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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

26/12/19

JOHN DEWEY : Democracia creativa.



INTRODUCCION

 Por Miguel Angel Domenech

“ Democracia Creativa: La tarea ante Nosotros” ( “ Creative Democracy: The Task Before Us) es el texto de una conferencia escrita por J.Dewey y leída en New  York el 20 de octubre de 1939, de un Dewey que cumplía 80 años ese día. Representa uno de los textos- resumen  o testamento de lo que constituye el   núcleo de las preocupaciones del  pensamiento político mas maduro y ultimo de Dewey, junto con  otros ensayos en los que constantemente insiste desde la misma perspectiva en la misma preocupación: la democracia como forma de vida y como camino y tarea siempre por hacer , como ética . Es la continuación e insistencia del mismo tema tratado en otros como: “La democracia es radical”  de enero de 1937,  “Educación y Cambio Social”  de mayo de 1937.  La acción social y política  es vista como acción responsable de los ciudadanos y la democracia como un sistema de vida, un ethos  cuyo   régimen y  existencia es solo posible por esa responsabilidad ciudadana ,  aquella ética y la  promoción educativa en ese empeño y ese valor. 

Dewey es un gran ignorado en España y muy pocas de sus obras han sido traducidas y editadas en castellano (1)  El desconocimiento de Dewey hace que sólo sea conocido en el ámbito de especialistas académicos. Ni siquiera sus compromisos políticos radicales y excepcionales  le han hecho popular entre el vulgo de las izquierdas en España . Así puede sorprender que no se sepa el talante insurgente de Dewey que a pesar de ser  casi oficialmente el filosofo de USA por excelencia acogió al escritor revolucionario Gorky en su propia casa cuando por la presión de la prensa los hoteles se negaban a alojarle y con ello estuvo a punto de perder su puesto en la Universidad de Columbia. Que fue un activo defensor de las libertades civiles desde los años 20  y a él se debe buena parte de la repercusión internacional que tuvo la ejecución de Sacco y Vanzetti, los anarquistas condenados con absoluta falta de pruebas, proceso que Dewey denunció . Que fue un apasionado defensor del Bertrand Russel desposeído de su cátedra del City College de New York por la presión religiosa integrista.   Que perteneció a la Comisión Internacional del caso Trotsky que dictamino la inocencia del ilustre exilado juzgado como criminal por los jueces estalinistas. Que vinculaba teóricamente como una de las causas del surgimiento de los totalitarismos fascistas y nazis a   la incapacidad del liberalismo de producir una  sociedad solidaria e integrada Que acusó de tibieza la reforma social del New Deal de Roosevelt y subrayaba la necesidad de una tercera fuerza política en USA radicalmente opuesta a lo que el consideró la inviabilidad del laissez-faire del capitalismo,... Dewey hubiera sido todo un peligrosísimo y extremo  “ comunista” a los ojos del macarthysmo , de Busch y del  Tea Party . Para algunos (2),  John Dewey  junto con su  intimo amigo  G.H. Mead , representa la continuidad de la inspiración republicana que – como se ha hecho patente hoy día  gracias a trabajos de Pockoc, Bailyn, Dunn y otros- estaba en el origen de la revolución y la independencia americana cuya formación no siendo  solo prolongación del pensamiento liberal lockiano y  wight.

La imaginería oficial ha permitido a Dewey pasar el filtro necesario para poder posar como liberal quizás por la ignorancia de sus escritos, sin que la censura difusa de opinión que se extiende por USA contra todo lo que tenga el mas mínimo aroma socialista  se haya apercibido y le haya retirado los laureles. Bastaría que tropezasen sobre esta frase de Dewey en su “Democracia Radical” ( 1937)  para desengañarse: “ El falseamiento y la estupidización de la personalidad humana que practica el actual régimen pecuniario y competitivo desmiente el dictum según el cual el sistema social vigente encarna  la libertad y la autonomía del individuo, y lo desmienten en cualquier concepción de la libertad e individualidad en la que estas existan para todos por igual”.

John Dewey y G.H.Mead pueden  a justo titulo calificarse como integrantes genuinos y antecedentes avanzados del resurgimiento del pensamiento político del republicanismo contemporáneo. Dewey no se hace justicia a si mismo  al etiquetarse en sus escritos  primeros como “liberal”. El calificativo de liberal, que ya no usa con asiduidad y agrado  en sus escritos mas maduros no son significativos de su posicionamiento ideológico. En realidad, Dewey, al igual que hicieran Jefferson o Harrington, utilizan el lenguaje del paradigma liberal criticándolo hasta un punto que los contenidos de esa critica y sus temas le situarían verdaderamente en un verdadero ponente  del republicanismo cívico  y  antecesor  inmediato de las versiones republicanas de hoy dia  en materia de   democracia radical  participativa y deliberativa.  Como muestra el texto que a continuación reproducimos.

(1).- La ultima, y de las rarísimas , por la Generalitat Valenciana.-Edicions Alfonso El Magnanim 1996: “Liberalismo y acción social y otros ensayos”).
(2) .- F. Carreira da Silva.- “ Ideas republicanas en el pensamiento contemporáneo”.- B.Nueva.-Madrid 2009.




En el texto que se ofrece a continuación el arranque es decididamente republicano: lo característico de la creación de la fundación  americana es la estructura de una sociedad dotada de autogobierno y no los freedom from , los derechos y libertades  liberales de los que no se habla. En todo el texto resuena  un evidente eco de la Oración Fúnebre de Pericles.  La llamada a la responsabilidad personal  en implicarse en la consecución del régimen democrático para que éste funcione recuerda inmediatamente al Pericles de censura de “aquellos que no participan en los asuntos públicos, los consideramos no solo  apolíticos sino  inútiles” y la necesidad de continuar aquella “virtud  publica de los antepasados que en  sucesivas generaciones nos lo entregaron libre el pais”, pues sin este compromiso permanente  la democracia no funciona porque no se trata de una maquina que hayamos inventado de movimiento perpetuo en politica  según la genial y brillante imagen de Dewey.

Esta responsabilidad en lo común de ninguna manera se opone al desarrollo pleno  de las capacidades personales sino que  intensifica  nuestro desarrollo personal,   la “ belleza y comodidad de nuestras casas particulares” con aquel “ disfrute diario que aleja toda congoja” y dejando  libremente el desarrollo individual del otro libremente y “sin irritarnos con el vecino cuando hace algo a su gusto”, “conviviendo sin molestias en nuestros asuntos privados”, de manera que “cada uno pueda exhibir su persona como capaz de realizar incontables formas de vida” sin que nadie sea discriminado por razon de su riqueza o pobreza o de extranjeria . Es el mismo subrayado de Dewey en el desarrollo de las potencialidades de todos sin discriminación ni sospecha. El mismo orgullo en ambos discursos  por estar experimentando un verdadero “ modo de vida”  como define Dewey la democracia y no únicamente un mecanismo  “meramente institucional y externo” 

 La capacidad de deliberación conjunta de los asuntos comunes que subraya Pericles como distintiva del régimen democrático , que no resta eficacia a la acción, en Dewey viene caracterizando hasta tal punto la democracia que es la prohibición de la asamblea y de reunión-  incluso en las “reuniones de vecinos en  esquinas de las calles discutiendo y rediscutiendo”,  el vicio entre los mas crueles que caracterizan a los regímenes  totalitarios peor aun  que el hecho de las prisiones , situando la democracia como lugar “de la discusión y de la inteligencia” .  No es menos lejano a la Oración Fúnebre, la insistencia de  Dewey en  la necesidad  de educar en democracia y la importancia de haber sido educado en ella.  Es la paideia  central del modo de vida democrático que hace que Atenas sea  una “verdadera escuela de toda la Helade” en el discurso de Pericles. En otros textos Dewey es particularmente insistente en la democracia como resultado de una educación que debe cultivarse  específicamente y de manera  prioritaria  , como un modo de vida imposible sin aquella educación , como un modo de vida al que se llega  por el habito y la practica de una educación libre y,  viceversa y al mismo tiempo  , la educación  en una moralidad social y política no es posible sin democracia.

No me atrevo a destacar, por temor a equivocarme, la concepción de la política de Dewey  como tarea fundada en la experiencia : “ las restantes formas de fe moral y social nacen de la idea de que la experiencia debe de estar sujeta en un punto u otro a cierta forma de control externo, de alguna autoridad que supuestamente existe fuera de los procesos de la experiencia. El demócrata cree que le proceso de la experiencia es mas importante que cualquier resultado particular de manera que los resultados  concretos tienen verdadero valor si se emplean para enriquecer y ordenador el proceso en curso, etc., etc, .  la experiencia significa la libre interacción de los seres humanos con el entorno...tal interacción transforma” , etc, etc. .....ver los tres últimos párrafos de Dewey. Naturalmente es característico del pragmatismo americano en cuya corriente filosófica  pertenecen tanto él como G.H. More. ( corriente en la que no solo está Rortry sino radicales de la democracia cívica  como H. Putnam,  hay que recordar)  . Pero  ¿ no es al concepción de la política ante todo como una praxeología? ¿ No es una filosofía de la praxis ¿A seguir y opinar.

  

DEMOCRACIA CREATIVA: LA TAREA ANTE NOSOTROS




DEMOCRACIA CREATIVA: LA TAREA ANTE NOSOTROS

En estas circunstancias, inútil es intentar disimular que me las he arreglado para vivir ochenta años. Puede que la mención de este hecho les sugiera otro mas importante: a saber, que los acontecimientos mas importantes para el destino de este país han tenido lugar durante los últimos cuatro quintos de siglo, un lapso que cubre mas de la mitad de la vida nacional tal y como hoy se nos presenta. Por razones obvias, o intentaré hacer  un compendio sin siquiera de los acontecimientos más significativos de nuestra historia. Los menciono aquí por su relevancia con respecto a la causa que este país abrazó en cuanto se forjo una nación: la creación de una democracia, una causa que resulta tan apremiante ahora como cien años atrás, cuando los hombres mas experimentados y juiciosos del país se aunaron para estimar las posibilidades y crear la estructura política de una sociedad dotada de autogobierno.

Pues el resultado práctico de los cambios acontecidos durante los últimos años es que los modos de vida que en otro tiempo fueron consecuencia natural y prácticamente inevitable de condiciones favorables, hoy han de ser ganados con el esfuerzo decidido y resuelto. No todo el país  se hallaba en situación de pionerismo hace ochenta años. Pero, con la posible excepción de algunas ciudades mas grandes, el país se hallaba tan ligado a la fase de pionerismo de la vida americana que las tradiciones del pueblo pionero, o propiamente del frontier, eran factores activos a la hora de forjar la mentalidad, las creencias de quienes nacieron en tales condiciones de vida. En la imaginación, cuando menos,. El país aún tenía una frontera abierta, en  la cual yacían recursos intactos y sin dueño. Era un país que brindaba oportunidades materiales e incentivos. Así y todo, el nacimiento de esta nueva nación obedecía a algo mas que una maravillosa conjunción de circunstancias materiales. Por entonces había una agrupación de hombres capaces de readaptar las antiguas instituciones e ideas a hacer frente a las situaciones provocadas por las nuevas condiciones físicas, hombres dotados de una extraordinaria inventiva política.

En el presente la frontera es moral, no física. El período de territorios libres de extensión  aparentemente ilimitada ya se ha consumado. Mas que materiales, los recursos desaprovechados son humanos. Son  ese derroche de hombres y mujeres adultos sin oportunidades laborales, sumados a los jóvenes que se encuentran puertas cerradas alli donde antes había oportunidades. La crisis que hace ciento cincuenta años reclamó la imaginación política, hoy, se nos presenta bajo una forma que exige en mayor medida nuestra creatividad humana.

Esto es, sobre todo, lo que quiero decir cuando afirmo que hoy hemos de re-crear mediante un esfuerzo meditado y resuelto una democracia que en su origen, hace ciento cincuenta años, fue en gran medida el resultado de una afortunada combinación de hombres y circunstancias. Durante largo tiempo, hemos vivido de una herencia procedente de la feliz conjunción de personas y acontecimientos en tiempos pasados . El presente estado del mundo nos recuerda seriamente que hemos de emplear todas nuestras energías y demostrar ser dignos herederos de nuestro legado. Hacer en las criticas y complejas condiciones de hoy lo que los hombres del pasado hicieron en condiciones mas simples constituye todo un desafío.

Si hago hincapié en que dicho cometido sólo puede cumplirse con la invención y la creatividad, es en parte porque la intensidad de la crisis actual se debe en gran medida al hecho de que durante mucho tiempo hemos actuado como si nuestra democracia fuera algo que se perpetuara automáticamente; como si nuestros antecesores hubieran logrado montar una maquina que resolviera el problema del movimiento perpetuo en la política. Actuamos como si la democracia fuera algo que tuvo lugar principalmente entre Wansington y Albany- o cualquier otra capital del estado- gracias al empuje de lo qeu ocurría cuando hombres y mujeres iban a votar una vez al año, manera un tanto extrema de decir que nos hemos habituado a concebir la democracia como una especie de mecanismo político que funciona siempre y cuando los ciudadanos son razonablemente legales en el cumplimiento de sus obligaciones políticas.

En los últimos años venimos oyendo con insistente frecuencia que ello no basta, que la democracia en una forma de vida. Pero no estoy seguro de que esta nueva y mejorada formulación no retenga algo de la exterioridad de la vieja idea. Sea como fuere, solo podemos evitar ese modo externo de pensar si somos conscientes de que la democracia es una forma personal de vida individual, que significa la posesión y el continuo uso de ciertas actitudes que forjan el carácter y determinan los deseos y los propósitos en todas las relaciones de la vida. En lugar de pensar que nuestros propios hábitos y disposiciones se acomodan  a ciertas instituciones hemos de aprender a concebir estas ultimas a modo de expresiones, proyecciones y extensiones de actitudes personales por lo general preponderantes.

La democracia como forma de vida personal, individual, no supone nada fundamentalmente nuevo. Pero su aplicación confiere un nuevo significado práctico a las antiguas ideas. Su puesta en práctica significa que la democracia solo puede enfrentarse a los poderosos enemigos que hoy la acechan creando nuevas actitudes personales en los seres humanos individualmente considerados. Significa también que debemos dejar de pensar que puede defenderse con medios de naturaleza externa, sena militares o civiles, si esos medios son ajenos a esas actitudes individuales, profundamente asentadas que constituyen el carácter personal.

La democracia es un modo de vida orientada por una fe practica en las posibilidades de la naturaleza humana. La creencia en el hombre común es uno de los puntos familiares del credo democrático. Esta creencia carece de fundamento y de sentido  salvo cuando significa una fe en las posibilidades de la naturaleza humana tal y como esta se revela en cualquier ser humano, no importa cual sea su raza, color, sexo, nacimiento u origen familiar, ni su riqueza material o cultural. Esta fe puede promulgarse en estatutos pero quedará  solo sobre el papel a menos que se refuerce en las actitudes que los seres humanos revelan en sus mutuas relaciones en todos los acontecimientos de la vida cotidiana.  Denunciar al  nazismo por su intolerancia, su crueldad y su incitación al odio no es mas que propagar una doble moral, si en nuestras relaciones personales, en nuestro obrar y conversar cotidianos, actuamos movidos por prejuicios raciales u otros prejuicios de clase, si no abrazamos una creencia generosa en las potencialidades de los demás como seres humanos. Esta creencia implica la necesidad de crear las condiciones que posibiliten ese desarrollo pleno de las capacidades. Abrazar la fe democrática significa creer que todo ser humano, independientemente de la cantidad o del nivel de sus dotes personales, tiene derecho a gozar de las mismas oportunidades de cualquier persona para desarrollar cualesquiera aptitudes que posea. La creencia democrática en el principio de iniciativa revela generosidad. Es universal. Es la creencia en la capacidad de todas les personas para dirigir su propia vida, libre de toda coacción e imposición por `parte de los demás, siempre dándose las debidas condiciones.

La democracia es un modo de vida personal que no esta guiado por la mera creencia en la naturaleza humana en general, sino por la fe en la capacidad de los seres humanos para juzgar y actuar inteligentemente en las situaciones apropiadas. En mas de una ocasión, se me ha acusado, desde distintas posiciones de abrazar una fe impropia, utópica, en las posibilidades de la inteligencia y en la educación como correlato de ésta. Sea como fuere, no fui yo quien invento esa fe. La adquirí de mi entorno, en la medida en que ese entorno estaba influido por un espíritu democrático.  ¿ pues qué es la fe en la democracia, en su papel de consulta, discurso, persuasión, discusión, y formación de la opinión pública, que a la larga se autocorrige, salvo la fe en la capacidad de la inteligencia del hombre común para responder con sentido común al libre juego de hechos e ideas, asegurando por las garantías efectivas de investigación, la asamblea, la comunicación libres? Estoy dispuesto  a  abandonar en manos de los defensores de los estados totalitarios de derechas e izquierdas la creencia en el carácter utópico de dicha fe. Pues la fe en cuestión esta tan profundamente arraigada en métodos intrínsecamente democráticos que cuando alguien confiesa ser demócrata y niega esa fe, se condena a traicionar la causa que dice defender. 

Cuando pienso en las condiciones bajo las cuales viven hoy los hombres y mujeres en muchos países extranjeros bajo el terror del espionaje, corriendo peligro por reunirse para conversar en  privado con sus amigos, me inclino a creer que la base y garantía ultima de la democracia se halla en las reuniones libres de vecinos en las esquinas de las calles, discutiendo y rediscutiendo las noticias del día leídas en publicaciones sin censura, y en las reuniones de amigos en los salones de sus casas, conversando libremente. La intolerancia, los abusos, los nombres apuntados en listas negras por diferencias de opinión en temas religiosos, políticos, o económicos, y también por las diferencias de raza, color , riqueza o nivel cultural son una traición al modo de vida democrático. Pues todo aquello que obstaculiza la libertad y la plena comunicación levanta barreras que separan a los seres humanos en grupos y camarillas, en acciones y clanes antagónicos, con lo cual trunca el modo de vida democrático. Las garantías puramente legales de las libertades civiles, la libertad de credo, expresión y reunión son un pobre aval si en la vida cotidiana la libertad de comunicación, el intercambio de ideas, hechos y experiencias se anulan con la sospecha mutua, los ultrajes, el miedo y el odio. Todo ello quiebra las condiciones básicas del modo de vida democrático con mayor efectividad incluso que la coerción abierta, la cual solo es operativa cuando logra alimenta el odio, al sospecha y la intolerancia en el espíritu de seres humanos. Valga como ejemplo lo que ocurre en los estados totalitarios.

Finalmente , dadas las dos condiciones ya mentadas, la democracia como modo de via esta orientada a la fe personal en el trabajo dia a dia con las demás personas. La democracia es la creencia de que incluso cuando las necesidades, los fines o las consecuencias difieren en cada individuo, el habito de la cooperación amistosa- habito que no excluye la rivalidad y la competencia como en el deporte- es de por si una valiosa contribución  a la vida. En la medida de lo posible, extraer cualquier conflicto que surja- y han de seguir surgiendo conflictos- fuera de un contexto de fuerza y resolución por medios violentos, para situarlo en el de la discusión y la inteligencia es tratar a quienes discrepan con nosotros- por muy grave que sea la discrepancia- como personas de quienes podemos aprender , en este sentido, como amigos. La auténtica fe democrática en la paz es aquella que confía e la posibilidad de dirimir sus disputas , las controversias y los conflictos como empresas cooperativas en las que cada una de las partes aprenden dando a la otra la posibilidad de expresarse, en lugar de considerarla como un enemigo a derrotar y suprimir por la fuerza, supresión esta no menos violenta cuando se logra por medios psicológicos como la ridiculización, el abuso, al intimidación, que cuando es consecuencia de la de ingreso en la cárcel o el campo de concentración. La libre expresión de las diferencias no es solo un derecho de los demás sino un modo de enriquecer nuestra propia experiencia. Cooperar, dejando que las diferencias puedan cobrar libre expresión, es algo inherente al  modo de vida democrático.

Ante la acusación de que cuanto he dicho  no es mas que un conjunto de tópicos orales, solo puedo responder que esa es precisamente la intención de mis afirmaciones. Pues desprendernos del hábito de concebir la democracia como algo institucional y externo, adquiriendo hábito de tratarla como un modo de vida persona, es tomar conciencia de que la democracia es un ideal moral que, en la medida en que pasa a ser un hecho, es un hecho moral. La democracia solo tiene realidad por cuanto forma parte de  la vida diaria.

Mis años de madurez han estado consagrados a la filosofía, por lo que ruego me disculpen que, para terminar, describa la fe democrática en términos formales de una posición filosófica. Formulada en tales términos, la democracia es la creencia en la capacidad de la naturaleza humana para generar objetivo y métodos que acrecientan y enriquecen el curso de la experiencia. Las restantes formas de fe moral y social nacen la idea de que a experiencia debe de estar sujeta en un punto u otro a cierta forma de control externo, de alguna “ autoridad” que supuestamente existe fuera de los procesos de la experiencia. El demócrata cree que el proceso de la experiencia es mas importante que cualquier otro resultado particular, de manera que los resultados concretos tienen verdadero valor si se emplean para enriquecer y ordenar el proceso en curso. Ya que le proceso de la experiencia puede ser un agente educativo , la fe en la democracia y la fe en la experiencia y la educación son una y la misma cosa. Cuando los fines y los valores se separan del proceso en curso, se convierten en hipóstasis, en fijaciones que paralizan los logros obtenidos, impidiendo que reviertan sobre ese curso , abriendo el camino y señalando la dirección de nuevas y mejores experiencias.

En este contexto, al experiencia significa la libre interacción de los seres humanos con el entorno y sus condiciones- en particular con el entorno humano. Tal interacción transforma las necesidades y satisface los deseos por medio del aumento del conocimiento de las cosas. El conocimiento de las condiciones reales son la única base sólida para la comunicación y la participación. Toda comunicación que no este basada en dicho reconocimiento implica el sometimiento a otras personas o a las opiniones personales de otros. La necesidad y el deseo- de donde nacen el fin y la dirección de la energía- van mas allá de lo que existe, y por lo tanto, del conocimiento y de la ciencia. Abren continuamente el camino hacia un futuro inexplorado e inalcanzado.

Frente a otros modos de vida la democracia es el único inspirado y sostenido por la firme  creencia en el proceso de la experiencia en cuanto fin y en cuanto medio, en la experiencia que puede generar ciencia, una autoridad fehaciente para la dirección de ulteriores experiencias y que libera emociones y deseos hasta traer al ser cosas que no existieron en el pasado. Porque todo modo de vida carece de democracia limita los contactos, los intercambios, las comunicaciones y las interacciones que estabilizan, amplían y enriquecen la experiencia. Esa liberación y el enriquecimiento son una tarea que debe acometerse en el dia a dia. Puesto que esta tarea  no puede tocar fin hasta que la experiencia misma finalice, el cometido de la democracia es y será siempre la creación de una experiencia más  libre y más humana, en la que todos participemos y a la que todos contribuyamos.

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