INTRODUCCION
Por Miguel Angel Domenech
“ Democracia Creativa: La
tarea ante Nosotros” ( “ Creative Democracy: The Task Before
Us) es el texto de una conferencia escrita por J.Dewey y leída en New
York el 20 de octubre de 1939, de un Dewey que cumplía 80 años ese día.
Representa uno de los textos- resumen o testamento de lo que constituye
el núcleo de las preocupaciones del pensamiento político mas
maduro y ultimo de Dewey, junto con otros ensayos en los que
constantemente insiste desde la misma perspectiva en la misma preocupación: la
democracia como forma de vida y como camino y tarea siempre por hacer , como
ética . Es la continuación e insistencia del mismo tema tratado en otros como:
“La democracia es radical” de enero de 1937, “Educación
y Cambio Social” de mayo de 1937. La acción social y
política es vista como acción responsable de los ciudadanos y la
democracia como un sistema de vida, un ethos cuyo régimen
y existencia es solo posible por esa responsabilidad ciudadana ,
aquella ética y la promoción educativa en ese empeño y ese valor.
Dewey es un gran ignorado en
España y muy pocas de sus obras han sido traducidas y editadas en castellano
(1) El desconocimiento de Dewey hace que sólo sea conocido en el ámbito
de especialistas académicos. Ni siquiera sus compromisos políticos radicales y
excepcionales le han hecho popular entre el vulgo de las izquierdas en
España . Así puede sorprender que no se sepa el talante insurgente de Dewey que
a pesar de ser casi oficialmente el filosofo de USA por excelencia acogió
al escritor revolucionario Gorky en su propia casa cuando por la presión de la
prensa los hoteles se negaban a alojarle y con ello estuvo a punto de perder su
puesto en la Universidad de Columbia. Que fue un activo defensor de
las libertades civiles desde los años 20 y a él se debe buena parte de la
repercusión internacional que tuvo la ejecución de Sacco y Vanzetti, los anarquistas
condenados con absoluta falta de pruebas, proceso que Dewey denunció . Que fue
un apasionado defensor del Bertrand Russel desposeído de su cátedra del City
College de New York por la presión religiosa integrista. Que
perteneció a la Comisión Internacional del caso Trotsky que dictamino
la inocencia del ilustre exilado juzgado como criminal por los jueces
estalinistas. Que vinculaba teóricamente como una de las causas del surgimiento
de los totalitarismos fascistas y nazis a la incapacidad del liberalismo
de producir una sociedad solidaria e integrada Que acusó de tibieza la
reforma social del New Deal de Roosevelt y subrayaba la necesidad de una
tercera fuerza política en USA radicalmente opuesta a lo que el consideró la
inviabilidad del laissez-faire del capitalismo,... Dewey hubiera sido todo un
peligrosísimo y extremo “ comunista” a los ojos del macarthysmo , de
Busch y del Tea Party . Para algunos (2), John Dewey junto
con su intimo amigo G.H. Mead , representa la continuidad de la
inspiración republicana que – como se ha hecho patente hoy día gracias a
trabajos de Pockoc, Bailyn, Dunn y otros- estaba en el origen de la revolución
y la independencia americana cuya formación no siendo solo prolongación
del pensamiento liberal lockiano y wight.
La imaginería oficial ha
permitido a Dewey pasar el filtro necesario para poder posar como liberal
quizás por la ignorancia de sus escritos, sin que la censura difusa de opinión
que se extiende por USA contra todo lo que tenga el mas mínimo aroma socialista
se haya apercibido y le haya retirado los laureles. Bastaría que tropezasen
sobre esta frase de Dewey en su “Democracia Radical” ( 1937) para
desengañarse: “ El falseamiento y la estupidización de la personalidad
humana que practica el actual régimen pecuniario y competitivo desmiente el
dictum según el cual el sistema social vigente encarna la libertad y la
autonomía del individuo, y lo desmienten en cualquier concepción de la libertad
e individualidad en la que estas existan para todos por igual”.
John Dewey y G.H.Mead
pueden a justo titulo calificarse como integrantes genuinos y
antecedentes avanzados del resurgimiento del pensamiento político del
republicanismo contemporáneo. Dewey no se hace justicia a si mismo al
etiquetarse en sus escritos primeros como “liberal”. El calificativo de
liberal, que ya no usa con asiduidad y agrado en sus escritos mas maduros
no son significativos de su posicionamiento ideológico. En realidad, Dewey, al
igual que hicieran Jefferson o Harrington, utilizan el lenguaje del paradigma
liberal criticándolo hasta un punto que los contenidos de esa critica y sus
temas le situarían verdaderamente en un verdadero ponente del
republicanismo cívico y antecesor inmediato de las versiones
republicanas de hoy dia en materia de democracia
radical participativa y deliberativa. Como muestra el texto que a
continuación reproducimos.
(1).- La ultima, y de las
rarísimas , por la Generalitat Valenciana.-Edicions Alfonso El Magnanim
1996: “Liberalismo y acción social y otros ensayos”).
(2) .- F. Carreira da
Silva.- “ Ideas republicanas en el pensamiento contemporáneo”.- B.Nueva.-Madrid
2009.
En el texto que se ofrece a
continuación el arranque es decididamente republicano: lo característico de la
creación de la fundación americana es la estructura de una sociedad
dotada de autogobierno y no los freedom from , los derechos y
libertades liberales de los que no se habla. En todo el texto
resuena un evidente eco de la Oración Fúnebre de
Pericles. La llamada a la responsabilidad personal en implicarse en
la consecución del régimen democrático para que éste funcione recuerda
inmediatamente al Pericles de censura de “aquellos que no participan en los asuntos
públicos, los consideramos no solo apolíticos sino inútiles” y la
necesidad de continuar aquella “virtud publica de los antepasados que
en sucesivas generaciones nos lo entregaron libre el pais”, pues sin este
compromiso permanente la democracia no funciona porque no se trata de una
maquina que hayamos inventado de movimiento perpetuo en politica según la
genial y brillante imagen de Dewey.
Esta responsabilidad en lo
común de ninguna manera se opone al desarrollo pleno de las capacidades
personales sino que intensifica nuestro desarrollo
personal, la “ belleza y comodidad de nuestras casas particulares”
con aquel “ disfrute diario que aleja toda congoja” y dejando libremente
el desarrollo individual del otro libremente y “sin irritarnos con el vecino
cuando hace algo a su gusto”, “conviviendo sin molestias en nuestros asuntos
privados”, de manera que “cada uno pueda exhibir su persona como capaz de
realizar incontables formas de vida” sin que nadie sea discriminado por razon
de su riqueza o pobreza o de extranjeria . Es el mismo subrayado de Dewey en el
desarrollo de las potencialidades de todos sin discriminación ni sospecha. El
mismo orgullo en ambos discursos por estar experimentando un verdadero “
modo de vida” como define Dewey la democracia y no únicamente un
mecanismo “meramente institucional y externo”
La capacidad de
deliberación conjunta de los asuntos comunes que subraya Pericles como
distintiva del régimen democrático , que no resta eficacia a la acción, en
Dewey viene caracterizando hasta tal punto la democracia que es la prohibición
de la asamblea y de reunión- incluso en las “reuniones de vecinos
en esquinas de las calles discutiendo y rediscutiendo”, el vicio
entre los mas crueles que caracterizan a los regímenes totalitarios peor
aun que el hecho de las prisiones , situando la democracia como lugar “de
la discusión y de la inteligencia” . No es menos lejano a la Oración
Fúnebre, la insistencia de Dewey en la necesidad de educar en
democracia y la importancia de haber sido educado en ella. Es la
paideia central del modo de vida democrático que hace que Atenas
sea una “verdadera escuela de toda la Helade” en el discurso de
Pericles. En otros textos Dewey es particularmente insistente en la democracia
como resultado de una educación que debe cultivarse específicamente y de
manera prioritaria , como un modo de vida imposible sin aquella
educación , como un modo de vida al que se llega por el habito y la
practica de una educación libre y, viceversa y al mismo tiempo , la
educación en una moralidad social y política no es posible sin
democracia.
No me atrevo a destacar, por
temor a equivocarme, la concepción de la política de Dewey como tarea
fundada en la experiencia : “ las restantes formas de fe moral y social nacen
de la idea de que la experiencia debe de estar sujeta en un punto u otro a
cierta forma de control externo, de alguna autoridad que supuestamente existe
fuera de los procesos de la experiencia. El demócrata cree que le proceso de la
experiencia es mas importante que cualquier resultado particular de manera que
los resultados concretos tienen verdadero valor si se emplean para
enriquecer y ordenador el proceso en curso, etc., etc, . la experiencia
significa la libre interacción de los seres humanos con el entorno...tal
interacción transforma” , etc, etc. .....ver los tres últimos párrafos de
Dewey. Naturalmente es característico del pragmatismo americano en cuya
corriente filosófica pertenecen tanto él como G.H. More. ( corriente en
la que no solo está Rortry sino radicales de la democracia cívica como H.
Putnam, hay que recordar) . Pero ¿ no es al concepción de la
política ante todo como una praxeología? ¿ No es una filosofía de la praxis ¿A
seguir y opinar.
DEMOCRACIA CREATIVA: LA
TAREA ANTE NOSOTROS
DEMOCRACIA CREATIVA: LA
TAREA ANTE NOSOTROS
En estas circunstancias,
inútil es intentar disimular que me las he arreglado para vivir ochenta años. Puede
que la mención de este hecho les sugiera otro mas importante: a saber, que los
acontecimientos mas importantes para el destino de este país han tenido lugar
durante los últimos cuatro quintos de siglo, un lapso que cubre mas de la mitad
de la vida nacional tal y como hoy se nos presenta. Por razones obvias, o
intentaré hacer un compendio sin siquiera de los acontecimientos más
significativos de nuestra historia. Los menciono aquí por su relevancia con
respecto a la causa que este país abrazó en cuanto se forjo una nación: la
creación de una democracia, una causa que resulta tan apremiante ahora como
cien años atrás, cuando los hombres mas experimentados y juiciosos del país se
aunaron para estimar las posibilidades y crear la estructura política de una
sociedad dotada de autogobierno.
Pues el resultado práctico
de los cambios acontecidos durante los últimos años es que los modos de vida
que en otro tiempo fueron consecuencia natural y prácticamente inevitable de
condiciones favorables, hoy han de ser ganados con el esfuerzo decidido y resuelto.
No todo el país se hallaba en situación de pionerismo hace ochenta años.
Pero, con la posible excepción de algunas ciudades mas grandes, el país se
hallaba tan ligado a la fase de pionerismo de la vida americana que las
tradiciones del pueblo pionero, o propiamente del frontier, eran
factores activos a la hora de forjar la mentalidad, las creencias de quienes
nacieron en tales condiciones de vida. En la imaginación, cuando menos,. El
país aún tenía una frontera abierta, en la cual yacían recursos intactos
y sin dueño. Era un país que brindaba oportunidades materiales e incentivos.
Así y todo, el nacimiento de esta nueva nación obedecía a algo mas que una
maravillosa conjunción de circunstancias materiales. Por entonces había una
agrupación de hombres capaces de readaptar las antiguas instituciones e ideas a
hacer frente a las situaciones provocadas por las nuevas condiciones físicas,
hombres dotados de una extraordinaria inventiva política.
En el presente la frontera
es moral, no física. El período de territorios libres de extensión
aparentemente ilimitada ya se ha consumado. Mas que materiales, los
recursos desaprovechados son humanos. Son ese derroche de hombres y
mujeres adultos sin oportunidades laborales, sumados a los jóvenes que se
encuentran puertas cerradas alli donde antes había oportunidades. La crisis que
hace ciento cincuenta años reclamó la imaginación política, hoy, se nos
presenta bajo una forma que exige en mayor medida nuestra creatividad humana.
Esto es, sobre todo, lo que
quiero decir cuando afirmo que hoy hemos de re-crear mediante un esfuerzo
meditado y resuelto una democracia que en su origen, hace ciento cincuenta
años, fue en gran medida el resultado de una afortunada combinación de hombres
y circunstancias. Durante largo tiempo, hemos vivido de una herencia procedente
de la feliz conjunción de personas y acontecimientos en tiempos pasados . El
presente estado del mundo nos recuerda seriamente que hemos de emplear todas
nuestras energías y demostrar ser dignos herederos de nuestro legado. Hacer en
las criticas y complejas condiciones de hoy lo que los hombres del pasado
hicieron en condiciones mas simples constituye todo un desafío.
Si hago hincapié en que
dicho cometido sólo puede cumplirse con la invención y la creatividad, es en
parte porque la intensidad de la crisis actual se debe en gran medida al hecho
de que durante mucho tiempo hemos actuado como si nuestra democracia fuera algo
que se perpetuara automáticamente; como si nuestros antecesores hubieran
logrado montar una maquina que resolviera el problema del movimiento perpetuo
en la política. Actuamos como si la democracia fuera algo que tuvo lugar
principalmente entre Wansington y Albany- o cualquier otra capital del estado-
gracias al empuje de lo qeu ocurría cuando hombres y mujeres iban a votar una
vez al año, manera un tanto extrema de decir que nos hemos habituado a concebir
la democracia como una especie de mecanismo político que funciona siempre y
cuando los ciudadanos son razonablemente legales en el cumplimiento de sus
obligaciones políticas.
En los últimos años venimos
oyendo con insistente frecuencia que ello no basta, que la democracia en una
forma de vida. Pero no estoy seguro de que esta nueva y mejorada formulación no
retenga algo de la exterioridad de la vieja idea. Sea como fuere, solo podemos
evitar ese modo externo de pensar si somos conscientes de que la democracia es
una forma personal de vida individual, que significa la posesión y el continuo
uso de ciertas actitudes que forjan el carácter y determinan los deseos y los
propósitos en todas las relaciones de la vida. En lugar de pensar que nuestros
propios hábitos y disposiciones se acomodan a ciertas instituciones hemos
de aprender a concebir estas ultimas a modo de expresiones, proyecciones y
extensiones de actitudes personales por lo general preponderantes.
La democracia como forma de
vida personal, individual, no supone nada fundamentalmente nuevo. Pero su
aplicación confiere un nuevo significado práctico a las antiguas ideas. Su
puesta en práctica significa que la democracia solo puede enfrentarse a los
poderosos enemigos que hoy la acechan creando nuevas actitudes personales en
los seres humanos individualmente considerados. Significa también que debemos
dejar de pensar que puede defenderse con medios de naturaleza externa, sena
militares o civiles, si esos medios son ajenos a esas actitudes individuales,
profundamente asentadas que constituyen el carácter personal.
La democracia es un modo de
vida orientada por una fe practica en las posibilidades de la naturaleza humana.
La creencia en el hombre común es uno de los puntos familiares del credo
democrático. Esta creencia carece de fundamento y de sentido salvo cuando
significa una fe en las posibilidades de la naturaleza humana tal y como esta
se revela en cualquier ser humano, no importa cual sea su raza, color, sexo,
nacimiento u origen familiar, ni su riqueza material o cultural. Esta fe puede
promulgarse en estatutos pero quedará solo sobre el papel a menos que se
refuerce en las actitudes que los seres humanos revelan en sus mutuas
relaciones en todos los acontecimientos de la vida cotidiana. Denunciar
al nazismo por su intolerancia, su crueldad y su incitación al odio no es
mas que propagar una doble moral, si en nuestras relaciones personales, en nuestro
obrar y conversar cotidianos, actuamos movidos por prejuicios raciales u otros
prejuicios de clase, si no abrazamos una creencia generosa en las
potencialidades de los demás como seres humanos. Esta creencia implica la
necesidad de crear las condiciones que posibiliten ese desarrollo pleno de las
capacidades. Abrazar la fe democrática significa creer que todo ser humano,
independientemente de la cantidad o del nivel de sus dotes personales, tiene
derecho a gozar de las mismas oportunidades de cualquier persona para
desarrollar cualesquiera aptitudes que posea. La creencia democrática en el
principio de iniciativa revela generosidad. Es universal. Es la creencia en la
capacidad de todas les personas para dirigir su propia vida, libre de toda
coacción e imposición por `parte de los demás, siempre dándose las debidas
condiciones.
La democracia es un modo de
vida personal que no esta guiado por la mera creencia en la naturaleza humana
en general, sino por la fe en la capacidad de los seres humanos para juzgar y
actuar inteligentemente en las situaciones apropiadas. En mas de una ocasión,
se me ha acusado, desde distintas posiciones de abrazar una fe impropia,
utópica, en las posibilidades de la inteligencia y en la educación como
correlato de ésta. Sea como fuere, no fui yo quien invento esa fe. La adquirí
de mi entorno, en la medida en que ese entorno estaba influido por un espíritu
democrático. ¿ pues qué es la fe en la democracia, en su papel de
consulta, discurso, persuasión, discusión, y formación de la opinión pública,
que a la larga se autocorrige, salvo la fe en la capacidad de la inteligencia
del hombre común para responder con sentido común al libre juego de hechos e
ideas, asegurando por las garantías efectivas de investigación, la asamblea, la
comunicación libres? Estoy dispuesto a abandonar en manos de los
defensores de los estados totalitarios de derechas e izquierdas la creencia en
el carácter utópico de dicha fe. Pues la fe en cuestión esta tan profundamente
arraigada en métodos intrínsecamente democráticos que cuando alguien confiesa
ser demócrata y niega esa fe, se condena a traicionar la causa que dice
defender.
Cuando pienso en las
condiciones bajo las cuales viven hoy los hombres y mujeres en muchos países
extranjeros bajo el terror del espionaje, corriendo peligro por reunirse para
conversar en privado con sus amigos, me inclino a creer que la base y
garantía ultima de la democracia se halla en las reuniones libres de vecinos en
las esquinas de las calles, discutiendo y rediscutiendo las noticias del día
leídas en publicaciones sin censura, y en las reuniones de amigos en los
salones de sus casas, conversando libremente. La intolerancia, los abusos, los
nombres apuntados en listas negras por diferencias de opinión en temas
religiosos, políticos, o económicos, y también por las diferencias de raza,
color , riqueza o nivel cultural son una traición al modo de vida democrático.
Pues todo aquello que obstaculiza la libertad y la plena comunicación levanta
barreras que separan a los seres humanos en grupos y camarillas, en acciones y
clanes antagónicos, con lo cual trunca el modo de vida democrático. Las
garantías puramente legales de las libertades civiles, la libertad de credo,
expresión y reunión son un pobre aval si en la vida cotidiana la libertad de
comunicación, el intercambio de ideas, hechos y experiencias se anulan con la
sospecha mutua, los ultrajes, el miedo y el odio. Todo ello quiebra las
condiciones básicas del modo de vida democrático con mayor efectividad incluso
que la coerción abierta, la cual solo es operativa cuando logra alimenta el
odio, al sospecha y la intolerancia en el espíritu de seres humanos. Valga como
ejemplo lo que ocurre en los estados totalitarios.
Finalmente , dadas las dos
condiciones ya mentadas, la democracia como modo de via esta orientada a la fe
personal en el trabajo dia a dia con las demás personas. La democracia es la
creencia de que incluso cuando las necesidades, los fines o las consecuencias
difieren en cada individuo, el habito de la cooperación amistosa- habito que no
excluye la rivalidad y la competencia como en el deporte- es de por si una
valiosa contribución a la vida. En la medida de lo posible, extraer
cualquier conflicto que surja- y han de seguir surgiendo conflictos- fuera de
un contexto de fuerza y resolución por medios violentos, para situarlo en el de
la discusión y la inteligencia es tratar a quienes discrepan con nosotros- por
muy grave que sea la discrepancia- como personas de quienes podemos aprender ,
en este sentido, como amigos. La auténtica fe democrática en la paz es aquella
que confía e la posibilidad de dirimir sus disputas , las controversias y los
conflictos como empresas cooperativas en las que cada una de las partes
aprenden dando a la otra la posibilidad de expresarse, en lugar de considerarla
como un enemigo a derrotar y suprimir por la fuerza, supresión esta no menos
violenta cuando se logra por medios psicológicos como la ridiculización, el
abuso, al intimidación, que cuando es consecuencia de la de ingreso en la
cárcel o el campo de concentración. La libre expresión de las diferencias no es
solo un derecho de los demás sino un modo de enriquecer nuestra propia
experiencia. Cooperar, dejando que las diferencias puedan cobrar libre
expresión, es algo inherente al modo de vida democrático.
Ante la acusación de que
cuanto he dicho no es mas que un conjunto de tópicos orales, solo puedo
responder que esa es precisamente la intención de mis afirmaciones. Pues
desprendernos del hábito de concebir la democracia como algo institucional y
externo, adquiriendo hábito de tratarla como un modo de vida persona, es tomar
conciencia de que la democracia es un ideal moral que, en la medida en que pasa
a ser un hecho, es un hecho moral. La democracia solo tiene realidad por cuanto
forma parte de la vida diaria.
Mis años de madurez han
estado consagrados a la filosofía, por lo que ruego me disculpen que, para
terminar, describa la fe democrática en términos formales de una posición
filosófica. Formulada en tales términos, la democracia es la creencia en la
capacidad de la naturaleza humana para generar objetivo y métodos que
acrecientan y enriquecen el curso de la experiencia. Las restantes formas de fe
moral y social nacen la idea de que a experiencia debe de estar sujeta en un
punto u otro a cierta forma de control externo, de alguna “ autoridad” que
supuestamente existe fuera de los procesos de la experiencia. El demócrata cree
que el proceso de la experiencia es mas importante que cualquier otro resultado
particular, de manera que los resultados concretos tienen verdadero valor si se
emplean para enriquecer y ordenar el proceso en curso. Ya que le proceso de la
experiencia puede ser un agente educativo , la fe en la democracia y la fe en
la experiencia y la educación son una y la misma cosa. Cuando los fines y los
valores se separan del proceso en curso, se convierten en hipóstasis, en
fijaciones que paralizan los logros obtenidos, impidiendo que reviertan sobre
ese curso , abriendo el camino y señalando la dirección de nuevas y mejores experiencias.
En este contexto, al
experiencia significa la libre interacción de los seres humanos con el entorno
y sus condiciones- en particular con el entorno humano. Tal interacción
transforma las necesidades y satisface los deseos por medio del aumento del
conocimiento de las cosas. El conocimiento de las condiciones reales son la
única base sólida para la comunicación y la participación. Toda comunicación
que no este basada en dicho reconocimiento implica el sometimiento a otras
personas o a las opiniones personales de otros. La necesidad y el deseo- de
donde nacen el fin y la dirección de la energía- van mas allá de lo que existe,
y por lo tanto, del conocimiento y de la ciencia. Abren continuamente el camino
hacia un futuro inexplorado e inalcanzado.
Frente a otros modos de vida
la democracia es el único inspirado y sostenido por la firme creencia en
el proceso de la experiencia en cuanto fin y en cuanto medio, en la experiencia
que puede generar ciencia, una autoridad fehaciente para la dirección de ulteriores
experiencias y que libera emociones y deseos hasta traer al ser cosas que no
existieron en el pasado. Porque todo modo de vida carece de democracia limita
los contactos, los intercambios, las comunicaciones y las interacciones que
estabilizan, amplían y enriquecen la experiencia. Esa liberación y el
enriquecimiento son una tarea que debe acometerse en el dia a dia. Puesto que
esta tarea no puede tocar fin hasta que la experiencia misma finalice, el
cometido de la democracia es y será siempre la creación de una experiencia
más libre y más humana, en la que todos participemos y a la que todos
contribuyamos.
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