia encarna como nadie y durante  más tiempo esta lógica. A partir de 1329, fecha en la que el procedimiento se fija, la mayor parte de los cargos de gobierno y de funciones administrativas (hasta la Signoria, equivalente a nuestro ejecutivo), así como los puestos de los dos consejos legislativos y una buena parte de las funciones judiciales, se distribuyen efectivamente por un método aleatorio (la trata, en el lenguaje de la época). Los nombres de los candidatos se desatiban previamente en una bolsa  (borsa) de las que se sacaba a suertes, a medida de la rotacion de los mandatos, Los procesos de designación se desarrollaban en cuatro etapas. En una primera, los comités seleccionaban las personas consideradas como aptas en función de criterios políticos y personales a la vez, en cada barrio de la ciudad. Los  ciudadanías seleccionados (noiminatti) eran a continuación examinados por  comisiones electorales compuestas por personalidades nombradas (los arrti). Los que obtenían una mayoría cualificada de dos tercios en ese primer escrutinio (squitinno), se inscribían entonces en  trozos de papel que se depositaban en las bolsas de cuero (los imborsatti). . Para los cargos sujetos a cuotas, los nombres se colocaban  en bolsas de cuero diferentes según su pertenencia a las corporaciones superiores o inferiores .En esta tercera etapa intervenía el sorteo de magistrados realizado por personas nombradas al efecto (los accopiatori). Finalmente, la cuarta etapa consistía en eliminar l0s nombres de aquellos que no respetaban  los criterios en vigor (los devieti). Era preciso, por ejemplo, estar al corriente en los impuestos, no haber sido sentenciado por una causa penal, no haber ejercido el cargo similar recientemente , no acumular cargos importantes, no tener parientes en puestos similares, etc. ( 26)

Según las épocas, la lista de los imborsati fue más o menos grande  y ujna parte importante de los conflictos entre los partidarios de un governo stretto y los de un governo largo giraban en torno a su mayor o menor amplitud. La elección  que era acompañada de sorteo carecia,  no obstante , del significado que  adoptaría con los Modernos. Nosotros entendemos por “ elección” un proceso en el por el cual la base designa por un voto a sus representantes. Para los florentinos, al contrario, las elecciones era un procedimiento de cooptación por el que la elite que monopolizaba ampliamente el poder de hecho  elegía a los que juzgaba dignos de participar en la gestión   de los asuntos públicos.  Esta lógica no se modificó más que con la creación del Gran Consejo a finales del siglo XVI: el conjunto de sus  miembros ( más que las comisiones electorales restringidas) terminaron por participar en el voto y todos los miembros del Gran Consejo serian automáticamente elegibles.  Aunque la tendencia popular consiguió en varias ocasiones imponerse en el curso de la historia de la Comuna., Florencia no fue nunca una democracia en el  sentido ateniense. Asociado a la rotación rápida de los cargos, la selección aleatoria de los magistrados hizo de ella  sin embargo una república donde una buena parte de la población podía, como en Atenas, gobernar y ser gobernada alternativamente. (27)
 
Los jurados:

Otras experiencias se inspiraron frecuentemente en estos ejemplos del sistema de sorteo a lo largo de los siglos XIV al XVIII, en particular en la Corona de Aragon donde la insaculación, cuyo significado es literalmente: “introducción en la bolsa”, constituye un procedimiento empleado  masivamente como en las Comunas italianas. (28.
Sería demasiado largo hacer una lista exhaustiva. Basta con mencionar el ultimo ámbito  donde floreció el sorteo: el de los jurados  o tribunales populares, conocidos en Francia bajo la forma de “ assises”.Se puede bosquejar una genealogía de las idas y venidas de la institución del sorteo entre la esfera política y la jurídica. A finales de república florentina  en 1530, Venecia parce retomar la antorcha del republicanismo inventado  orillas del Arno. El gran teórico ingles James Harrington (1611-167) examinó detalladamente  la constitución veneciana y  las ideas republicanas de la ciudad del Adriático que parecía conocer personalmente (29). Su influencia sobre los revolucionarios ingleses y americanos fue de importancia y numerosos proyectos de constitución de las colonias americanas, propuestas pro ejemplo por Willian Penn ( 1644-1718) o TYhomas Paine ( 1737-1809), incluían el uso del sorteo inspirándose de los modelos veneciano y florentino. Las propuestas fracasaron en la esfera política pero se concretaron en los jurados populares que habían sido importados de Inglaterra. En Carolina del Suer y Pensilvania se adoptó también la selección aleatoria para determinar una parte delo miembros de sus jurados al principio de los años 1680. El sorteo fue después reexportado a Inglaterra donde la selección de jurados conforme a esta técnica fue instituida en 1730. Numerosos estados norteamericanos siguieron su ejemplo a lo largo del siglo XVIII  (30)
La revolución Francesa, inspirándose en los modelos inglés y americano, generalizo lo  tribunales populares  (asisses) seleccionándolos por sorteo a partir de una lista de ciudadanos cooptados. , con un procedimiento que se aproximaba al sistema florentino de unos siglos antes. La variante francesa de los tribunales populares se extendió  por todo el continente. Al principio de los años 1970, en Estados Unidos y después en numerosos países entre ellos Francia, el sorteo de jurados se efectuó directamente entre todos los ciudadanos  y no a partir de algina lista elegida previamente por la autoridad. Recientemente los politólogos, el alemán Peter Dienel y americano Ned Crossby inspirándose en  los jurados  franceses, propusieron  el sorteo a partir  de un  censo de ciudadanos para que debatan los asunto públicos.
Significado del sorteo en política:
Sorteo, democracia y autogobierno republicano. Toda un alinea de pensamiento ha seguido la tesis de Aristóteles que puede parecer contra-intuitiva para nuestra manera de pensar contemporánea. “Se considera como democrático que los magistrados sean atribuidas `por sorteo y oligárquico que sean elegidas “(31).  Esta interpretación fue recogida durante el primer renacimiento por Leonardo Bruni, canciller de la republica de Florencia, por Giucardini en tiempo de Maquiavelo y por Harriongton casi  un siglo más parte,  y por Montesquieu y por Rousseau antes de la Revolución Francesa. En nuestros días ha sido ampliamente defendida pro filósofos  como Jacques Ranciere o Bernard Manin (32)
Sin embargo, aunque el sorteo en po9litica introduce una lógica de igualdad radical entre aquellos entre los que se practica  no es democrático sino en la medida en que el grupo incluya la totalidad de los ciudadanos o al menos una gran mayoría de ellos. De manera más precisa, habría que decir que en el interior de un grupo determinado, el sorteo  asociado a la rápida rotación de cargos es un procedimiento que favorece el autogobierno de todos y para todos donde todos son a la vez gobernantes y gobernados. Todos tienen de esta manera las mismas oportunidades de acceso al a las funciones de deliberación y a las de decisión, Esto era central en Atenas y en la misma medida está presente en las ciudades -estado de la republica florentina.
(…)En los jurados populares interviene otra lógica. Hegel es quien lo teoriza mejor ( 41). En el juicio penal, el jurado toma “conocimiento del caso en la singularidad de sus términos” y constituye, según él, “ un concomimiento que está al alcance cualquier hombre cultivado”, particularmente en la medida “ en que  no versa sobre objetos abstractos alcanzables por el razonamiento o el entendimiento sino únicamente sobre particularidades, circunstancias y objetos que resultan de la intuición sensible y de la certeza subjetiva”. Esto es accesible a los profanos. Dado que se apoya menos sobre lógicas rigurosas que  sobre la “convicción subjetiva y la conciencia”, la calificación de un acto y la constatación del hecho no deriva de  la universalidad. La participación de los jurados permite a los miembros de una sociedad civil conocer el derecho, de practicarlo, reclamarse de él y de ser juzgado por sus iguales en lugar de estar “ bajo la tutela de un  cuerpo de jueces y reducidos a una especie de servidumbre respecto a ellos”. Pero se descarta que los profanos tomen decisiones en el plan objetivo,  en el de la ley, lo que los republicanos franceses llamaban el interés general. El sorteo permite así garantizar que el poder de todos es asumido por todos y cada uno, es decir por individuos intercambiables que recurren al sentido común. (…)
Fuera de su utilización en los jurados, el sorteo desapareció completamente en las democracias modernas. Ha sido necesario esperar a experiencias de democracia deliberativa de finales del siglo XX para verlo reaparecer nuevamente apoyándose, esta vez,  en la técnica del muestreo significativo (desconocida hasta entonces) y que supone una lógica muy diferente de las que acabamos de describir (42).
En la historia republicana y democrática occidental el sorteo y elecciones han sido como dos polos en tensión, el sorteo encarnaba una lógica más democrática y la elección una lógica más aristocrática. No obstante se han desarrollado en el mismo campo, el de la afirmación  de lo político concebido en  el sentido de lucha por el poder del Estado, pero también de la institucionalización de un debate público sobre los asuntos de la ciudad. En el   proceso de racionalización política que caracterizaba  a Grecia jugó un papel sobre la toma de decisiones y al mismo tiempo  para la elección de los cargos públicos aleatoriamente (43). Lo mismo, en diferentes grados, en la republica romana, en  las ciudades-estado  italianas o en las villas de la Corona de Aragón. El siglo que empieza ¿sabrá sacar las consecuencias?

•Fuente: Yves Sintomer, « Tirage au sort et démocratie délibérative. Une piste pour renouveler la politique au XXIe siècle ? », La Vie des idées, 5 juin 2012. ISSN : 2105-3030. URL : http://www.laviedesidees.fr/Tirage-au-sort-et-democratie.html
•Notas y bibliografía: http://www.laviedesidees.fr/Petite-histoire-du-tirage-au-sort.html


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