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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

24/10/22

RELACION DE COSAS ASOMBROSAS QUE HACEN PENSAR. THAUMATA. θαύματα. VI Parte

 


.-En el estado paradisíaco   , Adan y Eva, antes  del pecado  y de su expulsión, practicaban el acto sexual y reproductivo pero sin pecar  precisa Agustin de Hipona. Esto lo conseguían porque no actuaban estimulados por libido alguna de orden pasional sino por voluntad  derivada de la oportunidad de la reproducción y de manera  totalmente controlada. Eran dueños de la dinámica fisiológica de sus genitales que controlaban deliberadamente sin impulso de pasión, sometidas a voluntad de la misma manera como se utilizan  las manos. Agustin pone como ejemplo de tal dominio la habilidad  que algunos tienen de  hacer al mover las orejas o conseguir avanzar el cuero cabelludo y cabello adelantándolo a la frente- dice- o como esos que  saben dominar su ano de tal manera que en lugar de pedos consiguen imitar os trinos de los pájaros en sus ventosidades.  No necesitaban  el potente  y ardiente estimulo de la libido sino la consideración de la  necesidad de fecundación llegado el momento en que se necesitase.  Así pues engendraban sin pecado y mantenían su castidad incluso practicando el coito.

Esto lo explica en la Ciudad de Dios aunque alguna edición lo suele suprimir por pudor. XIV ,23-24 –

 

.-En la escala cristiana de la degradación existe una jerarquía que atañe al vestido. En efecto, se sabe, por todo tipo de fuentes bíblicas comentadas exhaustivamente por teólogos que el mismo acto de  ocultar ola desnudez con algún vestido es  el primer síntoma de la caída . En esa ciada, lo inicial fue ponerse una especie de “ cinturones” de los que pendían hojas de parra ( no la sola hoja de parra como pegada al sexo, cosa imposible e insostenible solo concebible en la imaginación artística). El segundo grado de hundimiento fue como un castigo añadido,. Pues las hojas se la habían puesto ellos mismos, nuestros padres,  al sentir vergüenza, pero  acto seguido Dios le obligó a vestir pellizas de pieles de animales. Es así el relato bíblico literal  y no  como simplificado de nuestros catecismos. En la iconografía religiosa, los  pecadores Adan y Eva  salen del paraíso desnudos, después se ponen la famosas hojas, y después viene los ángeles a vestirles porque la  breve hoja de higuera  no cubre suficientemente.  Las pieles, las “pellicae” son una penitencia, por ser símbolos de muerte dado que la propia muerte del animal es necesaria para poseerlas. En la iconografía cristiana esto está abundantemente explicado y Santa Maria Magdalena, en el colmo de su penitencia- por el colmo de su pecado, acercarse libidinosamente a Jesús- , se debe vestir de pieles. Los santos, por el contrario,  van vestidos con lino, con cosa textil e inocente, de preferencia  de color blanco para acentuar esa condición. La piel, las pieles sobre todo, son particularmente pecaminosas. Por eso son ante todo un vestido de abrigo femenino. También entra aquí el asombro y el desconcierta d e los descubridores del Nuevo Mundo al encontrarse a  salvajes selváticos y  paganos que, sin embargo,   iban o desnudos o con  las  humanas hojas de higuera únicamente. Algo había fallado. Su desnudez vegetal  era la contradicción y discusión  de lo bíblico, algo doblemente impúdico.


 La liturgia de la primera comunión católica es un buen ejemplo de la teología del diseño, pasarela, (procesión) incluida.  La  primera comunión  anticipa la futura condición de santidad a la que el cristiano está llamado.   Por supuesto, que las niñas deben ir más de blanco que los niños en la primera comunión por necesitar de mayor santidad puesto que- como herederas de Eva-  son más susceptibles de pecado  y sujeto de libido que los varones. Estos últimos se pueden permitir en su remedo de vestido santo de la comunión, fantasías ya  no inocentes, como jarreteras doradas, condecoraciones e  insignias laicas  y aditivos de color, oficios marinos y militares.


Existe, por lo tanto, toda una teología que alimenta un verdadero diseño de moda de la fe religiosa cuya habilidad para el  significado y simbología sutil envidiarían los equipos de marketing de  los Versace, Dior y Saint Laurent más astutos.

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