Por Miguel Angel Domenech
Hay vidas y muertes que dan que pensar. Esto lo cuenta
Luciano de Samosata en una de sus obras y también habla de ello Diógenes
Laercio.
Cleantes de Aso , discípulo de
Zenon, ( siglo II a.c.) llegada una cierta edad reflexionó que no quería continuar a vivir
y decidió matarse. Para ello acudió a una forma tradicional de la época como era dejar de comer. Otros habían
practicado otra forma que se hizo también
tradicional entre los sabios como era el dejar de respirar pero ésta necesitaba
tanta disciplina que las
historias que lo relatan no son verosímiles y en cualquier caso la huelga de
hambre tenia un signo
mas destacado de protesta en
tanto que huelga . En este caso, el acto
contra si mismo es un acto contra
una vida cuya duración no nos ha sido solicitada. Es una especie de reafirmación de la libertad y autonomía propias
que muestra la irresoluble paradoja de
la libertad. Lo que es el supremo acto de libertad es una libertad para morir, es decir libertad …¡ para nada!
El caso es que, comenzado su secuencia de suicidio no
alimentándose , se encontró en su correo una acumulación de cartas de amigos
que estaban sin contestar. Tras pensárselo, ceso en su huelga de hambre fatal ,
y dándose una tregua, se dedicó a
responderlas porque no quería faltar a ese gesto amistoso de correspondencia .
Terminada la labor,- una especie de “copains
d´abord!”- y cumplido ese deber,
continuó con su huelga y al cabo de unas semanas murió, como era su propósito.
En el acto de Cleantes , subordinando su muerte al cumplimiento de la obligación de relación por encima del cumplimiento de su acto de libertad suprema ya se ve algo mas claro en la paradoja de la finalidad de la libertad: la libertad no es algo cumplido si no ha tenido en cuenta a los semejantes por cuanto la libertad no es un libre arbitrio soberano sino el ejercicio con otros. En este caso aunque sea el simple ejercicio de compartir el habla, puede decirse que la libertad prevalece sobre la muerte.
En el acto de Cleantes , subordinando su muerte al cumplimiento de la obligación de relación por encima del cumplimiento de su acto de libertad suprema ya se ve algo mas claro en la paradoja de la finalidad de la libertad: la libertad no es algo cumplido si no ha tenido en cuenta a los semejantes por cuanto la libertad no es un libre arbitrio soberano sino el ejercicio con otros. En este caso aunque sea el simple ejercicio de compartir el habla, puede decirse que la libertad prevalece sobre la muerte.
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